Por Pablo Cordero / @sugarskull12 | Octubre, 2014
El que un grupo o artista cuente conmaterial inédito no tiene nada de especial; hasta las bandas prefabricadas por la mercadotecnia y los artistas más prolíficos de lo-fi tienen canciones que, por alguna u otra razón, nunca llegan a publicar o incluso a registrarse oficialmente. Es común que cortes de su periodo formativo, experimentos formales y canciones que no encajan con su sonido habitual se queden en la congeladora. Pero también existen canciones (y discos completos) que, pese a nunca haber sido editados formalmente, trascienden lo que normalmente se espera de un rarity cualquiera. De estas joyas, escondidas durante largo tiempo pero hoy accesibles para el público en general a través del Internet, es que hablaremos en este texto.
Podemos empezar, como tantas historias, a partir de The Velvet Underground, cuyas grabaciones en vivo están repletas de temas que transgreden las convenciones musicales de su época aún más de lo que hacían sus seminales discos de estudio. Por ejemplo, “Melody Laughter” y “The Nothing Song”, temas que abrían y cerraban los conciertos de su primera época (1965-66), son hipnotizantes épicas improvisadas (solían alcanzar la media hora de duración) cuyas duras texturas, ritmos hipnotizantes y voces fantasmagóricas preceden el nacimiento del post-rock por tres décadas.
Si hay que destacar una pieza inédita de esta agrupación es “Sweet Sister Ray”. No nos referimos a “Sister Ray”, esos 17 minutos sublimes y perversos que cierran su segundo disco, White Light/White Heat (1968), sino a otra pieza que solían tocar a manera de introducción. En su única grabación existente (registrada en el club La Cave de Cleveland, en 1968), “Sweet Sister Ray” se extiende por 40 minutos de suaves, sutilmente amenazantes arpegios de guitarra que gradualmente se crispan en tormentas eléctricas, mientras la voz de Lou Reed recita un poema surrealista en fuerte contraste con la sordidez del texto de la más conocida “Sister Ray”. Se trata de un tema fascinante y misterioso que pudo haber cambiado la forma en que muchos perciben la música popular de haberse editado en su momento.
King Crimson, otra banda imposible de entender sin analizar a fondo sus grabaciones en directo, ha publicado decenas de horas de improvisaciones e incluso nos han limitado a las composiciones que nunca llegaron a grabar en estudio podemos llenar varios discos de excelente calidad. Desde su primera época en 1969 dejaron enlatados temas tan interesantes como las jazzeras “Travel Weary Capricorn” y “Drop In” así como su devastadora versión del “Mars” de Gustav Holst, mientras que temas como “Zoom” (1972), “Doctor Diamond” (1974) y “The Deception of the Thrush” (1998), los cuales sólo llegaron a ser registrados en concierto, ayudan a trazar una interesante historia alternativa del Rey Carmesí.
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