Por Pablo Cordero / @sugarskull12
Existe un antes y un después de The Velvet Underground & Nico (1967), uno de los discos más influyentes e importantes en la historia del rock, pero un año después de la edición y estrepitoso fracaso comercial de este disco, el cuarteto integrado por Lou Reed, John Cale, Moe Tucker y Sterling Morrison, ya sin la ayuda de su célebre padrino Andy Warhol y la enigmática chanteuse Nico, grabaron el que sería su disco más osado y radical, White Light/White Heat, ahora reeditado en una hermosa “45th Anniversary Special Edition” que contiene tres CDs.
La lujosa caja, anunciada desde hace meses, adquiere un significado seguramente distinto a su intención original por el hecho de salir al mercado a poco tiempo de la lamentable muerte de Lou Reed. La oscura potencia que emanan la imperturbable voz y volcánica guitarra de Reed en estas grabaciones exhibe abundantemente el por qué su legado le sobrevivirá durante un largo tiempo.
White Light/White Heat es una obra exquisita en su concepción, estructura y ejecución. Está compuesto por seis piezas, cada una de ellas distinta y complementaria. El tema que arranca y da título al disco es un febril ramalazo de proto-punk en el que Reed describe los efectos de la metanfetamina, con sus palabras pero aún más efectivamente con las opresivas capas de distorsión que emanan de sus amplificadores. “The Gift” empata una perversa y sensual base instrumental con una grotesca historia de terror recitada con perfecto humor negro por la educada voz de John Cale. Cale y Reed cantan a dueto en “Lady Godiva’s Operation”, cuya base rítmica proto-industrial subyace una melodía exuberante, vehículo para otra oscura historia, sobre una mujer a la que se le practica una lobotomía. Terminando la primera cara del disco con perfecta incongruencia, “Here She Comes Now” es una canción de amor engañosamente sencilla, que quizás esté dedicada a la guitarra de Reed. Es el tema que Nico habría cantado en el disco, de no haberse disuelto la relación artística con la alemana.
“White Light/White Heat”, tema inicial del disco
La segunda mitad del disco es, sorprendentemente, aún más intensa. “I Heard Her Call My Name” es el rock llevado a un paroxismo de tensión y furia, con la chirriante guitarra de Reed trazando puentes entre el free-jazz de Ornette Coleman y los ritmos primitivos de Bo Diddley. “Sister Ray”, la pieza final del disco, es para el autor de estas líneas la mejor canción de rock jamás escrita. La banda, consciente de la magnitud y exigencia de la pieza, acordó de antemano grabarla en una única toma, en vivo, y aceptar cualquier desperfecto o error que ocurriera durante la grabación. El resultado fue tan exitoso que ninguna de las múltiples versiones en vivo que existen de la pieza logra superar la publicada en el disco. Construida sobre el ritmo brutal y maquinal de la baterista Moe Tucker (quien en puntos estratégicos de la canción duplica y luego cuadruplica el tempo), “Sister Ray” exhibe una desbordante creatividad instrumental. Sterling Morrison, uno de los mejores guitarristas rítmicos del rock, logra mantener la atención del escucha ejecutando apenas tres acordes durante los más de diecisiete minutos de la canción. La guitarra principal de Reed y el órgano distorsionado de John Cale ejecutan un complejo diálogo, con Reed tocando líneas pentatónicas blueseras que generan una fricción armónica con las coloraciones modales neoclásicas de Cale. Sobre esta brutal mezcla, Reed canta una sórdida historia cuyo desarrollo dramático se ve reflejado en la complejidad de la música.
Célebre versión en vivo de “Sister Ray” grabada en 1969 y conocida como la “Guitar Amp Tape” por haber sido grabada a pocos metros del amplificador de Lou Reed
En esta edición, el disco aparece mezclado en stereo y mono; la vibrante mezcla monofónica resulta particularmente potente. Las canciones extra, grabadas durante la última sesión del grupo con John Cale, quien les dejaría antes de terminar el año, se apartan totalmente del sonido del álbum, reemplazando las distorsiones y agresividad por un retorcido espíritu pop. “Temptation Inside Your Heart” es un divertido y muy personal acercamiento al R&B, “Stephanie Says” es una balada exquisitamente bella que Reed recuperaría años después para su obra maestra Berlin, y “Hey Mr. Rain” es una hipnótica adaptación al formato de canción pop de los principios adquiridos por Cale durante sus estudios con compositores como Terry Riley y John Cage.
El tercer CD, grabado en vivo en 1967, incluye musculosas versiones de varios clásicos del grupo, así como una tercia de temas inéditos de gran calidad, que sin embargo no habrían tenido cabida dentro del perfecto balance de White Light/White Heat.
Si bien el precio de esta edición de lujo disuadirá a todos excepto los seguidores más devotos del grupo, cualquier oportunidad de escuchar de nuevo White Light/White Heat subraya el hecho de que se trata de una de las máximas obras maestras de la música popular del siglo XX, y cualquier persona que tenga un interés real en el rock debería tenerlo entre su colección.
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