Archivo para el diciembre, 2019

Neoliberarnos: la deuda como política cultural de la 4T, por Diego del Valle Ríos

Posted by

Diciembre, 2019

A lo largo de éstos primeros 12 meses de la 4T no he dejado de preguntarme sobre las potencias que yacen en nuestra organización como grupos de acción civil dedicados a defender y cuidar las condiciones bajo las cuales se producen, circulan y exhiben nuestras expresiones culturales. ¿Es la organización entre gremios el tejido que permitirá una estrategia de complicidades para hacer frente a la perpetua precarización neoliberal? Si los comunes son una serie de resonancias, ¿qué cadencias nos acercarán al ritmo, flujo y frecuencia de ese baile de rabia y regocijo? En otras palabras, ¿cómo armar a la manada?

Como la mayoría de ustedes, llego agotado al final del año y al principio de una nueva década después de transitar la incertidumbre que implica el contexto mexicano en perpetua crisis, la cual, pesa aún más con cada noticia sobre trans/feminicidios, enfrentamientos armados por la Guerra con el Narco, desapariciones y abusos de poder en general. A lo largo del 2019 compartimos una desaceleración económica; el flujo de dinero fue lento. Hay pero no llega. La desaceleración es el resultado de una reconfiguración geopolítica de la región aunada a la tensión que existe entre la política pública de austeridad de AMLO, la cual ha fracasado hasta ahora en desmantelar el entramado de precarización y empobrecimiento que sostiene al neoliberalismo en México; y una paranoia de clase que devino en proteccionismo ante la posibilidad de convertirnos en Venezuela.

En esa tensión es donde las políticas culturales del gobierno de AMLO, a través de la dirección de Alejandra Frausto en la Secretaría de Cultura y Lucina Jiménez en el INBAL, carecieron de sentido económico pues la administración del dinero público que las mantiene activas, reproduce violencias que aquejan a grupos de artistas y trabajadores del arte y la cultura. Como nos recuerdan nuestras compañeras feministas argentinas: «sacar del closet a la deuda […] significa primero hablar de ella […] significa hacerla visible y ponerla como problema común. Desindividualizarla.1 A partir de esto, el texto pretende comenzar a narrar la deuda de la Secretaría de Cultura para saber cómo funciona y cómo afecta.

El pasado mes de octubre quedó definido el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020 a través del cual se designaron mil 668 millones de pesos del presupuesto total de Cultura para el Complejo Cultural Bosque de Chapultepec (CCBC), proyecto del que recientemente conocemos un poco más a través de narraciones épico-coloniales.2 La aprobación de estos recursos demuestra que ya existe un proyecto del cual es importante conocer detalles de forma pública para permitir su debate y crítica antes de su cristalización estructural como algo inamovible.

Si la intención de esta administración es la de recobrar la confianza en las instituciones, debe de evitar actuar de acuerdo a una cultura política construida a través del ejercicio del clientelismo: esa toma de decisiones para el beneficio de aquellos que custodian y acumulan el poder económico, social y cultural a través de amistades instrumentales con el fin de obtener y perpetuar sus privilegios.

Por ello, es importante, por ejemplo, conocer planes arquitectónicos del CCBC (con sus respectivos estudios de impacto ambiental y perspectiva de género) así como nombres y contratos con constructoras3 y despachos de arquitectura a cargo del proyecto (se sabe que APRDLSP es parte del mismo, y he escuchado que Mauricio Rocha y Tatiana Bilbao también están involucrados). Así mismo, es importante hacer de conocimiento público las políticas y programas culturales particulares que darán forma al CCBC, al igual que la información alrededor del grupo de gestores culturales, historiadores, sociólogos, artistas, curadores y pensadores en general que están asesorando y debatiendo las propuestas, incluyendo aquellas específicas para Los Pinos.

Dicho recinto, a cargo de Homero Fernández Pedroza, tiene entre sus planes: el Museo de Sitio dedicado a Lázaro Cárdenas, que estará a cargo de Salvador Rueda, director del Museo Nacional de Historia de México; la Casa de la Cultura Política, a cargo del ilustrador y caricaturista Rafael Barajas «El Fisgón»; y el Museo del Maíz, a cargo de Cristina Barros Valero, investigadora de la cocina, historia y cultura popular mexicana.

En el marco del discurso maniqueo4 de reconciliación nacional a través de la ideología racista del mestizaje5 y la perpetua folcklorización de los pueblos originarios, como lo señaló recientemente Yásnaya Aguilar en la Revista de la Universidad,6 ¿las políticas culturales a través del CCBC estarán (re)consolidando la estructura pigmentocrática en el campo cultural, misma que mantiene una concentración de poder intelectual en grupos blanco-criollos?

Como lo mencioné en un texto publicado anteriormente en esta plataforma (disponible aquí), el entramado de la blanquitud7 que está reforzando su poder a través del proyecto del CCBC, es un asunto alrededor del cual debemos exigir transparencia y participación ciudadana a través de nuestros gremios más allá de círculos intelectuales y artísticos privilegiados, que de acuerdo a la opacidad con la que se han manejado, no podemos esperar más que la instrumentalización de las expresiones culturales para el beneficio del poder del Estado-Nación: el necro-cisheteropatriarcado-racista, en su versión 2.0.

Se revela entonces la posibilidad de exigir que el CCBC se organice a través de políticas culturales plurinacionales que reconozcan e integren críticas y reflexiones que pueblos originarios hacen a través del EZLN y el CNI, por ejemplo. De esta forma, la propuesta de triangulación entre «Cultura Política», la figura de Lázaro Cárdenas y el símbolo del maíz, por medio del CCBC, se revisaría no como un cimiento sino como una grieta para la deconstrucción y el desmantelamiento de los mitos nacionalistas del México país-crisol de culturas.

¿De qué formas estas futuras instituciones a través de sus dirigentes reconocerán dicho nacionalismo formado por los constructos culturales racistas y machistas de una sociedad asolada por la violencia del narcotráfico y la violencia sexual? ¿Cómo, a partir de lo anterior, la arquitectura implicada está pensando el «espacio público»?

No podemos pasar por alto que las formas en que se realizan los megaproyectos gubernamentales justifican entre sí la toxicidad de uno y de otro. A partir de ello, si como grupos de acción civil —formados por gremios de artistas y trabajadores del arte y la cultura—, permitimos la realización del CCBC de forma clientelar e instrumental, estamos avalando que el entramado institucional realice otras obras de la misma forma, como sucede con el Tren Maya, el Proyecto Integral Morelos y el Corredor Transístmico, por ejemplo. La centralización nos responsabiliza a reorganizarnos auto/críticamente en relación a otras luchas que se suscitan en el territorio conocido como México. Un territorio construido por la violencia instaurada por élites blanco-criollas a lo largo de la Historia de México, violencia perpetuada tanto por la «izquierda» como por la «derecha».

