Archivo para el abril, 2020

Museos 3.0: Prácticas digitales de museos en México

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Por GASTV | Abril, 2020

Museos 3.0 presenta su segunda edición en Casa del Lago Virtual, un foro de conversación sobre la insistencia de museos y agentes del campo artístico a ocupar el internet como una dimensión donde es posible compartir, dialogar y comentar contenidos culturales para sus comunidades a distancia.

Transmisiones en vivo, recorridos virtuales y exposiciones en línea son algunas prácticas que han abierto la posibilidad de repensar las dinámicas hegemónicas de los museos más allá de sus delimitaciones espaciales habituales y que han transformado la experiencia con el arte.

Los efectos disciplinarios que los museos convencionales ejercen sobre las personas que los frecuentan se encuentran con un límite borroso en el espacio digital: no hay horarios de visita, ni fechas límite, ni fatiga por caminar en las salas de exposición. Mucho menos un sentido impuesto a los procesos de significación y recepción de las obras expuestas.

En esta confluencia estrepitosa entre museos e internet, también se abren algunas otras preguntas: ¿Cuál es el papel de los museos en tiempos de agudas crisis sanitarias y económicas? ¿De qué manera se remedian las producciones artísticas offline en la red hiperconectada? ¿Podemos seguir hablando de públicos tras la pantalla en tiempos de lectoescritura?

A través de una serie de conversaciones, esta edición de Museos 3.0 busca proyectar otros modos de existencia para estas instituciones, donde se puedan ejercer posibilidades alternas de auto-organización, decisión, interacción y participación.

Participan: Alonso Cedillo, Andrea Villalón, Baby Solís, Cinthya García Leyva, Carmen Huízar y Daniela Flores, Enrique Medina, Francisco Navarrete, Irene Alfaro, Lety Pérez, Nayeli Zepeda, Pamela Ballesteros y Ricardo Sierra.

06 y 07 de mayo de 2020 a través de bit.ly/MUS3OS

Imagen: Obra de Alonso Cedillo, cortesía del artista.

Convocatoria: Franziska. Encuentro de Imagen en Movimiento 2020

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Por GASTV | Abril, 2020

Lolita Pank invita a la segunda edición de Franziska: Encuentro de Imagen en Movimiento, encuentro internacional de creación audiovisual contemporánea realizada principalmente por mujeres, que cuestiona los modos de producción, distribución y consumo de imagen en movimiento.

El programa integra una exhibición física, un ciclo de proyecciones, charlas, talleres y actividades paralelas bajo el tema ¿Qué hay del otro lado del tiempo? Línea que indaga cómo sería una contrahistoria de lo hegemónico; para imaginar otras narrativas frente a los discursos dominantes o normativos que han permeado la manera de entender el arte, el género, la sexualidad, la imagen, la tecnología y el lenguaje.

La programación estará articulada en cuatro ejes curatoriales: Nueva Era, Erótica, Lipsync e Imaginaria.

Consulta las bases y aplica aquí.

Hasta el 30 de mayo de 2020.

Foto: Fanny Aparicio, Franziska 2019 | Intagram: @lolitapank

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Arte | Franziska: Encuentro de Imagen en Movimiento

Casa Tomada: Próximo taller

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Por GASTV | Abril, 2020

Casa Tomada es un espacio cultural independiente que integra comunidad para el intercambio de ideas y experiencias, a través de una serie de cursos, talleres, diálogos y mesas de discusión.

Durante la contingencia, Casa Tomada invita a un nuevo taller a distancia:

Poesía frente a la crisis: de la adversidad a la utopía, a cargo de Rosario Loperena. A lo largo de 6 sesiones, se explorarán distintos momentos de la historia en los que las pandemias han irrumpido en la vida cotidiana y, por supuesto, en la literatura. Se analizarán las rupturas que han provocado y para estudiar algunos autores que dieron pie a nuevos modos del lenguaje poético, así como sus obras, que son también una forma de construir de nuevo el mundo.

Como dinámica, se propone la lectura de un texto que contextualiza el momento histórico a la par de la lectura de la obra de 6 poetas. Durante las sesiones se hará una breve lectura colectiva y el análisis de la obra. Se propondrán ejercicios para la creación de un texto propio.

Los textos se tallerearán con anticipación y haremos comentarios. Al término de las sesiones se editará una pequeña publicación electrónica con los textos de las personas participantes.

Del 04 al 20 de mayo de 2020.

Costo e inscripciones en el sitio web de Casa Tomada.

Crónica sobre la producción en medio de la pandemia, por Sandra Sánchez

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Abril, 2020

Cada quien afronta de maneras distintas una crisis aunque el problema sea objetivamente el mismo, en este caso, el coronavirus y sus efectos. Entre los particulares se forman constantes, problemas comunes, parecidos de familia; en el contexto de la pandemia me interesa la pregunta que se abrió en redes sociales sobre el valor y la pertinencia de la producción. Ya en casa, comencé a leer una y otra vez un debate —hecho a partir de comentarios personales y fragmentos— sobre lo que debíamos o no hacer ante el hacer mismo.

No estaba sobre la mesa la intención de definir teóricamente qué es la producción o cuáles son sus mecanismos; si acaso algún autor es mencionado, no se cita literalmente un texto. Esto es relevante porque la discusión no se estableció (al menos no en un inicio) en relación con el universo académico, sino con la palabra engarzada a lo personal: lo que cada quien hace o deja de hacer y cómo se siente al respecto.

El debate llamó mi atención por la diversidad de posturas y porque yo misma me encontraba inmersa en el cambio de ritmo que la pandemia efectuó sobre mi producción. Contaba con la posibilidad de seguir casi todos mis trabajos desde casa, pero las reglas del juego habían cambiado y sentía un poco de angustia al no saber cómo sustituir, por ejemplo, el frente a frente por el pantalla a pantalla.

Ahora lo llevo un poco mejor, pero al principio me daba pánico tener que ver mi cara (con todos sus poros) en el monitor, en vez de la mirada cómplice (o aburrida) de mis interlocutores. El tiempo se multiplicó: actividades que presencialmente tomaban una hora ahora necesitaban mínimo el doble. Mi energía psíquica para continuar el trabajo y la vida cotidiana disminuyó, una parte considerable se fue en contemplar de cerca el crecimiento de la incertidumbre.

Aunque estaba cansada, angustiada, triste y con miedo, nunca pensé en parar y no entendía por qué se insistía tanto en dejar de hacer. En un momento pensé que quizá la necesidad de dejar de hacer tenía que ver con una pérdida en la certeza de nuestro universo simbólico en relación con el cuerpo y su finitud. Ahora se añade a nuestras nociones singulares de muerte la posibilidad de morir por el virus, sin poder hacer nada o muy poco al respecto.

También encaramos el miedo a que la familia y seres amados se lleguen a encontrar en dicha situación. Ante el escenario presente suena lógico dejar de producir, traer al frente al cuerpo para fortalecerlo, cuidarlo y mimarlo, por decir algo —ya cada quien sabrá cómo se aproxima a su propio cuerpo.

Sin embargo, me inclino hacia las formas de pensamiento que no separan como instancias ajenas al cuerpo social del cuerpo psíquico, ni al psíquico del biológico. La emergencia sanitaria ha hecho que pensemos, quizá más que antes, en nuestro cuerpos, en sus fragilidades, sus fuerzas y sus problemas, así como en la potencia que cada quien tiene para afrontar esta y otras situaciones. La particular condición que estamos atravesando ha traído el cuerpo al primer plano, a nuestro cuerpo y también a los cuerpos de los demás.

Aunque tenía (y aún tengo) un cuerpo cansado y poblado por cierto miedo ante la incertidumbre, no pensé en dejar de producir, de hacer, de trazar y laborar. Junto con amigos y colegas lanzamos un concurso de dibujo. También decidí, sin dudar, seguir con mis grupos de estudio, además del trabajo propiamente dicho. Personalmente concibo a mi cuerpo enlazado con mi imaginación, con mi capacidad de entender y fugarme. Tengo el pensamiento unido a las puntas de los dedos, a las visceras y a las caderas.

Con mi cuerpo pienso y viajo momentáneamente: gozo y tuerzo el deseo, pero también elaboro cualquier tontería, me maquino ideas, sensaciones y un poco de alegría. Por ello, en un primer momento, no entendía la demanda de algunas compañeras de parar, de desconectar la máquina cuerpo-producción-deseo, de no hacer nada, de dejar de proponer. Me extrañaba su seguridad totalizante.

