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Entrevista | Irit Rogoff

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Por Fabiola Iza | Febrero, 2016

Durante varios años ya, Irit Rogoff ha sido una de las principales voces dentro de la discusión sobre la educación artística y su transformación bajo el sistema neoliberal. En esta entrevista Rogoff habla sobre un acercamiento curatorial a la educación y expone cómo el conocimiento ya no es exclusivo de la universidad sino que se ha desplazado hacia otras arenas tales como el mundo del arte.

Fabiola Iza: Irit, tú has abordado ampliamente el tema de la educación, de forma más específica, la transformación que está experimentando bajo las condiciones neoliberales. Por ejemplo, has tratado el tema del Proceso de Bologna y cómo tiene por objetivo transformar al conocimiento en un bien móvil, una moneda de cambio. En ese respecto, estaba pensando sobre las discusiones que ha habido en México en torno a la educación artística e, incluso, si los problemas que afligen al país son distintos, el mismo Proceso de Bologna, esto es, la privatización de la educación, ha sido mencionada como una de las preocupaciones centrales. Esto me ha sorprendido porque, aquí, la educación continúa siendo pública y gratuita, no obstante, su calidad así como la de la planta docente y la vigencia de sus programas de estudio se cuestionan muy a menudo. Peor aún, tales problemas no son exclusivos del campo de las artes sino que el sistema educativo entero está permeado por deficiencias similares.

En un primer momento me pregunté, ¿por qué hay personas quejándose de esto aquí? No obstante, creo a la vez que es una inquietud válida y oportuna, no sólo una reflexión sobre lo que sucede en otro continente. Por ejemplo, el año pasado se planeó un fuerte recorte presupuestal a las universidades públicas y, además, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que antes dependía de la Secretaría de Educación Pública, fue transformado en la Secretaría de Cultura. La institución de la misma ha sido duramente cuestionada por las políticas y lineamientos bajo los que funcionará [1], dado que parece apuntar a un proceso de privatización gradual la apertura para trabajar de la mano con corporaciones y empresas es el rasgo principal. Esto es sintomático, tarde o temprano le sucederá a la educación. Dicho esto, me interesaría por contrario ofrecer una perspectiva más amplia sobre la educación bajo las condiciones económicas actuales, quizá en términos más abstractos, intentando no caer en la especificidad de cada región sino abordando preocupaciones globales, tal como lo es la reificación del conocimiento, que sucede mano a mano con la privatización.

Irit Rogoff: El proceso de privatización está sucediendo en todo el mundo. En el sistema de Estados Unidos hay un balance extraño entre las estructuras capitalistas que dependen del financiamiento privado y los sistemas estatales altamente subsidiados que son igualmente buenos. La Universidad de California, la Universidad de Wisconsin, la Universidad de Texas y la Universidad de Michigan son igualmente buenas que las universidades privadas pero, por supuesto, con la crisis del mercado financiero han quedado bajo una enorme presión. Es un modelo distinto con este alto nivel de filantropía en la educación —nosotros no tenemos esto aquí en el Reino Unido, nadie da dinero a la educación. Éste es un enorme problema ya que entonces la única fuente de ingreso es la propia comunidad de estudiantes (y unas cuantas alianzas con empresas y corporaciones). Pienso que ésa es la dirección que está tomando gran parte del mundo occidental. Esto sucederá, inminentemente, en Europa y no sé si en México porque algo que jamás he entendido es la relación de la educación mexicana con el resto del mundo de habla hispana [2]. Cómo esté México enfrentando esto, en términos de su cultura educativa, lo desconozco.

FI: Mi pregunta se dirige en realidad hacia ponderar si se puede generar una discusión más productiva que simplemente quejarnos sobre algo que ni siquiera ha ocurrido aquí. Si somos practicantes culturales y estamos detectando un problema respecto al cual todos deberíamos estar preocupados, ¿qué podemos hacer desde la práctica artística? Ahora mismo, no hay qué podamos hacer desde las regulaciones gubernamentales, por ejemplo.

IR: No debería especular sobre cosas de las que sé tan poco pero cada vez que he estado en México, he quedado impactada por el hecho de que el alcance de la democracia y de tener indignación genuina respecto a la educación es algo que se toma muy seriamente. Esto lo noté, por ejemplo, cuando fui invitada al SITAC (2011). Recuerdo haber encontrado a todas estas personas que no pertenecen a la élite cultural privilegiada, sino que son profesores o trabajadores en el campo pero no son la élite misma, y eso me pareció maravilloso. No obstante, es complicado que las fuerzas que dan forma a los desarrollos más radicales surjan si se está poniendo tanta atención al alcance democrático de todo lo que se está haciendo. Es muy difícil criticar esto porque, en la mayoría de los otros países, todo satisface a las necesidades de la élite y no a las de la población más amplia. Sin embargo, mi intuición dice que éste es uno de los problemas. La gente que quiere hacer trabajo que sea innovador y absolutamente revolucionario no encuentra tan fácilmente un foro o un medio de conversación. Puede ser que la queja de la gente sea ésa. ¡Es una queja tan ilegítima! “¡Esto es demasiado democrático!”. No podemos decir eso pero podría ser que cuando surge esta se queja, ésta es una de las cosas hacia las que apunta: no que los tutores no estén lo suficientemente capacitados, sino que el discurso ha quedado ligeramente secuestrado por estos impulsos democráticos. Por ende, se hace más difícil llevarlo hacia preguntas que causen mayor impulso. Podría ser en parte lo que sucede en México.

FI: Con base en tu experiencia en los campos del arte y la educación, tanto juntos como por separado, ¿piensas que la práctica artística puede ser un lugar de resistencia, así como una fuerza poderosa para contrarrestar la expansión del capitalismo? De ser así, ¿cuáles son las estrategias que has detectado en tales prácticas de resistencia?

IR: La clase de práctica basada en investigación en la que tengo una fe verdadera, ha sido capaz de ser una suerte de fuerza de resistencia e innovación. Dichas prácticas provienen de la conjunción de toda una serie de prácticas de avanzada: aparecen cuando hay alguien que está interesado en practicar encuentros que son de alto nivel y que no son iniciativas tan convencionales en la investigación. Esto posibilita entonces la producción de una especie de entidad híbrida. Entonces bien, surge la coyuntura en la que la investigación basada en la práctica y las prácticas realmente innovadoras tienen una oportunidad. Aunque no sé ni puedo definir cuál sea el sistema ideal…

Igualmente, otra cosa sobre estos nuevos modelos de investigación, es que no surgen necesariamente en condiciones ideales, surgen de reconocer las condiciones en las que estás trabajando y después hacer algo con ellas. Pienso que la investigación tradicional ha trabajado a partir de trayectorias, conocimientos, discursos y formaciones heredadas, y una de las cosas más interesantes acerca de la investigación con base en la práctica, es que su punto de inicio es siempre una serie de condiciones y no una serie de conocimientos. México es, ciertamente, un lugar de condiciones muy extremas: que las personas estén involucradas apasionadamente con ellas y no ignoren las condiciones de sus carencias posibilita el cambio del que hablo. Creo por lo tanto que ahí está el desplazamiento de la investigación con base en la práctica: la transición de trabajar a partir de conocimiento o formas heredadas, a trabajar a partir de condiciones. Cuando se torna verdaderamente interesante es cuando uno se pregunta cuáles son las herramientas disponibles para reconocer esas condiciones, tematizarlas y realmente trabajar a partir de ellas. Ésta es para mí la gran transición. La pregunta es: “¿Dónde sucede esto?”, y no puedo hablar sobre México simplemente porque no conozco la producción cultural e intelectual ni lo que domina allí. Desde la perspectiva de aquí, creo que para mí ésa es la gran transición: uno entra en el medio, uno está interviniendo una serie de condiciones, inicia ese conocimiento en el lugar al que llegó y lo mueve hacia adelante. 