Continuando con el PEF 2020, éste también designó 600 millones de pesos al programa Cultura Comunitaria (CC), el proyecto organizado a través de 4 ejes de trabajo (Misiones por la diversidad cultural, Semilleros creativos, Territorios de paz y Comunidades creativas y transformación social)8 cuyo objetivo principal es «promover el ejercicio efectivo del derecho a la cultura y los derechos culturales de personas, grupos y comunidades; prioritariamente con aquellas que han quedado al margen de las políticas culturales».

Si el proyecto está concebido a través del concepto purista y esencialista que el presidente Andrés Manuel entiende por cultura9 —un reducto que solo reconoce «la cultura» de pueblos originarios, la cual es una construcción política que el Estado-Nación ha hecho de la misma para su instrumentalización—,10 entonces es muy posible que dicho programa esté siendo instrumentalizado, paralelamente al CCBC, para (re)fundar una doctrina nacionalista de tintes liberales y evangélicos articulada por un paternalismo de izquierda caduca, en otras palabras, una variación de la imaginación política blanco-criolla, una ideología mediocre.

A partir de lo anterior, quisiera detenerme en el «derecho a la cultura» que busca garantizar el objetivo principal del programa Cultura Comunitaria a partir de su fracaso en la Ciudad de México. Bajo la administración de Claudia Sheinbaum, la Capital Cultural de América, convirtiendo en estructura la lógica colonial del nuevo global culturalbranding de la Ciudad de México, hace uso de la explotación y el extractivismo como forma de organización laboral de quienes trabajan la primera versión de CC para la CDMX. Si «la Secretaria de Cultura [de la CDMX] no estaba preparada para su crecimiento»,11 como lo indicó su director Alfonso Suárez del Real, tal vez se debe en parte, a que la integración de nuestros gremios fue de forma injusta, insegura y abusiva.

Así lo demuestra la denuncia publicada en revista Código el 20 de noviembre, donde Promotores Culturales del Distrito Federal12 denunciaron «las condiciones laborales y el uso de programas sociales para abrir las puertas al trabajo precarizado y sin seguridad social por parte del gobierno de la 4T».13 Al ser una de las pocas fuentes de trabajo disponibles, habríamos de exigir que esta primera versión del programa sea re-estructurada por los gremios para que devenga en condiciones laborales benéficas fuera de las lógicas neoliberales del Estado.

Parece ser que tanto a nivel local como nacional, la deuda como política cultural de la Secretaría de Cultura es la que mejor ha resultado. Así lo demuestra la precarización del trabajo artístico y cultural que también enmarca el retraso de sueldos de «prestadores de servicios» contratados bajo Capítulo 3000 por el INBAL,14 el pago a personal de base con cheques sin fondos y el retraso de pagos a proveedores de ese mismo instituto, o la cínica solicitud de EDUCAL para que editoriales renuncien al pago que les corresponde.

La deuda como política cultura ya es estructural, por ejemplo, el CCBC a través de Los Pinos actualmente realiza entrevistas de trabajo para iniciar labores inmediatamente con la advertencia que indica que los sueldos se pagarán hasta después del primer trimestre del 2020. En contraste, Homero Fernández Pedroza, encargado de Los Pinos, recibió $851,905.74 MXN por «servicios profesionales consistentes en coordinar, organizar, establecer, integrar y asesorar para la ejecución del programa de exposiciones, presentaciones culturales, conciertos, ferias y acciones de acceso a actividades artísticas y culturales de la Subsecretaría de Desarrollo Cultural».15

¿Cómo nos estamos organizando y enunciando como grupos de acción civil dedicados a defender y cuidar las condiciones bajo las cuales se producen, circulan y exhiben nuestras expresiones culturales? Como indica Tamara Ibarra en una conversación a publicarse en febrero 2020 como parte del próximo número de Terremoto, revista que edito: la consolidación gremial solo es posible a través de una disposición a llevar nuestra opinión política individual a una organización colectiva. Así como existen el MOCCAM, los Promotores Culturales del Distrito Federal o la Asamblea de Trabajadorxs de la Cultura CDMX, necesitamos más organizaciones y alianzas gremiales.

En sintonía con las demandas feministas y anti-coloniales en contra de la precarización de la vida, tal vez, esa mutualidad entre el soy y el somos se puede lograr con un primer ejercicio militante gremial que abogue por un derecho a la cultura llevado a su segunda ola: el derecho a ejercer el derecho a la/s cultura/s lejos de abusos laborales y la instrumentalización de expresiones culturales para fines folcklorizantes y/o intereses de las políticas neoliberales.

Sin embargo, ¿qué implica en el contexto pigmentocrático de México una posible organización gremial? Para mí, que me beneficio del orden de la blanquitud blanco-criolla, implica partir del reconocimiento de mis privilegios como responsabilidad dirigida a cuestionar las estructuras que me han otorgado dichos privilegios. Es reconocer que tengo a mi disposición ciertos recursos, como el de la enunciación en medios públicos, del que hago uso a través de este texto para preguntar a quienes participan de las instituciones públicas y sus proyectos de desarrollo cultural mencionados en este artículo:

¿Por qué continuar con los proyectos del CCBD y CC cuando claramente su realización es fundamento de la deuda de Secretaría de Cultura que ejerce la violencia económica a nuestro grupo de colegas Promotores Culturales del Distrito Federal y aquel grupo contratado bajo Capítulo 3000? ¿Tiene sentido ser partícipe de una (re)fundación nacional que no está desmantelando mitos racistas, machistas o clasistas? ¿Están dispuestos a traicionar su blanquitud y redistribuir sus privilegios o seguirán siendo cómplices del abuso de poder?

Organicémonos entonces para abrir diálogo, exigir respuestas e incidir en verdaderas transformaciones.

— —

1 Luci Cavallero y Verónica Gago, Una lectura feminista de la deuda. Vivas, libres y desendeudadas nos queremos (Buenos Aires: Fundación Rosa Luxemburgo, 2019), p. 11.

2 Érika P. Bucio, «Van al rescate del Bosque de Chapultepec», publicado en Reforma el 11 de noviembre de 2019. Disponible para consulta aquí.

3 Incluyendo las respectivas subcontrataciones de obreros, albañiles y transportistas. Me pregunto, ¿cuánto recibe por jornada un albañil en equidistancia a los arquitectos que les emplean? ¿A quién le alcanza para vivir dignamente?

4 Alejandra Frausto, «Normalizar el arte, diversificar la cultura», publicado en El Universal el 24 de junio de 2019. Disponible para consulta aquí.

5 Para más información sobre aproximaciones críticas a la ideología del mestizaje, ver: Federico Navarrate, México racista: Una denuncia (Ciudad de México: Grijalbo, 2018) y Federico Navarrate, Las relaciones inter-étnicas en México (Ciudad de México: Universidad Autónoma de México, 2004).

6 Yásnaya Elena A. Gil, «El estado mexicano como apropiador cultural», Revista de la Universidad, Ágora (julio 2018). Disponible para consulta aquí.

