Julio, 2021
«Todos estos fragmentos son las piedras talladas a mano y ladrillos que forman las paredes, techos y pisos de mi casa».1
Conformados a partir de materiales de carácter desechable como tickets de compra, recibos de pago, boletos de tren, sobres, envolturas, panfletos, cartas, dibujos, fotografías, recetas médicas, servilletas, mapas y blisters vacíos, los denominados Autorretratos ciegos forman parte de la autoconstrucción de Abraham Cruzvillegas (México, 1968) al alojar de forma potencial información sobre los hábitos, desplazamientos, alimentación, lecturas y recuerdos del día a día del artista.
La liminaridad de los títulos que otorga a estas piezas, que inicialmente parecen fortuitos, se autogenera durante la producción de las mismas, tomando elementos del entorno en que la obra fue creada: la música que escuchó, los pensamientos que rondaron su mente y el contexto personal, político y económico del momento histórico acontecido.
Es entonces que los títulos adoptan un carácter holístico que versa entre lo cómico y lo acerbo de la realidad, construyéndose extensos y dando como resultado una suerte de poemas que invitan a leerse con cadencia musical a causa de la sintaxis con que son redactados.
Autorretrato ciego bebiendo burbujitas sin denominación de origen controlado, rumiando la deliciosa pizza Margherita que hicieron Ana y Ale, después de haber jugado a la tiendita y haber salido a aplaudir a los cuerpos médicos en la emergencia sanitaria, después de tres semanas de confinamiento, escuchando ‘Shake, Rattle and Roll’ en la versión de Santo y Johnny Farina, muy conmovido, intentando leer otra vez el hermoso poema de James Longenbach ‘Forever’, (2020).
Autorretrato ciego, lúdico, sicalíptico, querendón y semiológico escuchando ‘Mariguana’ de Óscar Chávez, después de desayunar un buen cuenco de cereales transgénicos transnacionales con leche de soya un macchiato automático sintético descafeinado endulzado con sustituto de azúcar, intentando resolver el crucigrama capcioso de un periódico pseudodeportivo que recogí del transporte colectivo que normalmente pone en sus portadas una imagen de una señorita en paños menores junto a una escena sangrienta hermanadas por una frase que pretende ser humorística, pero que en esta ocasión -inevitablemente- lamenta la desaparición temprana del inmenso Alberto Aguilera Valadez, (2016).
Autorretrato ciego leyendo ‘El molino de Hamlet’, escuchando cientos de veces ‘No tengo dinero’, después de tostar unos kilos de semillas de cacao para hacerme unos lingotes de chocolate que tengan grabada la leyenda ‘The construction of the universe is certainly much easier to explain than is that of a plant’, deseando echarme unos volados para ver quién paga los merengues, habiendo almorzado un dorado a las brasas, con tirípitis escaldados en el comal, acompañado por sus Colimitas bien muertas, (2015).
Autorretrato ciego pegando unas figuritas geométricas de cartón para el móvil de Damián Jerónimo, comenzando a leer ‘Animism, the seed of religion’ de Edward Clodd, poniendo el disco del soundtrack de ‘Chappie’ la nueva peli de Die Antwoord, recalentando una sopita de flor de calabaza, con granos de elote, epazote, una raja de chile pasilla seco y una pizca de piloncillo, para que amarre, (2015).
A través del lenguaje utilizado para la formulación de los títulos se muestra el sincretismo entre el conocimiento teórico del artista, que demanda de los observadores bagaje cultural para lograr el entendimiento de la pieza y una rememoración de las dinámicas estiladas durante la construcción de su casa, como el lenguaje, la música y la gastronomía propia de la colonia.
Por su parte, el adjetivo ciego se debe a la gruesa capa de pintura con que cada uno de los materiales de desecho, empleados para la producción de la obra, son cubiertos por la parte anterior, convirtiendo a la imagen en objeto, negando la posibilidad de conocer su naturaleza, tornándose la pieza en «[…] una suerte de diario extremadamente
honesto en el cual los espectadores deben creer en la acumulación de la experiencia [que yace] detrás»,2 creándose una complicidad entre los espectadores y Cruzvillegas en cuanto a confiar que lo que alberga la pieza es documentación sobre su vida.