FI: Estoy consciente de que es imposible que reflexiones sobre la escena en México sería incluso irresponsable de mi parte preguntar pero estoy muy interesada en cómo has abordado la metodología en términos más abstractos. Distintas metodologías pueden convertirse en un conocimiento inestable, e incluso, en un elemento incómodo para la producción de estos sistemas autoritarios, es por ello que percibo que hay una especie de resistencia proveniente de la práctica artística. Bajo ese tenor quiero preguntarte también cómo relacionas todas estas preguntas y problemáticas en el libro que estás escribiendo.

IR: El libro se titula The Way We Work Now (La forma en que trabajamos ahora) y trata precisamente sobre este desplazamiento, trabajar a partir del conocimiento heredado hacia el intento por comprender las condiciones en las que existo, y después hacer de éstas la fuerza de impulso del trabajo. Estas condiciones están sujetas a toda una serie de presiones, algunas son sociales y políticas pero algunas otras son climáticas o tienen que ver con una serie de condiciones geoambientales. Por ejemplo, una de las cosas que comencé a encontrar recientemente es el conocimiento planetario, que es el conocimiento del planeta entero, y a la gente que lo está desarrollando. Por un lado, esto se hace necesario con la llegada del Antropoceno y, por el otro, es posibilitado al conseguir una perspectiva más alta. Por tanto, el conocimiento planetario no es solamente el conocimiento de la superficie del planeta, sino que combina también a la estratósfera. Tenemos a alguien como Trevor Paglen, quien me parece que es un artista-investigador increíblemente interesante: él está intentando pensar el conocimiento planetario haciendo uso de tecnologías espaciales con el conocimiento de la transformación que la superficie de la Tierra ha experimentado con la deforestación, la extracción minera, el cambio climático, etcétera. Todos estos elementos son producto de una intensa exploración capitalista e intensas actividades de inteligencia militar, así que es crucial entender que cuando uno dice “trabajar con las condiciones” realmente no es una sola condición, es una serie de conjunciones de condiciones que estamos encontrando a nuestro alrededor, y requiere reflexionar cómo lograr un diálogo entre sí. Digamos que lo que está sucediendo en la estratósfera exterior es tanto una carrera militar como una comercial. Es una carrera por la inteligencia militar pero es una carrera comercial por los satélites de vigilancia y recolección de datos, —el espacio exterior es colonizado por ambos elementos. Ciertamente la deforestación, la extracción minera, la falta de control sobre las emisiones y demás… Todo termina por unirse también a una serie de intereses capitalistas. De alguna forma, una de las cosas que estamos experimentando —yo misma lo estoy experimentando en gran medida— es que, con estas nuevas formaciones de conocimiento, necesito saber mucho más de lo que ya sé. Es una suerte de campo de conocimiento en expansión permanente. Hace cinco años jamás habría pensado que con el fin de entender la producción contemporánea de conocimiento, necesitaría entender sobre la extracción minera, el cambio climático, el Antropoceno, la deforestación y la colonización del espacio exterior. Pero obviamente sí. Creo que, ante este panorama, tenemos que formularnos una pregunta: ¿Acaso pone esto un bono adicional de responsabilidad sobre la maquinaria educativa? ¿Es que todo lo anterior debería enseñarse o, por el contrario, el sistema educativo debería ayudarnos a generar modelos que nos darán la permisión para investigar? Tenemos que inventar nuestros propios modelos y no sentarnos y esperar a que alguien nos los enseñe. Uno puede investigar y aprender todo esto y es realmente importante pensar todas estas cuestiones en conjunto.

FI: Regresando de lleno al libro, habías mencionado anteriormente que abordas en éste el trabajo de Trevor Paglen, Former West y Walid Raad, ¿cierto?

IR: Tengo seis o siete: Trevor Paglen, Walid Raad, Former West como un modelo curatorial, Xavier Le Roy, he entrevistado a Keller Easterling [3]… Básicamente, he intentado identificar a seis o siete personas, que fueran para mí, divergencias verdaderas para entender las transiciones del conocimiento.

FI: Partiendo de la selección que has hecho, infiero que el libro reúne a individuos (Maria Hlavajova en el caso de Former West) que han logrado un nivel de especialización sumamente alto en disciplinas que no son propiamente artísticas sino sociales, científicas, etcétera. Además, todos ellos problematizan tanto la producción de conocimiento como su circulación, replicación e institucionalización.

Trevor Paglen es quizá el ejemplo más evidente ya que, el impulso de llevar su práctica al límite hizo imperativo que se especializara al grado de obtener un doctorado en Geografía. Su conocimiento sobre satélites, geolocalización, sobre la historia de la conquista del espacio y su actual colonización entre otras muchas cuestiones es impresionante. A pesar de que el hecho de usar conocimientos y formas de dos disciplinas ha sucedido antes en la llamada interdisciplinariedad, me parece que dicho término no lograría dar cuenta de lo demandantes que son las prácticas basadas en investigación que estás analizando. Por ello mismo me interesa que las describas como imaginativas, un término que comúnmente es menospreciado en relación con la producción de conocimiento.

IR: En el caso de Trevor Paglen, el hecho de ir a un Departamento de Geografía donde también hay personas interesadas en conocimientos planetarios, climáticos y niveles tan altos de experimentación tecnológica… Eso produjo una especie de modelo de investigación. Pero tener disponibles las cosas sigue sin ser suficiente, se debe tener un impulso investigativo que diga: “Éstas son cuestiones tan importantes que deben ser exploradas en muchos y muy distintos niveles”, y el aspecto imaginativo con el que describo estas prácticas es uno de ellos.

Sobre el aspecto demandante que señalas, sí, creo que lo son, son muy demandantes, y no afirmo que sean las únicas sino que son las que me alertaron primero sobre estos cambios. Cuando estás enfocándote en algo a nivel teórico —como yo lo estoy haciendo—, me propongo mirarlo en el más alto nivel de complejidad que haya. Esto no significa que sea la única manera de operar pero es lo que resulta interesante para mí y éste es el tenor del libro. Aún así, no estoy pensando de manera alguna que sería posible hacer un paquete perfecto con ello. Queda en cada quien entrar impulsado por una serie de preocupaciones y explorar lo que es posible.

FI: De vuelta al contexto mexicano, pensando sobre nuestro sistema educativo tan fallido, me pregunto qué tan posible es que estas prácticas se generen aquí. Al egresar de las facultades o escuelas de arte, los artistas rara vez conocen las referencias más básicas: no han leído a Ernst Gombrich ni a Michel Foucault, y mucho menos tus escritos. Estos son sólo ejemplos al azar para enmarcar distintos pensamientos, cronológicamente, sobre la producción cultural. Hay un impulso por llevar a cabo investigación pero el sistema es tan carente que me pregunto si se pueden desarrollar estas prácticas mientras la gran mayoría de herramientas no están a la mano.