Luego pensé que probablemente esa seguridad (tanto la de hacer como la de no hacer) era consecuencia de una experiencia estética (a la Kant) con la situación: estamos confrontando el caos desde un juicio reflexivo singular que queremos elevar (de modo fallido) a universal:

A no quiere dejar de producir porque ello implica descuidar el universo simbólico que ha estado creando con esfuerzo y alegría. A no quiere dejar de producir porque producir (una sopa, una línea, un discurso) le permite tomar distancia y divertirse. A no puede dejar de producir y prefiere hacerlo tranquila que no hacerlo y sufrir las consecuencias económicas /afectivas.

B quiere parar para reflexionar sobre la forma en que trabajamos y producimos. B quiere dejar de producir porque el cuerpo necesita una pausa. B quiere interrumpir la producción porque es absurdo hacer como que nada pasa y seguir de largo en medio de una pandemia mundial. B piensa que la producción del capitalismo es brutal y que nada va a cambiar, al contrario, todo puede ir peor, entonces mejor no ilusionarse.

Añada las variables necesarias a A y B. Añada C, D, E, F.

¿Qué se produce y ante quién, para quién, para qué mirada? ¿Quién se aprovecha de la producción? ¿Hay explotación? ¿Qué pasa con el valor de cambio y el valor de uso? ¿Un dibujo se produce igual que un café de Starbucks o que las fake news? ¿La producción tiene lengua, gramática, una sola sintaxis?

Hay muchas perspectivas controversiales, entendibles, críticas y justificables, para parar o no parar, para producir o no producir, para seguir haciendo o dejar de hacer. Lo que encuentro cuestionable es la seguridad para afirmar que mi modo de estar ante la crisis debe ser el mismo que el de mi compañera. No se vale castigar moralmente a la de al lado porque quiere seguir haciendo o no haciendo, porque piensa fuera de mis marcos teóricos, cotidianos o sensibles.

Aquí es donde encontré la trampa, la trampa auto-impuesta, la trampa estética de querer hacer de lo propio, ley. No me interesa quedarme ahí.

Cuestión de distancia

En medio de este problema no pude más que pensar en la disyunción inclusiva que Gilles Deleuze y Félix Guattari (D&G) trabajan en Anti-Edipo. Me interesa el argumento lógico para pensar el problema de la producción. D&G nos cuentan que justamente un problema del socius es hacer de cualquier disyunción una exclusividad: o bien esto o bien aquello.

En una lógica de disyunción exclusiva tendría que querer siempre producir, producir para seguir imaginando e imaginar para tener un poco de paz. Desde ahí tendría que tener ánimo para cocinar todos los días, para dibujar, sonreír, trabajar y seguir. No podría moverme del equipo A y cualquier salida sería una traición. La disyunción exclusiva totaliza.

Volviendo a lo personal, quedé agotada. Después del subidón, de ser entusiasta de la producción, me di cuenta de que estaba muy cansada, de que el trabajo en línea me funcionaba en algunos ámbitos y en otros no. Quería seguir dibujando, leyendo y dando clases, pero, a la vez, había cosas que no quería ni quiero hacer más, por lo menos no desde internet. Hay personas con las que me es muy difícil convivir en línea más no en persona. ¿Qué hago entonces si ya soy equipo A, si me afirmé a favor de la producción? Aquí está la segunda trampa: disyunción exclusiva: o esto o lo otro: si escogiste estar a favor de la producción no puedes moverte de ahí nunca jamás. Ñaca ñaca.

D&G dicen que un modo de combatir la disyunción exclusiva es pensar en términos de disyunción inclusiva (ya esto, ya lo otro):

«Una disyunción que permanece disyuntiva y que, sin embargo, afirma los términos disjuntos, los afirma a través de toda su distancia, sin limitar uno por lo otro, ni excluir uno del otro. […] La disyunción inclusiva] está y permanece en la disyunción: no suprime la disyunción al identificar los contrarios por profundización, por el contrario, la firma al sobrevolar una distancia indivisible. […] No identifica dos contrarios, sino que afirma su distancia como lo que les relaciona en tanto diferentes. No se cierra sobre los contrarios, sino que se abre, y, como un saco lleno de esporas, las suelta como singularidades que indebidamente cerraba, de las que pretendía excluir unas y retener otras, pero que ahora se convierten en puntos-signos afirmados, por su nueva distancia».

En términos de disyunción inclusiva —ya esto, ya lo otro— se puede trabajar con la contradicción sin tener que resolverla como una síntesis de contrarios (de dos tiene que devenir uno). Desde la disyunción inclusiva se trata a la contradicción como un problema de distancia, siendo esa distancia lo que relaciona a los términos.

Desde la disyunción inclusiva puedo ser ya esto o ya aquello, sin que se me exija lealtad o principio de identidad; puedo estar ya en A: «producir me tranquiliza, me comunica con los otros», para luego colocarme ya en B: «no tengo ganas de producir, necesito ser crítica con el trabajo inmaterial y el cognitariado, no quiero trabajar en línea con esta persona, no quiero producir para este o aquel algoritmo», etc.

La disyunción inclusiva permite que considere que para algunas es importante no producir y desde ahí ver la distancia que me une y me separa. No les voy a recetar mi postura, tampoco voy a abandonar el sitio en el que me encuentro. Lo que haré es considerar que en el mismo plano están las dos opciones, contradiciéndose y existiendo a la vez, no metafísica, sino materialmente.

Puedo yo misma estar en ya en una, ya en la otra e incluso puedo añadir más: la distancia permite que perciba la multiplicidad para no caer en el juego de regañar a las otras por no ver como yo.También permite que pueda colocarme ya en un punto, ya en el otro, midiendo distancias, manteniendo la crítica. Aquí no hay culpa porque no hay significante despótico ni Dios.

Yo soy A y también soy B, aunque no al mismo tiempo. A veces C y luego A, así, en movimiento.

Cambio de ritmo

Una amiga preguntó en Instagram si estábamos viendo la producción de los museos, sus propuestas. Le contesté que yo no (quizá los demás sí, ya tendrán sus indicadores). Lo que sí veo diariamente es la producción local en redes sociales de arte, ilustración y otras cosas; ya políticas, ya poéticas. Estoy atenta a producciones que me permiten (que abren un espacio para) sonreír, reflexionar, condolerme e imaginar una serie de puntos sobre la situación actual.

Ahí encontré un modo de escuchar, hablar y comunicarme sin tener la taza del café, la mirada y el nombre propio a la mano. Gratitud personal hacia aquellos que producen y ofrecen a la comunidad algo suyo. Termino esta crónica con algunas de sus cuentas en Instagram: @tramoya_ @amandinalaandina @conchaelectrica @carlaescareno @obrasdeartecomentadas @onda_mx @joselynsindesperdicios @poesiaentusofamx @d__h__b @pinche_chica_chic @gatitoscontraladesigualdad @prrrrrntura.

Imagen Agradezco mi resiliencia: Antonia González Alarcón, 2020. Instagram: @tramoya_

Imagen de portada y dibujos: Diego Beauroyre. Instagram: @d__h__b 

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Sandra Sánchez escribe sobre arte contemporáneo, actualmente encuentran sus textos en ConfabularioLetras Libres y La Tempestad, entre otras. Forma parte del colectivo Zona de Desgaste. Este año está al frente, junto con Adriana Kong, de la instalación Café para Leer. En una relación tóxica con el psicoanálisis.

Playtime: Street View Selfie

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Por GASTV | Abril, 2020

A través de su sala virtual, Casa del Lago presenta Playtime, exposición colectiva que incluye proyectos artísticos que insisten en lo digital como un espacio para formular estrategias en la vida cotidiana.

El proyecto reflexiona el concepto de normalidad dentro del contexto contemporáneo, para desviar el significante de la cotidianidad en guiños a través de piezas, proyectos e iniciativas que abren la discusión sobre nuevas posibilidades de pensar el mundo.

La segunda pieza presente es Street View Selfie, de Miguel Monroy (México, 1975), propuesta que pone énfasis en la actividad del flâneur en línea. El artista ha recorrido calles alrededor del mundo para conformar una colección de imágenes donde aparece, tal vez sin intención, el mismo dispositivo que toma las fotografías: el automóvil de Street View Google, ya sea con su reflejo, su sombra, etc.

En Street View Selfie, Monroy pone sobre la mesa los diferentes niveles de lectura y representación que tienen estas selfies (autoretratos) y hace énfasis en lo que muestran y lo que no, mientras trae de vuelta esa famosa «metáfora del espejo» a manera de Meninas contemporáneas, pero ahora, con un fotógrafo automatizado.

Con la curaduría de Violeta Horcasitas, cada miércoles se presenta una pieza de arte digital.

