Studio Visit

Studio visit | Iván Krassoievitch


Por Pamela Ballesteros | Septiembre, 2017

En su producción artística, Iván Krassoievitch ensambla objetos diversos que rescata de momentos azarosos, del hallazgo o de la casualidad. Pareciera que estos elementos no guardan ninguna lógica por si mismos, pero es a través de la observación, asociación e interpretación que Iván simplifica sus rasgos característicos —incluso humorísticos— en gestos escultóricos.

Para comenzar, menciono Las bananas son un ejemplo. Diálogos platánicos, hasta el momento su pieza de mayor dimensión. Se trata de la réplica en concreto de una banana acuática varada en el jardín de Casa del Lago, «me parece un objeto muy extraño, me resulta estresante la idea de montarlo y hacerlo caer en medio del mar», dice Iván. Contrario a esto, su escultura de concreto se ha mantenido estática y a salvo en tierra durante varios meses. El sentido de las bananas inflables es el divertimiento, y esta en particular marca una dinámica distinta pero igualmente habitable, que al permanecer en la intemperie del jardín público elimina la frontera o restricción entre el espectador. Por su dimensión, aún no sabe el destino de la pieza, piensa que en algún momento tendrá que destruirla aunque nada querría más que hundirla en el Lago de Chapultepec.

A Las bananas son un ejemplo le antecede otra pieza náutica: una llanta salvavidas con los colores y nombre del velero del artista holandés Ban Jan Ader que quedó a la deriva en mar abierto en 1975. Ocean Wave (2015) es un objeto alusivo, incluso irónico, que no cumple su propósito, un rescate tardío que permanece como homenaje simbólico.

Pienso en Mar de fondo (2015), exposición que integró piezas producidas durante su residencia en Casa Wabi, en las costas de Oaxaca. Durante el tiempo de estancia, Iván contempló este fenómeno marítimo: olas formadas por corrientes submarinas que se elevan hasta romper con fuerza en la orilla, movimiento agitado que arroja espuma, algas y residuos sólidos; como si hiciera su propia depuración, el mar expulsa desechos. De entre éstos, Iván recolectó tapas de botellas que encontró en la arena y que después ensambló en tablas de madera, como un patrón de los muros de Casa Wabi, diseñados por Tadao Ando.

Mientras me cuenta esta anécdota, veo objetos dispuestos en cajas y estantes, algunos aparentemente inservibles o rotos: herramientas, rocas, juguetes, pequeñas esculturas en barro que utiliza como material de producción. Le pregunto por su recolección, ¿de dónde los tomas?, ¿cómo los seleccionas? Iván lo hace de manera intuitiva, «son objetos que llaman mi atención y les encuentro otro sentido al meterlos en el mismo universo creativo», como él mismo menciona, parece un mostrador de tlapalería. Acción con la que niega su formación de diseñador industrial, en la que prevalece la inutilidad del objeto y no la función sobre la forma.

Ahora hablamos sobre su trabajo editorial y me muestra libros en distintos formatos, me platica de Volumen, su primer acercamiento a este medio en 2002. Al que después le siguió Protección contra el destino, publicación que formó parte de su exposición homónima en galería Machete en 2013. Éste último, como su título lo sugiere, es un cuadernillo que reúne distintas interpretaciones del azar, la suerte y el caos, con colaboraciones de Michel Blancsubé, Jerónimo Hagerman y Guillermo Santamarina, por mencionar algunas. Quiero saber, ¿cuál es tu protección contra el destino? «No tengo, no existe ¿Y la tuya?» me devuelve la pregunta Iván. La mía es ceder a pensamientos catastróficos, si no hay resistencia entonces no hay nada de qué protegerse.

Después, Iván abre un libro que es replica del cómic Les Aventures de Tintin: Le Secret de La Licorne (Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio), pero este duplicado no tiene contenido, no hay personajes ni texto, las viñetas están en blanco. El punto de partida para el proyecto fue la historia familiar de Iván, específicamente, la infancia de su padre, nacido en Yugoslavia y exiliado en barco a Argentina durante la Segunda Guerra Mundial. Iván conocía bien este contexto a través de las anécdotas familiares que después comparó con una investigación de archivo, datos concretos. De este entrecruce de información surgió el libro Ø (Vacío), mismo que materializa la idea de la paradoja entre el relato y la historia establecida en un limbo narrativo.

Iván Krassoievitch toma objetos, explora sus distintas connotaciones, recontextualiza su uso y sus formas. Actualmente, retoma el soporte impreso como parte de Revista ERAS, próximo proyecto editorial que semestralmente reunirá colaboraciones de distintas disciplinas.

Fotos: GASTV