Por Victor Méndez / @vichoamino
Se ha mencionado muchas veces, al menos yo lo hago, la cantidad de mobiliario que se sigue haciendo. Sillas y sofás son los más recurrentes. Pero, ¿por qué lo seguimos haciendo? La respuesta más certera sería que las herramientas para su desarrollo son accesibles. Ahora imaginemos el futuro del mueble, ¿cómo poder eficientar el producto? Para el MIT (Massachussets Institute of Technology) la respuesta no está en el mueble mismo, sino en la experiencia: el objeto ahora responderá al usuario de forma directa y según su estado de ánimo.
En el marco de la semana del Diseño en Milán en el evento Lexus Design Amazing 2014, el Tangible Media Group, liderado por Daniel Leithinger, Sean Follmer y Hiroshi Ishii, creó TRANSFORM, un mobiliario multiforma, que cambia su disposición de acuerdo a la personalidad de cada individuo que lo utiliza. Se exhibe una mesa (pantalla tangible) con más de 1000 piezas que se conectan a un motor oculto. Estas piezas se mueven en respuesta a la energía cinética que el usuario emite, a través de ondas que actúan sobre el producto. Incluso es el mobiliario el que se mueve de manera que influye en las emociones de la gente, si está estresada, por ejemplo, su forma se torna relajante, como una especie de canción de cuna trasladada a una metamorfosis abstracta.
El referente anterior a este proyecto, the inFORM, era un monitor autoconsciente con el cual el usuario podía darle la mano a alguien en otro monitor en alguna parte del mundo y sentir esa interacción. Lo que buscaba era mostrar las posibilidades de las futuras interfaces por computadora. Hay que recordar que una de las tendencias tecnológicas para este 2014 es la reivindicación de la computadora como herramienta de gran utilidad. Aunado a ello, en el futuro las computadoras no parecerán computadoras. Éstas serán incorporadas a todo lo que nos rodea, según menciona Leithinger.
TRANSFORM, entonces, pretende introducirnos al futuro del diseño: la interfaz. Tendremos la capacidad de interactuar con todo y la línea entre lo que es una computadora y lo que no desaparecerá. Los muebles, la ropa, las paredes de nuestra casa, todo podrá ser un ordenador y las posibilidades de interacción serán amplias. La estética de un mueble ya no estará en la calidad de su manufactura o en los colores que presente, la estética estará en la máquina misma, en su transformación y en la complejidad de sus movimientos.
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