Por Pamela Ballesteros / @apoteosis_ | Enero, 2016
En su decimotercera edición Zona Maco se integra —como cada año— por cinco secciones, entre ellas Nuevas Propuestas. Área destinada a exhibir galerías y espacios independientes nacionales e internacionales, que presentan obra de artistas jóvenes así como de otros más consolidados que no han tenido presencia previa en México.
En este contexto, la curaduría de la sección está a cargo de Humberto Moro (Guadalajara, 1982), artista de formación que se ha desempeñado como coordinador de la colección Jumex y como curador independiente. Tras colaboraciones anteriores en Zona Maco, en esta edición Moro concreta su participación y nos platica sobre su selección de galerías y su concepción de espacio independiente.
Para comenzar me gustaría saber ¿a qué respondió la selección de participantes para Nuevas Propuestas? ¿qué conceptos hilan la curaduría de este año?
Este año funcionó diferente porque usualmente se tiene una serie de parámetros para seleccionar a las galerías participantes, parámetros que tienen que ver por ejemplo con la edad de los artistas o la permanencia de las galerías. Ahora quise dejar esto un poco de lado para pensar en otro tipo de mediaciones, como el encuentro que sucede entre los coleccionistas y el público con las obras presentes en la feria. Entonces la selección partió de ello, de galerías que presentan obra ex profeso o de artistas que no habían sido expuestos anteriormente y que de alguna forma su obra representa una novedad en la feria.
En realidad no tiene un concepto porque no es una exposición como tal. Por ejemplo el área de Solo Projects en Zona Maco Sur, que presenta el trabajo individual de artistas, sí puede tener un concepto mucho más desarrollado. Por su parte, Nuevas Propuestas es una sección mixta en donde hay galerías que aplicaron y otra parte de ellas que fueron invitadas directamente.
A partir de esta selección ¿qué discurso buscas enunciar?
Para mí es muy importante el tema de la creación de nuevos coleccionistas, me parece que el coleccionismo en México es una cosa que ha crecido muy lentamente en comparación a la oferta de artistas y galerías que existe. Así que una de mis principales intenciones para este año es cultivar el coleccionismo, invitar a gente joven a que se atreva a incursionar en esta actividad.
Para ello, hay toda una serie de estrategias como ofrecer rangos diversos de precios en la feria. La sección Nuevas Propuestas representa lo mejor que está pasando en México en tema de artistas y galerías, al mismo tiempo que presenta una selección de los más representativo que pasa en el exterior.
Con ello, ¿qué diálogo resulta de emplazar escenas que provienen de contextos disímiles? ¿qué contrastes existen?
Es una pregunta muy importante, por ejemplo de los 22 proyectos seleccionados hay siete mexicanos, lo que expone a éstos ante artistas, curadores y galeristas visitantes. Se desarrollan proyectos y se establecen relaciones, transacciones que resultan en intercambios personales y de ideas muy importantes que no se pueden medir en términos comerciales.
En particular de la ciudad de México, entre un basto circuito de espacios independientes, elegiste Casa Maauad…
Esto respondió a una iniciativa directamente de la administración de la feria, no fue decisión propiamente mía. Me parece maravilloso integrar un espacio que ha tenido un trabajo consistente en los últimos años y que la feria represente una plataforma para su desarrollo.
Continuando con el tema de espacios independientes, hace unos años estuviste a cargo de HUMO Live Art en Guadalajara, es decir, conoces bien la dinámica de gestionar un espacio propio. Con esta experiencia ¿qué opinas del circuito y la actividad artística que sucede actualmente en la ciudad de México?
Me parece que los espacios independientes juegan un papel increíble y fundamental en el desarrollo de artistas, gestores y del público. El problema en México es que hay muy pocos recursos económicos con los cuales estos espacios puedan subsistir. La mayoría de ellos son sufragados por la gente que los dirige o que los crea, mantenerlos vivos se convierte en una tarea muy difícil, generalmente todos los espacios independientes nacen teniendo una fecha de caducidad implícita.
