Por Pamela Ballesteros / @apoteosis_
«Nuestra tierra es sólo un lunar entre los millones de estrellas del cosmos. Los lunares son un camino al infinito. Cuando borramos la naturaleza y nuestros cuerpos con lunares, nos integramos a la unidad de nuestro entorno. Nos volvemos parte de la eternidad…»
Yayoi Kusama
El arte como ente catártico se refleja en el trabajo artístico de Yayoi Kusama, una de las artistas más importantes de Japón en los últimos años. La técnica de Kusama se caracteriza por saturar grandes lienzos y diversos espacios físicos con círculos multicolores, puntos y lunares repetitivos que invaden y diluyen todos los elementos alrededor. Escenas que recrean un infinito ilusorio, motivo recurrente en cada una de sus piezas.
Estos patrones psicosomáticos han sido la fuga para el trastorno obsesivo-compulsivo y la depresión que acompañan a Kusama desde la infancia. Sus trabajos pictóricos, esculturas y escritos surrealistas son un constante diálogo interno, medios por los cuales refleja también su represión sexual, la empatía por los movimientos feministas así como experiencias de diversas facetas en su historia personal. Ella es parte de su obra.
Gran parte de su trabajo lo desarrolló en la ciudad de Nueva York en la década de los sesenta, en donde sus piezas fueron adoptadas en el apogeo del Pop art, etapa en la que experimentó con la escultura, el performance y los happenings vinculados a los movimientos contraculturales de la época, en la que compartió colaboraciones con Andy Warhol (1928-1987) y Donald Judd (1928-1994) alcanzando gran notoriedad a nivel mundial. Posteriormente regresó a Japón, y en la actualidad con seis décadas de trayectoria Yayoi Kusama continúa produciendo y promoviendo el arte desde su estudio en Tokio.
Sus obras se encuentran entre las colecciones de los museos más importantes de todo el mundo, incluyendo el Museo de Arte Moderno de Nueva York, Los Angeles County Museum of Art en Los Angeles, Walker Art Center en Minneapolis, la Tate Modern, de Londres, el Stedelijk Museum de Amsterdam, el Centro Pompidou en París y el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio. Se han presentado restrospectivas en la Tate Gallery de Londres, en el Beaubourg de París y el Reina Sofía de Madrid.
Te presentamos seis obras reconocibles del excéntrico trabajo artístico de Yayoi Kusama:
A finales de los años cincuenta y principios de los sesenta Kusama realiza la serie Infinity Net (Redes infinitas), obras invadidas por arcos de pintura distribuidas obsesivamente por un patrón repetitivo.
Durante su residencia en Nueva York en los años sesenta, experimento con esculturas blandas y creó Accumulations Sculptures (Esculturas de acumulación), que se caracterizan por simular apéndices fálicos y que han sido objeto de diversas interpretaciones.
Dentro de este contexto en Nueva York tuvo influencias del movimiento hippie, el cual reflejó en su serie Self-Obliteration (Autoborramiento), obras poco conocidas de Kusama y en las que prevalece el cuerpo y la libertad sexual.
Tras el éxito que obtuvo en el pabellón japonés en la Biennale de Venezia en 1993, Kusama comenzó a producir enormes esculturas de calabazas amarillas en gran formato cubiertas con lunares negros, una de sus creaciones más icónicas.
En el año 2000 Kusama refleja una mayor contemporaneidad, muestra de ellos son sus instalaciones I’m Here, but Nothing (Estoy aquí, pero nada), en donde hace uso de espacios físicos para difuminarlos con inmensidad de puntos.
En Infinity Mirrored Room – Filled with the Brilliance of Life (Sala de espejos del infinito – Plena del brillo de la vida) uno de sus trabajos más contemporáneos, convierte espacios en instalaciones cubiertas por decenas de espejos y bolas de colores neón, colgadas a diferentes alturas. Objetos que reflejan la luz creando una ilusión de infinito.
Yayoi Kusama. Obsesión infinita, es la primera muestra retrospectiva en América Latina de la artista japonesa, bajo la curaduría de Philip Larratt-Smith y Francis Moris ha recorrido Argentina y Brasil, presentando más de un centenar de obras creadas entre 1949 y 2013 incluyendo pintura, escultura, videos e instalaciones. Una de las exposiciones más esperadas del año que tendrá como sede el Museo Tamayo a partir del próximo 25 de septiembre, y permanecerá abierta al público hasta el 19 de enero de 2015.
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