Participan:
N. Samara Guzmán.
Miguel Monroy – pieza actual.
Detanico Lain – 29 de abril
Radio Nopal – 06 de mayo
Mofat Takadiwa – 13 de mayo
Minerva Cuevas – 20 de mayo

Foto: Casa del Lago.

Foro: Pensar la gestión cultural en tiempos crisis

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Por GASTV | Abril, 2020

CulturaUNAM, a través de la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural, presenta el foro Pensar la gestión cultural en tiempos de crisis, primera entrega del programa Encuentros. Espacio de reflexión crítica sobre las transformaciones que emergen en los paradigmas de prácticas culturales en tiempos de incertidumbre y crisis mundial, acentuados en la vida cultural.

Durante cuatro días de entrevistas, conferencias y conversaciones virtuales, la reflexión se dirige a nuevos paradigmas posibles de la gestión cultural y sus instituciones, considerándola como una práctica para mirar y restructurar el futuro. Los tópicos van sobre la gestión cultural con la justicia de género, el pasado y la creación artística, el ocio y la oferta digital, y la resiliencia o sobrevivencia de los museos. 

¿Cómo se concibe la equidad de género en la gestión cultural dentro de la crisis actual? ¿Qué nos enseña el pasado sobre las crisis y la creación artística? ¿Para qué sirven el ocio y la imaginación en un momento con sobreoferta digital? ¿Debemos imaginar nuevos modelos para el espacio público desde el museo confinado?

Participan Alexandra Haas, Helena Chávez, Diana Magaloni, Elena Paz, Selma Holo, Dolores Beistegui, Silvia Singer y Amanda de la Garza.

Las personas interesadas deben solicitar el formulario de inscripción a catedra.inesamor@gmail.com

Del 04 al 07 de mayo de 2020.

Música para 429 megaponeras, de Amalia Pica

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Por GASTV | Abril, 2020

Como parte del contenido digital del Museo Tamayo, cada miembro del equipo curatorial formado por Pamela Desjardins, Andrés Valtierra, Andrea Valencia y Humberto Moro, ha seleccionado dos objetos de la colección para disposición del público, además de una pieza audiovisual.

Bajo esta dinámica, Pamela Desjardins presenta Música para 429 megaponeras, pieza audiovisual de Amalia Pica (Argentina, 1978) en colaboración con el artista y cineasta mexicano Rafael Ortega.

El video muestra el segmento de una hilera de hormigas, cada una de las cuales es numerada al entrar a cuadro. Este conteo de Megaponeras analis, una de las hormigas más grandes del mundo que habita en África, remite al paso del tiempo, y a cómo el acto de contar puede convertirse en una actividad para «matar» o «quemar» el tiempo.

La pieza es parte de la residencia artística de Amalia Pica en el Parque Nacional Gashaka Gumti, una reserva natural en Nigeria. La residencia es una iniciativa del Proyecto de Primates de Gashaka (Gashaka Primate Project) con el objetivo de entender las interacciones entre primates y su entorno natural.

En Música para 429 megaponeras, la imagen es acompañada por una composición que el músico argentino Rigo Quesada creó de manera sincronizada con el movimiento de las hormigas. El conteo de las megaponeras se convierte en un espacio creativo para el uso del tiempo, el cual cobra un valor particular en un momento en el cual las dinámicas y las rutinas habituales de las personas se encuentran en pausa y a la espera, generando otras formas para pasar el tiempo.

Ver la pieza aquí.

Foto: Museo Tamayo.

Estudio I para la restauración de un perfil: ensayo de lectura III, de Ana Gallardo

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Por GASTV | Abril, 2020

Como parte de la programación a distancia de Cultura UNAM, el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) presenta Estudio I para la restauración de un perfil: ensayo de lectura III, 2020, de Ana Gallardo (Argentina, 1958), video que reflexiona en torno a la violencia ejercida sobre las mujeres en el campo artístico y en distintos momentos históricos.

Gallardo apunta las diferentes acciones de violencias sobre los géneros. Actualmente sobre la violencia de envejecer. En varias ocasiones, utiliza la imagen de su madre como referente: «la tomo a ella por ser una mujer que estuvo atrapada en su sistema familiar, religioso, social. Falleció joven. Hace poco me llegó un grupo de cartas escritas por ella, en su juventud: cartas de amor a mi padre».

Para la pieza, Gallardo hace un recorrido por una casa restaurada y habitada durante la década de los ochenta. En ese recorrido, la artista lee las cartas de su madre componiendo una acción de reparación. Un encuentro en el tiempo que pone de manifiesto aquello que fue y como es hoy. Darle cuerpo al cuerpo de obra, expandir y doblegar la materia, transcribir a través del otro. Retomar aquellas memorias y darle un cuerpo en un espacio real. Vomitar dándole cuerpo al trauma.

En este momento actual, de gran reconocimiento a artistas mujeres que fueron invisibilizadas, Ana Gallardo propone utilizar la invisibilidad de su madre para cuestionar el mismo sistema contemporáneo que habita, que, a pesar del tiempo transcurrido, sigue teniendo las mismas limitaciones.

La pieza está disponible a través de #Sala10, espacio digital del museo destinado a exposiciones temporales, aquí.

Foto: MUAC.

Studio visit | Balam Bartolomé

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Por Fernando Pichardo | Abril, 2020

En los límites de la colonia Atlampa se localiza el plantel Fresno de la Escuela Preparatoria Popular «Mártires de Tlatelolco». Fue habilitado en junio de 1974 como una alternativa de profesionalización para los jóvenes no aceptados por la UNAM o el IPN, ante el aumento demográfico y la saturación de matrícula que ha sido una constante en el sistema educativo mexicano desde mediados del siglo pasado.

Nombrado en honor a los estudiantes masacrados en octubre de 1968, los miembros de la escuela han mantenido una labor de lucha ininterrumpida durante más de cincuenta años, apoyando un proyecto educativo de carácter crítico, científico y popular que se opone de manera abierta a las estructuras hegemónicas del Estado.

La defensa de esta comunidad por el derecho del pueblo a la educación ha permitido que las instalaciones operen bajo un modelo de autogobierno, lo que ha favorecido el establecimiento de proyectos y servicios que no están insertos en una lógica académica. En este sentido, en el predio se encuentra una base de Alcohólicos Anóminos, un taller de motocicletas y, desde hace un año, el estudio que Balam Bartolomé (Ocosingo, 1975) montó junto con Antonio Monroy y Alejandro Palomino al interior de lo que fuera un salón de clases.

A partir de la iniciativa de Francisco «Taka» Fernández se conformó un espacio colaborativo de creación, que para sus integrantes ha sido el producto de un encuentro afortunado y muy gratificante.

Balam me recibió en su estudio a principios de marzo, poco antes de que diera inicio el proceso de aislamiento social que parece salido de una película de ciencia ficción. Nos encontramos en la sección más cercana a la puerta, el área de trabajo de Balam. Afuera se escuchaban gritos, risas y voces de algunos estudiantes. Observo collages, grabados y fotografías colgadas de un muro, así como bastidores, conchas, ramas y muchos guajes.

Algunos de estos guajes están expuestos sobre repisas, otros se ven reclinados en el piso, y vi algunos más desplegados sobre tablas de madera que se habilitaron como mesas. Para Balam, el taller le permite tener un panorama más claro de sus proyectos presentes, pasados y futuros, lo que facilita la articulación de propuestas:

«Soy mucho de encontrar cosas y recogerlas; objetos que me parecen interesantes o atractivos. Creo que la virtud del taller es que puedes tenerlos a la vista, algo que en mi casa no sucede. Hay un momento extraño en el que al interior del estudio se unen las ideas, los objetos y materiales, conjugándose de una forma casi mágica».

Mientras veía de cerca los guajes, noté que todos estaban intervenidos. Había dos que estaban suspendidos dentro de un ensamblaje parecido a un atrapasueños. Vi un conjunto con caracoles marinos empotrados en los extremos y algunos más fueron unidos de tal forma que emulaban formas orgánicas difíciles de categorizar. Balam se ha sentido identificado con estos objetos desde niño. Recordó el árbol de jícara de su casa en Chiapas durante su infancia, y cómo su abuela cortaba los frutos y utilizaba sus cáscaras como recipientes para beber pozol.

Sin embargo, fue hasta 2016 que incluyó estos elementos de manera formal en su obra, cuando viajó a Bogotá para una residencia en Flora Ars+Natura. Durante su estancia, surgió un interés por las connotaciones rituales que emanan de las obras de arte, enfocando su proceso hacia elementos con implicaciones históricas y espirituales profundas. Los póporos —nombre con el que se les conoce en Sudamérica a este tipo de calabazas— le parecieron pertinentes por la relevancia que poseen en el pensamiento colectivo colombiano, particularmente entre las comunidades indígenas.