En mi experiencia, te puedo decir que el espacio que hice en Guadalajara y que se mantuvo a lo largo de cuatro años, fue una temporada en la que aprendí mucho y en la que conocí a muchas personas con las que continúo trabajando. El tema de la escala también es importante, porque los espacios independientes afectan directamente a un círculo pequeño en donde sucede un intercambio de aprendizaje que repercute en la sociedad en general.
En México creo que hay pocos espacios independientes en la ciudad, estaría bueno ver más, existen varios muy interesantes como Casa Maauad o como Biquini Wax. Entonces sería muy bueno que tal vez el sector privado o el mismo gobierno pudieran brindar más facilidades para que se desarrolle una escena más fuerte.
¿En qué medida suceden o se replican estas dinámicas en Nueva York, ciudad en la que actualmente radicas?
Acá la cosa es muy diferente porque el sistema económico —sobretodo en el tema de impuestos— está construido de manera que facilita que una empresa apoye a un espacio independiente, es un poco como la ley de fomento al cine mexicano en México, pero aquí existe para todas las empresas culturales. Entonces es muy fácil que una iniciativa sin fines le lucro pueda obtener recursos, hay espacios legendarios como Participant Inc, que tiene más de diez años operando, es pequeñito pero sus exposiciones están a nivel de cualquier museo.
¿En qué panorama ubicas a la escena artística de México frente a la escena global del arte?
No creo que como tal se pueda dar una posición, lo que sí puedo decir es que durante las últimas dos décadas ha habido muchísima atención en México porque muchos artistas han salido al exterior, han sabido operar en un circuito más extendido, lo que implica representar al país. Es un fenómeno producto de los artistas y cada vez más de las galerías.
Regreso a Zona Maco, el año anterior la selección para Nuevas Propuestas tuvo que ver con la producción joven en América Latina. En esta ocasión conviven, por ejemplo, el espacio Diablo Rosso de Panamá y YAM de San Miguel de Allende. En este sentido ¿qué opinas del la relación e intercambio entre las escenas independientes en Latinoamérica?
Esta edición no está tan enfocada en Latinoamérica, diría que hay un poco más de intercambio con el norte, y no sólo geográficamente hablando, sino el norte global. Por mencionar algunas, están presentes tres galerías de España, cuatro de Estados Unidos, dos de Alemania, así como de Bélgica e Inglaterra. Sin embargo, muchas de ellas están trabajando directamente con artistas latinoamericanos, incluso mexicanos, lo que creo que resulta en un panorama esperanzador.
Entre ellas está DUVE de Berlín, que exhibe a Débora Delmar; Art 3 gallery de Brooklyn, que exhibe a Alexis de Chaunac; y D+T Project Gallery de Bélgica que presenta el trabajo de Federico Martínez Montoya. Lo que es un síntoma de que hay artistas mexicanos y latinoamericanos que están estableciendo relaciones significativas con galerías de Europa.
Más allá de la lógica de mercado a la que responde una feria como Zona Maco ¿qué rol tiene la sección de Nuevas Propuestas? ¿qué tanto resulta una plataforma de validación para los artistas?
Creo que no se puede dislocar el hecho de que la feria es un espacio especializado, en el que la relación primaria es entre un proveedor de servicios que es la galería, y un consumidor que es el coleccionista. Obviamente el bien con el que se está comerciando, que es el arte, es un bien que trasciende el comercio.
Claro que lo es, pero no considero que la feria sea exclusivamente un espacio de validación del artista, me parece que, como lo comentamos antes, hay otro tipo de intercambios que no son comerciales y son mucho más trascendentes. El estar en una feria y el estar en un organismo comercial claramente tiene implicaciones de validación en el sistema del arte global, eso no es algo que se pueda evitar, pero tampoco creo que sea algo que se tenga que satanizar.
Foto: Pete Mauney | Cortesía Zona Maco.
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