Por Sandra Sánchez / @phiopsia e Israel Urmeer | Febrero, 2015
Del viernes 20 de febrero al domingo 22, el mercado del arte dejó a un lado el dinero para centrarse en un viejo modo de intercambio de bienes: el trueque. Las curadoras inglesas Alix Janta y Lauren Jones iniciaron hace seis años el proyecto Art Barter, que consiste en visitar estudios de artistas consolidados y emergentes, e invitarlos a intercambiar una de sus obras por ofertas que los visitantes a la exposición les hacen. Se puede intercambiar desde sexo hasta una acción o un pastel; la única excepción es el dinero.
En la acción está implícita una crítica a los precios exhorbitantes y a la especulación del mercado del arte; pero más que centrar sus esfuerzos en dicho borde, Alix y Lauren buscan una zona de juego, donde los espectadores se sientan cómodos y donde se pueda establecer un intercambio real con los artistas. En la experiencia de visita e intercambio se encuentra el corazón de Art Barter.
Una vez que se concluye el periodo de exposición y oferta, las curadoras hacen llegar a los artistas las propuestas de intercambio y son ellos quienes escogen lo que más les seduce. Se dice, por ejemplo, que un artista rechazó un viaje a Egipto por el carrito a control remoto de un niño.
Otra característica importante del proyecto es que no se revelan los nombres de los artistas y se mezclan carreras consolidadas con artistas emergentes, sin un proyecto curatorial que rebase la propia exposición de las piezas. En la edición mexicana participaron Francisco Toledo, Daniel Aguilar Ruvalcaba, Israel Urmeer, Nina Amber, Verónica Gerber, Ivy Armour, Alejandra Aviles, Balam Bartolomé, Camille Pound, Daniela Bojórquez Vértiz, Katya Brailovsky, Tania Candiani, Dulce Chacón, José Dávila y Dr Lakra, entre otros.
Aquí una entrevista con las curadoras.
01—¿La exposición muestra arte contemporáneo? ¿Cómo escogen los estudios que visitan?
Lauren Jones: Sí, es de arte contemporáneo, porque es el que se vive y se trabaja en una ciudad. Generalmente empezamos con una lista de artistas que deseamos invitar, de los que hemos escuchado, leído o visto algo. Más allá de la lista de artistas consolidados, en cada ciudad a la que llegamos, nos gusta contactar a gente que nos recomiende a artistas emergentes. Es como un efecto dominó, una vez que te presentan a un artista, él te va guiando a otros estudios, a exhibiciones en la ciudad.
02—¿Cómo se establece una red internacional para exponer proyectos de este tipo? ¿Cómo llegaron a México?
LJ: Antes de México, realizamos este mismo proyecto en ciudades como Londres, Nueva York, Berlín y Estambul. La primera exposición fue en Londres, el lugar en que residimos, en las demás ocasiones la exposición ha surgido de invitaciones de curadores locales.
Alix Janta: En el caso de México fuimos invitadas por una artista, Laureana Toledo, aceptamos porque nos interesa la escena del arte que sucede en el país.
03—¿A quiénes va dirigido Art Barter? ¿Cómo se difunde?
LJ: No pensamos en una audiencia específica, el proyecto está dirigido a todo el que quiera visitarla. Empezamos Art Barter porque pensamos que mucha gente se sentía excluida en museos y galerías; en esta exposición todo el mundo es bienvenido y tiene una oportunidad de ofertar para intercambiar algo propio por piezas. Por otro lado, la difusión la hacemos por invitaciones personales, listas de correos electrónicos, redes sociales y publicaciones en prensa.
AJ: En México la difusión mediante prensa fue un poco complicada, pues nos confirmaron nuestra visita menos de una semana antes.
04—¿El gesto —la visita al estudio, la red de colaboración, la exposición— es documentado?
LJ: Estamos planeando hacer un libro con las piezas y los intercambios. Pero, a decir verdad, en un principio no contemplamos ningún tipo de registro, tenemos muy malas fotos de la primera exposición. Ahora intentamos hacer registro desde la visita a los estudios.
05—¿Cuáles creen que son las consecuencias para el mercado “real” del arte de ejercicios como Art Barter?
LJ: No creemos que haya ninguna consecuencia, no somos una amenaza, sólo una forma distinta de intercambio. Nuestra intención es mostrar que puede haber alternativas y que se pueden plantear desde el interior de la práctica.
06—¿Hay un ejercicio curatorial?
AJ: Siempre es difícil porque no hay mucho tiempo para trabajar entre la visita de estudio y el montaje de la exposición. Más bien intentamos ir más allá de un tema para privilegiar el uso del espacio en relación con las obras que obtenemos. Lo que hemos aprendido con el tiempo es que en el momento que hacemos la visita al estudio del artista, tenemos en mente que la pieza pueda exponerse y sostenerse por sí misma, sin el contexto de las otras obras de artistas.
07—¿Por qué creen importante no poner cédulas en las obras?
LJ: Queremos que la gente piense en la pieza que les gusta, por lo que es, no por el prestigio del artista. Buscamos la reacción inmediata ante el objeto.
08—¿Cuál ha sido su intercambio favorito?
LJ: El novio artista quería tener un bebé con su chica, la mujer buscó la pieza de su novio y le ofreció tener a su bebé. Al final terminaron su relación, pero el gesto en el momento fue increíble.
09—¿Tienen otros proyectos?
LJ: Juntas tenemos un proyecto llamado Alteria Art, donde trabajamos piezas de edición limitada para artistas a partir de diferentes técnicas. La intención es tener productos de alta calidad a precios razonables. Además soy curadora independiente (Lauren Jones) y Alix (Janta) tiene una editorial, Odilo Press.
Foto: Facebook Art Barter.
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