IR: Creo que necesitas pensar más sobre la pregunta en sí, porque no estoy segura de que esto sea en torno a lo que se circunde: no es sobre si se tienen las herramientas sino si se tiene el impulso. Estoy segura de lo siguiente: dentro del discurso mexicano el cambio va a ser político… un cambio político y social. No vendrá de la cultura y tampoco del conocimiento. Tiene que ver con la pobreza a gran escala, el analfabetismo a gran escala, problemas reales que deben ser resueltos. Esto es lo que mis amigos economistas marxistas y radicales de izquierda solían llamar hace muchos años la realidad mayor: alguien te dice que la suya es la realidad mayor, que están hablando en nombre de 40 millones de personas hambrientas o 40 millones de personas analfabetas y por lo tanto hablan por la realidad mayor. Es muy lindo tener todas estas ideas pero es una preocupación ilegítima y no es muy representativa de la realidad mayor. Ésta incluye una serie de problemas pero no es una pregunta sobre lo que tienes a tu disposición sino una pregunta que impulsa y dirige la investigación entera. Lo que sí puedo decir, con un cierto grado de seguridad, es que el modelo soviético que existió en México en la década de los 30, donde el arte era un ala movilizada de la totalidad del proyecto social y político de izquierda —creo que ya no existe más y es una formación histórica. Pero pienso que las urgencias políticas son tales que la gente ya no mira hacia otros lados para buscar modelos de pensamiento e interacción y, si lo hacen, es probablemente mucho más hacia las artes comunitarias que hacia nuevos conocimientos de prácticas creativas.

Debo decir que, a título personal, me parece que mientras peores sean tus condiciones, más sabes sobre investigación dado que debes encontrar soluciones para todo: debes encontrar agua, comida, debes encontrar educación y tantas otras cosas. Así, mientras peores sean tus condiciones estás más orientado hacia la investigación. Lo que necesitamos es entrar en esta investigación y darle un giro al proyecto al excavar sus propias condiciones ligándolo a conceptos más abstractos. No soy creyente de la realidad mayor, pienso que nuestra realidad es igualmente mayor y relevante pero sé que éste es un problema en una sociedad tan dispar en sus desarrollos, con tales élites y abismos de carencias tan increíbles.

FI: ¿Podrías continuar explicando en términos muy amplios la exploración general del libro?

IR: Es un libro que surge, antes que nada, del reconocimiento de que necesitamos movilizar simultáneamente muchísimos conocimientos y que esos conocimientos necesitan ser reunidos entre sí mediante una relación curatorial. Es una suerte de montaje múltiple de conocimientos. Hoy día no somos capaces en forma alguna de tratar, desde las viejas trayectorias de conocimiento, las preguntas a las que nos enfrentamos: las preguntas opuestas sobre economía, legalidad y manejo de recursos y la producción de conocimiento y la creatividad que, por un lado, está siendo cooptada por el mercado; por el otro, nos da un poco de espacio para ser inventivos. Pienso que las demandas hechas ahora mismo al conocimiento son muy distintas y mucho mayores, y su montaje toma una forma muy distinta. Eso es, realmente, por lo que estoy escribiendo el libro, creo que he comprendido acerca de esas conjunciones.

Por otra parte, hay también un movimiento muy interesante de trabajo intelectual sucediendo fuera de la universidad y dentro de las arenas del arte, de las esferas de protesta y de los movimientos sociales. Los conocimientos ya no son estables dentro de la universidad, hay una fluidez y una suerte de movimiento hacia afuera. Por ende, cuando ponemos este conocimiento en el mundo del arte y en los movimientos sociales, no lo ponemos de la misma manera sino en formas múltiples, así que tenemos que desarrollar distintos modelos de conocimiento para que éste circule. Así que éstas son las razones por las cuales escribí —¡o estoy escribiendo!— el libro.

Luego entonces, hay una serie entera de permisiones que nos han sido dadas en el trabajo intelectual por parte de las prácticas creativas, de forma en que estoy realmente interesada en cómo las prácticas creativas nos han permitido cambiar nuestro entendimiento sobre cómo trabajar. Pero esto no sucede únicamente en las prácticas creativas —acabo de escribir apenas un texto sobre hacer uso del modelo de las ONGs para conceptualizar e imaginar estructuras culturales, instituciones. Las ONGs no solucionan problemas, ellas intervienen a la mitad de los problemas y pueden clarificar la relación de, digamos, los recursos con la logística con las necesidades y emplean un modelo de conocimientos —y de su circulación— sumamente fluido. Nunca está claro cuál será la clase de conocimiento que requerirá una ONG y tampoco puede decir jamás “solamente necesitamos doctores o ingenieros”, o qué clase de técnicos, si únicamente traductores y así. Entonces es un modelo muy fluido de montaje de conocimientos.

Por todas estas razones, es ahora el momento para esta investigación, éste es el momento para abordarlo porque nuestra comprensión del conocimiento no está viniendo únicamente de la universidad —viene del mundo del arte, de los movimientos sociales, las ONGs—. Pero entonces, la cuestión radica en identificar la clase de practicantes… y una de las cosas que aún debo hacer es encontrar a alguien que esté trabajando en movimientos sociales, alguien que esté trabajando en una ONG interesante y entrevistarle por igual en términos de una metodología emergente. No creo en buscar a personas que estén resolviendo problemas de falta de agua, por ejemplo, sino a personas que estén involucradas en la educación en ese mismo campo y que estén usando toda una serie de estrategias con el fin de implementar estructuras educativas alternativas.

Notas:

1. Ver los textos que se han publicado al respecto en la revista Código: Brenda Caro Cocotle, Y cuando despertó, la Secretaría de Cultura estaba allí y Sergio González Rodríguez, La nueva Secretaría de Cultura, ¿para qué?.

2. Aquí Rogoff hace referencia a los acuerdos que permiten que los estudiantes se movilicen entre distintos países para realizar estudios superiores, tal y como sucede con el Proceso de Bologna. ¿Acaso podría generarse un acuerdo trasnacional en el cual la estructura de los planes de estudio se homologue para permitir dicha movilidad?

3. La práctica de Trevor Paglen gira en torno a temas como la geografía experimental, la clandestinidad y los secretos de Estado, y la simbología militar en relación con la visualidad y reflexiona sobre ellos a partir de distintos medios como fotografía, ensayos e instrumentos tecnológicos. Walid Raad es un artista cuyo proyecto The Atlas Group (1989-2004) investigó y documentó las guerras civiles del Líbano; éste se ha convertido en un ejemplo paradigmático sobre la imposibilidad de la representación histórica. Su trabajo más reciente se centra en la historia del arte del “mundo árabe” bajo la coyuntura actual, es decir, el desarrollo reciente de un terreno fértil para la explosión de las artes junto con los conflictos militares, sociales, económicos y políticos que han asolado al mismo. Former West es un proyecto que engloba actividades de investigación, editoriales, educativas y expositivas que reflexionan sobre el estado actual del mundo tras los cambios políticos, económicos, artísticos y culturales acaecidos en 1989; su interés radica en mirar, a través del pensamiento postcolonial y postcomunista, las paradojas del llamado mundo global. Xavier Le Roy es un coreógrafo francés, formado inicialmente como biólogo, quien hace uso de la investigación interdisciplinaria para interrogar las posibilidades de la producción de conocimiento por medio del cuerpo y el movimiento. Finalmente, Keller Easterling es arquitecto, escritora y profesora de la Universidad de Yale. El trabajo de Easterling investiga la agencia que tienen elementos no humanos sobre un terreno y sus configuraciones sociales y políticas, por ejemplo: satélites de comunicaciones, zonas de libre comercio, etc.

