Arte

Opinión | Zona Maco 2015: ¿Otra vez lo mismo?


Por Emmanuel Boldo / @emanuelboldo | Febrero, 2015 

Llegó a la ciudad de México esa semana en la que galerístas, artistas, coleccionistas, editores, periodistas, estudiantes y curiosos, entre otros, consideran como una obligación —casi religión— asistir a Zona Maco. Y no es de extrañarse esa urgencia por visitar la feria de arte más grande de Latinoamérica, basta con revisar el periódico o algún portal de internet, e incluso abrir cualquiera de nuestras redes sociales, para leer un desplegado de publireportajes que destacan la importancia de la feria. Por supuesto no faltan notas como “la mini guía para el principiante en Zona Maco” o “Tres nombres en Zona Maco que tienes que manejar”. Lo que nunca falta durante esta temporada son las selfies para Instagram y Facebook que develan un catálogo de momentos de lo que se ha convertido en el evento social más importante del año para el arte.

Para este momento resultaría fácil escribir un texto que descalifique al artista, a las obras y, por qué no, a la feria como institución privada, rescatar algunas líneas Avelina Lésper e insertarlas como propias, exigir al arte una función académica, acusar a los compradores y asistentes de ser unos descerebrados e invitar al artista a revisar el trabajo de los publicistas para lograr engagement con la audiencia. Podría expresar todo eso, sin siquiera haber puesto un pie en la feria, pero ya existen demasiados textos con este tipo de ingeniosos y desatinados comentarios.

La edición 2015 de Zona Maco ofrece un apabullante número de obras seleccionadas por galerías especializadas en arte contemporáneo y moderno, también el trabajo de espacios de exhibición emergentes, un pabellón de diseño y una sección dedicada a la feria de ediciones independientes INDEX. Un universo de propuestas artísticas, todo podría quedar ahí, en ir a pasar un fin de semana, tomar algunas fotos y reír o indignarse del precio inalcanzable —al menos para alguien como yo— de las obras. Sin embargo, eso lo podrías hacer gratis, un domingo cualquiera en el MuAC.

Además de la venta de obra, el programa de Zona Maco contempla una serie de conferencias entre las que destacan; el jueves 5 de febrero, “El intento del demonio para producir, a través de la imaginación especulativa, el futuro” una mesa redonda que explorará cómo se realizaran las actividades artísticas en el futuro; y el viernes 6 de febrero “Terreno de duda (estudios de caso desde la contemporaneidad)” en las que se replanteará la modernidad a partir de derrumbes y nuevas edificaciones ideológicas.

Me parece que lo que resta preguntar aquí es si este año Zona Maco ofrece algo diferente, puesto que más allá de celebrar que es una semana importante para el arte, e imperdible para sus protagonistas, lo cierto es que año con año el esquema de presentación es muy parecido. Quien ha seguido de cerca Zona Maco, no le sorprenderá ver a chicas guapas en minifalda o con pantalones ajustados. Asistentes curatoriales y coordinadoras de las galerías con sus mejores prendas intervenidas por su gafete gigante y su Perrier, o Heineken en la mano y, claro, su iPhone 6 en la otra. Señoras bien “peinadas” de las Lomas de Chapultepec (con sus choferes esperando en la entrada, ellas comprando —»coleccionando”— cuadros que combinen con el sillón de la sala. Pseudo artistas luciendo ropa estrafalaria para llamar la atención. Gente animada que termina con un montón de folletos, revistas, libros y bolsas (o todo lo que esté al alcance) para diseñar una imagen que indique que forman parte de Zona Maco. La locura que provoca la fiesta anual VIP de Jumex a la que todo mundo quiere acudir. La típica pose de la gente VIP —desde coleccionistas o curadores importantes hasta “artistas” como Edith González— claro está, para la foto y verse al otro día en los websites de Quien y Vogue. En fin, una secuencia de sucesos que ocurren a lo largo de una semana. Zona Maco, es por mucho, una reunión donde la comunidad artística se encuentra en un mismo espacio y es una realidad que es la semana más activa para esta economía. No obstante, no podemos esperar demasiado en términos de exhibición porque recordemos que es una feria, no una exposición, y en este sentido Zona Maco es eso, y seguirá permanentemente siéndolo, una bodega enorme donde el objeto artístico que se jactan de ser único pierden su aura (Benjamin) y se masifican bajo un sólo concepto, el del mercado. Bajo este emplazamiento acudamos a Zona Maco a ver arte, no a pensarlo tanto.