7 Referirme a la blanquitud no se reduce al color de la piel. Siguiendo al filósofo ecuatoriano Bolivar Echeverría, la blanquitud —instaurada a lo largo de la historia por aquellos en el poder (en el caso de México hombres blanco-criollos)—, siguiendo a Max Weber, es un requerimiento ético, un espíritu de trabajo enfocado en mantener «la organización capitalista de la producción de la riqueza social» con el fin de unificar las identidades en el contexto de la modernidad. Es perpetuar la mediocridad, la indiferencia, el egoísmo, la competitividad y el sacrificio aspiracional como valores de la fuerza laboral para mantener la máquina capitalista a través de una identificación con los constructos de raza y nación, principalmente.

8 Dado que desconozco los detalles de las metodologías, epistemologías y reflexiones socioculturales que nutren los 4 ejes de dicho programa, hago un llamado a lxs colegas involucradxs a socializar sus reflexiones alrededor de esta información.

9 Sonia Sierra y Alida Piñón, «Lamentan concepto de cultura de AMLO», publicado en El Universal el 19 de junio de 2019. Disponible aquí.

10 Ibidem., Yásnaya Aguilar.

11 Alida Piñón, «Secretaria de Cultura de la Ciudad de México no estaba preparada para su crecimiento», publicado en El Universal el 5 de diciembre de 2019. Disponible aquí.

12 Me encanta el guiño al «Distrito Federal» como un posicionamiento anti-city branding a partir del cual podemos pensar un movimiento anti-neoliberal.

13 Promotores Culturales del Distrito Federal, «Cultura Comunitaria en la Ciudad de México: Jamesbondización del espacio público y precarización laboral bajo la 4T (Primera parte)», publicado en Revista Código el 20 de noviembre de 2019. Disponible aquí.

14 Alida Piñón, «Palacio de Bellas Artes, aún cerrado por incumplimiento de prestaciones», publicado en El Universal el 13 de diciembre de 2019. Disponible para consulta.

15 Vicente Gutiérrez, «¿En qué gasta la Secretaría de Cultura?». Publicado en El Economista el 15 de diciembre de 2019, Disponible para consulta aquí.

— —

Diego del Valle Ríos (Ciudad de México, 1990) es gestor cultural y escritor independiente. Actualmente se desempeña como Editor en Jefe de la revista Terremoto. Vive y trabaja en la Ciudad de México.

Desde los poros, de Bela Limenes

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

Como parte de las actividades expositivas de FotoMéxico 2019, el Museo de la Mujer presenta Desde los poros, muestra de Bela Limenes (México, 1959) que indaga en la representación femenina a partir del paso del tiempo y de la idealización de la belleza contenida en la Historia del Arte.

¿Qué sucede cuando se empiezan a notar las marcas de envejecimiento? ¿Por qué no romper con los cánones establecidos y mostrar la fuerza y sensualidad que puede tener el cuerpo de la mujer a cierta edad?

Desde los poros es resultado de una investigación de tres años, que integra una serie de retratos del cuerpo desnudo de la artista para trascender de lo privado a lo público, además de una enciclopedia con diálogos entre las representaciones de la mujer a través del arte y los autorretratos de la autora.

Hasta el 05 de enero de 2020.

Foto: Museo de la Mujer.

Les petites Haitís, de Olivia Vivanco

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

Como parte de las exposiciones de FotoMéxico 2019, Casa Refugio Citlaltépetl presenta Les petites Haitís, muestra de Olivia Vivanco (México, 1972) que recorre la complejidad y contrastes de la inmigración haitiana al continente.

La llegada de esta diáspora a la ciudad mexicana de Tijuana se remonta a 2016, mientras que en Chile —si bien se presenta después del terremoto de 2010— su crecimiento exponencial es de apenas un par de años. En ambos casos, Vivanco capta fenómenos que han sido acallados en la cultura mestiza o blanca de una parte de América Latina, en la cual la presencia de los otros y las otras nos confronta con la negritud negada en la historia de la región, ya sea porque ha sido exotizada, excluida o condenada por criterios racistas.

La artista también muestra la problemática de la diáspora y sugiere visualmente las facilidades o complicaciones que presentan las políticas migratorias siempre cambiantes, que se adaptan a las necesidades ad hoc de la geopolítica internacional y no a las de una población que se ha visto en la necesidad de salir forzadamente de su país.

Hasta el 02 de febrero de 2020.

Foto: FotoMéxico.

Zona Maco 2020

Posted by

Por GASTV | Febrero, 2020

Zona Maco prepara su edición número diecisiete con expositores de América, Europa y Asia, integrando por primera vez arte moderno y contemporáneo, diseño, fotografía y antigüedades.

Se integra también Foro, nueva sección destinada a exhibir galerías de mediana carrera a través de invitarlas a proponer formatos alternativos —no convencionales— de exhibición. Bajo el concepto Relaciones Abiertas, la propuesta apunta a la apertura de nuevas ideas de presentación, así como formas de trabajo conjuntas entre galerías y artistas.

Además de sus cinco secciones establecidas, Zona Maco abre la Plaza de la Informalidad, proyecto curatorial dispuesto como instalación colectiva de espacios independientes. Y como cada año, la feria se acompaña de un amplio programa de conferencias, una sección destinada a publicaciones y editoriales especializadas, así como de actividades paralelas en museos y galerías de la Ciudad de México.

Del 05 al 09 de febrero de 2020.

Foto: Elotes, de Francisco Toledo. Galeria Quetzalli | Cortesía Zona Maco

Daniel Alcalá en Galería USSR

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

Galería USSR (Un Studio Sobre Revolución), espacio independiente de residencias artísticas y exposiciones, presenta en exposición el reciente trabajo de Daniel Alcalá (México, 1974), resultado de tres años de revisión histórica en torno a la arquitectura del México moderno.

Evocar el paisaje urbano de su infancia en Piedras Negras, Coahuila, lleva a Alcalá a indagar sobre las motivaciones que llevan al ser humano a apropiarse de los espacios para darles determinado aspecto. En un primer paso, Alcalá llevó un proceso de investigación histórico documental sobre las edificaciones que se construyeron como parte del Programa Nacional Fronterizo (ProNaF) en las ciudades fronterizas, en 1961. Posteriormente, visitó los lugares en donde estuvieron aquellas construcciones.

De esta manera, la obra de Mathias Goeritz, Mario Pani, Félix Candela, Luis Barragán e Ignacio Díaz son reinterpretadas a través del dibujo cementado, serie de 30 obras que pueden leerse como un solo paisaje urbano.

Hasta el 28 de diciembre de 2019.

Foto: Cortesía.

III Bienal Nacional del Paisaje

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo de Arte de Nogales presenta la III Bienal Nacional del Paisaje, concurso interdisciplinario que desde 2014 ha mostrado las diferentes miradas y posicionamientos artísticos en relación al concepto y representación del paisaje, esta vez, sobre un paisaje enrarecido.

