Por Victor Méndez @vichoamino | Septiembre, 2014
Los que usan la bicicleta a diario en una ciudad que no está adaptada a su uso entienden de los obstáculos y dificultades a las que se enfrentan. Además de autos y peatones, una de estas problemáticas es la falta de atención que se pone cuando se sale a la calle y se conduce un automóvil o se anda a pie. Es por ello que los claxons y las bocinas son de utilidad, porque emiten un sonido que previene a los demás cuando el sentido de la vista no está alerta, y claro, tienen que ser extremadamente ruidosas y molestas para que se escuchen.
La compañía sueca de accesorios para bicicletas, Bookman, en colaboración con Acme Whistles, diseñó un silbato que hace que los ciclistas se hagan presentes para todos. Las campanas en los manubrios, que ahora cumplen esta función, no logran emitir un sonido perceptible a la mayoría, y más en un entorno aún más ruidoso y repleto de gente. Johan Lidehall menciona que el principal motivo para hacer un silbato de pequeñas dimensiones, pero con una potencia que logra opacar los otros sonidos, fue que a gran parte de sus clientes no les era funcional una bocina de metal unida el manubrio, al contrario, provocan distracción y finalmente no se logra el cometido de prevención.
En cuanto se sopla, el silbato lanza una alerta suave, pero según la intensidad que se le aplique, el sonido es más penetrante y fuerte; el silbato, entonces, se convierte en un instrumento de señalización alternativa para las calles ruidosas. Una característica importante es la posibilidad de mantener las manos libres, ya que se coloca alrededor del cuello a través de una banda que presenta un nudo de seguridad para ser retirado rápidamente. Esto en caso de que el silbato se cayera de la boca, porque bien podría descansar en los labios.
Un inconveniente importante es que algunas ciudades en el mundo, desconozco si en México, se mantienen aplicadas las antiguas leyes, donde se prohíbe usar silbatos cuando se anda en bicicleta, porque podría causar duda respecto a si es un ciclista el que silba, o si es un policía de tránsito que guía.
Lidehall concluye en que están creando más opciones para la gente que a diario se enfrenta al problema de calles ruidosas y aglomeradas, y planea conseguir que las bicicletas tengan una presencia significativa en medio del tránsito, sin temor a que no sean escuchados. Tengo algunas dudas, pero habrá que probarlo.
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