Arte

Los Caprichos del Hombre


Paralelo al polémico estreno de Heli, la cual, a partir de una serie de imágenes explícitas e incómodas, muestra a un país devastado por la guerra contra el narcotráfico; aparece una película procedente de Torreón, que bien podríamos denominar como  la contraparte de la premiada obra de Amat Escalante.

Por Alberto Acuña

 

La ópera prima de Federico Schott, también se centra en un contexto donde la vida ya es moneda corriente gracias a que la violencia lo ha arrasado todo. Sin embargo, está última nunca aparece ni se hace referencia directa a ella. Para representar este clima social en la frontera, Schott hilvana una serie de secuencias aleatorias, que registra las actividades mundanas de un adolescente anónimo (interpretado por Elías Agüero, amigo del director, sin experiencia previa como actor) que habla de ese desencanto que tiene la población más joven en una región donde el progreso se frenó.

 

 

“Yo vivo desde hace mucho tiempo en New York, y hace un par de años regresé a Torreón, de donde soy originario, para quedarme una larga temporada, justo cuando había iniciado la guerra contra el narcotráfico. Entonces empecé a conocer personajes, situaciones, lugares que representaban esta crisis que estaba callada; se empezaron a vaciar las calles, los restaurantes, las plazas comerciales; así que tomé notas pensando ‘quiero hacer una crónica de esta situación a mi estilo’, una colección de imágenes que te conduzcan a esto”, comenta Schott.

Después de ver Los Caprichos del Hombre, evidentemente queda la duda de cómo habrá sido la escritura del guión. El cineasta explica: “Es una colección de fragmentos que se acercan mucho a la realidad hechos a partir de notas; yo no conozco cada minuto de tu vida, solamente momentos que me cuentas de lo que te pasó ayer, de lo que ocurrirá mañana. Disfruto más dejarle al espectador que una lo que deba de unir, a estar escribiendo un guión perfecto.

Mucho de lo que aparece en las notas de Schott también son producto del ocio. Como su personaje, el director y sus amigos al ver que no había mucho que hacer en la ciudad, iban al lago, pasándose varias horas, tirando piedras y paseando. Se trata pues, de un cine muy libre y periférico.

Los Caprichos de Hombre, posterior a una breve gira festivalera, llegará directamente a Internet.