Bajo la curaduría de Alan Sierra, la bienal es una edición especial que reúne una selección de artistas participantes de las dos ediciones previas, con trabajos en pintura, escultura, gráfica, fotografía, video, instalación e intervención que despliegan la idea del extrañamiento del individuo frente a su entorno natural

Con obra de Balam Bartolomé, Juan Antonio Castillón, Arturo Cerda Miguel, Ángel Cisneros, Eduardo Collazo, Óskar Conde, Yutsil Cruz, Paola Dávila, Gabriel Escalante, Jesús Félix Chapman, Elizabeth de Jesús, Alexandra Germán, Héctor Guerrero, Daniel Godínez Nivón, Nora I. Gómez, Blanca González, Lillian González, Karina Juárez, Elsa-Louise Manceaux, Paula Martins, Ulises Matamoros, Ricardo Monjaraz, Antonio Monroy, Valeria Montoya, Javier Ocampo, Miguel Pérez Ramos, Marcela Quiroga, Carla Ramos, Andrew Roberts, Allin Reyes, Miriam Salado y Amaranta Sánchez.

Hasta el 31 de enero de 2020.

Foto: Cuchillos para el olvido, de Daniel Godínez Nivón

— —

Studio visit | Antonio Monroy

La deficcionalización de la cultura libre Parte I, por Alonso Cedillo

Posted by

Diciembre, 2019

El presente texto reúne las ideas que he venido trabajando desde hace 5 años en torno a cómo el internet transforma nuestra realidad económica, así como la necesidad urgente de encontrar una solución a la crisis del modelo económico que ha impuesto el maoísmo digital.

El antecedente base para entender nuestra realidad en la era informática parte de aceptar que el origen y la causa de su desarrollo son la industria bélica y la exploración petrolera. El internet, junto con las computadoras, llegaron a la vida civil rodeados de una niebla de guerra terriblemente espesa e invisible a la vez. Ésta ilustra lo contradictoria que es su existencia, misma que por comodidad preferimos mantener bajo la alfombra.

Todas nuestras tecnologías actuales como el Wi-Fi, el internet, telefonía satelital, el GPS y los radares, se relacionan directa o indirectamente con la invasión de Kuwait a manos de Iraq, y la guerra contra Saddam Hussein que desató la misma en 1990. El que muchos consideran el navegador rebelde por excelencia, Tor, fue hecho por el US Naval Research Lab para desatar la Primavera Árabe; Boston Dynamics es una filial de Google, e incluso podemos considerar a ENIAC como la madre de Silicon Valley.

Quema de los pozos petroleros de Kuwait, 7 de abril de 1991. Imagen: National Aeronautics & Space Administration

De las 194 naciones reconocidas por la ONU, 96 son petroleras, y de estas últimas, las únicas que se han visto beneficiadas son aquellas que han podido desarrollar una industria de guerra. En el caso específico de México, en 2007 agotamos el pozo Cantarell, considerado el segundo campo petrolero más grande del mundo. Hoy, cerca del 40% de nuestras reservas están en el pozo Chicontepec, mismas que no pueden extraerse pues no contamos con la tecnología suficiente, y por lo mismo, se ofreció como la joya nacional a las petroleras extranjeras a través de la fallida reforma energética.

Por ello, es imposible dejar de lado la relación entre el crecimiento económico mundial y el internet. Y aunque en apariencia podríamos llegar a creer que podemos prescindir de los cables, la realidad que estamos viviendo es otra, pues desde hace años estamos creando la red subterránea y submarina más grande que jamás se haya concebido gracias a la fibra óptica, el plástico y el cobre. Por otra parte, el internet no son más que computadoras hechas con materiales derivados del petróleo, en combinación con metales preciosos y semipreciosos.

Al tomar en cuenta que el internet depende de los recursos no renovables más preciados que tenemos, la gratuidad del mismo se torna incoherente, abriendo paso a la pregunta incómoda: ¿Quién está pagando por nuestra conexión?, y mucho más importante, ¿por qué alguien gasta dinero para que podamos estar en línea? La respuesta es porque el internet genera ganancias inimaginables, y por supuesto, porque necesita de millones de personas para funcionar.

El problema de amar a Mao

En 2006, Jaron Lanier acuñó el término «maoísmo digital», tras resaltar cómo al clasificar al internet como un ser capaz de pensar, y con un mensaje propio, estamos devaluando la capacidad y mano de obra de las personas. El maoísmo digital es el modelo económico actual en la mayoría de las empresas del internet, y se basa en hacerle creer a sus trabajadores que son un conjunto de usuarios que busca y obtiene diversión sin costo, cuando en realidad los está guiando a esclavizarse por voluntad propia.

El internet y los servicios cuestan, por lo que si tú no pagas por algo, puedes estar seguro de que alguien sí está pagando por conocer tu actividad e intereses. De esta manera, una plataforma que no cuesta no nos define como usuarios, sino como productos. Hoy vivimos en una contradicción andante y naturalmente distintos sectores comienzan a estar en crisis.

Lobby de las oficinas de Facebook en Palo Alto
Coolcaesar para English Wikipedia [CC BY-SA 3.0]

Un ejemplo claro es la prensa escrita, que a diferencia de la televisión y vídeo, posee un sistema de pautas publicitarias que carece de la efectividad que tienen los medios audiovisuales. Quienes han logrado adaptarse son aquellos que ya contaban con una cartera de suscriptores, previa a la digitalización, pero este hecho no los hace ser enteramente sustentables. A la gente le cuesta pagar por consumir noticias, y al no tener capital, los periodistas y escritores de las mismas no ganan lo suficiente, al tiempo que los sitios se ven forzados a comprometer sus contenidos y/o a sus suscriptores.

Compartir un PDF puede parecer algo maravilloso, pues quien lo comparte gana prestigio y legitimación mientras quienes lo reciben ganan saber. Quienes no obtienen retribución alguna son los autores, y es aquí cuando empezamos a tener problemas éticos. Podemos hablar de que el compartir el trabajo de terceros les genera difusión, pero ésta no evita una crisis, pues la difusión no es una fuente de sustento para nadie. Si nosotros no pagamos por el conocimiento que recibimos, ¿cómo podemos esperar que alguien nos pague por nuestro conocimiento?

Como mencioné en un principio, no podemos olvidar que las tecnologías que han permitido el desarrollo del internet como lo conocemos el día de hoy viene de la explotación petrolera y de la industria militar. Sin embargo, quienes han dado forma al internet civil son sus usuarios. En un inicio, ideas como los creative commons y el open source se presentaban como viables. El problema es que el internet no excluye a nadie, y esto incluye al post-capitalismo.

Napster revolucionó la manera en que consumimos música y archivos. Hoy, salvo que tu adolescencia se diera cerca del año 2000, este nombre no te dice nada. Sin embargo, usas su modelo a diario. Una década después, Grooveshark creó el modelo de streaming en música y el de los perfiles de artistas. Al igual que Napster, fue objeto de demandas para provocar su cierre, mientras que Apple Music y Spotify se han enriquecido con su trabajo. La razón principal es que a Napster y a Grooveshark no les interesaba generar riqueza, sino compartir contenidos, y el capitalismo ve este terreno como desperdiciado, tomando la decisión de embargarlo.

