Entrevista

Entrevista | Cuauhtémoc Medina


Por Pamela Ballesteros / @apoteosis_ | Noviembre, 2014 

A propósito de la generación de recientes espacios emergentes de exhibición y difusión de arte contemporáneo y del debate surgido a partir de la muestra Yo sé que tu padre no entiende mi lenguaje modelno, platicamos con Cuauhtémoc Medina en el Museo Universitario Arte Contemporáneo.

A partir de tu ingreso como curador en jefe del MUAC, ¿cuál es la dinámica para reclutar nuevas propuestas de producción artística?

Una cuestión, que me parece que los museos de arte contemporáneo en México tenemos que abordar, es cómo participamos en la asociación artística. Los curadores somos todo el tiempo interceptados por gente que quiere mostrarnos su trabajo, y eso es parte de la dinámica natural. También sucede muy frecuentemente que hay redes, la gente te sugiere cosas y vas a ver cosas, nos toca inventar nuevos modos.

En el museo echamos a andar un proyecto que consiste en invitar a los artistas a enviarnos portafolios, los revisamos y a partir de esa información seleccionamos un cierto número, y eso mezclado con artistas que hemos estado viendo y detectando a partir de la actividad artística ordinaria.

¿Bajo esta dinámica se desarrolló Yo sé que tu padre no entiende mi lenguaje modelno?

Es un sistema que pusimos a prueba en esta exposición, que ha causado bastante polémica. Efectivamente despertó una discusión que a mí me pareció muy útil y muy importante, y que tiene que ver, en parte, con qué es lo que llamamos inclusión. Para decirlo de una manera muy franca, a nivel de la escuela de arte, podría parecer que una persona ya se volvió importante porque la exhibieron una vez; desde el punto de vista del sistema artístico, esta persona es un artista emergente que quizás tenga que tener algún espacio mayor de presencia.

Hubo críticas muy importantes que hablaban de la necesidad de que no ofreciéramos un espacio tan circunscrito a la presentación de unas cuantas obras, hubo argumentos que planteaban que una base de pura presentación sin una argumentación intelectualmente dirigista era inapropiada en un contexto como el nuestro.

¿Esto implica decir que el arte actual es incluyente?

Como toda práctica cultural, el arte contemporáneo implica procesos de inclusión y de exclusión, y toda práctica cultural involucra debates y estrategias. De una manera muy honesta acompañaría el argumento incluso, en término profundos, tampoco existe una estructura cultural sin censura. Es muy necesario establecer dinámica de inclusión, pero me parece que nadie puede hablar de un momento en el que no exista la exclusión.

Con el surgimiento de diversos espacios autogestionados por artistas emergentes, con nuevos formatos de exhibición, ¿consideras que se está gestando un nuevo circuito aislado de producción artística?

Parte de las dinámicas del arte moderno y contemporáneo ha sido la autoorganización artística, que en cada momento histórico adquiere significados distintos.

Hoy me parece que hay emergencia de una nueva oleada, de un nuevo momento de autoorganización artística, éste a veces tiene que ver con la percepción de que el arte contemporáneo institucional, comercialmente viable o globalizado, es inapropiado. Es decir, hay una oposición con respecto a cierta práctica que está ocupando un centro hegemónico. Lo cual me parece estupendamente útil en cuestión de dinámica cultural.

¿Con esta oleada la comunidad artística en México comienza a expandirse o continúa siendo reducida?

A mí me cuesta mucho trabajo argumentar que tan grande es el circuito artístico, cuando yo era un adolescente había la broma de que «en México uno levantaba una piedra y encontraba un poeta», y ahora a veces uno siente que la broma debería ser que uno levanta una piedra y encuentra un curador.

Me parece que el circuito de arte contemporáneo ha crecido y entonces se ha vuelto un componente importante de la dinámica cultura local, y yo estoy muy contento porque sé que hay cuestiones que ese campo elabora, no es nada más una producción visual, es una intersección de discursos, de posiciones y de actividad. Es un lugar de interlocución social muy interesante, y eso hace que efectivamente las organizaciones artísticas sean hoy muy complejas y muy variadas.

¿Estas organizaciones artísticas y las nuevas prácticas institucionales vuelven democrático al arte contemporáneo?

No, es una pregunta muy interesante. Que cierto poder social tenga limitaciones no lo vuelve de inmediato democrático, que ciertas formas de producción cultural encuentren una articulación con formas de práctica política tampoco las vuelve democráticas. Las estructuras culturales no operan y probablemente no deban operar en el sentido clásico de democracia, de por si vivimos una situación en donde, si somos honestos, la noción de democracia está en crisis. Entonces calificar de democrática la estructura curatorial sería una mentira.