Por Pablo Cordero / @sugarskull12
Cuando King Crimson se reunió en 1994, Robert Fripp definió el disco resultante de su reunión, Thrak, como “música sobre amor, muerte, redención, y hombres maduros que tienen erecciones”. No se me ocurre una mejor descripción para To Be Kind, decimotercer disco de estudio de Swans, la banda en activo más potente e intimidante de la actualidad.
King Crimson y Swans comparten muchas cosas (además del baterista y multiinstrumentista Bill Rieflin), siendo bandas veteranas capaces de alcanzar niveles de ruido y agresión sonora superiores al de la mayoría de sus seguidores más jóvenes, además de que han sobrevivido el paso de las décadas y largos periodos de inactividad sin perder el espíritu explorador y vanguardista que hace que su música siempre sea digna de escucharse.
To Be Kind es el mejor disco de Swans desde su reunión en 2009, tras un silencio discográfico de 12 años, periodo en el cual han realizado obras merecidamente celebradas por la crítica como My Father Will Guide Me Up a Rope to the Sky (2010) y The Seer (2012). Si ese último disco es considerado uno de los trabajos más épicos y monolíticos en la historia reciente del rock, To Be Kind no se queda atrás, con una longitud de dos horas y canciones que alcanzan hasta los 34 minutos. Sin embargo, es también un trabajo más íntimo y personal.
“Oxygen”
Al reseñar el disco en vivo Not Here/Not Now nos preguntamos cómo lograría la banda superar su intensidad en su nuevo disco de estudio. La respuesta, al parecer, está en replicar el sonido que el sexteto logra sobre el escenario. Mientras que varios de sus discos anteriores cuentan con pasajes cuidadosamente orquestados y creados a través de la edición, el sonido en To Be Kind es crudo y básico, y la participación de los músicos invitados (entre ellos Annie Clark, de St. Vincent) siempre se subordina a la vorágine eléctrica del grupo.
Un buen ejemplo de esto es “Bring the Sun/Toussaint L’Ouverture”, el tema climático del concierto registrado en Not Here/Not Now, el mismo en el cual la recia voz de predicador desquiciado de Michael Gira declama en español el mantra “amor es sangre/sangre es amor”. El desarrollo de ese tema posee el carácter impredecible y onírico de una improvisación libre, más la versión de estudio no sólo tiene una longitud similarmente kilométrica, sino que captura toda la intensidad de la versión en concierto con una mayor claridad en su sonido, confirmando que existe un método detrás de la locura de Swans.
“A Little God in my Hands”
Pese a su longitud, el disco no tiene temas prescindibles y, en una época dominada por la escucha fragmentada de canciones individuales, exige ser escuchado en su totalidad como una obra redonda y completa. No es necesario destacar un solo tema, aunque la recta final con “Oxygen”, “Nathalie Neal” y “To Be Kind” resulta particularmente impresionante.
Aunque aún no llegamos a la mitad del 2014, To Be Kind es desde ahora un firme contendiente a mejor disco del año.
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