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Imágenes: Cortesía de artistas.

Foto Fabiola Iza 2

Fabiola Iza (México, 1986) es curadora e historiadora del arte. Estudió Teoría del Arte en la Universidad del Claustro de Sor Juana y la maestría en Culturas Visuales en Goldsmiths, University of London.

Encuentro internacional de noise y música industrial

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Por GASTV | Febrero, 2016

El Museo Universitario del Chopo, en colaboración con Ruido Horrible, presenta la primera edición del Encuentro internacional de noise y música industrial y experimental el próximo 11 de marzo.

Este encuentro tiene como fin acercar al público mexicano a sonidos como el harsh noise, power electrónics, dark ambient y otros estilos musicales que están teniendo una fuerte presencia en la escena musical. Para esta edición participarán artistas nacionales y extranjeros.

El evento contará con la presencia de Cacophonic Joy, el improvisador vocal que ha trabajado en colaboración con SCZRS; Kiran Arora, el músico experimental que trabaja con sonidos de la naturaleza y el harsh noise; Le Trash Can, cuyo sonido se basa en la improvisación de medios electrónicos; Stress Orphan, importante en el ténero del power electronics, además de Los Heraldos Negros y Jaap Blonk.

Ruido Horrible es un proyecto que surgió en el 2005, cuya misión es crear material crítico a manera de reseñas. El trabajo de más de 10 años les ha dado como resultado aproximadamente 70 producciones físicas, más de 400 reseñas y presentaciones en vivo, entre las que destaca la de Laboratorio de Arte Alameda.

La entrada es libre y estará a la venta material exclusivo.

Foto: Facebook Ruido Horrible.

Convocatoria Jóvenes Creadores 2016

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Por GASTV | Febrero, 2016

La Secretaría de Cultura a través del programa Jóvenes Creadores, lanzó la convocatoria 2016 para la beca Fonca. El proyecto ofrecerá 215 becas en esta edición.

Fonca es un apoyo monetario a jóvenes de 18 a 34 años quienes se encuentren inmersos en el mundo del arte, por medio de las nueve disciplinas que el proyecto convoca: arquitectura, teatro, letras en lenguas indígenas, artes aplicadas, música, danza, medios audiovisuales, artes visuales y letras.

El programa que surgió en 1989, tiene como fin crear condiciones favorables en el proceso creativo de las nuevas generaciones así como ser un incentivo que busca generar proyectos originales.

Además, el programa contempla la creación de talleres impartidos por personajes reconocidos de la escena artística actual, así como eventos en distintas partes del país, anteriormente se han realizado alrededor de 97 encuentros en estados al interior de la República Mexicana como San Luis Potosí, Querétaro, Puebla y Jalisco, entre otros.

La convocatoria que se encuentra disponible aquí, y cerrará entre el 13 de abril y el 4 de mayo de 2016, dependiendo de la especialidad de registro. Los resultados se darán a conocer el 31 de agosto del presente año.

Foto: Secretaría de Cultura.

Hemispheres: A Labyrinth Sketchbook de Silvia Gruner

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Por GASTV | Febrero, 2016

Americas Society / Council of the Americas, Nueva York, presenta la exhibición Hemispheres: A Labyrinth Sketchbook de la artista Silvia Gruner (Ciudad de México, 1959). Se trata de una videoinstalación en dos canales filmada por Gruner en su jardín y que condensa una selección de videos y fotografías realizadas desde la década de los 80 a la actualidad.

A lo largo de su carrera, Gruner ha investigado la relación entre cuerpo e identidad y las intersecciones entre lo psicológico/privado y lo social/político. También aborda el papel de lo vernáculo y de la cultura popular en las narrativas de la modernidad, la habilidad de olvidar, las múltiples funciones de los objetos y las relaciones de amor y amistad.

En colaboración con el Museo Amparo, se editará una publicación que estudia más a fondo la producción de Gruner, con apuntes de críticos como Irmgard Emmelheinz, Tarek Elhaik y María Minera. El museo también presentará una versión extendida de la exhibición en octubre de este año.

Hemispheres: A Labyrinth Sketchbook de Silvia Gruner, curada por Gabriela Rangel y Tatiana Cuevas, se presenta hasta el 18 de junio de 2016 en Americas Society-Council of the Americas, Nueva York.

Foto: Americas Society

Gulf Labor: Entre el arte y el activismo, por Aline Hernández

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Por Aline Hernández / @AlineHnndz | Febrero, 2016

Hace relativamente poco, se publicó en este sitio una traducción del texto de la filósofa alemana Hito Steyerl titulado Cultura y crimen. En éste, Steyerl acierta al señalar que la cultura está fundada sobre el crimen y lo que unos ven como el camino del progreso, la democracia y los antiguos pilares de la civilización, para muchos otros se traduce en condiciones de opresión y violencia, a lo cual yo añadiría explotación. [1]

Muchos años antes, Walter Benjamin escribía antes de morir que: “No existe documento de cultura que no sea a la vez documento de barbarie”, en medida que la producción de todo documento de cultura implica a su vez formas de progreso, desarrollo y avance, lo que se traduce en formas de destrucción, aniquilación o desaparición. Se trata básicamente de la historia de los vencidos y la historia de los vencedores y posiblemente sea todo el legado colonial que dejaron las diversas invasiones tras de sí, los mayores documentos de esta barbarie.

En el 2010 durante una ceremonia que tuvo lugar en Zurich, la FIFA anunció que Qatar ganó el derecho de albergar la Copa Mundial en 2022. Las controversias pronto se hicieron notar. Al inicio fueron los numerosos cargos de asociación delictiva, sobornos, fraudes y lavado de dinero que se le ha imputado a la organización y sus miembros, pero más adelante, una nueva fase de inconformidad: las profundas problemáticas de violaciones a derechos humanos que han tenido lugar durante las preparaciones de la Copa Mundial.

Miles los cuerpos sin vida de trabajadores, principalmente provenientes de Asia Central, que semana tras semana, son enviados de vuelta a casa a sus familiares y con todos los problemas burocráticos que esto implica. Numerosas organizaciones a favor de los derechos humanos han denunciado, persistentemente desde hace ya varios años, las violaciones cometidas. No obstante, el gobierno parece negarse a encarar la situación y continúa reproduciendo las prácticas de explotación, violación y falta sustancial de derechos.

Los reportajes no han faltado, lo mismo que los encarcelamientos de muchos defensores así como de periodistas. Hoy, son muchos a lo se les ha negado el acceso a la región. Sin embargo, muchos otros siguen enviando reportajes de vuelta a medios como The Guardian, The Washington Post y The New York Times, entre otros. En 2013, The Guardian publicó un valioso reportaje donde, a través de entrevistas, declaraciones y testimonios de familiares, se dio a conocer la historia de muchos de estos trabajadores [2]. Éste no ha sido el único reportaje, como tampoco ha sido el único esfuerzo de denuncia, y si bien, en ciertos casos las circunstancias han modestamente cambiado, persisten las condiciones de explotación y de falta de derechos a gran escala.

El caso de la FIFA es un caso concreto, pero bien valdría la pena mencionar que estas condiciones laborales no han tenido lugar únicamente durante la construcción de la infraestructura que albergará los eventos de la Copa. Muchos ven en los Emiratos Árabes Unidos la suma y resultado de riquezas producidas por la industria de petróleo, ya que la acumulación de riquezas se debe a este millonario negocio en el que se encuentran involucrados muchos de los acaudalados jeques de la región. La realidad es que abarca mucho más que este magno evento.