Después de unos minutos, Balam me mostró unos guajes largos, más parecidos a odres o penes que a frutos. Sostuvo entre las manos una pieza con cera tallada en forma de pezón: «Esta es reciente. Me gusta la idea de que tenga una cualidad animista, y que al mismo tiempo sea un tanto hermafrodita». Mientras lo sostenía, me contaba que para él la energía creativa es tanto femenina como masculina, y que las vertientes de esta dualidad son capaces de manifestarse en los materiales a través de los significados que han adquirido desde la mitología, la política, el folklore y el lenguaje.

Balam fue claro al mencionar que ninguno de los componentes de sus piezas es cosmético o aleatorio. El artista entiende a los materiales como entes que son capaces de entablar relaciones directas con su propia intimidad. Al ser hijo de una arqueóloga y un escritor, en su producción se puede identificar tanto la voluntad de desentrañar las capas temporales que residen en cada objeto, como la intención por evidenciar sus posibilidades de interpretación. El resultado son hibridaciones que permiten la potencialización de cada elemento a través de intervenciones mínimas:

«Las obras son en mi caso más afortunadas cuando hay una participación reducida en términos de virtuosismo y hay un entendimiento mayor hacia los materiales. Yo lo pienso todo como una semántica; es decir: al arte lo veo como una oración. Cada material que utilizas tiene un sentido; es algo parecido a un verbo o un sustantivo. Son como preposiciones que se añaden del mismo modo en que articularías un poema».

Por otro lado, para entender el discurso de Balam, es necesario involucrarnos también con su territorio de origen. Chiapas es uno de los estados con la mayor biodiversidad en México. Concentra el 30% del agua dulce que dispone el país; produce el 54% de la energía eléctrica que consumimos; sus sierras conservan selvas y bosques de niebla. Sin embargo, Eduardo Galeano nos enseñó que en América Latina la riqueza de sus recursos ha sido también el origen de su despojo, el cual Balam ha identificado en su historia de vida con la cosecha, comercialización, especulación y desperdicio del café.

Durante la conversación, Balam se dirige hacia unas cajas que estaban cerca de unas imágenes enmarcadas. Tras buscar por unos segundos, me enseña una camisa de algodón tejida a mano con el logotipo de Starbucks bordado del lado izquierdo, el textil es de 2009, cuando colaboró para el International Studio & Curatorial Program (ISCP) de Brooklyn. Más allá de ser una referencia sobre el diálogo entre el mundo industrial y artesanal que caracterizan a nuestra época, la prenda resume las intermediaciones y abusos que se requieren para favorecer la accesibilidad y abaratamiento de mercancías dentro de las dinámicas de circulación, compraventa e hiperconsumo vigentes:

«Me permitió ver cómo se adquiere una plusvalía a partir de un sentido de explotación, cómo con un producto tan sencillo puedes hablar de tantas cosas, (…) y cómo esa plusvalía se da también con las obras de arte. Cómo aumentan los precios, entran en subastas, hasta llegar a sumas exhorbitantes, ajenas a la realidad de la mayoría de los artistas. Pero extrañamente, llegar a ese punto de inflación es la aspiración de muchos».

Ocoyork | International Studio & Curatorial Program (ISCP).

El azoro, la belleza y la miseria que en ocasiones se presentan de forma simultánea en Chiapas, son aspectos que Balam ha procurado replicar en sus producciones. Reconoce a su obra y la estética de ensamblaje, fusión e improvisación como consecuencias de la cultura donde creció. Para él, la interacción que genera sobre los materiales le permite producir vehículos que lo acercan al concepto de Matria: la tierra que la mirada alcanza, y lo que ésta es capaz de proveer.

De la mesa improvisada, Balam toma una escultura hecha con material orgánico, pero no logré identificar su forma. Le pregunté si era un tubérculo. «Es lo que me maravilla». —me dijo— «Que las personas siempre se extrañan sobre lo que es». La pieza se trata de dos cuernos de toro unidos a los extremos, con las puntas bañadas en plata. Balam los recogió cerca del rancho de su familia en el municipio de Ocosingo.

Los machos suelen matarse entre sí por alimentos y terreno. Sus cadáveres se descomponen y son roídos por las aves carroñeras o los perros hasta que finalmente quedan los huesos. El resultado es una pieza totémica producida con un material que simboliza a la virilidad, de tal forma que daba la impresión de que en cualquier momento reptaría o rugiría:

«Una persona muy querida murió hace poco, y la idea era generar un objeto ritual que le sirviera para guiar su viaje. (…) La plata tiene este vínculo con la Luna, con lo femenino. Entonces se me ocurrió la idea de unos cuernos que quieren tocarse pero nunca lo logran. Me gusta que la materia hable porque tiene muchas cosas que decir. Incluso más que uno. 

(…) El gesto fue muy sencillo. Creo que en general todas las acciones que ejerzo lo son. Porque me interesa que las piezas tengan una sensibilidad en su hechura, donde se permita que los materiales respiren y nos narren su historia».

México not mejico (2012).

Le pregunto a Balam si percibe sus obras como portales. Me dice que quizá ese término resulta demasiado ambicioso para el producto final, pero que en definitiva se trata de una serie de catalizadores, objetos físicos que proponen, activan y detonan «intermediaciones con algo más».

Los objetos como portadores de conocimiento, de poder y de lo sagrado, son una constante que se percibe en este taller compartido. Tras unos instantes, Balam sacó un gran trozo de tezontle casi en bruto. Empotrado sobre este material, un pie de plástico que muestra sus tendones, músculos y articulaciones. La roca fue parte de la iglesia de Santiago Tlatelolco —una de las más antiguas que sobreviven en la Ciudad de México— y pudo hacerse de ella el 19 de septiembre de 2019, cuando la estructura sufrió daños durante el terremoto que sacudió la región central del país.

Fue a raíz de este suceso que se le ocurrió conjuntar a la piedra con una de las maquetas de partes del cuerpo que le compró a una vendedora ambulante en el metro y ver qué sucedía: «A la hora de juntarlos sentí que me contaban algo. Una historia sobre la piedra, su origen, y la carga simbólica que por sí misma contiene».

Y es que Tlatelolco siempre ha estado relacionado con la familia de Balam. Su madre adquirió un departamento en 1964, cuando se inauguró la unidad. Pasó una parte de su infancia en esa zona e incluso ha observado su evolución a través de los años. Sin embargo, fue hasta que surgió la posibilidad de mudarse a Estados Unidos que Balam forjó un vínculo afectivo con la zona; con su historial de muerte y desplazamiento, su posición como centro rector, lugar de intercambio y generador de saberes. Tomando en cuenta estos antecedentes y ante la necesidad de abrir nichos para forjar una discusión que aprehendiera los valores simbólicos y geopolíticos de esta zona, creó la Bienal Tlatelolca en colaboración con Antonio Monroy.

Balam reconoce que su experiencia se ha desarrollado dentro de los límites de Tlatelolco y la colonia Santa María la Ribera. Aún cuando para él las locaciones no se limitan a las paredes de un cuarto y son una extensión del taller, la colonia Atlampa le resulta relativamente desconocida. Así que, al terminar la visita, salimos del plantel y nos dirigimos hacia las espuelas de ferrocarril que seccionan toda la zona circundante. Caminamos entre callejones abandonados, hallamos piezas de hierro fundidas durante el Porfiriato y, tras deambular por una vía, avistamos una antigua fábrica de estampados, en una suerte de ejercicio de arqueología industrial.

La experiencia que Balam ha adquirido en diversas locaciones del mundo le ha servido para reconocer cómo evolucionan las narrativas que configura. Será interesante conocer cómo se integrarán las dinámicas y pautas de esta colonia a la imagen del centro-norte de la capital que ha materializado en fechas recientes, y sobre todo al aula de clases que emplea como laboratorio.

Fotos de obra: balambartolome.com

Fotos de estudio: Alejandro Palomino.

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Studio visit | Antonio Monroy  

Archivo | La verdad más íntima de México, por Balam Bartolomé

Archivo | Chatarra Amnésica, por Balam Bartolomé

Playtime: lo digital como posibilidad

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Por GASTV | Abril, 2020

A través de su sala virtual, Casa del Lago presenta Playtime, exposición colectiva que incluye proyectos artísticos que insisten en lo digital como un espacio para formular estrategias en la vida cotidiana.

El proyecto reflexiona el concepto de normalidad dentro del contexto contemporáneo, para desviar el significante de la cotidianidad en guiños a través de piezas, proyectos e iniciativas que abren la discusión sobre nuevas posibilidades de pensar el mundo.

