Por Pablo Cordero / @sugarskull12
Para un crítico musical es difícil saber cómo abordar un disco como el que ahora nos ocupa, el debut sin título de Eagulls, quinteto originario de Leeds, Inglaterra. Por una parte, el disco contiene diez temas enérgicos y bien realizados de post-punk que resultan atractivos al oído. Por otra parte, la falta de originalidad que evidencian es tan escandalosa que nos obliga a preguntarnos; ¿es posible elogiar a una banda por sonar bien cuando cada elemento de su sonido ha sido robado descaradamente de otras fuentes?
En el caso de Eagulls, resulta muy fácil poner nombre a la fuente de donde derivan su estilo; la influencia de los primeros cuatro discos de The Cure pesa como una loza sobre este disco. El cantante George Mitchell pasa todo el disco imitando el tono de tensa desesperación que con tanta naturalidad emanaba de la garganta de Robert Smith, mientras el cuarteto de instrumentistas envuelve sus vociferaciones con esqueléticos y prototípicos riffs de post-punk. Los poquísimos casos en que la banda introduce sonidos que salgan de esta escueta receta (pienso en las guitarras de Possessed, con sus clarísimos guiños a My Bloody Valentine) lo único que logran demostrar es que al menos copian de más de una sola fuente.
“Possessed”
Como mencionamos más arriba, el disco se escucha bien. Si me hubieran dicho que esto en realidad se trata de un nuevo disco de The Cure, el primer tema “Nerve Endings” me habría llenado de emoción y habría asegurado que se trata del regreso del año. Señalaría también que los cambios de acordes en “Amber Veins”, con la tensión que provocan en su controlada discordancia, son la esencia misma del post-punk.
Video oficial de “Nerve Endings”, cuyas tomas de un cerebro de cerdo pudriéndose provocaron cierta controversia en Inglaterra.
Tras escuchar el resto del disco, sin embargo, me vería forzado a señalar que los temas son monótonos y repetitivos pese a la energía con que la banda los toca, además de lo irritante que resulta el estilo compositivo de George Mitchell, quien evidentemente está convencido de que no hay razón para escribir un coro cuando con gritar el título de la canción entre tres y cinco veces consecutivas es suficiente. Lo más positivo que puedo decir del disco es que dura apenas 38 minutos.
Aunque el hype generado por Eagulls ha llevado a que se les considere en algunos sectores como una banda prometedora, la mejor descripción que puedo hacer de ellos se deriva del título de la canción que cierra su disco: “Soulless Youth”. Eagulls son, efectivamente, una joven banda sin alma, sin originalidad y muy probablemente sin futuro.
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