Música

Eno/Hyde: El segundo asalto


Por Pablo Cordero / @sugarskull12

Han pasado menos de dos meses desde la publicación de Someday World, primera colaboración entre el legendario músico y productor británico Brian Peter George St. John Le Baptiste de la Salle Eno (conocido simplemente como Eno) y Karl Hyde, integrante de Underworld, una de las bandas de música electrónica más populares e interesantes de la década de los noventas. Por ende, la aparición de High Life se antoja tan sorprendente como precipitada. Eno menciona que la grabación de Someday World le resultó tan estimulante que sugirió a Hyde empezar otro disco en cuanto terminaron el anterior, “para extender algunas de las ideas presentadas ahí, y desarrollar otras totalmente nuevas”.

En teoría, el prospecto no parece tan atractivo; Someday World fue un disco agradable pero no espectacular, y no figura entre las mejores obras ni de Eno ni de Hyde, por lo que un disco hecho al vapor con ideas descartadas de aquella obra no debiera funcionar. Sin embargo, Eno ha demostrado en repetidas ocasiones que la espontaneidad y las formas heterodoxas de trabajar le sientan bien, y High Life supera a su antecesor en calidad.

Mientras que Someday World mostraba a dos músicos respetuosos de sus límites, buscando un punto medio entre sus diferentes estilos musicales, High Life exhibe un mayor dominio de Eno, y el sonido remite ante todo a sus innovadores experimentos con la música africana de principios de los ochenta, cuando de la mano de David Byrne y sus Talking Heads realizó obras tan seminales como Remain in Light (1980) y My Life in the Bush of Ghosts (1981). El título mismo de este disco nos remite al highlife, género musical originario de Ghana.

“DBF”, primer sencillo del disco

Las seis largas canciones que conforman High Life (la edición en vinilo, a publicarse en agosto, contendrá dos cortes más) parten de profundos y básicos grooves de uno o dos acordes, sobre los cuales Eno y Hyde realizan frescas y atractivas manipulaciones electrónicas. A diferencia de Someday World, este disco no contiene canciones que puedan catalogarse como pop; las melodías vocales son circulares y mántricas, y todas las piezas contienen largos pasajes instrumentales.

High Life es una potente muestra no sólo del considerable talento de Eno y Hyde, sino de la peculiar sinergia que existe entre ellos, que nos invita a esperar más colaboraciones como esta en el futuro.