Por Ximena Flores / @matitatierna
En 2012, Thomas Hauert trabajó en colaboración con Angels Margarit para la creación de la pieza From B to B, que les valió el Premio Federal de Danza y Coreografía de Suiza, en la categoría de Creación Actual. Mientras que para Margarit el premio consolidó su trabajo como una de las artistas más influyentes de la actualidad, para Thomas Hauert el premio le permitió ser conocido en otras esferas de la danza internacional y fuera del círculo de Bruselas (donde actualmente reside).
Thomas Hauert dirige la compañía ZOO. A la par de su trabajo como director, Hauert se dedica a la enseñanza de la disciplina a partir de la combinación de distintas corrientes —entre ellas el contact— y una fuerte inclinación a la teoría. Para Hauert, la enseñanza es creación y reflexión, no existe la una sin la otra. Sus trabajos más emblemáticos muestran una de las problemáticas de la educación dancística, ¿cómo se enfrenta el bailarín a su cuerpo?, ¿a partir de qué cuerpo se reflexiona la danza?
No es sorpresa encontrarnos con trabajos ligados a la improvisación. Hauert explora y responde estas preguntas a partir de la relación del cuerpo consigo mismo, cada articulación, músculo, hueso y órgano no conviven siempre en armonía, sino que- a través del flujo de energía- se superponen uno con otro, posibilitando el movimiento.
En la obra Asisted solos from cows in space Hauert asemeja a cuerpo que flota en el espacio, sostenido por un vacío —cuerpo también— que lo impulsa a moverse, buscarse dentro de esa aparente nada. Así, el coreógrafo nos invita a pensar a los sujetos, no como entes separados de sus contextos, tampoco como objetos controlados por una mente —personalidad no ligada a la carne, sino como un agente capaz de explorarse así mismo y en el mundo—. Para Huaert somos cuerpo, carne y personalidad.
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