Por Clara Bolivar Moguel / @yoclaramente | Mayo, 2015
Cuando en 1921 André Bretón escribió Infiernos artificiales, describía en dicho texto las implicaciones del dadaísmo respecto a los postulados artísticos de su tiempo. La exposición curada por Daniel Garza Usabiaga y que ahora se presenta en el Museo Universitario del Chopo retoma el título para exhibir líneas de trabajo e investigación en las propuestas artísticas que se han realizado en México en tiempos recientes, específicamente entre 2012 y 2015.
A principios del siglo XX, los artistas pertenecientes al Dadaísmo optaron por la improvisación y el absurdo como modelos de elaboración artística, los cuales consideraron pertinentes como respuesta a un contexto enmarcado por la Gran Guerra, y como reacción a las atrocidades que las promesas de la razón y la modernidad habían traído consigo. Ahora, en el Museo del Chopo se presentan trabajos que casi cien años después utilizan las mismas estrategias, buscando con ello vincularse a un arte preocupado por su entorno y su momento político y despreocupado por seguir cánones establecidos o modos tradicionales de creación. En este caso, la muestra presenta trabajos de artistas mexicanos pertenecientes a una generación marcada por el fracaso en la alternancia del partido en el poder después del año 2000; una generación que salió a las calles a protestar ante el regreso del régimen priísta en el año 2012 y en 2014 a marchar por los hechos ocurridos en Ayotzinapa, Guerrero.
Por citar algunos ejemplos, el mexicano Iván Krassoievitch (1980) realizó 2 y medio (objetos mordidos por el perro del artista) en la cual cuestiona la noción de autoría, al igual que las formas de enunciación de los discursos en relación con los objetos en contextos de exhibición institucional. Por su parte, si se revisa ampliamente la producción de Alberto Pazzi (1990), se verá que retoma las típicas herramientas dadaístas del collage, refigurando signos cotidianos con elementos iconográficos que apuntan a críticas sobre situaciones específicas, tal como en la pieza incluida en la exhibición cuyo tema es el amor en tiempos del WhatsApp.
Los objetos encontrados y resimbolizados por el dadaísmo tienen en esta narrativa una connotación política. La pieza de Juan Caloca (1985) Postura errática es parte del extenso proceso documental que el artista ha realizado de objetos y testimonios de lo que fue la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, extinta en 2012 por decreto presidencial.
La exposición plantea y deja abiertas muchas interrogantes. En ella se dibujan posibles líneas a seguir respecto a cómo el arte asume la crisis política y social en estado permanente. La resistencia tiene nuevos motivos, sus estrategias artísticas son reutilizadas y actualizadas.
Infiernos Artificiales abierta al público en el Museo Universitario del Chopo hasta julio de 2015.
Foto: Macheteart.
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