En los últimos años hemos sido testigos de la veloz construcción de una ciudad del futuro. Desde parques de entretenimiento, centros comerciales, grandes desarrollos inmobiliarios, sin dejar de mencionar la inversión que se ha realizado en el sector cultural, podría decirse que el proyecto de urbanización fue eregido en pocos años de la nada. Caso similar fue la milagrosa reconstrucción de Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, a manos de fuerza migrante.

Precisamente en medio de ese panorama surge Gulf Labor, quienes han logrado intervenir en este persistente entorno de violaciones a los derechos humanos. Entre 2007 y 2008, los Emiratos Árabes decidieron impulsar un proyecto llamado El Distrito Cultural de la Isla de la Felicidad (Saadiyat Cultural District). El proyecto, buscaba aglomerar la mayor concentración cultural del mundo por lo cual se emprendieron proyectos que preveen la construcción de cuatro museos de gran escala, un centro de las artes de cinco pisos y otros proyectos de índole educativa, además de tiendas o culture-shops.

El proyecto buscaba, además de posicionarse como el mayor centro cultural internacional, ofrecer un espacio que complementara todos los demás centros de entretenimiento y consumo que se ofrecen en el área:

“Se pretendía que los pabellones de Saadiyat mediaran entre los museos y el Distrito, un paraíso de retiro de ‘lujo’ y ocio para el tipo de turista que podría rentar un apartamento o villa para albergar sus compras de coches, ropa o ediciones de video-instalaciones de artistas al final de un fin de semana largo. En términos de consumo, la palabra ‘pabellón’ se refiere a la colmena en medio de un sistema colateral.” [3]

Se trata del desarrollo de toda una estrategia la cual, a través del turismo cultural, busca por un lado, ofrecer una nueva cara de lo que significa ‘Arabia Saudita’ en el imaginario occidental pero también se traduce en un modo de sobrepasar la distancia que existe con respecto a Occidente, logrando atraer una nueva gama de públicos-consumidores que activen otro tipo de economía. Sin embargo, esta nueva economía necesita construirse y ser albergada a través de espacios destinados a que esto sea posible, y para ello, igual que ocurrió con el caso de la construcción del estadio destinado a albergar la Copa Mundial, todos estos inmuebles son construidos precisamente por fuerza migrante.

Millones de trabajadores se trasladan mensualmente a esta región con la esperanza de poder reunir el dinero suficiente para regresar de vuelta a su país y construir su propia casa, o bien, de trabajadores que han asumido el sacrificio de estar lejos de su familia para poder, a través del dinero que envían, ofrecerles mejores condiciones de vida. Asimismo, se trata también, de miles de trabajadores que como explica Nithasha Dhillon y Paula Chakravartty, se convirtieron en migrantes mucho antes de salir de su pais:

“En este sentido, los trabajadores en cuestión no se convierten en migrantes sólo cuando parten de India para trabajar en Dubai o Doha. Se convierten en migrantes cuando abandonan sus pueblos porque las reformas neoliberales han significado la falta de tierra para cultivar, la desaparición de trabajo pagado en sus pueblos, y la búsqueda desesperada de cubrir deudas que son apuestas calculadas sobre la promesa de sus “Sueños del Golfo” por dignidad y una mejor vida para sus familias.” [3]

Cabe mencionar también que las condiciones bajo las que esto ocurre son por demás adversas. El sistema que permite la explotación inicia desde sus países de origen, donde agencias de contratación locales se encargan de «negociar» —como si se tratará de mercancía—, con las empresas y organizaciones encargadas de contratar a los trabajadores. Una vez dentro de EAU, existe toda una red de complicidad de los gobiernos locales de sus países y los gobiernos locales de los Emiratos, para evadir las redes de control de tráfico laboral. Por otra parte, pasan desapercibidas las denuncias, accidentes laborales y muertes, así como las condiciones deplorables bajo las cuales laboran. Se trata entonces de toda una maquinaria que organiza y posibilita todo el círculo de explotación.

Aunado a ello, su sistema de “representación” (sponsorship system) otorga todo el poder sobre los trabajadores a aquellos encargados de la contratación. Sus visas y pasaportes son retirados, lo que impide al trabajador buscar otras opciones laborales o regresar a casa. La deuda inicial que adquieren con las agencias laborales les impide además partir antes de haberla cumplido; además muchas veces sus sueldos son negados hasta que no terminen de pagar dicha deuda. Sarah Leah Witson menciona:

“Bajo estas condiciones, los trabajadores encuentran difícil el escapar de sus patronos abusivos, cambiar de trabajos, o dejar el país, dejando solo a imaginar cómo repagar las deudas que deben en sus casas. En estas circunstancias, la noción de “trabajo voluntario” tiene poco significado”. [4]

De acuerdo con los integrantes de Gulf Labor Coalition, la idea de organizarse fue concebida en 2010 durante la conferencia Home Works Forum 5, llevada a cabo en la asociación libanesa de Artes Plásticas Ashkal Alwan. Esta iniciativa busca integrar diversas estrategias para la construcción de un modelo multi-dimensional de activismo que permita visibilizar lo que está ocurriendo.

Más adelante, algunos de los integrantes decidieron formar la Facción de Ultra Lujo Global (G.U.L.F, por sus siglas en inglés) para “escalar” la presión en el museo (Guggenheim) sobre su complimplicidad en los abusos de trabajadores migrantes en Saadiyat. El objetivo es exponer el rol que juegan los museos en el escaparate, lavado y aumento de acumulación de capital entre la clase de ultra-lujo cuyo empuje gravitacional implica más y más influencia sobre el mundo del arte”. [6] Los miembros explican que el nombre, que exhibe cierto cinismo, busca reflejar de forma agresiva y contundente las condiciones actuales de ultra-lujo que predominan en el circuito del arte contemporáneo, esto activa una economía que beneficia principalmente a un pequeño porcentaje de la población mundial.

El punto de partida es comprender a la solidaridad como un verbo, y su compromiso entiende que las condiciones de los trabajadores no están del todo desvinculadas de las suyas. La libertad y mejores condiciones de vida para uno mismo, implica luchar por las de todos, todo forma parte de una cadena de mayor extensión que está interconectada. En este sentido, mencionan que:

“Hacen esto no imaginando al trabajador como una víctima para ser salvada, sino más bien como un compañero humano cuya libertad está unida a la nuestra. Nos hemos conectado con su petición porque nuestra propia dignidad depende de ello. Nuestra liberación o es colectiva o no existe, y embestiremos el Guggenheim en Nueva York porque es nuestra salida hacia una lucha mayor (…) No seremos turistas solidarios. Las acciones espectaculares son necesarias pero insuficientes por sí mismas (…)” [7]

Gulf Labor es una iniciativa que vuelve a echar mano, similar al modo en que lo hicieron muchas organizaciones y colectivos durante la década de los ochenta y noventa, de la conjunción de activismo y arte para emprender luchas de índole social y político. A lo largo de su trayectoria, han desarrollado no sólo amplias investigaciones sobre el tema, éstas recopiladas en un libro que presentaron en el marco de la 56ª Bienal de Venecia, sino que también han realizado viajes periódicos de investigación de campo para reunir antecedentes y documentación sobre lo que está ocurriendo. Además de toma de museos, movilizaciones, obras individuales y colectivas.