Playtime se basa en la película homónima de Jacques Tati y retoma escenarios y momentos (aeropuerto, oficinas, exposición de inventos, departamentos, restaurantes, supermercado, fiesta y calle) donde se expone la incongruencia y sin sentidos creados por la industrialización y las llamadas comodidades en la actualidad contemporánea.

Con la curaduría de Violeta Horcasitas, cada miércoles se presenta una pieza de arte digital.

Participan:
N. Samara Guzmán – pieza actual.
Miguel Monroy – 22 de abril
Detanico Lain – 29 de abril
Radio Nopal – 06 de mayo
Mofat Takadiwa – 13 de mayo
Minerva Cuevas – 20 de mayo

Foto: Manual de transustanciación corporativa, de N. Samara Guzmán. SpiritCorp, líder en elementos de transustanciación corporativa para empleados transnacionales. Creamos espacios intermedios entre la conciencia mágicka y la lógica.

El manual ofrecido por SpiritCorp es un scroll poético que utiliza la retórica y el formato corporativista y que tiene como finalidad la transformación personal a partir de diversos rituales mágickos.

Entrevista | Jim Ricks

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Por Valeria Montoya | Abril, 2020

Desviación de lo Sensible: El montaje como herramienta estética-política1

En febrero de 2020, el artista Jim Ricks (EUA, 1973) presentó su primera exposición individual de pintura en la Galería Daniela Elbahara en la Ciudad de México. El título Así luce la democracia, hace referencia a la Batalla de Seattle de 1999, donde tuvieron lugar una serie de protestas en el espacio público de la ciudad como parte del movimiento antiglobalización.

Mientras visitaba la exposición, me impresionó la precisión de la técnica de pintura figurativa. Las piezas cargadas de referencias histórico-políticas y de cultura pop, crearon en mí un estado de euforia, que al mismo tiempo se sintió como un golpe en la cara. Sentí que estaba siendo testigo de la incomodidad como un estado político de ser. Este conjunto de obras se presentó como una herramienta político-estética que abrió un campo imaginativo donde el desacuerdo y la desobediencia pudieron encontrar puntos en común en contra de las actuales figuras globales de gobierno, política, migración y democracia.

Para el filósofo Didi-Huberman, las imágenes pensantes implican un ejercicio estético y político, donde las representaciones figurativas de los gestos, los afectos y la percepción se consideran formas de agencias visuales y políticas. La política es igual al desacuerdo. La división y la distorsión del sensorium: «el détour de lo sensible con respecto a sí mismo».

Volverse sensible, o hacer que algo lo sea, como parte del estado del «montaje», no se refiere a la confrontación de intereses u opiniones, sino a la desviación de lo visible, decible y audible de un momento dado. Como escribió Rancière: «la emancipación de los trabajadores fue primero una revolución estética, la desviación tomada por un universo sensible impuesto por una condición».

Hoy todavía estamos experimentando una crisis global y una condición de vida impuesta como resultado de una pandemia, me parece que la necesidad urgente de reimaginar nuestro propio presente, y posible futuro fuera de la distopía, finalmente está sucediendo, porque los escenarios distópicos están aquí y deben ser enfrentados.

Estoy a punto de tener una conversación en línea con Jim Ricks, en la que discutiremos algunas ideas que vinieron a mi mente durante la visita a Así luce la democracia, y que en nuestro actual estado de contingencia, toman más fuerza.

La imaginación política, en un sentido amplio, es un concepto destinado a designar todos aquellos procesos imaginativos por los cuales la vida colectiva se vive simbólicamente y esta experiencia se moviliza con el fin de lograr objetivos políticos. ¿Qué es la imaginación política para ti? ¿Tiene presencia en tu producción y fue relevante para la exposición?

Tengo un enfoque diferente de la palabra «política» y del arte político, encuentro muy conflictiva este tipo de jerga, sobre todo, porque mi formación política, práctica artística y posición política están fuera del concepto generalizado sobre lo «político» o de la educación artística convencional. Soy marxista, y esto me hace pensar en una idea marxista clave: la independencia de clase, que forma la base de todo mi pensamiento político, así como en las interacciones en el arte.

Uso esta idea para cooptar el concepto de política de regreso a la política2 y lejos del espectáculo de votación de la clase dominante. Volver a las necesidades y al poder de la comunidad real, es esencial para mi comprensión de la palabra «política» y también para poder imaginar cualquier cosa.

En términos de arte, el arte sobre los acontecimientos actuales o que responde a los medios y se considera «arte político», no es lo que considero político. De la misma forma en que lo hacen Thomas Hirschhorn y Freee Collective, creo que el arte político debe actuar políticamente en una comunidad, por lo tanto, la imaginación política es necesaria para mi práctica artística, mi posición política y esta exhibición.

Si el concepto de política y lo que está permitido por la clase dominante está mal definido o reducido a ciertas actividades aceptables de «válvula de presión», entonces es absolutamente necesario volver a imaginar nuestro vocabulario y, lo que es más importante, nuestro potencial comunitario.

Parte de las piezas pictóricas es una máscara de Guy Fawkes, pintada como si estuviera envuelta en una bolsa de plástico transparente, como una reliquia del pasado, un producto de Amazon, o como una evidencia en una investigación policíaca estadounidense. En cualquier caso, esta máscara sirvió como herramienta para el proceso imaginativo de un objetivo político durante las protestas llevadas a cabo como parte del Movimiento Ocupa y de las Protestas de las Mil Máscaras.3 En ambos casos, la gente adoptó esta máscara como herramienta imaginativa y simbólica que apuntaba al logro de un objetivo político global y, por supuesto, a publicitar y alentar a más activistas a comprar la máscara.

Desde tu perspectiva, ¿cuáles son los vínculos y contradicciones que se pueden rastrear entre arte, activismo, ficción y producción/consumo en masa y, por qué es relevante integrar estas ideas en tu trabajo?

Con la pieza Máscara de Guy Fawkes, pensaba totalmente en eso: la relación entre la cooptación inevitablemente convincente de la producción capitalista, y de los movimientos de base y sus símbolos. Y en esta obra, claramente hay capas de este intercambio. La película V de Vendetta popularizó la máscara y fue ideológicamente atractiva para los anarquistas y demás activistas. Por su parte, el movimiento Occupy se apropió de algo de una película convencional, que popularizó aún más la máscara.

Se convirtió en un símbolo instantáneo de «resistencia» y protesta, y se ha vuelto omnipresente en tiendas de disfraces, Amazon, o incluso en manifestaciones públicas. Todo hecho y empaquetado en China, así que siempre existe el peligro de perder el significado de los símbolos. A menudo pienso en los carteles psicodélicos de 1968 para Reagan y Nixon, y el peligro de la falta de sentido que les acompaña inmediatamente después de observarlos.

Entonces, esta pieza analiza la naturaleza del doble filo, incluidas las debilidades, al usar un símbolo para identificar su política. Por un lado es activismo instantáneo: se supone que cualquier persona con esta máscara está en el lado correcto sin probar nada, y por otro lado, es una forma de realidad para los fanáticos, romantizando con la idea de hacer realidad una historia de ficción. O tratando de hacerlo.

Y lo último, es un tema en todo el espectáculo: la imitación, la piratería, lo chafa. Que este desprecio por los derechos de autor y la difusión de imágenes y símbolos sin permiso o el no pago a las corporaciones que los poseen, también es democrático.

En la mayoría de las protestas y movimientos sociales a los que haces referencia, la ideología de la comunalidad es un hilo narrativo, sin embargo, he notado que la mayoría de estos eventos han sido ampliamente cubiertos por los medios de una manera que casi bordea la propaganda. Al seleccionar imágenes o eventos para reproducir, ¿cuáles son para ti las distinciones de la comunalidad como un evento mediático?

No estoy seguro de por dónde empezar con esta pregunta. Creo que estamos presenciando un retroceso en la  evolución de la política radical, ya que hay una tendencia cada vez mayor de «hacer las noticias» y, lamentablemente, esta se convierte en la única estrategia. Lo que se pierde es la independencia de clase o cualquier apariencia de movimiento.

Creo que la mayor parte de esta orientación mediática proviene de los centros del imperialismo global como Nueva York y Londres. Es peligrosamente incorrecto mediatizar estas noticias exhaustivamente, por muchas razones, entre las cuales se encuentran una forma perezosa de gratificación instantánea y la noción completamente falsa de que los medios son imparciales y justos. No hay medios de comunicación. Todo es propaganda. 