Así, si nosotros consideramos estar en la cara de la moneda opuesta a al post-capitalismo, podemos ver que el problema principal se encuentra en que dicho modelo sí utiliza nuestros esquemas y estrategias, mientras que nosotros nos negamos a utilizar los suyos. Mucho tiempo creímos que la solución estaba en la publicidad, pero al ver cómo se militarizó la minería y extracción de datos, Silicon Valley se dio cuenta que eran un mucho mejor negocio que las pautas. Genuinamente creamos algo más grande de lo envisionado, y se desató una carrera por sacarle el mayor provecho posible.

El problema con el maoísmo digital está en que diluye la autoría al tiempo que concentra las ganancias en lugar de repartirlas. Por lo mismo, desatar una crisis es inevitable. Posiblemente, dos de los gigantes de este modelo, Linux y Google, no existirían si no hubiesen utilizado en su mayoría mano de obra no remunerada. Pero esto no quiere decir que la situación no deba cambiar.

En 2016, de acuerdo a su Forma 990, los bienes totales a principio del año para The Linux Foundation fueron 27 millones 690, 067 mil dólares. Para el término del mismo ascendieron a 39 millones 714, 654 mil dólares. Con 40 horas de trabajo a la semana, es decir, 8 horas diarias, a James Zemlin, CEO de The Linux Foundation, le correspondieron 588, 200 dólares como reparto de utilidades. Esto nos permite ver que Linux no es una empresa hippie que busca crear un sistema operativo estable y gratuito, sino que es una empresa multimillonaria de Silicon Valley.

Al mismo tiempo, todo los hackers y programadores que han perfeccionado Linux, únicamente han recibido el sistema operativo como pago. Pido por favor no malinterpretar mis palabras, yo amo a Linux, de la misma manera en la que amo a Google, Apple, Facebook, Instagram y Microsoft. No creo que ninguna de estas compañías, ni que Silicon Valley necesiten ser castigadas. Simplemente, sin importar si han sido triunfos o fracasos, las cosas no salieron conforme a lo planeado.

Es natural que el maoísmo digital nos encante, pues es extremadamente cómodo y está diseñado como un dispositivo de seducción. La cuestión es que dicha comodidad cobra un costo altísimo, pues nos condena al desempleo mientras transforma nuestras ocupaciones en hobbies, cuando no habría necesidad de hacerlo. El volver a la cultura libre la libera de todo, y esto incluye liberarla de remunerar a quienes la producen. Lo que inevitablemente nos lleva a la ruina. La realidad es que éticamente, la cultura no puede ser libre, debe de costar y debemos entender que es lo justo.

A la par del maoísmo digital, en el internet ha surgido el esquema de los nanopagos. Esto lo podemos ver en servicios como Spotify, Apple Music, Netflix, Hulu o Amazon Prime. Estos servicios son la prueba de que pagar por las cosas genuinamente las mejora, genera empleos y por supuesto también produce más capital. La crisis se torna más grave cuando vemos que los trabajos que han generado los modelos digitales que no son parte del maoísmo digital, son transitorios.

Por ejemplo, los autos que se manejan solos ya son una realidad, igual que las entregas con drones. Empresas como Uber y Amazon, que han empleado a miles de personas que habían perdido sus trabajos, eventualmente no necesitarán de este tipo de trabajadores, por lo que los mismos volverán a quedar desempleados. La diferencia es que si nuestra actividad en línea no comienza a ser remunerada, nadie podrá ganar dinero en un futuro, lo cual conduce inevitablemente a la desaparición de la clase media.

Foto: Cortesía del artista.

— —

La obra de Alonso Cedillo (n.1988) se desarrolla en distintos medios como pintura, escultura, video, gráfica y programación. Su producción explora las relaciones que establecemos al conectarnos a internet, de manera diaria, a través de computadoras y dispositivos móviles. Su trabajo se ha presentado en el donaufestival en Krems, Austria; Transitio_MX en la Ciudad de México; y el festival NRML en Monterrey.

Opinión | ¿El affaire Zapata?

Posted by

Por Rodrigo Castillo | Diciembre, 2019

Hasta ahora a los líderes1 agrarios y compinches que tomaron el Palacio de Bellas Artes en contra de la exhibición de un óleo de formato pequeño del artista Fabián Cháirez titulado La revolución, no les ha caído el veinte que la muestra Emiliano. Zapata después de Zapata no solo se integra de una pieza distrupiva en torno al imaginario que esboza al líder varonil revolucionario, sino que hay, por lo menos, veinticinco obras más que reubican los signos alrededor de la figura del caudillo.

Al parecer tampoco leyeron el título de la exposición. El después es un portento contrarrevolucionario, ni se afirma ni se niega, busca a partir de la estetización ser una carga positiva en el vaivén transitorio histórico zapatista y que, para colmo de males institucionales, viró en una negatividad cargada de intolerancia y, hasta donde se puede leer, en fuertes rasgos de homofobia.

Ya en diciembre de 1979, el Museo del Palacio de Bellas Artes había montado en sus salas Emiliano Zapata, a cargo de Jorge Bribriesca, de la que Raquel Tibol pasó revista a las obras mostradas, explorando, por supuesto, los Zapatas que Diego Rivera hiciera en 1928 para la Liga de Comunidades Agrarias, y que diez años más adelante se agruparan en Los Zapatas, de Diego Rivera 1989. En este libro Alberto Híjar atiende los signos riverianos, y anota que se concretan en cuatro símbolos: «Zapata-historia; Zapata-tierra, Zapata santo y Zapata campesino indígena. Pero los signos no valen por ellos mismos, sino en relación con otros, con los discursos en los que se insertan y con el sentido histórico y social que los incorpora».

Nada está escrito sobre piedra, y la empresa compleja de llevar a cabo una lectura que establezca otras relaciones entre Zapata y el arte se ve instrumentalizada, precisamente, porque los signos con los que buscan validar diversos movimientos sociales se han quedado aparentemente estáticos. El Zapata que se revisa hoy frente a su historicidad es mediado por una institución que desea revelarlo universal, y que marca dentro de su discurso estético el infortunio de cabalgar entre una memoria revolucionaria trasnochada y la asimilación de un personaje ultramasculinizado por el constructo social. Las reglas de operación son convencionales y su intención disruptiva, sí, pero desatiende las relaciones de poder que el estereotipo del héroe (re)afirma más allá de las iconografías literarias y curatoriales laxas.

Que los líderes de los grupos agrarios instrumentalizados por una política anacrónica pisen el lobby del Palacio de Bellas Artes para exigir una muestra de «respeto» a su icono señorial, pinta y revela un espíritu de la época poco alentador, porque ya no se trata de un habla popular ni de una lucha antiimperialista, por ejemplo, acentuada por Rivera en los murales de la Secretaría de Educación Pública, sino de una encomienda agitada sin razón por los signos puestos en suspenso, o es blanco o es negro. Los mártires mártires son, pero Emiliano Zapata envuelve lo que el sarape hizo con el cubismo riveriano en 1915 en su Paisaje zapatista, que también se exhibe en estos días en Bellas Artes, y del que Cardoza y Aragón se encargó, en su momento, de poner en su sitio.

