Por Aline Hernández / @AlineHnndz | Marzo, 2015
«El estado de excepción, en cuanto figura de la necesidad, se presenta así —junto con la revolución y la instauración de facto de un ordenamiento constitucional— como una disposición «ilegal» pero perfectamente jurídica e constitucional», que se concreta en la producción de nuevas normas (o de un nuevo orden jurídico)»
Giorgio Agamben
I. Vámonos pa’Grecia o el peligro de convertir la realidad política y social en un escaparate más de consumo.
El 6 de octubre del año pasado, se dio a conocer en un simposio titulado “dOCUMENTA 14, Kassel: Learning from Athens” en la Academia de Bellas Artes en Alemania, el nuevo proyecto de dOCUMENTA que tendrá lugar en 2017. En el evento, el director artístico Adam Szymczyk presentó a los miembros de su equipo así como las temáticas sobre las cuales tienen intención de trabajar. De acuerdo con Szymczyk, la nueva edición se dividirá entre Kassel y Atenas, en medida que las hostilidades hacia las medidas de austeridad, la crisis y los problemas de inmigración por los que está actualmente atravesando Grecia, merecen ser de algún modo revisitados críticamente. Al respecto, también mencionó que su interés por Grecia se debe a que no es un caso aislado, por el contrario, está experimentando muchas de las dificultades a las que se enfrenta actualmente Europa. Atenas, en este sentido, ejemplifica “los problemas actuales que se extienden más allá de la noción proverbial de crisis y que permanecen sin resolverse. Así, implica una oportunidad para abrir un espacio de imaginación, acción y pensamiento, en vez de seguir la trampa de la configuración neoliberal de desempoderamiento que se ofrece como una no-acción implícita en la no-elección de austeridad” (Comunicado sobre la nueva edición de dOCUMENTA que tendrá lugar en Atenas, disponible en red aquí). De acuerdo con Szymczyk, las razones de llevar dOCUMENTA a Grecia también radican en que los parámetros que llevaron a la creación de dOCUMENTA en Alemania ya no están en juego, y resulta por tanto, urgente encontrar esto en otro sitio. Finalmente, concluyó que mediante su desplazamiento temporal, la exhibición hará posible que mediante las estrategias artísticas, la realidad contemporánea sea pensada, pero no comprendida como un lugar de sufrimiento y miseria para muchos, sino como un sitio conformado por muchos individuos.
Desde que fue nombrado director artístico en 2013, Szymczyk ha estado desarrollando el proyecto así como al equipo que lo integrará. Entre algunos de los miembros ya anunciados se encuentran Pierre Bal-Blanc (director del Centro de Arte Contemporáneo de Brétigny); Hendrik Folkerts (curador de perfomance, cine y programas educativos del Stedelijk Museum de Amsterdam); Hila Peleg (fundador y director artístico del Foro documental de Berlín); Dieter Roelstraete (curador del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago); Mónica Szewczyk (curadora de artes visuales del Centro de Artes Reva); y David Logan (Universidad de Chicago). En cuanto a la edición en Grecia, correrá a cargo de Marina Fokidis, escritora, curadora y fundadora del Kunsthalle Athena y de la revista South as a state of mind.
Frente a todo esto muchas dudas y cuestiones pueden ser planteadas. Basta recordar, a modo de ejemplo, el experimento que llevaron a cabo en la edición pasada donde lograron disponer al movimiento Occupy, en una suerte de vitrina exótica para el entretenimiento de los espectadores. Las polémicas que se desataron al respecto fueron muchas, entre algunas de las preguntas que surgieron resonó una que me parece bastante interesante para abordar la cuestión de la nueva edición: “Can protesters be curated?”, se dijo en alguna de las críticas en torno al proyecto y hoy me preguntó: ¿Puede la crisis, en este sentido, ser igualmente curada? Lo que surge, en primera instancia, no es tanto ya problema de autocomplacencia por parte del arte, con la que ya nos hemos familiarizado y que teóricos como George Yudice o Frederic Jameson, e incluso, Theodor Adorno, han tratado extensamente; sino hasta qué punto, movimientos de resistencia contra el capitalismo, son abiertamente expuestos ya para el entretenimiento de un público que los toma como lo que parecieran ser, una obra más. Algunas de las fotos que surgieron como parte de la crítica que generó la incursión del movimiento Occupy en dOCUMENTA 13, dan cuenta de ello. Un montón de curadores, galeristas y transeúntes, entre otros, observando atentamente al movimiento mientras éste se mantenía en los prados.
Ahora bien, no sólo surgen estas preguntas, sino a tono general, otro tipo de cuestionamientos que pueden llevarse a cabo. En un primer momento, tendríamos que elucidar ¿en qué medida es que este tipo de proyectos curatoriales parecen alimentarse de estas situaciones de emergencia social, política y económica? y ¿en qué medida es que cuando estos procesos al cruzar la brecha de la vida hacia la institución, son dispuestos para mero consumo? Irmgard Emelhainz, en su texto Neoliberalismo y autonomía precisamente explica que “acciones políticas sensibles” como ésta, buscan hacer visible lo invisible bajo la premisa de que dicho acto es político, y sin embargo, lo que representan es vago en términos políticos. El problema es que la brecha entre representación estética y política es hoy día más amplia que nunca” (Emmelhainz, Irmgard, Neoliberalismo y autonomía del arte, enero 26, 2014, Salón Kritik, disponible en línea aquí). Si bien no es un fenómeno nuevo —sabemos de la estrecha relación que guardaron muchos de los movimientos de vanguardia con la realidad política, de esa relación cruzada entre arte y vida que guió muchos de los procesos—, hoy las circunstancias han cambiado y no podemos eludir la relación que tienen muchos de estos eventos para con los procesos neoliberales a los que responde, en muchos sentidos, la actual industria cultural.
En cuanto a la autocomplacencia, tocaría de igual modo preguntarse por qué para dOCUMENTA, resulta necesario volcarse precisamente hacia estos fenómenos, aprender de ellos, cuando gran parte de las circunstancias que están generando las estructuras necesarias para que tengan lugar están siendo promovidas al interior mismo de su país y esto involucra, a su vez, otro tipo de análisis o varias perspectivas desde dónde comprender lo que ocurrió y tiene lugar en Grecia.
Foto: Graphite Journal.
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