Arte

Opinión | The Congress


Por Gustavo Ambrosio / @guskubrick | Septiembre, 2014

¿Quién no ha ido a sentarse a una sala de cine a imaginar que vive en ese mundo que ve en pantalla? Los seres humanos vivimos dos mundos, la realidad y la ficción, esta última manipulable pero también esclavizante.

Ari Folman presenta su nuevo largometraje, una adaptación de la novela gráfica homónima de Stanislaw Lem, que protagoniza Robin Wright, interpretándose a sí misma, pero en una hipotética situación donde ha perdido fama y necesita dinero para curar a su hijo, por lo cual decide ser escaneada por una productora de cine para que su imagen pueda usarse al antojo de la empresa.

Folman despliega una variedad de técnicas visuales, live action y animación, para lanzar una feroz crítica a la llamada “civilización del espectáculo”, donde el cine se han puesto a merced del consumo y los deseos del espectador.

En el primer acto acudimos al “apocalipsis” del cine y después nos lleva a un viaje, que aparentemente no tiene pies ni cabeza, a un mundo animado que podría perder al espectador tanto como pierde a la protagonista del filme. Sin embargo, todo eso tiene un sustento y los últimos 10 minutos de la cinta sirven para rematar contra la tiranía del espectáculo y los espectadores y consumidores.

Robin Wrigth, mejor conocida por su papel de Jenny en Forrest Gump (1994), da una de las mejores actuaciones de su carrera; una actriz y madre que logra transmitir dos cosas, el terror actual de los actores a los avances digitales, y el amor, una emoción que está más allá de cualquier realidad.

La música de Max Ritcher, así como un cover de “Forever Young” de Bob Dylan, hacen disfrutable y a la vez más terrible este viaje hacia una realidad que se ha impuesto a la miseria del mundo.

Ganadora como Mejor Película Animada en los Premios del Cine Europeo 2013, El Congreso puede parecer un filme pretencioso y de “difícil” apreciación, pero es una viaje emocional que invita a mirar a tu alrededor y darte cuenta que eso no está tan lejos de la realidad.