Texto derivado de Narrativas Múltiples, impartido por Andrea Cuevas en Casa del Lago.
Octubre, 2021
Comúnmente, la expresión Un clavo saca a otro clavo es utilizada para decir que un amor reemplaza a otro, siendo el segundo una suerte de paliativo para suplir el cariño y continuar saciando las necesidades buscadas en una relación de pareja.
Es entonces que esta expresión, multiplicada 11 veces, da título a una pieza de la artista mexicana Athenea Papacostas (México, 1989), quien busca acercar a los espectadores al arte contemporáneo a través de obras que llevan por nombre expresiones del lenguaje informal de la vida cotidiana en México.
Lo anterior es consecuente con la elección de los insumos que Papacostas elige para sus piezas: aquellos que la acompañan en su día a día y que son testigos de su vida en la práctica artística diaria, como la producción de obra, la asistencia en la creación de las piezas, los materiales para montajes de exposiciones y el embalaje de obras.
Dicha obra se gestó durante el montaje de la exposición colectiva Aceitados,1 cuando otros artistas participantes intentaban colocar clavos para madera en un muro de concreto. Fue esa razón por la que éstos terminaban doblados en el suelo y pasaron a considerarse como materiales de desecho. Pero la artista los reparó porque le interesa reciclar objetos y pensarlos como testigos de acontecimientos que a la larga resultan almacenes de trayectorias.
Por su parte, la elección del 11 como número elegido para conformar la pieza no fue de carácter fortuito, sino que hace referencia a aspectos y creencias en la vida de Papacostas, tal como considera ocurren las relaciones sexo-afectivas, presentándose como la complicidad de dos individuos independientes pero que están juntos.
Sin duda alguna, la elección de los títulos busca responder a agradar a los espectadores a través de relacionarlos con situaciones personales que sobrevienen a la vida personal de la artista.
Cabe destacar que esta pieza estuvo expuesta en la muestra, homónima al nombre de la artista, que tuvo lugar en abril del año en curso, en un departamento en renta y vacío al sur de la Ciudad de México, que unos amigos le permitieron usar mientras se habitaba nuevamente.
Dicha obra es la segunda que la artista conforma a partir de clavos. La primera fue Origen, 2018, una suerte de autorretrato en el que, dispuestos en una hoja de transparencia, figuran pequeños objetos con los que, de igual manera, ella convive en su día a día: clips, mariposas de aretes, seguritos de ropa, clavos, entre otros; mismos que responden a una gama de metales que caracterizan la obra de la artista.
Un aspecto importante a considerar dentro del trabajo de Athenea Papacostas es la posibilidad de que el espectador complete la obra con su propia perspectiva, horizonte de comparación, intereses y experiencias, planteando al arte como preguntas abiertas al haber tantas interpretaciones como personas contemplen sus obras. De esta forma, cada sujeto que contempla una de ellas tiene la oportunidad de sacar su propio cobre.2
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1 Feria gráfica tuvo lugar en Guanajuato 227, col. Roma y que se presentó en octubre de 2018 en la Ciudad de México.
2 Comúnmente, este dicho designa el mostrar lo peor de cada persona, pero la artista lo revierte al reivindicar este material con el valor monetario por el cual es preciado y, por lo tanto, robado de dispositivos que lo poseen; configurándose entonces la envoltura plástica del cable como el cuerpo humano y el metal en los sentimientos personales, aquello valioso dentro de cada uno de nosotros.
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Isabel de la Vega es licenciada en Historia del Arte. Se ha desempeñado en el área de Ventas y Atención al público en el Foto Museo Cuatro Caminos y como coordinadora del Archivo Histórico en kurimanzutto. Actualmente tiene a su cargo el Archivo documental Histórico y Vivo del Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes (CECDA) de la Universidad Veracruzana.
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