¿Es este acaso un «debate» en torno a la apropiación iconográfica de un personaje neofolclorizado? El presidente López Obrador pidió se dialogue con la familia del general, llevando el agua de su molino al amor que él percibe por la libertad; cree en la conciliación a pesar de haber admitido no conocer la obra de Cháirez. Seguramente tampoco conoce la de Felipe Ehrenberg y Arnold Belkin expuestas en aquel año de 1979 y que hoy expanden las lecturas sobre la imagen del caudillo suriano en otros juegos semánticos difíciles de hacer visibles a líderes agrarios, familiares de Zapata y políticos poco enterados, lejanos a los discursos estéticos.2

Y lo que es inconcebible hoy formula los entramados de la política cultural presidencialsita para los próximos cinco años: una cédula acompañará la postura de los familiares de Zapata sobre la obra de Cháirez, que por donde se quiera ver resume el odio a la libertad que tanto dice amar López Obrador. (Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris./ Nescio, sed fieri sentio et excrucior…).

Braceando en aguas turbulentas Emiliano Zapata no es signo fijo, ni territorio reapropiado por la institución, ni soliloquio político, quizá una aproximación a diversas formas de entender su motilidad para conectarlo con su historicidad, aunque ello resulte en alto riesgo para quien medie entre bigotes masculinizados y zapatillas de tacón con forma de pistola.

Foto: Detalle La revolución (2013), de Fabián Cháirez | La voz de Michoacán.

— —

1 Campesinos de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA). Federico Ovalle, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, señaló: «Denigra la personalidad y trayectoria del general y nos parece que presentar esta figura es grotesco, de desprecio y menosprecio a los campesinos del país».

2 Nótese el trabalenguas de la secretaria de Turismo de Morelos Margarita González para evitar a toda costa decir que ese Zapata es gay: «[…] porque Zapata representa, para la mayoría de los mexicanos, un héroe nacional muy respetado, querido, que tiene una imagen, una trayectoria y una imagen que no es esa imagen [de la pintura]». Vía Milenio, artículo disponible aquí.

Reinos Artificiales: imagen y cuerpo

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

Como parte del programa expositivo de FotoMéxico 2019, El Centro Nacional de las Artes (Cenart), en colaboración con el Centro de la Imagen, presenta Reinos Artificiales, exposición que da un panorama de la fotografía emergente y contemporánea producida desde México.

La exposición explora la simbiosis del gusto kitsch con imaginarios artísticos y mediáticos que asumen la noción de lo femenino como una dimensión compuesta por interacciones afectivas entre identidades sexodiversas.

Reinos Artificiales indaga en la relación entre imagen y cuerpo, con los escenarios de goce y horror vividos desde la esfera digital y las geografías glocales. Aquí la belleza femenina se nos presenta como un vehículo de múltiples enunciamientos en torno al deseo y como síntoma del espíritu de nuestro tiempo: la agonía del Eros.

Con imágenes de Adél Koleszár, Alejandra Muñóz, Asco, Alejandro García Contreras, Andrés Mañón, Anne Beentjes, Abril Salgado, Diego Moreno, Danny Mcdonald, Drokt, Dulce Villasana, Floria González, Giulia Iacolutti, Glenda Lissette, Iván Aguirre, Jimena Schlaepper, Malignas Influencias, La virgen del sexo, Laos Salazar, Minerva Ayón, Magma Smegma, Marcel Rius, María Ponce, Mario Patiño, Martín Cantos, Marvin, Mayra Martell, Memo Hojas, Max Ammo, Calvarivm, Pussypedia, Romeo Gómez y Tania Franco Klein. La curaduría estuvo a cargo de César González-Aguirre y Ana Gabriela García.

Hasta el 01 de marzo de 2020.

Foto: Cenart.

Tu texto aquí, de Michael Dean

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo Tamayo presenta Tu texto aquí, de Michael Dean (Reino Unido, 1977), serie de alaciones escultóricas que se aproximan a temas relacionados con el uso del lenguaje, en específico con la escritura. De esta forma, sus instalaciones pueden ser entendidas como una escritura que sucede en el espacio.

Los trabajos de Dean refieren constantemente al cuerpo humano, ya sea a través de la escala o la forma de sus piezas, o por medio de la representación de partes, tales como cavidades oculares, lenguas y puños. Asimismo, hace uso de materiales como el concreto, el acero y la madera conglomerada, además de objetos que remiten al ámbito urbano, en específico a espacios en construcción.

Las esculturas de Tu texto aquí, remiten también a la figura humana, sugerida a través de una acumulación de puños que se intercalan con lenguas a gran escala. El cuerpo siempre se encuentra implicado en la comunicación, incluso ampliando las posibilidades y los límites de la facultad del lenguaje más allá de la oralidad y la escritura.

Hasta el 01 de marzo de 2020.

Foto: Museo Tamayo.

Pequeños gestos: Siqueiros y la práctica contemporánea morelense

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

La Tallera presenta Pequeños gestos, exposición colectiva que parte de la revisión del acervo fotográfico del Centro de Investigación y Documentación Siqueiros (CIDS).

Una selección de fotografías preparatorias del muralista da cuenta de la indagación que desarrolló en torno al cuerpo de sus colaboradores y familiares, quienes participaban como modelos. Incluso Siqueiros posó y encarnó sus propias ideas plásticas. Estos registros fotográficos pueden leerse como pequeños gestos coreográficos, los cuales no poseen un tratamiento grandilocuente, desde el punto de vista técnico o dramático, sino que fueron producidos por movimientos mínimos que involucran, sobre todo, el equilibrio y la distribución de la fuerza en partes específicas del cuerpo.

Pequeños gestos es también un puente que conecta a Siqueiros con propuestas de artistas locales. Las obras contemporáneas seleccionadas tienen en común el uso de materiales precarios y la sencillez formal. Las piezas presentes en la exposición ofrece un panorama de la educación artística morelense y su relación con prácticas que se gestaron en Latinoamérica hacia finales del siglo XX; además, permite mirar las condiciones de producción y una parte de los intereses conceptuales de los jóvenes que inician su carrera en el estado de Morelos.

Con obras del Centro de Investigación y Documentación Siqueiros, Fernanda Araujo, Alejandro Equihua, Yazú Escapa, Magali Lara, Edgar Ortega, Perla Ramos y Jay Vélez.

Hasta el 01 de marzo de 2020.

Pintar la ciudad. La ciudad pintada

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo de la Ciudad de México presenta Pintar la ciudad. La ciudad pintada, exposición colectiva que recorre el pasado y presente de la metrópoli a través del trabajo de artistas nacidos entre las décadas de 1950 y 1990.