De igual modo, el sentido del título es refrendado por la psicología del color utilizado para pintar las piezas, decisión que al no ser tomada por el autor desvanece el mito de la inspiración y la técnica, ofreciendo únicamente su experiencia en lo cotidiano, en lo mismo que hace todo mundo.
Es entonces que lo que a Cruzvillegas le interesa es la bisagra de posibilidades donde el público otorga significado a la obra, multiplicando la interpretación de la misma, valiéndose de los títulos para desplazar el interés de su cualidad material, textual y conceptual a la interpretación personal que cada espectador le concede.
En lo que refiere a la disposición con que los Autorretratos ciegos son montados, alude a la forma desordenada en que las ciudades se autoconstruyen, específicamente a la forma en que la colonia Ajusco, lugar donde el artista creció, se edificó, creciendo de forma caótica y precaria, sin planeación alguna, transformando, adaptando e improvisando con materiales de recuperación las viviendas.
De igual manera, la flexibilidad del montaje apela a la autopoiesis de las piezas, dotadas de la capacidad de adaptarse al medio y proveyendo la posibilidad de ser montadas de diferentes formas, ya sea formando un círculo, un rectángulo, un cuadrado, sobre las esquinas de los muros o superficies lisas, ampliando su tamaño o reduciéndolo según el espacio que se decida dejar entre cada documento y dependiendo del tamaño del muro, pero siempre manteniendo un espacio entre el techo y el suelo a partir del espacio en que el Autorretrato es colocado.
Es entonces que las personas encargadas del montaje generan un conocimiento más fehaciente del autorretrato del autor que el que los espectadores, en el museo o galería, y los coleccionistas, en sus casas o colecciones privadas se crean, al tener la posibilidad de conocer lo que la pintura vela durante la manipulación de los materiales que implica el ensamblaje de la pieza. Por lo que invito a las próximas personas que adquieran una de estas obras, a que ellas mismas la instalen pues lograrán conocer de forma más certera lo que guarece su última adquisición.
Declaración del artista:
Durante los últimos años he estado trabajando una serie de esculturas creadas a base de muchos papeles. Las llamo Autorretratos ciegos y las hice coleccionando todo tipo de documentos de mi vida diaria como servilletas, sobres, imágenes y artículos de periódicos y revistas, recibos, boletos de autobús, metro, tren y avión, post-its, tarjetas de presentación, dibujos, cartas, postales, facturas, recetas, etc., dando lugar a un grupo de piezas de papel pintadas que describen mis actividades diarias.
Obviamente y antes que nada, me gusta la idea de transformar información en objetos, a través de la pintura como medio que solicita a los espectadores construir posibles significados.
El orden modular en que la acumulación de materiales se presenta es importante en términos de representar los patrones de crecimiento caótico, tal como ocurre en las ciudades no planeadas. Dichas retículas son leídas como organizaciones acumulativas y fortuitas.
Este trabajo es una suerte de diario extremadamente honesto en el cual los espectadores
deben creer en la acumulación de la experiencia que yace detrás.
Foto: Blind self portrait misspelling my own name to an office employee, regretting of not finding a good pretext to lack of time organization for reading Frans de Waal’s ‘The last interview’, while listening to ‘Unpretty’, by TLC, running to ‘Aux Bones Crus’ for a Summer pot-au-feu, believing this not over, and that very soon, we’ll be confined again, but hoping in my heart that this shouldn’t happen….. (2020). | Por José Manuel Escudero Ruíz, cortesía del artista y kurimanzutto. Ciudad de México / Nueva York.
Foto de portada: Autorretrato ciego brindando con vino espumoso natural biodinámico al tiempo de recordar cómo hacer que crujan de una mordida una enchiladita potosina, en la única cantina de Ahualulco, donde sirven mezcal ipiña, a punto de llorar escuchando a las hermanas Pulido cantando ‘flor de canela‘, tratando de terminar de leer ‘queer ancient ways‘, de zairong xiang, un ser humano, (2019) | kurimanzutto.com
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1 Fundación Jumex de Arte Contemporáneo, Abraham Cruzvillegas: Autoconstrucción. Fundación Jumex. Disponible aquí.
2 Abraham Cruzvillegas, Manual de instalación de Autorretratos ciegos (Ciudad de México: Kurimanzutto, 2013), p. 2.