Por Pablo Cordero / @sugarskull12
Han pasado ya quince años desde la publicación de Nakedself, el último disco de estudio de la banda londinense que bajo el ambiguo nombre de The The publicó algunas de las grabaciones más íntimas y profundas en el mundo del pop británico durante la década de los ochenta y noventa. Matt Johnson, cerebro y único miembro constante de The The, no ha dado demasiadas muestras de vida desde 1999, fuera de su participación en algunas bandas sonoras, por lo que resulta tan sorprendente como disfrutable la reedición de lujo de su disco debut, Soul Mining.
Aunque Johnson había editado ya un disco solista (Burning Blue Soul, 1981) que después sería reeditado bajo el nombre de The The, el carácter experimental y agresivo de aquella grabación no encaja con la personalidad de la banda, la cual siempre temperó su espíritu exploratorio con un rico instinto melódico, aunado al tono confesional de los textos de Johnson, quien como todos los grandes compositores de pop busca constantemente conectar con el escucha en vez de alienarlo. Soul Mining, una obra breve (contiene apenas siete cortes) y potente, logró este objetivo, convirtiéndose en un disco de culto que sigue siendo admirado y analizado por un grupo reducido pero fiel de seguidores.
Johnson tenía lazos con la escena de música industrial británica (como lo demuestra la participación de Jim «Foetus» Thirlwell en este disco), y la influencia de este género se hace patente en el corte inicial, «I’ve Been Waitin’ For Tomorrow (All of my Life)», la cual teje una complicada red de secuencias electrónicas sobre un vibrante patrón percusivo en 6/8. A este tema agresivo y rítmico le sigue una de las más grandes joyas pop que hayan surgido de la imaginación de Johnson, «This is the Day», melancólico y a la vez luminoso tema en clave mayor.
«This is the Day»
«The Sinking Feeling», pieza de grandes contrastes dinámicos cuyo texto hace íntima y personal la problemática social de la Inglaterra de Thatcher, da lugar a otro de los temas clave del disco, «Uncertain Smile», cuyo arrobador melodismo alcanza su punto climático en un largo y fascinante solo de piano ejecutado por Jools Holland.
«Uncertain Smile»
La segunda cara del disco es menos pop y pegajosa, más oscura y melancólica, arrancando con «The Twilight Hour» (brillante reflexión sobre las luchas de poder presentes en un matrimonio) para seguir con el reflexivo tema que da nombre al disco, cerrando con la épica «Giant», extenso tema cuyas melodías circulares confluyen en una climática explosión de percusiones y cantos tribales, de un carácter primitivo que subraya la universalidad de los temas que aborda Johnson en sus composiciones, sugiriendo que la música pop es una manera de lograr la disolución simbólica del individuo dentro de la colectividad, que nuestros ancestros alcanzaban bailando al son de un tambor.
El disco, remasterizado en los estudios Abbey Road, suena impecable, e incluye un segundo disco con remixes y temas inéditos, todos ellos de excelente factura. Mientras esperamos a que este brillante autor regrese a la actividad, resulta recomendable descubrir (o, en su caso, redescubrir) esta obra maestra.
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