Por Andrea García Cuevas / @androclesgc | Abril, 2015
En un momento, no-nuevo, donde Internet parece ganar terreno frente al libro, las publicaciones temen correr riesgos. Y en diferentes territorios, como en el caso de México, aventurarse por las editoriales independientes representa un acto casi de valentía. Los lectores son pocos y la circulación es baja, pero una de las ventajas de tal panorama desolador es apostar sin tener, en realidad, mucho que perder.
Aunque parezca ingenuo, los números, sin embargo, no lo son todo. Internet tampoco lo es. Un número gordo de “me gusta”, “compartidos” o “retuits” no garantiza una circulación de sentido, pero sí la sensación de conocer algo en el fervor de la inmediatez. O, ¿será acaso que somos nostálgicos y nos aferramos al objeto impreso como soporte? Cuando se conocen proyectos como Ediciones Transversales la respuesta parece ser un revés a lo que implican las dinámicas en Internet: no es lo impreso lo que está en crisis, sino la capacidad lectora que hoy aparece subsidiada por la burbuja que es la red.
Sucede que otras formas de circulación de conocimiento son posibles. Y, sí, desde la materialidad de un objeto, entre hojas, pastas e hilos, y con casi todo hecho a mano, como en el caso de este proyecto. Alfonso Santiago, su fundador, me cuenta que Ediciones Transversales “está muy alejada de este anhelo o nostalgia prematura por lo impreso.” Sus propósitos son otros: ser una plataforma de difusión y circulación de textos que, a su vez, puedan ser catalizadores de otras ideas.
Su trabajo responde a aquel acto de valentía aunque desde un panorama diferente al de la mayoría de las publicaciones que, a veces sin quererlo —como en este caso—, llevan el mote de independientes. Se trata de un proyecto sin ningún fin de lucro, las colaboraciones no son pagadas y si una de las series es comprada el dinero se destina a la producción de una siguiente. Su trabajo es mayúsculo: frente al superávit de contenidos, sus retos son provocar circulaciones de sentido no-inmediatas, detonar experiencias no-efímeras, compartir conocimientos y generar redes entre diferentes agentes.
Ediciones Transversales nació en 2013 como una inquietud de Santiago, un diseñador especializado en soportes editoriales que hoy es como un “todólogo” de su propio proyecto. O como él mismo lo dice, “un coordinador que hace que todas las piezas embonen”. Él sabe que en la convivencia con el otro hay un proceso de aprendizaje, así, cuando inició, “quería obviar ese proceso, materializar lo que estamos aprendiendo de las personas que nos rodean.”
Se trata de un conjunto de publicaciones: pequeños textos cortos publicados bajo licencia de Creative Commons, de alrededor de 10,000 caracteres y congregados en series. Cada serie cuenta con 7 textos individuales, presentados como pequeños cuadernillos; la mayoría son ensayos de reflexión, análisis y opinión, pero también hay cuento, ilustración y hasta un gif dibujado. Algunos son textos inéditos y otros son recuperaciones de escritos publicados en blogs o conferencias que nadie —excepto Ediciones Tranversales— registró, como la dictada por David Miranda en el Museo Jumex como parte de la exposición Autoconstrucción de Abraham Cruzvillegas.
Hasta el momento han sido publicadas cuatro series y dos compilaciones realizadas en colaboración con lleom (laboratorio de literaturas extendidas y otras materialidades). Como lectora, encontré varias sorpresas, desde artistas que desconocía, temas interesantes, plumas conocidas e investigadores a lo que seguirles la pista. Además, existe una incertidumbre que hace más atractiva la dinámica de la lectura: los textos de cada serie no responden a un sólo tema, ni siquiera contemplan un orden. (Los temas son variados, desde arte contemporáneo, danza, ejercicio editorial, arte prehispánico, video, etc.)
Y es que en Ediciones Transversales, como su nombre lo indica, no hay una lógica vertical ni establecida para nada. “Sí hay criterios editoriales y objetivos, pero me gusta la idea de que es [un tipo] de proyectil que lanzas. Y en todo este trayecto, desde el momento en que fue concebido hasta ahorita, ha habido una zona de incertidumbre muy agradable.”, comenta Santiago y añade cómo el proyecto no se encierra en términos: “me gusta la inestabilidad de los términos, esto de que no es un libro pero tampoco un fanzine. O ser una editorial independiente que no se asume como tal. Me gusta mucho jugar entre una cosa y otra, esta dinámica de consumo, de producción, de circulación, que está poniendo sus propias reglas. Cada una de las series o de los cuadernillos va trazando una línea del proyecto.”
Las series de Ediciones Transversales, que recogen textos e ilustraciones de autores como Enrique Arriaga, Adriana Melchor, Ga Bi, Christian Gómez, Silverio Orduña y Ana del Castillo, entre otros, se pueden conseguir aquí y en Harobooks, y consultar en bibliotecas públicas y espacios como Aeromoto, A47 y la Cafeleería, entre otros.
*Más editoriales: Ediciones Acapulco | Sexto Piso | Tumbona Ediciones | Biblioteca Aeromoto | La Caja de Cerillos | Novela gráfica | Back Bone Books
Foto: Ediciones Transversales.
Andrea García Cuevas es licenciada en Arte por la Universidad del Claustro de Sor Juana. Coordinadora editorial de la revista Código, es investigadora independiente y colaboradora de diferentes publicaciones. Es miembro del proyecto Ángulo O.
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