Pocas galerías pueden decir que son producto (y combate) de la guerra. Cuando la periodista Ángeles Espinosa platicó con Jouhayna, creadora de Gallery Ayyam, en Dubai junto con Hisham Samawi y Khalid Samawi, dijo que más que proteger los cuadros de las afrentas de la guerra, les era más preocupante salvar a los artistas.
Esta galería se formó para conocer el trabajo de los artistas sirios, con una colección previa que tenían de arte árabe y persa.
Ha sido tan combativa la afrenta que incluso el espacio de Damasco (pues ahora tienen galerías en Londres, Yeddah y Beirut) es una especie de casa para los artistas que viven en situaciones de riesgo, donde además de proveerlos de los servicios básicos, producen obra. La labor deja en claro que el caracter político del arte.
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