El recorrido sugiere un homenaje y recorrido por la Ciudad de México, a través de elementos viales como bajo puentes, segundos pisos y circuitos interiores, además de objetos embleáticos, sitios y personajes cotidianos.

Participan Carolina Alba, Rocío Caballero, Roberto Turnbull, Dulce Chacón, Phil Kelly, Julio Alarcón, José Castro Leñero, Rodrigo Ayala, Cecilia Barreto, Eduardo Caamaño, Luisa Estrada, Joaquín Flores Rodríguez, Hugo Jácome, Marcos Límenes, Antonio Luquín, Samuel Meléndrez Bayardo, Antonio Monroy, Alina Muressan, Diego Narváez, Eric Pérez, Hugo Pérez Gallegos, David Pescador, Alejandro Pintado, Wero Ramos, Coral Revueltas e Itzamna Reyes.

Hasta el 26 de enero de 2020.

Foto: Terremoto, de Antonio Monroy.

— —

Studio visit: Dulce Chacón | Antonio Monroy

Tejer libertad: movimiento, poesía y música para resistir, por Zazil Collins

Posted by

Diciembre, 2019

Sin saberlo, Patrick Johansson me enseñó en una de sus clases de náhuatl una palabra fundacional para mi trabajo escritural. Cuando la escuché resonó en mí y supe que exactamente era la palabra que siempre había buscado: momalina, que significa trenzar. Así nos lo cuenta que «el mando, la amistad u otros conceptos se ‘trenzan’ (momalina), se ‘enredan’ (ilacatzoa) en el discurso náhuatl». Una acción en sí misma poética, comunitaria, nodal, un movimiento de libertad que va urdiendo la vida a través del hilo del lenguaje.

En mi trabajo como escritora he encontrado, poco a poco, que el medio idóneo para que la palabra cobre la espacialidad justa es a través de la performance, el acto de emitirla en voz alta como una forma de tender puentes. Es a partir de este precepto performático que la improvisación musical dota también de una interplay —interacción— en la que es esencial la escucha del otro, así generamos rizomas, que vamos trenzando, enredando, enmarañando. 

Unido por una visión compartida, un grupo de artistas, conformado por escritores, músicos, editores y traductores, activamos el pasado noviembre una serie de actividades para aprovechar la visita de la poeta Anne Waldman (Fast Speaking Music); Lucía Hinojosa, cofundadora de diSONARE, se encargó de convocarnos para visitar el penal Santiaguito, en Almoloya de Juárez, Estado de México, gracias al trabajo de Reinserta;1 con la idea de impartir un taller de poesía a las mujeres en reclusión.

El reto fue aceptado por Adriana Camacho (contrabajista), Alejandra Monroy (traductora), Guro Moe (contrabajista), Ambrose Bye (músico), Diego Gerard (editor), Carolina Fusilier (artista visual), David Rojas (poeta), Anne Waldman y yo. Partimos del poema/canto de María Sabina para proponerles comenzar a escribir, construyendo un texto con la anáfora: «soy», una figura literaria presente en los poemas/cantos de María Sabina, Anne Waldman y La Chrisx, seudónimo de una poeta chicana, de quien también leímos fragmentos.

El ejercicio se concatenó a la construcción de un cadáver exquisito, cuya lectura fue complementada con la ejecución de guitarra, dos contrabajos,juguetes y vocalizaciones. María Luisa, Melissa, Berenice, Lucy, Silvia, Marisol, Ana, Norma, Cecilia, Itzel, Judith, Vianey, Azucena, Norma Verónica, Mercedes, Eloísa, Cinthya, Iraís, Juana y Rocío fueron las alumnas que escribieron lo siguiente:

Soy mujer hermosa, transparente como el agua
Soy mujer que alberga vida
Soy mujer de fortaleza, impenetrable y segura
Soy mujer libre
Soy mujer guerrera
Soy mujer con vida
Soy una creación de Dios
Soy mujer alegre
Soy mujer enamorada
Soy mujer mariposa porque puedo volar a pesar de la oscuridad
Soy mujer danzante
Soy lo que soy
Soy mujer libre
Soy mujer águila
Soy mujer segura de mí misma
Soy mujer de fortaleza
Soy la gota que bajó desde lo alto para inundar de conocimiento
Soy mujer de Dios
Soy la mujer guerrera

Foto: Cortesía de la autora.

Trabajamos también a partir de sus sueños y realizamos más ejercicios con haikús, mientras propusimos la incorporación de la improvisación musical en sus lecturas, mostrando el ludismo detrás un ejercicio tan íntimo como el de la escritura, para ejemplificar que la poesía también es un vehículo de liberación y empoderamiento colectivo y no únicamente un ejercicio subjetivo.

Cada texto escrito por las alumnas del taller mostró fortaleza y el ánimo por traspasar la soledad. Ese es otro valor de la escritura que podemos rescatar: compartir. Concluimos con las alumnas que para que esto ocurra, cada elemento es central en el sostén de una estructura: engarzar el hilo del lenguaje es el comienzo para tejer la libertad.

Tras este confrontativo ejercicio en Santiaguito, volvimos a la Ciudad de México, donde al día siguiente presentamos Maraña micro Fest, festival de improvisación de poesía y sonido, gestionado por diSONARE y Adriana Camacho, y que se llevó a cabo en Bucareli 69. Aquí se reunieron también más músicos y poetas, como Håvard Skaset, Amanda Irarrazabal, Devin Brahja Waldman, Roberto Tercero, Natalia Pérez Turner, Jerónimo Naranjo, Alina Maldonado, Julia Piastro, Robin Myers, Yunuen Díaz y Tim MacGabhann, donde con el transcurso de la noche, las voces y sonidos fueron entonando un mantra kinésico que culminó en una jam de urdimbre poética.

Esta maraña fue creciendo y creciendo hasta transmitirse por la señal de Radio Niágara, en otro acto performático de sesión acústica, que puede escucharse y verse —Radio Niágara es una señal tan potente que hasta se ve— aquí. Este pequeño grupo de colegas poetas y músicos comenzó a formarse por inercia y bondad, sumando más y más compañeras y compañeros artistas, inquietos por la imperante necesidad de reconocernos como amigos y creadores en libertad. Hemos comenzado un rizoma, que volveremos a activar y al que tú lector/a podrás sumarte.

Foto: Rafael Arriaga Zazueta | diSONARE   

— —

1 reinserta.org

Archivo | Feminismo y poéticas documentales: Anne Waldman Parte I, por Lucía Hinojosa

— —

Zazil Collins es autora de los libros Junkie de nada (Lenguaraz), No todas las islas (Conaculta-Instituto Sudcaliforniano de Cultura), El corazón, tan cerca de la boca (Mantarraya-Abismos), Sipofene (La tinta del silencio) y Pink (The Ofi Press). Es curadora musical y locutora; coeditora del proyecto bilingüe Músicos en la Ciudad de México/Musicians in Mexico City. Ganó el Premio Poesía en Voz Alta 2017 y el Premio ciudad de La Paz 2011.

XVIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo Tamayo presenta la XVIII Bienal de Pintura Rufino Tamayo, certamen con el que el pintor oaxaqueño abrió una reflexión permanente sobre el estado actual del ejercicio pictórico a nivel nacional y la creación de una colección de pintura contemporánea para el estado de Oaxaca.

La exposición de las más de cuarenta obras seleccionadas se presenta en Museo Tamayo como última sede, después de haber itinerado en distintas instituciones a lo largo de un año de gira. Tras esta exposición, la muestra será dispersada y las 3 obras ganadoras entregadas a la Secretaría de las Culturas del Estado de Oaxaca.

Para la presente edición, las obras premiadas son: Rosalinda (2018), de Silvia Mayoral Molina; Doble arqueología (2018), de Cisco Jiménez; y Metate, ola chic (2018), de Luis Hampshire. Además de las menciones honorificas a Catalina Gris, Ángela Leyva, Cristo Contel y Allan Villavicencio.

Del 11 de diciembre de 2019 al 05 de enero de 2020.

Foto: Señor Rotoplas, de Catalina Gris.

Hyperobjects, de Cecilia Barreto

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

La Chambre Blanche, centro artístico con sede en Canadá, presenta en residencia a Cecilia Barreto (México, 1985).

En un contexto post-antropocéntrico, Barreto se interesa en la contradicción entre las personas y su dependencia con los objetos tecnológicos. Por un lado, existe un aparente interés en el cambio ambiental y, por el otro, el deseo de fabricar los últimos dispositivos a partir de la explotación de recursos humanos y minerales.

Los hiperobjetos desarrollados para la residencia, consisten en objetos pictóricos que resultan en una instalación. Alternando los gestos pictóricos, los códigos numéricos, los algoritmos y los colores, sus capas de información se yuxtaponen entre sí. Los objetos de Barreto se articulan por diferentes ensamblajes producidos meticulosamente por herramientas asistidas por computadora.

Con esta instalación, la artista emite eco de una base de datos secreta haciendo visible un espacio virtual. Su interés se desplaza a los centros de datos que pueden describirse como catedrales contemporáneas de información, pero también en el cuerpo material y plástico que contiene vidas humanas dependientes de sistemas tecnológicos como los últimos vestigios de una relación post-antropocéntrica.

Hasta el 07 de diciembre de 2019.

Foto: Ivan Binet

Futuros posibles #1: La verdad es ciencia es ficción

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo Tamayo invita a La verdad es ciencia es ficción, seminario a cargo del filósofo y teórico Armen Avanessian (Viena, 1973).

El seminario se divide en dos partes, la primera con la proyección de Hyperstition, película sobre tiempo y narrativa, pensamientos e imágenes, plantas y exterior, secuestro y recursión, parcelas y organismos anaerobios. Sobre el movimiento del pensamiento y la filosofía en antropología, arte, diseño, economía, lingüística, matemáticas y política.

La segunda parte será una discusión abierta con Avanessian, en torno al filme y a dos lecturas de introducción al realismo especulativo y el aceleracionismo. Además, Avanessian hablará también de sus publicaciones recientes en español Aceleracionismo, Miamificación Realismo Especulativo.

La actividad es parte de Futuros posibles: Herejía política y nuevas metafísicas, serie de eventos discursivos que se presenta como parte del programa educativo del Museo Tamayo. A través de conferencias, seminarios, presentaciones de libros, discusiones públicas y talleres.

10 de diciembre de 2019, de 10:00 a 14:00 hrs.

Inscripciones aquí.

Campamento para Jóvenes Naturalistas

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo de la Ciudad de Querétaro presenta Campamento para Jóvenes Naturalistas, muestra colectiva que observa, enlista y taxonomiza, pero no a la naturaleza misma, sino a la mediaciones a las que recurre el grupo de artistas para encontrarse con ella.

La práctica de jóvenes campistas ha sabido dedicarse a actividades concretas orientadas al disfrute de la naturaleza: caminar, observar, enlistar, categorizar. Empiezan idealmente por salir del entorno urbano, aunque sea removiéndose unos cuantos kilómetros hacia áreas más verdes, menos pobladas por humanos o menos tocadas por el desarrollo. Y ahí, observan: musgos, helechos, pinos, suculentas, insectos, mamíferos, reptiles, inventariando en cada excursión lo encontrado, tejiendo redes de avistamientos y clasificaciones cada vez más complejas.

Muchos de los trabajos presentes en la exposición involucran a la tecnología de alguna u otra manera, pero otros también se tratan de reconciliaciones metafísicas o incluso políticas con aquello que hemos designado como lo natural

El grupo de artistas de Campamento para Jóvenes Naturalistas machetean la selva de los sistemas, de cultura, arte y ciencia, para encontrar nuevos vínculos con ella: con drones, con pantallas de computadora sucias, con caricaturas, con moscas y perros, con máquinas espirituales y paisajes interiores.

Participan Ana Navas, Aslam Narváez Parra, Atanasio Echeverría y Godoy, APRDELESP + Fabien Cappello y Xavier Nueno Guitart, Bruno Darío, Carolina Fusilier, Chantal Peñalosa, Clemente Castor, Débora Delmar, Daniel Aguilar Ruvalcaba, Diana Cantarey, Elsa-Louise Manceaux, Gabriel Gutiérrez, Horacio Warpola, Israel Urmeer, Ivo Loyola, K. Reswob, José Eduardo Barajas, Josué Mejía, Lucas Lugarinho, Lourdes Martínez, Marek Wolfryd, Orlando Ortíz, Paloma Contreras Lomas, Roger Muñoz, Romero Gómez López, Toro Garibay, Gala Berger, Santiago Robles y Jacobo Zambrano Rangel.

Hasta el 26 de enero de 2020.

Foto: Príncipe de la Paz | Cortesía.

Trayectorias. Manuel Felguérez

Posted by

Por GASTV | Diciembre, 2019

El Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) presenta Trayectorias, exposición que despliega tres momentos creativos de la producción de Manuel Felguérez como artista clave en el desarrollo del arte contemporáneo en México: los murales de desecho, La máquina estética y su obra reciente.

En su obra temprana, Felguérez recupera frecuentemente materiales de deshecho y chatarra para la construcción de murales como Canto al océano (1963) y Mural de hierro (1961). Por otro lado, su interés por la experimentación se evidencia en La máquina estética, proyecto de mediados de los años setenta. A través del uso de la computadora para el diseño de sus piezas, Felguérez investiga las posibilidades que existen en la relación entre ciencia y arte al dotar de una cualidad creativa a la máquina.

Finalmente, la vitalidad e injerencia que conserva Felguérez en el medio artístico se constata en su ambiciosa producción pictórica reciente, la cual conserva su gusto por el gran formato y el uso de diferentes materiales para las composiciones abstractas.

Hasta el 10 de mayo de 2020.

Foto: MUAC