“Juega, toca y aprende” es el eslogan del Papalote Museo del Niño, un espacio interactivo diseñado para que los niños y los adultos vayan de un lugar a otro sin restricciones, dejando volar su imaginación y aprendiendo lecciones de ciencia, biología, salud y medio ambiente.
Este museo tiene ahora una sede en el Parque Fundidora en Monterrey, llamado Papalote Verde, cuyo concepto es traducir el tema del cuidado del medio ambiente a todo el recinto, incluyendo su arquitectura. El recinto fue diseñado por el arquitecto mexicano Iñaki Echeverría bajo la coordinación con la consultora Siete Colores Diseño Interactivo, una empresa fundada por Marinela Servitje, especializada en la creación de espacios públicos como museos, parques y acuarios.
Estructura del museo
Ubicado en el interior del Parque Fundidora, el museo se construye sobre una extensión de casi 10 mil metros cuadrados y cuenta con seis salas, un taller de reciclado, pared de clavos, laboratorio de experimentación, sala de telepresencia, cabina de radio, minisúper y megapantalla IMAX con capacidad para 300 personas.
La propuesta arquitectónica del Papalote Verde es sustentable ambiental y socialmente. Esta conformada por 9 mil 038 m2 de superficie; 7, 578 m2 de área nueva construida; 1, 459 m2 de área reutilizada y 3 niveles subterráneos. La profundidad máxima del lugar es 15.95 m2; 9,000 m3 de concreto; 2,990 m2 de cristal y 1, 282 toneladas de acero.
Se trata de un museo subterráneo que integra tecnología verde en el edificio (sistemas energéticos e hidráulicos, celdas fotovoltaicas) y con una museografía natural, que se integra en el mobiliario y en los elementos de ambientación. Siendo una estructura sumergida a 12 metros del nivel de calle, permite que el espacio sea más fresco y se ahorre 30% en energía y aire acondicionado. Además se contempla 6 mil m2 de áreas verdes divididas en jardines, el patio de acceso y las terrazas ajardinadas.
Cabe destacar que el techo de este museo es un jardín botánico de 3 mil metros de planas endémicas de Nuevo León. El proyecto requirió de una inversión de aproximadamente 30 millones de dólares y busca ser el primer edificio cultural mexicano que cuente con una certificación Leed Platino, otorgada a los complejos sostenibles.
Más información:
– El programa arquitectónico contempla también la restauración de dos estructuras industriales que formaron parte de los antiguos molinos de acero de la fundidora.
– Participan en la construcción los gobiernos federal y estatal, el Parque Fundidora, la Fundación Soriana, Banorte, el ITESM, la empresa de ingeniería Knippers Helbig, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y Tans Solar.
– Este proyecto inició en 2010 cuando se puso la primera piedra. Su construcción lleva ya tres años y se espera que sea inaugurado para octubre de 2013.
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