Por Pablo Cordero / @sugarskull12
Tim Bowness (Cheshire, Inglaterra, 1963), es una de las figuras más respetadas dentro del rock progresivo contemporáneo gracias a su labor como cantante en No-Man, proyecto que comparte con el genial Steven Wilson (Porcupine Tree), al que el Melody Maker llamó “la banda británica más importante desde The Smiths”. Aunque la garganta de Bowness es su instrumento más característico, el nuevo disco de Henry Fool, proyecto alterno de Bowness creado a principios de milenio junto con el tecladista Stephen Bennett, sorprende por tratarse de una obra completamente instrumental.
Con el irónico título de Men Singing, este disco (apenas el segundo de la banda, tras su disco homónimo de 2001) ofrece cuatro largos temas en los que el núcleo creativo de Bowness y Bennett es acompañado por virtuosos músicos provenientes de bandas establecidas (el más famoso de los cuales es Phil Manzanera, guitarrista de Roxy Music). Men Singing es un trabajo conservador, ya que respeta los cánones más tradicionales del rock progresivo sin prestar atención a ninguna tendencia musical que haya surgido después de 1975, pero su factura es incuestionablemente impecable.
Fragmento del tema inicial, “Everyone in Sweden”.
“Everyone in Sweden”, “Men Singing”, “My Favourite Zombie Dream” y “Chic Hippo” conforman una larga y ambiciosa suite, y si bien existen diferencias entre uno y otro tema (el primer corte tiene una atmósfera lenta y onírica, el segundo resulta más conciso y melódico, el tercero agrega distorsiones que enturbian su tonalidad, y el último se basa en un complejo diálogo polirrítmico entre bajo y batería), el resultado final es el de una obra unitaria que tiene más sentido al escucharse de principio a fin.
Aunque el disco es impecable hasta el último detalle, por momentos se siente frío, excesivamente controlado. El denso entramado de teclados es impresionante musicalmente, pero resulta aséptico y poco conmovedor. Y aunque los temas son estructural y armónicamente complejos, hay muy pocas líneas melódicas memorables. Entre todos los magníficos instrumentistas del disco, solamente el saxofonista y flautista Myke Clifford agrega un toque de humanidad a Men Singing, con su timbre orgánico y espontáneo.
El rock progresivo, a 45 años de su surgimiento, sigue siendo un género vital e interesante, con artistas de culto que respetan su legado a la vez que miran hacia el futuro. Aunque Tim Bowness es uno de estos artistas, Henry Fool no es el mejor escaparate para su talento. Para quienes ya son aficionados al género, Men Singing resultará agradable. Sin embargo, este disco, pese a su belleza y el evidente cuidado invertido en su manufactura, inevitablemente resulta un tanto aburrido.
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