Esto es evidente en la exposición, estoy interesado en crear nuevas estructuras y organizaciones de medios, pero también en hacer nuevos museos y premios para nosotros sin buscar la atención de un mainstream media —ya ideológicamente opuesto— que es el portavoz de la clase gobernante y sus intereses.

Hace poco estuve revisando el ensayo de Kropotkin Ayuda mutua: Un Factor de Evolución, popular entre los espacios artísticos auto-organizados y entre la comunidad artística centrada en el compromiso social. En una perspectiva amplia, el ensayo vincula por igual al «hombre de ciencia y al pensador anarquista; el biólogo y el filósofo social; el historiador y el ideólogo».

En tiempos extraordinarios como ahora, algunas de las ideas de Kropotkin se hacen más lúcidas para mí, porque aparentemente todos estamos en condiciones iguales de crisis y supervivencia. ¿Cómo crees que durante y después de esta pandemia evolucionarán la democracia y la movilidad?

No tengo orientaciones políticas claras sobre la situación del COVID-19, parte de mi sospecha viene de la idea de una guerra biológica global y desconfío de la unidad de los estados capitalistas a nivel mundial. Me recuerda historias de corte conspiracional, la siempre mente temida por los EE.UU. Aunque el uso de una emergencia sanitaria ha servido para reducir los derechos civiles de las personas a través del «gobierno dentro del gobierno». La FEMA4 siempre fue la elección del malo, pero quizás ahora la salud pública a través de HSE5 o cualquier departamento de salud, según sea el caso.

La otra parte de mí se centra en los posibles resultados. ¿La gente estará más alienada y aislada que antes? ¿Cada vez más lejos de sus comunidades? ¿O las personas reconocerán el poder de la tecnología humana para comunicarse y resolver problemas más rápidamente que nunca? ¿Pedirán una mayor socialización de su sociedad, especialmente con la atención médica? ¿O haremos una fiesta gigante el día que termine la cuarentena y «volvamos a la normalidad»?

En su conjunto, la exposición señala un proceso de transcripción y montaje, como seleccionar, editar y juntar bloques separados de imágenes, que como una colección argumentan sobre una declaración basada en preguntas sobre migración, democracia y sentido de comunidad. ¿Puedes compartir cómo fue este proceso?

Ok, esto es complicado. Mis proyectos y mi trabajo tienden a desangrarse de uno a otro, por lo que el proceso para producir Así luce la democracia no es nuevo en mi práctica, sino que evolucionó a partir de metodologías anteriores.

La primera parte es coleccionar, así que lanzo mi red. Esto incluye arrastrar imágenes de Internet (memes, imágenes de noticias), o documentar o comprar objetos en el mundo real, usar mis propias publicaciones de Facebook, revistas, mercadillos… fuentes comunes. El proceso, una vez que he recortado la idea, necesita reunir información. Así que tengo este pequeño bot corriendo en mi cabeza que suena ding ding cuando encuentro un ajuste razonablemente bueno sobre una idea.  Edito, juego y examino con el tiempo.

La pregunta sobre la democracia tiene sus raíces enredadas en otras ideas y proyectos, pero hace tres años, cuando me mudé a la Ciudad de México muchas preguntas al respecto comenzaron. Hice una pieza singular por diferentes razones, pero cuando me di cuenta de por qué era importante y que debía expandir el concepto, la pieza se convierte en el enlace a trabajos anteriores.

La pintura de Desobediencia Civil es una especie de tropo en el arte contemporáneo. He estado en media docena de exposiciones que son más o menos portadas de libros. A veces manipuladas, a veces copias verdaderas, a veces híbridos o ficción completa. Este libro estaba en el departamento de mi amigo y tenía un gran lienzo hecho y un pintor de letreros lo ejecutó. Me gustó la portada pseudo constructivista y su tenue puente entre Thoreau y el Bolchevismo, pero también la incongruencia e inadecuación del logotipo femenino de Editorial Tumbona.

Pensé que pertenecía a una pintura pseudo constructivista post-post-moderna. Es interesante porque hay muchas ideas falsas populares sobre ser un artista conceptual y no tener una práctica de estudio. Es decir, que todo es una especie de engaño. Hay una montaña de edición y meses de estrategias en cada próximo movimiento. En cualquier caso, decidí avanzar con una serie de pinturas que me parecía una buena solución para recrear imágenes en mi colección.

El proceso de pintar es más o menos usar un retratista en Guangzhou, China, a quien conozco personalmente y con quien he trabajado durante varios años, y a un pintor de letreros hechos a mano de la Ciudad de México, y por supuesto a las personas que estiran y hacen los lienzos. Planeé las pinturas como si fueran serigrafías, anticipando las capas y separaciones necesarias para el proceso. Por lo tanto, la mayoría de los trabajos en exhibición involucran tres conjuntos de habilidades y trabajadores diferentes.

En otros casos, hice que el retratista completara ciertas obras que se prestaron como parte de su formación, y también con el pintor de carteles. También hay otras comisiones con los bancos, la pizza falsa, las muñecas, las mesas, el mural. En mi producción la cadena productiva de hacer mercancías es relevante, como parte del proceso de mi obra y de la conceptualización de la misma.

Hay una pieza en la exhibición en la que usas un proyector de diapositivas de carrete y el maniquí de una cabeza humana de unicel color dorado, y encima un gorro rojo. Diría que fue una obra con la que me costó conectar. ¿Puedes contarme más sobre ella?

Se llama Liberty Cap. Es una forma y ​​diría que la pieza está en proceso. En ella exploro las complejidades de una idea, sus graves resultados de vida y muerte, así como sus implicaciones más privilegiadas y absurdas. La cabeza de bronce, una cabeza de espuma de poliestireno de una mujer, es una versión contemporánea del tianguis; un stand, quizás esto es algo que podrías encontrar en el mercado de San Cosme, la expresión vernácula.

A la izquierda está la reubicación de los bancos en CDMX. Todavía tienen el Liberty Cap, pero la cresta de la nación ha sido reemplazada por el logotipo del restaurante; cambio de marca. A continuación, presentado como más información histórica académica y artística, hay una sola diapositiva de resistencia palestina, todos llevan los mismos gorros rojos, pero los portan como pasamontañas.

Y arriba está el hongo psicodélico, también llamado Liberty Cap en inglés. Oh! También está Papa Smurf  fundida en bronce. Entonces, hay un tema histórico del arte debajo de todo esto. También existe la visión de expandir lo que es «liberación» y cómo se manifiesta en lo mundano, lo mortalmente serio, lo hippie o sobre el cansado Símbolo Nacional.

También usas la fachada de la galería como lienzo, conceptualizas la transcripción a escala de las «pintas» y los graffitis resultado de las recientes protestas feministas en la Ciudad de México. Anteriormente, estos rastros eran borrados inmediatamente con el argumento de que la propiedad histórica de la nación estaba dañada.

Al recuperar estas pintas y hacerlas visibles nuevamente, no solo estás utilizando la transcripción como ejercicio político, sino que señalas las fallas en la construcción de la historia como parte de la soberanía popular. Me gustaría saber más sobre esta pieza.

Como apunté en mi última respuesta, a veces las ideas se manifiestan pero están aisladas o no es posible manifestarlas, están en espera. En este caso, el graffiti de protesta fue una idea que tuve después de terminar mi Máster en Artes, y pensando en las protestas contra la globalización hace unos 12 años. Básicamente, a través de este proceso aparentemente caótico de escribir declaraciones políticas en las paredes con numerosas manos, se puede extraer un solo mensaje.

El movimiento feminista en México es fuerte, y dada la nefasta cobertura negativa en los principales medios de comunicación mexicanos sobre las pintas quería establecer la conexión. Este es un tema importante de derechos humanos y el movimiento está sucediendo aquí y ahora.

El muro en sí es un programa separado de la galería, este es el tercer mural allí, y como parte de mi exposición tuve la oportunidad de usarlo. Pensando más en el movimiento feminista y en lo que sucedió con la censura del Estado, creo que fue lo correcto; para transcribir, copiando cuidadosamente fotografías de colegas y de la prensa, una selección del graffiti en el Ángel de la Independencia. Esos son todos lemas de derechos humanos y civiles que apoyo, aunque no pueda ser parte del movimiento feminista.

Un conocido pintor estadounidense de letreros hechos a mano estaba de visita y se ofreció como voluntario para pintar las reproducciones.

Sí ha habido algunas molestias en torno al mural, pero son mixtos.