Como parte de estas acciones, en 2013 Gulf Labor lanzó un proyecto titulado 52 Weeks. Que consistía en la participación semanal de diferentes artistas, quienes enviaban obras, textos o registro de aciones. Los integrantes explican que “[…] La amplitud y calidad de las submisiones mostraron cuan abierta fue la resonancia de los temas. Como complemento, 52 Weeks amplió el lente táctico de la campaña, permitiendo a los artistas comisionados hacer conexiones con otras luchas relacionadas con trabajo y economía política del mundo del arte”. [8]

Actualmente la organización, en conjunto con muchos otros activistas que se han integrado, ha logrado, por medio de una diversidad de estrategias, no sólo otorgar visibilidad a la situación, sino frenar y en otros casos complicar los avances de la construcción de dichas instituciones culturales y educativas en la región. Además, junto con monitores independientes, han publicado estádisticas e información en relación a las condiciones laborales en diversos medios de comunicación, y también incrementar la vigilacia en relación a los derechos de los trabajadores y crear una fuerte campaña contra tal problemática. No obstante, no se libran de intentos de manipulación, represión y encarcelamientos. Al respecto, los integrantes mencionan que:

“[…] al mismo tiempo, el gobierno de los EU también ha atacado duro al blanco, castigando a aquellos que exponen los penosos abusos y que monitorean la realización de las promesas que el gobierno e instituciones privadas han hecho. Empezando en 2014, el gobierno prohibió a muchos artistas, periodistas, activistas de derechos humanos y académicos entrar o permanecer en el país, mientras que persiguió políticas represivas contra la oposición doméstica política del país y reformó a activistas encarcelando a docenas.” [9]

Bajo este clima han tenido que operar. Desde el inicio han buscado no sólo explorar en su presente otro posible, sino que han emprendido medidas necesarias para que esto ocurra. Han creado un importante imaginario colectivo de lucha y resistencia, y han puesto en marcha una diversidad de programas e inciativas multidisciplinarias. Todo esto implicando la activación de fuerzas sociales, compromisos en común, trabajo colectivo y cooperativo, además de un amplio espectro de solidaridad que da cuenta de que el arte y su práctica, puede llevarse a cabo de otro modo.

Silvia Federicci argumenta que debemos crear una nueva sociedad centrada en el bien común, y no en el proyecto de acumulación y de privatización de los bienes; lo que implica una reconsideración fundamental de lo que es y significa ser humano. Este es un proceso que Gulf Labor ha buscado para el bien común y para ello, han creado y reflexionado ampliamente sobre la importancia de atender sus propios tiempos, sus necesidades y circuntancias en relación a la lucha que han decidido emprender, así como a todos aquellos implicados en ésta.

Foto: Gulf Labor Artist Coalition.

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1. Hito Steyerl, Cultura y crimen, disponible aquí.
2. Revealed: Qatar’s World Cups ‘slaves, disponible aquí.
3. Guy Mannes-Abbott, The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp. 89
4. Chakravartty, Paula and Dhillon, Nithasha, The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp. 38
5. Whitson, Sarah Leah, The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp. 8
6. Ross, Andrew, The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp. 13
7. On direct action: an address to cultural workers en The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp. 135
8. Ross, Andrew, The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp.20
9. Whitson, Sarah Leah, The Gulf: High Culture/Hard Labor, Ed. Andrew Ross, OR Books, EUA, 2015, pp.

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Aline Hernández (México, 1988), su trabajo escrito explora temas como hegemonía, neoliberalismo, economía y su relación con el arte, así como formas de resistencia y cooperación. Forma parte de la cooperativa Cráter Invertido.

Carlos Arias en el Museo del Chopo

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Por GASTV | Febrero, 2016

El Museo Universitario del Chopo presenta El hilo de la vida. Bordados 1994-2015 de Carlos Arias (Santiago de Chile, 1964), exposición que da cuenta de más de dos décadas de trabajo donde a través del bordado, el artista cuestiona convenciones de género, clase y raza presentes en las estructuras coloniales del arte en el continente americano. De esta manera, Arias realiza una crítica de la representación, crea obras que subvierten la pintura y hace difusas las divisiones entre lo masculino y lo femenino.

Para el artista chileno es importante la existencia única de piezas que implican trabajo manual, más que el resultado final, exalta el proceso de creación y los caminos inesperados que puede sugerir la obra; busca la atemporalidad de su creación. El trabajo de Arias forma parte de varias colecciones, entre las que destacan el Museum of Textiles de Lodz, Polonia; Museum Beeldenaan Zee, Holanda; San Diego Museum of Art (Estados Unidos); Museo Universitario Arte Contemporáneo, UNAM; Fundación Cultural Televisa; y Fundación Universidad de las Américas, Puebla.

El hilo de la vida. Bordados 1994-2015 de Carlos Arias se presenta en El Museo Universitario del Chopo hasta el 30 abril de 2016.

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Foto: Museo del Chopo.

Andrew Birk en Anonymous Gallery

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Por GASTV | Febrero, 2016

Anonymous Gallery presenta la exposición Callejero de Andrew Birk (Portland, 1985). Se trata de un proyecto que el artista desarrolló a partir de fotografías de la Ciudad de México capturadas con su celular. A través de pinturas e instalaciones, con estas imágenes que se pueden ver aquí, reconstruye un imaginario de lo urbano hecho con fragmentos que el espectador podrá reconocer en la descontextualización que favorece el espacio de la galería.

La exhibición se conforma de materiales y objetos que han sido encontrados en las calles de la urbe o que son de fácil acceso en tiendas y mercados, como diferentes pinturas y productos para reparar autos. En las paredes, un patrón de polígonos negros divididos con líneas blancas hace referencia a muros construidos con roca volcánica, material que evoca la fundación de esta ciudad.

Callejero de Andrew Birk, se presenta en Anonymous Gallery hasta el 26 de marzo de 2016.

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Foto: Anonymous Gallery.

Opinión | Impermanencia, de Mauro Giaconi

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Por Aline Hernández / @AlineHnndz | Febrero, 2016

Georges Didi Huberman dice que siempre ante la imagen estamos ante el tiempo en Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes. Tanto el presente como el pasado no dejan de reconfigurarse en ellas, de ocurrir e implicarlas, por tanto nos implica, nosotros, aquellos destinados a la construcción de memorias en torno a ellas. Al inicio de ese mismo texto, Huberman menciona que: “[…] Ante una imagen, tenemos humildemente que reconocer lo siguiente: que probablemente ella nos sobrevivirá, que ante ella somos el elemento frágil, el elemento de paso, y que ante nosotros ella es el elemento del futuro, el elemento de la duración. La imagen a menudo tiene más de memoria y más de porvenir que el ser que la mira” [1].

Las imágenes condensan así el tiempo y condensan, por tanto, a la historia de la humanidad y a la historia escrita por esa humanidad. Pero ellas tampoco pueden rehuir ni negar el paso del tiempo y el deterioro que éste implica. El tiempo afecta lo mismo a la construcción de la imagen, que a las construcciones en torno a la imagen —cabría decir—, así como a la imagen misma o al soporte material que alberga a la imagen, que le da vida. Así, no dejamos ir a las imágenes, las tomamos, las guardamos, archivamos y estudiamos; buscamos tenerlas más cerca porque éstas son la historia de nuestra historia, a través de ellas podemos narrarnos y por eso decidimos hacer todo lo posible para conservarlas, para salvaguardarlas del deterioro de estar sujetas a una temporalidad y espacialidad. Quizá por eso es que las volvemos a reproducir, las plasmamos en los libros, en archivos digitales que no puedan ser afectados por el contacto de las manos con éstas.

