Por Andrea García / @androclesgc | Septiembre 2014
La opulencia es uno de los adjetivos más precisos para describir las obras de la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid. En sus edificios, las formas persiguen una composición un tanto futurista que, sin embargo, habla de un presente obsesionado por conquistar la marcha del tiempo. Incluso en sus acercamientos con el diseño y la moda, la ganadora del premio Pritzker ha buscado representar el movimiento con ambiciosos diseños que parecen desafiar los principios de la geometría.
Edificios como la Guangzhou Opera House en China, la Ópera de Dubái, el complejo Galaxy Soho, o el Centro Heydar Aliyev en Azerbaiyán, por mencionar algunos, son ejemplos de una arrogancia arquitectónica coronada por el dominio de la imagen capitalista. Su visión, se ha dicho, está adelantada a su tiempo y, quizás, hasta a su mundo. En una ocasión Rem Koolhaas, quien fuera su tutor, la definió como “un planeta en su propia órbita inimitable”.
Entre la torsión formal y la obsesión por la curva, el minimalismo no tiene cabida en los edificios de Hadid. En su último proyecto, desarrollado en el marco del Festival de Diseño de Londres, presentó una escultura arquitectónica que, por su carácter experimental, le permitió desarrollar un lenguaje plástico mucho más simple. Sin abandonar el sello característico (la curva), la estructura se emplaza al centro de una piscina localizada en el jardín John Madejski del Victoria & Albert Museum de Londres.
La Cresta, como ha sido nombrada, fue diseñada como una pieza de ingeniería que lleva al aluminio a su más mínima expresión. Este material permite generar un juego de sombras, luz y reflejos entre la superficie de la pieza, el jardín, y la arquitectura del museo. De acuerdo con la arquitecta, “es una escultura experimental que [pone a] prueba nuevas tecnologías de construcción y diseño aplicadas a un material de mínimo grosor. [Su diseño surge] de una investigación sobre la relación entre organización formal y desempeño estructural”
Después de las actividades del Festival de Diseño de Londres, la Cresta será instalada en el Me Hotel en Dubái, que también fue diseñado por la “diva” de la arquitectura.
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