Arquitectos del Laboratorio de Materiales de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas, España, han descubierto los beneficios de la puzolana, una ceniza de origen volcánico, que mejora la resistencia y sostenibilidad de los edificios.
Aunque normalmente pensamos que la arquitectura sólo se dedica al diseño del espacio y la construcción, la verdad es que un artista también se ocupa de su materia prima. En el caso de los arquitectos, algunos investigadores han descubierto un material que aumenta la rigidez del hormigón y, con ello contribuye a incrementar la durabilidad de las construcciones.
Una de las líneas que desarrollan los arquitectos, es la de innovar en nuevos materiales, y en la actual coyuntura de crisis en el sector de la construcción, la innovación se encamina hacia la rehabilitación de los edificios. El objetivo es incorporar sostenibilidad a los materiales y la mejor forma es que los edificios ganen en durabilidad. Como ejemplo de sostenibilidad tenemos las antiguas construcciones religiosas, catedrales e iglesias de siglos de antigüedad. Una de las cuestiones fundamentales en la investigación es que los edificios sean durables.
Los estudios desarrollados en España, abordan tanto los aspectos estéticos (pigmentos en el hormigón para darle coloración), como la incorporación de materiales locales, en concreto la puzolana, que es una ceniza de origen volcánico presente en el sur de Gran Canaria.
Otra de las líneas de investigación que desarrolla el grupo en paralelo, se centra en las posibilidades de la rehabilitación de la construcción tradicional, mamposterías pétreas, muros de piedra forjados de madera, y casas cuevas, tanto desde el punto de vista de cálculos estructurales, como de defectos constructivos e innovaciones.
+info:
El hormigón es el producto resultante de la mezcla de un Aglomerante; Arena, Grava o Piedra Machacada (denominados áridos) y Agua. Antiguamente se empleó en Asia y en Egipto. En Grecia existieron acueductos y depósitos de agua hechos con este material, cuyos vestigios aún se conservan. Los romanos lo emplearon en sus grandes obras públicas, como el puerto de Nápoles, y lo extendieron por todo su imperio.
Antes del descubrimiento de los Cementos se emplearon como Aglomerantes la Cal Grasa, la Cal Hidráulica, y los Cementos Naturales. Desde mediados del S.XIX comenzó a utilizarse en obras marítimas, y a finales del mismo, asociado con el hierro en forma de Hormigón Armado, en puentes y depósitos, habiéndose extendido su empleo tanto en obras públicas como privadas. Es un material de bajo precio respecto al Acero, de resistencia similar o mayor a la del Ladrillo, que brinda la posibilidad de construir elementos de casi cualquier forma.
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