Huberman menciona en otro de sus textos, que: “Es absurdo, desde un punto de vista antropológico, oponer las imágenes y las palabras, los libros de imágenes y los libros a secas. Todos se juntan y forman, para cada uno, un tesoro o una tumba de la memoria, ya sea ese tesoro un simple copo de nieve o esa memoria esté trazada sobre la arena antes de que una ola la disuelva. Sabemos que cada memoria está siempre amenazada por el olvido, cada tesoro amenazado por el pillaje, cada tumba amenazada por la profanación”. [2]

Es por este constante estado de amenaza que quizá aparece esa compulsión, ciertamente moderna, de resguardar las imágenes del paso del tiempo; preocupación que conlleva un olvido o desatención sobre las condiciones que han logrado que esa imagen pueda estar frente a nosotros, pueda hablarnos e implicarnos, de que podamos hablarle e implicarla. Hay tantos obstáculos, nos dice Huberman: “Se han quemado tantos libros y tantas bibliotecas [que] cada vez que posamos nuestra mirada sobre una imagen, deberíamos pensar en las condiciones que han impedido su destrucción, su desaparición. Es tan fácil, ha sido siempre tan habitual el destruir imágenes” [3].

Ese tan aparente y simple gesto por preguntarse sobre las condiciones de posibilidad de la existencia de las imágenes, de su preservación que acaso se disuelve en nuestra compulsión por conservarlas, es el que quisiera abordar. En 2012, el artista argentino Mauro Giaconi, presentó en la Galería Arroniz Temporada de plomo. La exhibición consistía en la realización de un mural efímero a base de grafito intervenido mediante goma de borrar, lijadora y productos de limpieza. Una vez concluida la muestra, el mural en vez de ser conservado, fue cubierto por capas de pintura para exhibir  las siguientes muestras que tuvieron lugar desde aquel momento, quedando atrapado por la sucesión de capas de pintura.

El pasado 2 de febrero, Giaconi inauguró la exposición Impermanencia en la misma galería. La exposición muestra una serie de segmentos recuperados de aquel mural que, a partir de diversos procesos de restauración aplicados, el artista tuvo el propósito de “liberar algunos trazos del dibujo que quedaron aprisionados en las paredes”. El proyecto de restauración fue llevado a cabo por un equipo de seis integrantes, entre los que se encontraba el artista, quien ha antes trabajado en procesos de restauración, mismos que se montaron temporalmente en la galería un laboratorio de restauración improvisado. Al inicio, se centraron en el trabajo de fragmentación de los muros para la recuperación de los fragmentos y más adelante, durante una segunda etapa, iniciaron los procesos de restauración donde mediante productos como etanol y acetona, lograron disolver las diversas capas de pintura que cubrían los fragmentos hasta hallar la imagen desaparecida hasta hacerla aparecer.

El título de la muestra ‘impermanencia’ está vinculado con las enseñanzas centrales del budismo y hace alusión al estado de simplemente estar, de dejar ir pero sobre todo, de comprender lo transitorio de nuestra existencia.

No obstante, quisiera llevar la interpretación a uno de los aspectos aludidos previamente. Se trata precisamente de explorar las condiciones que han impedido la destrucción o desaparición de las imágenes.  No es un mero acto arqueológico mediante el cual recuperar algo que, debido a condiciones diversas, había quedado vedado, sino se trató de lo contrario, de enterrar el mural, de voluntariamente ocultarlo, abandonarlo, y por tanto, perder control sobre su deterioro. Lo que en este acto se deja ver es precisamente una reflexión sobre la desaparición de las imágenes, de los vestigios pero también una reflexión sobre lo que regresa después de ese ocultamiento deliberado.

Durante una charla que tuve con el artista en torno a la exposición, Giaconi precisamente me explicaba que para él la experiencia de «sacar a luz» fue uno de los aspectos más importantes, ya que no sabía si acaso el mural se había conservado tras todas las capas de pintura que habían sido aplicadas. El ejercicio de hacer aparecer dichos fragmentos fue una experiencia llena de incertidumbre, a la vez que estuvo mediada por  improvisación, y en este sentido, detona una discusión o reflexión en torno a lo que permite que tengamos en nuestras manos las imágenes, en torno al hecho de que podamos aún acceder a ellas. No sólo esto, sino también en torno al estado en el que éstas vuelven a nosotros, después de haber sido afectadas y modificadas por diversos condicionantes, inevitablemente se genera una discusión sobre el origen de estos documentos o restos y la posibilidad de tenerlos en nuestras manos.

Mientras los fragmentos fueron tomados o recuperados, los espacios que estos ocupaban en los muros quedaron vacíos o abiertos a la mirada de cualquier espectador que quiera constatarlo. Normalmente, cuando se trata de vestigios arqueológicos o por ejemplo de fotografías, lo que vemos, lo que podemos constatar es simplemente el documento final, es decir, el objeto presentado y permeado comúnmente por toda una carga discursiva que lo «historiza». Ni dicho discurso y mucho menos el objeto mismo nos invita a preguntarnos cuáles son las condiciones de posibilidad de que esté ahí, frente a nosotros, de que podamos acceder a él. Mostrar esto, equivaldría a su vez, a mostrar la historia misma de la recuperación del objeto, y por tanto evidenciar otra parte de la historia que cruza al objeto.

En este gesto hay por tanto una reflexión que lo trasciende, digamos que trasciende al proyecto. En el texto antes citado de Huberman, el autor menciona que “aunque ardiente, la cuestión necesita una paciencia —por fuerza dolorosa—, para que unas imágenes sean miradas, interrogadas en nuestro presente, para que la historia y memoria sean entendidas, interrogadas en imágenes” [4]. Es esta condicionante, que permite que la imagen sea mirada e interrogada, la que considero, está precisamente abriendo Giaconi y es, en este sentido, que entiendo que el gesto o reflexión trasciende al proyecto en sí.

La reflexión que el artista argentino abre prácticamente un síntoma de nuestra época. Estamos constantemente implicados por imágenes y objetos que han sido modificados, unas veces deliberadamente desaparecidos y después vueltos a aparecer; por imágenes y objetos que han sido intervenidos en la tarea de la escritura de su historia, por  imágenes y objetos que en el proceso de ser recuperados han sido modificados y llegado a nosotros como ‘un algo más’. Así, somos constantemente implicados por imágenes y objetos que son síntomas, cenizas, señales y por tanto, creaciones.

Giaconi está arrancando el gesto de tenerlas en nuestras manos, de poderlas presenciar de su aparente normalidad, de su estado dado e inscribiendo así, la extrañeza necesaria para abrir otros interrogantes que resultan necesarios. En una época donde las imágenes y su producción está implicando superviviencia, resulta fundamental preguntarnos por el hecho que logra que las imágenes puedan estar ahí, puedan ser accesibles para nosotros y los procesos necesarios para que esto ocurra pero también los procesos mediante los cuales estas también se ocultan, se destruyen o modifican. Pasar de la imagen dada, de la imagen simplemente ahí a la imagen creada, pasar de la imagen perdida o desaparecida, a la imagen aparecida es hacerla hablar y permitir que nos hable, es ir  de la ceniza que poco o nada nos dice a la reconstrucción, es pasar del silencio a la palabra.

