Por M.S.Yániz / @yanizfilm | Febrero, 2015
Vivimos en un mundo lleno de imágenes, signos y experiencias que nos rebasan. Por más que se intente, la experiencia sensible que retenemos del mundo es mínima, todo se nos fuga; la cotidianidad, cada vez más rápida, no deja tiempo de concientizar los instantes que conforman nuestro ser.
Michael Nyman (Londres, 1944) presenta la videoinstalación Manéjese sin demoras. Deben exhibirse en fecha exacta. La pieza consiste en 10 pantallas en una sala del Centro de Cultura Digital. En ésta se proyectan loops de video de 72 minutos cada uno. La instalación se acompaña con sonido ambiental y música del propio Nyman. Las imágenes-movimiento que son proyectadas fueron filmadas durante los últimos seis años, tiempo que el artista lleva viviendo en México. Se muestra el Cine Ópera abandonado —la vida que se fuga—, la viuda del fotógrafo Hector García organizando y administrando su archivo –la retención de la vida y su exploración—, terrazas de la colonia Roma con criaderos de mariposas monarcas, y muchos momentos de la vida que transcurren en la ciudad de México. El logro de la pieza es doble; por un lado hace un ejercicio de conciencia a esta falta de capacidad para retener la vida, y por el otro, hace re-vivir esas experiencias a través de la misma museografía.
Nyman indaga en el cómo relatar el presente, vivirlo y pensarlo. La narrativa del video crea una relación con el imaginario de lo mexicano que ilustra la vida de muchos y, al mismo tiempo, aparecen imágenes de la producción de una película, la clasificación de archivo y ciudadanos registrando con fotos la ciudad. Esto, habla de la creación misma de las imágenes, los recuerdos y cómo todo esto es construido para ser contemplado, a pesar el la fugacidad, lo proyectado tiene tiempo, son sucesos muy tranquilos que crean una tensión con la música.
El formato de las 10 pantallas incita a deambular por el espacio, es un bombardeo de imágenes que te saturan y no permiten que haya una misma experiencia para los espectadores, en este sentido, se crea un acontecimiento único. El título es muy certero: no hay nada que hacer con la vida que se fugó (la demora) y la precisión del acontecimiento en la proyección, hace referencia a la autenticidad a éste y que sólo puede funcionar en esa sala del CCD, porque sin la música, el video y su yuxtaposición, la pieza no podría ser. Nyman crea una obra sobre la belleza del tiempo presente, el de estar aquí.
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