Por Operación Hormiga | Abril, 2016
Mucho se ha hablado recientemente en espacios independientes e institucionales, que van desde blogs hasta museos, de la inexistencia, insuficiencia, efervescencia o profesionalización de la crítica de arte en nuestro país. Tanto así que pretender hacer un balance descriptivo del panorama de «La condición de la crítica de arte contemporáneo en México» en un texto comisionado para un conversatorio con el mismo título, corre el riesgo de reducirse a la introducción actualizada de una discusión desgastada. Con base en ello hemos decidido enfocarnos en algunas condicionantes que acechan a quienes producen crítica en México.
En tanto la crítica de arte genera postura y debate con la oferta cultural, el sistema del arte y sus actores dentro de la esfera pública; los posicionamientos que enuncia y la lógica con la que se articula implican consenso o disenso, así como contextualizar y problematizar los discursos que se proyectan en una propuesta artística. Definir tajantemente una condición a priori de la crítica sería negar que ésta se practica con propósitos variopintos y es estructurada en múltiples niveles de complejidad que coinciden en confluir en la opinión pública, generando un termómetro de la diversidad de criterios en un público heterogéneo frente a la obra. El criterio, así en la crítica de arte como en el cielo, está condicionado por una serie de variables que van desde la integridad intelectual hasta la satisfacción individual, el compromiso ideológico o el inconsciente traicionero de quien lo ejerce. Más que relativizar o generalizar su condición proponemos repasar limitantes concretas que observamos en la práctica de la crítica mexicana, al ritmo de algunas canciones populares:
Seni gidi findikkiran Tú nos tienes dominados
Yilani deliginden cikaran Puedes hacer salir a una serpiente de su agujero
Kaderim puskullu belam Me hiciste perder la cabeza
Yakalarsam (¡besito, besito!) Si te agarro (¡besito, besito!)
Tarkan
El sueño del escepticismo produce monstruosas exaltaciones de cualidades positivas, esto sucede en situaciones como:
—Cuando el compañerismo disipa el impulso crítico: el elogio vence al cuestionamiento y la producción de criterio termina mediada por las leyes del networking.
—Cuando la voz crítica es ablandada y contenida por algún agente de poder, anulando tanto su compromiso ideológico como la posibilidad de transformar el status quo.
—Cuando la diplomacia sesga la crítica y el juicio se desvía entre sutilezas y adjetivos para rodear un argumento.
—Anteponer el «ver sólo el lado positivo» a la hora de articular un posicionamiento de interés público es dar gato por liebre.
Ven, ven, ven animalito ven,
Ven y sígueme y verás lo que vas a aprender.
Caballo Dorado
Cuando lo que se busca es imponer un canon bajo la lupa de la superioridad ética, moral e intelectual, surge el crítico-mentor, quien repite imperativos y letanías en vez de cuestionamientos profundos, quien escuda al criterio en la cita y al contexto en la teoría.
Muñequita
le dijo el ratón
ya no llores tontita
no tienes razón.
Crí-Crí
Si el eufemismo es introducción, el adjetivo argumento y la conclusión negación; se sobrepone la calificación al desarrollo y el juicio se limita a la superficie, en vez de desnudar las articulaciones del problema planteado.
Vamos al noa-noa, noa-noa, noa-noa, noa-noa.
Juan Gabriel
Utilizar una palabra comodín fácilmente fetichiza y desgasta al concepto, el cual termina por encarcelar a quien lo usa repetitivamente y predispone a mandar el objeto de análisis a segundo plano.
La crítica es un ejercicio falible que empodera criterios; sin autocrítica, ésta fácilmente termina cojeando del mismo pie que a quien señala. El cómo opera una articulación crítica en relación al poder —propio y ajeno— es crucial para definirla, es ahí dónde conviene poner los reflectores si se quiere exhibir su condición política e ideológica. Transparentar y discutir la postura de cada autor al respecto es necesario para la reflexión sobre los vicios y virtudes en la producción de crítica nacional.
Aún si el formato de un conversatorio de crítica de arte predispone a una mesa con voces autocomplacientes, dándose palmaditas verbales por sus aportaciones al ámbito que nos compete, ésta es también la oportunidad de hacer un ejercicio de honestidad que identifique y ponga en crisis las zonas de confort que limitan nuestra capacidad crítica.
Si no le vas atorar
ya vas ahuecando el ala.
No me quieras llevar a Acapulco
y te quieras bajar en Iguala.
Paquita la del Barrio
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Con el fin de enriquecer la discusión del VI Conversatorio GASTV: “La condición de la crítica de arte contemporáneo en México” se sugiere leer:
—Entrevista a Daniel Garza Usabiaga
—Cuerpos y crítica o cuerpos críticos, por Aline Hernández
—El mal del siglo XIX, por Adriana Melchor Betancourt
—Entrevista a Irmgard Emmelhainz
Este encuentro tendrá lugar el próximo miércoles 27 de abril en SOMA (Calle 13 #25, Col. San Pedro de los Pinosa las 20:30 horas con la participación de Pilar Villela, Daniel Montero y Víctor Palacios, bajo la moderación de Edgar Hernández.
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Operación Hormiga es un proyecto colaborativo a través del cual se enuncia posicionamiento. Su cuerpo de trabajo involucra la producción de contenido en distintos medios de distribución.
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