Por Gustavo Cruz / @piriarte | Agosto, 2014
En el marco de la titánica exposición Desafío a la Estabilidad. Procesos artísticos en México, 1952-1967 montada en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA) Roma presenta Sin Inscripción Previa, un proyecto producto de la Colaboración entre los artistas Arnoldo Coen y Carlos Ranc. Tomando como pretexto, según el texto curatorial, el «espíritu de trabajo colectivo» del periodo en el que se centra la exposición del MuAC.
Este proyecto colaborativo, en el que también participa el curador Ignacio Plá, consiste en retomar ciertos trabajos que Coen realizó en la década de los setenta. Los medios utilizados son diversos y en algunos momentos de la exposición, son esbozadas las posibilidades de generar relaciones entre soportes heterogéneos. Por ejemplo, Mutaciones, artists work for the future, serie de impresiones digitales abstractas yuxtapuestas con partituras musicales y fragmentos de textos. O Traslaciones, second thoughts, pieza inspirada en el I Ching, y que está conformada por impresiones de fragmentos del libro chino acompañados por pequeñas imágenes intervenidas puestas a un lado, esta disposición pareciera invertir el orden cotidiano entre una imagen acompañada de texto en un tamaño considerablemente mayor que conocemos como «ficha». Si bien estas dos piezas tienen cierta similitud formal e incluso en los nombres que apelan al cambio y al devenir, el resto de la muestra es mucho más ecléctico. Pensemos en el escenario para performance que lleva el kilométrico título de Discurso de Ingreso. Dispositivo escénico para guajolote y jaula, Have we won, haven’t we?, que toma como punto de partida el discurso «Lo lúdico en lo cotidiano» de Coen, el cual dictó al entrar a la Academia de Artes en el 2010. El performance para el que fue realizado el escenario podrá verse el día de la clausura. Destaca de la muestra el video Robarte el Arte, realizado y proyectado en la Bienal Documenta 5 en Kassel, en 1972.
El crítico colombiano Daniel Montero dijo hace poco, hablando del trabajo de la artstar Marina Abramovic, que hay piezas u obras que por intentar poseer un contenido demasiado trascendental terminan anulándose y dejando un mal sabor de boca, concluyendo la crítica con la idea de que quizás el arte contemporáneo no deba tomarse tan en serio para funcionar. En Sin Inscripción Previa, el arte no es tomado muy en serio, y se apela constantemente a su carácter lúdico. No sólo por el título del texto en el que se inspira el performance, sino incluso en el texto curatorial cuando se aclara que los títulos alternos de las obras fueron «tomados sin ningún pudor de la obra de Ulises Carrión». Hay mucho humor en esta exposición.
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