Recuerdo que en una parte de la película V de Vendetta, donde se encuentra la carta de Valerie, hay una oración que hoy me resuena mucho: «una pulgada de libertad». Dentro de la contingencia sanitaria, a veces siento que el encierro es la herramienta de control social definitiva, es una experiencia intensa no tener la libertad de moverte en la Ciudad de México. Y esto me hace pensar en los 73 migrantes en medio del mar Mediterráneo, o el bloqueo terrestre de mexicanos a ciudadanos estadounidenses que querían ingresar a México desde Nogales.

¿Cómo imaginas que será la movilidad global tanto legal como ilegal después de la pandemia?

Ok, sí, Valerie estaba hablando de aferrarse a su propia dignidad, aunque podía renunciar a ella, nadie podía tomar esa «última pulgada», ¿verdad? Mi lectura es que esta es una forma de auto-preservación ante la adversidad. Todos debemos mantenerla y ayudar a otros a aferrarse a ella si luchamos por un mundo nuevo. Creo que la cuestión de la movilidad es una cuestión sobre el tipo de movilidad, que se reduce a la clase por supuesto.

Aquellos que están bajo la mayor presión, las secciones más explotadas y oprimidas de la clase trabajadora global, no tienen más opción que migrar. Los de la clase media raramente migran, pero se convierten en turistas o «expatriados» por periodos, junto con la clase alta tienen mucho más acceso a partes del mundo para su disfrute. Sospecho que la movilidad en términos legales se volverá cautelosa.

No podemos olvidar que el turismo es una industria que la mayoría de las naciones desean para sí mismas. En Irlanda, por ejemplo, el turismo es el mayor empleador del país. Sobre la protesta en la frontera mexicana, fue muy pequeña, es una gran historia de reversión, pero no estoy seguro de lo que representa.

Fotos: Galería Daniela Elbahara.

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1 El proceso o la técnica de seleccionar, editar y unir secciones separadas de imágenes para formar un todo continuo.

2 La palabra griega politikos que significa «de, para, o en relación con los ciudadanos», «cívico», «la comunidad», o incluso «cortés» y por extensión corteses: «ciudadano»; polis: ciudad». Para consulta aquí.

3 Animado por el colectivo de hackers Anonymous, que se celebra cada 5 de noviembre, y cuya aparición más reciente fue durante las protestas de Barcelona por la liberación de prisioneros políticos a finales de 2019.

4 Federal Emergency Management Agency (Agencia para la Administración de la Emergencia Federal de los Estados Unidos de América).

5 HSE: Information about health and safety at work (Agencia para la información acerca de la salud y el trabajo en Reino Unido).

Coraza, de Magali Lara

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Por GASTV | Abril, 2020

Waldengallery presenta de manera digital Coraza, exposición individual de Magali Lara (México, 1956) que propone la posibilidad de la reimaginación personal de la artista tras la retrospección de sus cuarenta años de carrera.

La vulnerabilidad en Lara se remonta a su adolescencia, cuando comenzó a dibujar y escribir como una manera de doblar y desdoblar sus múltiples identidades. Junto a la curaduría de Cecilia Fajardo-Hill, este proyecto de vida ha sido profundamente íntimo, privado y complejo, sostenido por la construcción y deconstrucción de sí misma en tanto ha vivido y creado sus experiencias como mujer, artista, madre, amante, amiga y como colectividad.

Además de vistas virtuales que dan cuenta del espacio expositivo, se integra también una conversación a distancia entre artista y curadora, así como la versión digital del catálogo para descarga gratuita, material ilustrado que incluye diálogos y ensayos teóricos de Magali Lara sobre su práctica.

La exposición puede visitarse aquí.

Foto: First Memory de la serie Coraza (2019), de Magali Lara | waldengallery

La lección del sí y el no, por Daniel Garza Usabiaga

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Algunos temas en la pintura de Julio Galán

Abril, 2020

Existen varios artistas mexicanos que iniciaron su producción en la década de los ochenta y que, por distintas razones, no han sido lo suficientemente estimados en relación a sus aportaciones al arte contemporáneo que despuntó en México durante los años noventa. El origen de estas nuevas prácticas —encabezadas por artistas como Gabriel Orozco, Francis Alÿs o Melanie Smith— por lo general tiende a verse como una ruptura radical con el trabajo de una generación anterior, a la que Julio Galán perteneció.

Aunque la pintura es lo que más se conoce de la obra del artista coahuilense, también produjo esculturas, objetos, fotografía, performance y puestas en escena que podrían calificarse como instalaciones. Es probable que una razón de esta desvinculación haya sido la manera en la que su trabajo, como el de otros artistas activos durante los ochenta como Germán Venegas, fue relacionado estrechamente con el término neo-mexicanismo que se consolidó institucionalmente durante la primera mitad de la última década del siglo XX. Las nuevas prácticas de los años noventa, en línea con ciertos discursos globales de la época, desistían en el uso de elementos o referentes nacionalistas.

Otra probable razón, en el caso específico de Julio Galán, pudo haber sido el conservadurismo generalizado de la misma institución, contemplando su mercado de arte, y de la sociedad mexicana en general durante esos años. Esta postura, sin duda, empobreció la lectura de su obra y restó su importancia crítica en aquel momento. Sorprende, por ejemplo, que en la mayor parte de los textos escritos sobre su producción, entre 1985 y 2005, no se aborde abiertamente la forma en la que exploró temas asociados con sexualidades disidentes; aunque este interés se encontraba expuesto de una forma explícita en muchas de sus obras realizadas durante esos años.

Galán estudió arquitectura en la Universidad de Monterrey y aprendió su oficio de una forma autodidacta. Sus pinturas más tempranas, anteriores a 1985, se encuentran pobladas de referencias a otros pintores mexicanos de aquellos años, en especial al trabajo de Enrique Guzmán. Después de concluir sus estudios profesionales se mudó a Nueva York a mediados de los ochenta. Ahí entró en contacto y diálogo creativo con numerosos artistas residentes en esa ciudad, norteamericanos, europeos y latinoamericanos.

Paseo por Nueva York con dolor de cabeza y barajas de lotería (1984) es una obra que de manera fácil y errónea se podría identificar como un antecedente del neo-mexicanismo al poner en juego los personajes de la lotería en un paisaje neoyorkino donde se pueden identificar rascacielos, tiendas departamentales, el metro o el Museo de Historia Natural de la ciudad.

Sin escatimar en una cuestión de identificación nacional al usar la lotería, el empleo de este imaginario también puede responder a una estética tardía del pop norteamericano que aún se encontraba vigente en esos años en el trabajo de varios artistas con los que el pintor mexicano convivió, particularmente entre un grupo de jóvenes practicantes allegados a Andy Warhol, entre los que estaban Jean-Michel Basquiat, Julian Schnabel, Kenny Scharf o Robert Mapplethorpe.

En esta pintura de 1984 también se puede observar una evidente sexualización de algunos personajes, apreciable en la escena del metro donde el diablo, el valiente y el catrín parecieran estar enfrascados en una dinámica de ligue homosexual.

En Niño embarazado (1985), Galán pinta un fondo que presenta un conjunto de figuras humanas sintéticas, muy al estilo de Keith Haring, enfrascadas en numerosas alusiones sexuales. Estas dos obras del artista demuestran cómo sus pinturas tienden a estar plagadas de elementos significantes, aunque pueda existir una figura que ocupe el primer plano y comande la atención, generalmente a la manera de un retrato de sentido autoreferencial.

Si bien estas pinturas de 1984 y 1985 sugieren escenas o escenarios sexualizados, en otras piezas posteriores se deja atrás cualquier tipo de insinuación y este contenido se vuelve explícito. Una obra de 1989, The Purple Hat, por ejemplo, podría ser calificada como pornográfica por los gustos más conservadores. Desde 1983-84, con obras como El examen final, Galán parece abrir una línea de indagación sobre el masoquismo.

Persuasión y educación están en juego en esta pintura cuya representación acusa una distancia enorme con cualquier elemento que se pudiera vincular a un estilo neo-mexicanista. Los personajes y el escenario que aparecen en este trabajo, más bien, evocan cierto estilo posmoderno en el diseño y la moda así como el imaginario de la cultura pop o de masas de esos años, presente en series de televisión como 21 Jump Street o películas de Hollywoord como The Breaksfast Club (1985).

Gradualmente, Galán irá desplegando una constelación de símbolos y objetos asociados con la imaginación masoquista en otras piezas: objetos-fetiches, látigos, lazos o correas de cuero así como pieles, juguetes o extensiones sexuales, órdenes y contratos, castigos, juegos y dinámicas. Un par de ejemplos de esto son Know no End (1990), un paisaje donde múltiples fetiches y objetos (como suspensorios y dildos) flotan en una especie de fantasía, y la sobresaliente pintura Ya (1988) en la que una cinta de cuero comanda el espacio de un retrato masculino cuya solución, semi-oculta, puede recordar tanto al trabajo de Frida Kahlo como las fotografías de los franceses Pierre y Giles.

