Por GASTV | Mayo, 2016
Dos polos opuestos: lo más alto, lo externo, aquello que se dispara y va hacia arriba, se enfrenta con la caída, con lo interno, con lo más oscuro y lo más profundo. El cohete y el abismo es el título de la exposición del artista mexicano Damián Ortega, que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, España, presenta en el Palacio de Cristal desde el 5 de mayo.
A partir de la tensión que nombra la muestra, las piezas escultóricas de Ortega se oponen a permanecer estáticas. Los motivos y representaciones que elige no se salvan de una dosis crítica y politizada, en clara relación con problemas de identidad y poder capitalistas a través de monumentos y símbolos, tanto presentes como pasados. Es así que la Torre Latinoamericana, el Titanic y el complejo urbanístico Pruitt-Igoe, de San Luis, Misuri, son los referentes a los que aluden las obras. Con miras en la Ciudad de México y su incipiente modernización, característica de la mitad del siglo XX, se exhibe la pieza Torre Latinoamericana. Esta escultura consiste en el emblemático edificio, pero en vez de que su antena apunte hacia arriba, queda invertida, revirtiendo así el orden del progreso que este rascacielos enarboló. Compuesta por piel impresa, la escultura es un reloj de arena. Esta arena se dispersa por el suelo desde la antena, y en sus oscilaciones crea formas aleatorias. Una vez que toda la arena de su interior ha sido vertida en el suelo, ésta es recogida y reincorporada, asegurando así tanto la perpetuidad del movimiento como la inutilidad del gesto mismo.
En El cohete y el abismo, Damián Ortega utiliza materiales atípicos con respecto al campo escultórico clásico, como refuerza Monumento, una escultura manufacturada con lona que adopta la forma del Titanic. Esta embarcación está suspendida de tal forma que apunta hacia el suelo; su colapso no es ya con un iceberg, sino con un montículo de arena. Por su parte, la tercera pieza que compone la exhibición es Los pensamientos de Yamasaki. Ante la devastación mundial, pero con ánimos renovados por el triunfo, los estadounidenses de la segunda mitad del siglo XX se regodearon en los frutos de la contienda. Minoru Yamasaki, un incipiente arquitecto en la escena anglossajona, diseñó el complejo inmobiliario Pruitt-Igoe, compuesto por 33 edificios, en Misuri. Si bien esta conceptualización de vivienda se reveló innovadora en primera instancia, terminó por convertirse en un semillero de delincuencia, hacinamientos y otras problemáticas sociales. Poco más de 20 años después de su construcción, la unidad habitacional fue demolida por órdenes del gobierno. Ortega retoma este caso y, con fragmentos de su investigación, evoca la memoria de este sitio, ruina que evidencia el fracaso de un proyecto modernizador.
La exposición Damián Ortega. El cohete y el abismo podrá visitarse hasta el 2 de octubre de 2016 en el Palacio de Cristal, en el Parque del Retiro, en Madrid, España.
Foto: Museo Reina Sofía.
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