Por Victor Méndez / @vichoamino | Septiembre, 2014
La NASA ha estado interesada desde hace tiempo en descubrir una manera de producir oxígeno para viajes espaciales de larga distancia. Incluso ha investigado diferentes formas que posibiliten la vida humana en el espacio y una exploración más exhaustiva. El siguiente proyecto responde a ello, su resultado es igual de interesante que el proceso y podría acortar la brecha para llegar a la solución.
Julian Melchiorri, graduado de la Ingeniería en Diseño Innovador por el Royal College of Art, y en colaboración con el laboratorio de seda de la Universidad Tufts, creó Silk Leaf, la primera hoja sintética que presenta las funciones biológicas naturales, pero producida en un laboratorio. Al absorber agua, luz y dióxido de carbono, como una planta, se genera oxígeno.
El material principal, la proteína, es extraída de las fibras de la seda (que tiene las propiedades ideales para estabilizar las moléculas), donde se disponen los cloroplastos de las células reales de la planta. Con esta mezcla se obtuvo un material fotosintético con las mismas propiedades que una hoja. A pesar de su “naturaleza artificial”, sus alcances se potencian: es ligera y de bajo consumo de energía, además que es capaz de sobrevivir en gravedad cero.
Silk Leaf conlleva enormes implicaciones para la ciencia y la tecnología. Por lo pronto los astronautas podrían obtener el oxígeno necesario para sobrevivir, mediante la conversión del agua y de la luz artificial. Pero no sólo ello, será posible transformar las ciudades, con la construcción de edificios inteligentes capaces de producir oxígeno propio. Melchiorri menciona que la hoja puede absorber el aire del exterior, filtrarlo a través de sistemas biológicos y ofrecer oxígeno limpio al interior del inmueble.
Finalmente destacar que el concepto del espacio está presente y se determina como un espacio alterado que arroja aún más preguntas, el espacio deja de tener límites.
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