Ya cuenta con un texto presentado a manera de viñeta de comic que enuncia «Has dado una orden que tiene que ser cumplida. Ya». Eleanor Heartney fue una de las pocas críticas que de manera más abierta tocó el tema de la sexualidad en el trabajo de Galán, aunque nunca en términos de homosexualidad. De acuerdo a Heartney, el trabajo del artista «exhibe un mundo completamente sexualizado, de manera que casi cada objeto parece emanar un subtexto sexual».1

La descripción de Heartney se ajusta en cierta manera a lo escrito por Gilles Deleuze sobre la obra de Leopold von Sacher-Masoch.2 En el masoquismo, y su imaginación, existe y opera una sexualización del mundo que nos rodea y, prácticamente, de toda la historia de la humanidad. Este proceso va acompañado, inevitablemente, de una desexualización del amor.

Galán se estableció en Nueva York justo en el momento en que una desconocida epidemia de salud se desató, afectando de manera más evidente a una comunidad específica conformada por hombres homosexuales. Sobra decir que si el conservadurismo de la institución del arte no se atrevió a tocar el conjunto de sexualidades disidentes presentadas por Galán en su obra, mucho menos hizo alusión alguna a la historia del VIH y el SIDA.

Algunas obras del artista, sin duda, registran las múltiples ansiedades que se dieron a partir del, entonces, desconocido virus y enfermedad. La historia de los fármacos y sus efectos así como el impacto de VIH y SIDA en el cuerpo pueden establecerse a partir de obras como Niño elefante tomando Ele-rat 7 (de la serie de los medicamentos) (1985) y Mis amigos secretos (1992).

Esta última pieza, sobre los estragos físicos de la enfermedad en el cuerpo, es un ejemplo claro de la maestría y complejidad de su pintura, integrando soluciones abstractas y gestuales con una técnica realista que asimila fragmentos u objetos cotidianos a la superficie de la obra en contundentes trampantojos.

Como es conocido, durante el inicio de la crisis de salud del VIH se tomaron una serie de medidas drásticas, como el cierre de espacios de congregación de hombres homosexuales, para evitar su propagación. Del mismo modo, y ante un desconocimiento puntual de formas de contagio o protección, se optaron por prácticas sexuales poco riesgosas y donde prevalecía cierto distanciamiento físico. Es en relación a estas prácticas de auto-contención o auto-restricción, ante una situación de epidemia, donde la imaginación masoquista de Galán cobra un sentido nuevo: el deseo es sometido a una especie de bondage.

La obra Si puedes pero no debes (1985) es un díptico que podría ilustrar este escenario entre el deseo ejercido, como fantasía o escena onírica, y el deseo restringido y satisfecho a través de un ritual individual, privado, ejercido en solitario, auxiliado solo por una serie de objetos y props que adquieren un inusitado sentido sexual en la escena.

Como se mencionó, aunque Galán desplegó estos temas y problemáticas de una manera bastante abierta no fueron tocados en su momento, en esos años álgidos de fuerte estigmatización dirigida hacia una comunidad y una enfermedad. Aún críticos de arte identificados como progresistas, de México o Estados Unidos, e incluyendo hombres homosexuales, decidieron dejar montados estos principios de invisibilidad, rechazo, negación y condena.

Así, decidieron abandonar la posibilidad de subrayar el carácter crítico de la obra de Galán, no enunciaron su interés en sexualidades disidentes o su particular registro de los primeros años del VIH y SIDA, pero además desconocieron la radicalidad de su imaginario, totalmente fuera de concepciones conservadoras y tradicionales, y que aún hoy estimula a pensar y repensar la relación entre enfermedad y estigmatización así como deseo y amor en tiempos de pandemia.

*Este último punto no pretende formular un juicio en contra de los críticos tempranos de Galán, todos elles sobresalientes autores, sino en ponderar y poner atención en el efecto totalizante que pueden tener estas especulaciones obscurantistas, morales o políticas, en una sociedad acosada por la enfermedad.

Imagen de portada: Niño elefante tomando Ele-rat 7 (de la serie de los medicamentos) (1985), Julio Galán | Fundación Proa.

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1 Eleanor Heartney, «El fruto amargo de Julio Galán», en Julio Galán : Exposición Retrospectiva. Monterrey: MARCO, 1993

2 Gilles Deleuze, Masochism: Coldness and Cruelty & Venus in Furs. Nueva York: Zone Books, 1991

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Daniel Garza Usabiaga se ha desempeñado como curador en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México y como curador en jefe del Museo Universitario del Chopo. Estuvo a cargo de la dirección artística de Zona Maco y actualmente es director artístico de la XIV Bienal FEMSA.

Vuelo a la jaula abierta, de Jerónimo Hagerman

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Por GASTV | Abril, 2020

El Museo Universitario del Chopo presenta Vuelo a la jaula abierta, pieza de sitio específico de Jerónimo Hagerman que busca activar el jardín del museo. Como una reflexión del espacio que ocupamos en el universo, el proyecto estimula la observación y convivencia con la naturaleza.

La instalación integra una escultura habitable de gran escala que se deriva del proyecto Aeródomo (2018). La estructura incluye varios bebederos circulares para pájaros y una banca para que el público visitante observe el entorno; la idea es provocar un ambiente de tranquilidad, descanso, quietud y reflexión.

Próximamente.

Foto: Twitter @museodelchopo

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Opinión | Jerónimo Hagerman en El Eco

Casa Tomada: Próximos talleres

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Por GASTV | Abril, 2020

Casa Tomada es un espacio cultural independiente que integra comunidad para el intercambio de ideas y experiencias, a través de una serie de cursos, talleres, diálogos y mesas de discusión.

Durante la contingencia, Casa Tomada prepara dos nuevos talleres virtuales.

Nuevas genealogías. Literatura latinoamericana escrita por mujeres del s. XX y XXI, imparte Olivia Teroba. Un acercamiento a textos de diversos géneros de autoras latinoamericanas para conversar acerca de cómo fueron leídas y cómo las leemos en la actualidad. Miércoles del 08 de abril al 06 de mayo.

Laboratorio de cuento, a cargo de Aniela Rodríguez. Cinco sesiones para explorar la ciencia del cuento y direccionar los elementos principales del género, a través de la lectura de relatos cortos y ejercicios narrativos. Lunes y miércoles del 13 al 27 de abril.

Costo e inscripciones en el sitio web de Casa Tomada.

*Obtén 20% de descuento al mencionar a GASTV en tu inscripción. Cupo limitado.

Foto: Loïc Fürhoff | Ilustración del cuento Respirar bajo el agua de Olivia Teroba, SAMOA.

MARCO: Educación en línea

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Por GASTV | Abril, 2020

Para continuar la cuarentena en casa, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) prepara una oferta especial de cursos y talleres en línea, además de sesiones de conversación.

La variedad de temas van desde Historia del arte, dibujo, introducción a la fotografía y teatro, hasta mindfulness y bellas artes. Cada curso o taller incluye material online y certificado.

Consulta la programación completa aquí.

Dos sesiones por semana del 06 al 29 de abril de 2020.
Inscripciones: cursosytalleres@marco.org.mx

Foto: MARCO.

Casa del Lago [virtual]

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Por GASTV | Abril, 2020

En estos momentos en los que las maneras de intercambio e interacción se transforman, Casa del Lago presenta una propuesta digital que da continuidad a su programación en múltiples disciplinas y espacios virtuales; pensar su extensión virtual como otro modo posible de su materialidad. 

La programación integra master classes en vivo, ciclos de cine en línea curados por Ilona Goyeneche y Francisco Calleja, además del ciclo de Jazz e improvisación curado por Zazil Collins.

Por su parte, el programa expositivo Cómo sobrevivir al siglo XXI tendrá lugar como una serie de proyectos artísticos que insisten en lo digital como un espacio de formulación de estrategias para el vivir cotidiano actual, con la participación de artistas nacionales e internacionales bajo la curaduría de Violeta Horcasitas.

Virtualizar Casa del Lago incluye también producir intervenciones in situ a través de los modelos 3D. Así, Federico Pérez Villoro y Víctor Pérez-Rul, artistas e investigadores de arte, tecnología y nuevos medios, intervienen los jardines, el lago y demás rincones del espacio expositivo para mostrar otras posibilidades del arte electrónico aplicadas a la arquitectura digital.

A través de su micrositio Casa del Lago en casa.

Foto: Cortesía Casa del Lago.