Música

Opinión | La versatilidad musical de David Bowie / Parte II


Por Pablo Cordero / @sugarskull12 | Octubre, 2014

En noviembre de este año, David Bowie publicará una exhaustiva recopilación que, bajo el irónico título de Nothing Has Changed, hará un resumen de su brillante y meteórica carrera, desde su sencillo de debut “Liza Jane” (1964) hasta una canción nueva “Sue (Or In A Season Of Crime)”. A continuación, haremos un brevísimo recorrido por la primera parte de una carrera que abarca cinco décadas de innovación.

1983-1987. Súper estrella

A inicios de la década de los ochenta, Bowie era aún un músico de culto, pero todo eso cambió cuando en 1983 edita Let’s Dance, disco sofisticado y comercial que desde el título anuncia sus intenciones: hacer bailar, más que pensar. Aunque la licenciosa maniobra fue recibida con despecho por quienes admiraban al Bowie experimentador de trabajos anteriores, el álbum cumplió su objetivo al venderse por millones, y pese a todo es un apreciable y bien logrado disco de pop ochentero. Lo mismo no puede decirse de los intrascendentes Tonight (1984) y Never Let Me Down (1987).

1989-1991. Estoy con la banda

Cansado de los excesos del superestrellato, Bowie decide hacer una pausa en su carrera solista para formar Tin Machine, un cuarteto con el cual pretende regresar a sus raíces haciendo rock duro y sencillo. El proyecto fue un fracaso comercial y recibió críticas mediocres, pero es ahí donde Bowie conoce al impresionante guitarrista Reeves Gabrels, quien sería vital en la siguiente etapa de su carrera.

1993-2003. El hombre máquina

Bowie reinicia su carrera solista en 1993 con Black Tie, White Noise, un disco con sutiles influencias de jazz, hip-hop y música electrónica. Outside (1995), más cercano a la música industrial, es un álbum tan pretencioso como interesante. Earthling (1997), el mejor disco de este periodo, es un experimento con música jungle y drum & bass que no por oportunista es menos excitante. Hours… (1999) y Heathen (2002) son excelentes discos de un artista en plena madurez, aunque Reality (2003) es un disco menos propositivo que los anteriores.

Y tras este disco vino una gira mundial, un dolor de pecho, una operación de emergencia, y un silencio discográfico que algunos pensaron ya nunca se rompería.

2013. Renacimiento

En los primeros días de 2013, Bowie anuncia sorpresivamente The Next Day, disco grabado en secreto con el que rompe 10 años de silencio discográfico. La reaparición inesperada de uno de los creadores más importantes de la música de los últimos 50 años, aún propositivo y en plenitud de facultades, puede interpretarse como un paliativo a la entropía que envuelve a la música popular en la actualidad, y la aclamación crítica y comercial con que fue recibido resulta más que merecida.