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Foto: Arróniz Arte Contemporáneo.

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1. Georges Didi-Huberman, “Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes”, Adriana Hidalgo Editora, Argentina, 2011. Disponible en línea en: http://www.slideshare.net/emersonbalderas/libro-did-hubermananteeltiempo

2. Georges Didi-Huberman, “Cuando las imágenes tocan lo real”. Disponible en linea en: http://www.macba.cat/uploads/20080408/Georges_Didi_Huberman_Cuando_las_imagenes_tocan_lo_real.pdf

3. Ibíd.

4. Ibíd

Foto: Arróniz Arte Contemporáneo.

Entrevista | Tlahuac Mata

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Por Alejandro Gómez Escorcia / @stalkkkkker | Febrero, 2016

Tlahuac Mata (Ciudad de México, 1989) egresó de la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” en 2012 y desde entonces ha participado en exposiciones colectivas en Casa del Lago y Galería Hilario Galguera. En esta entrevista describe su interés por el género del paisaje y aborda el problema de la pintura entendida como imagen y materia. ¿Qué vemos cuando vemos una pintura? ¿Qué vemos cuando vemos una imagen?

¿En qué consiste tu práctica artística?, ¿cuáles son tus estrategias creativas?

Me interesa el paisaje contemporáneo entendido a partir de la imagen, no tanto como pintura. Sí hay un interés por la tradición del género pero no me atrae tanto desarrollar esa misma postura ideológica frente al cuadro, sino más bien en términos de imagen. ¿Cómo se puede ver hoy un paisaje? Creo que la pintura aún tiene muchas cosas valiosas que aportar en ese sentido. Lo virtual y lo digital son otros medios que tienen la particularidad de ser inmersivos y de tener una relación interfáctica contigo, con el espectador, ahí se despliega de otra forma el espacio que tienes frente a ti. El centro de todo es el paisaje y los medios de representación con los que puedes hablar de él ahorita.

Mis estrategias tienen que ver con los tránsitos de la imagen analógica. En la primera parte de mi formación estuve muy interesado en pintura y dibujo. Ese mismo interés me fue llevando a otro tipo de estrategias que tienen que ver con fotografía, manipulación de imagen digital, los videojuegos y trabajar con material sonoro.

¿Qué quieres decir con que no te interesa tener la misma postura ideológica de la tradición del paisaje?

La pintura de paisaje, el género como tal, viene de un entrecruzamiento entre las tradiciones del arte europeo. El género paisajístico es el resultado de la mezcla entre la tradición italiana y la de los Países Bajos. El paisaje era la configuración de un espacio todavía no determinado que estaba siempre atrás de las figuras humanas o de las representaciones más importantes: estaba relegado. La historia posterior de la pintura trató al paisaje como una condición que resaltara la pequeñez de los seres humanos.

Lo que intento hacer no es contraponer naturaleza y ser humano, sino hablar sobre cómo los seres humanos han borrado la línea divisoria entre naturaleza y cultura. Me interesa el paisaje en los términos en que éste deriva de la actividad humana, no tanto del paisaje natural sino de lo que nosotros hacemos: eso también lo configura.

Utilizo este bagaje visual del paisaje como género pero sólo es una utilización de esa forma de entender y computarizar las imágenes. El paisaje siempre ha tenido una forma de lectura horizontal y tiene esta gravedad a la parte inferior del formato pero otras investigaciones más recientes, más implicadas con el arte conceptual, como el land art o diversas prácticas que se desarrollaron entre los 60 y 80 también configuraron otra idea de paisaje en el arte, creo que también ahí hay una conexión con lo que hago en términos teóricos.

Si concibes a la pintura como imagen, ¿de qué manera entiendes la circulación de tu trabajo?

El modo en que circulan mis obras está emparentado con el modo en el que yo obtengo imágenes. Es de alguna forma un intercambio entre mi subjetividad y la de otros por medio del Internet, eso es fundamental. Si no tuviera Internet no podría dar a conocer lo que hago y así es como se ha ido conociendo mi trabajo. La pintura importa en el sentido objetual pero termina siendo imagen, sin embargo la forma en la que llega al público es similar a la forma en que llega cualquier otra imagen del mundo. Puesta en contexto con los intereses particulares de cada quien, la pintura es una imagen más.

¿Por qué, entonces, hacer pintura? ¿Qué te interesa de la materialidad de este formato?

Lo que me gusta de hacer pintura y no imagen digital es la capacidad que tiene el medio por sí mismo de evocar el cuerpo del otro. Ese es el punto clave de hacer pintura, esa corporalidad, una especie de signos que se quedan marcados en la superficie de algo y que luego tú los ves y te recuerdan tus propias uñas. También tiene que ver con el ojo. Al ojo lo entiendo como una computadora que tiene constantemente inputs, que pueden ser digitales, análogos o la vida misma. Hay un fenómeno muy interesante en el momento en que el ojo junta varias imágenes y surge otra. Por eso pinto, porque de pronto veo muchas imágenes todo el tiempo y mi forma de entenderlas hace que regurgite algo y ese algo es una pintura, una serie de instrucciones computadas desde mi cuerpo.

¿Qué vemos cuando vemos una pintura? ¿Qué vemos cuando se ve una imagen? A mí me gusta mucho una definición de Merleau-Ponty acerca de los cuadros, dice que el cuadro no es en realidad la tela puesta sobre el bastidor o lo que hay encima de la tela, sino lo que hay en medio de uno y el objeto. Eso es el cuadro. El objeto mismo es esta especie de distancia que se genera cuando uno ve las cosas. En ese sentido, creo que así vemos y así entendemos las imágenes hoy: no por el contacto directo con ellas sino por la cosa que está en medio. Muchas veces eso nos revela más acerca del mundo que la cosa misma. Esa es la mera carnita de pintar. Las imágenes digitales creo que también tienen esa textura.

Parte de eso que hay entre la imagen y un cuerpo es el contexto social y político. Pensando que una de las definiciones de paisaje es “pintura de países”, ¿cómo te relacionas con el paisaje que habitas?

Este concepto de paisaje está muy relacionado con la idea geográfica de un país y sus condiciones territoriales. Esa serie de eventos que han venido sucediendo desde la primera guerra mundial, la guerra de gas y la segunda guerra mundial con las detonaciones nucleares, es una especie de ampliación de la idea del fenómeno paisaje. No sólo se queda en lo visual sino en algo contextual, global. Esta noción de paisaje te implica a ti dentro de un tránsito y como un punto de vista de las cosas. En ese sentido me interesa hablar de paisaje desde México, territorio ceñido por la violencia. Mis imágenes no son violentas pero sí tienen un interés por una violencia narrativa. La forma en la que yo afronto esta problemática tiene que ver con no representarla, no ponerla enfrente. Creo que lo que me interesa es esa violencia pero transformada en un momento de contemplación.

¿Puedes hablar de alguna obra tuya donde se vean implicados todos estos términos que has desarrollado?

Acabo de hacer una pintura que se llama Aquí no hay finales felices, es el edificio de la ONU en llamas. Es una obra que ya tenía planeada desde hace algunos años pero no había realizado porque no le veía contexto. ¿Para qué pintarla? Me invitaron a participar en JustMAD, una feria en España, y me pareció un buen momento para ponerla en un lugar donde pudiera significar. Es una pintura en la que no me basé en una imagen, sólo utilicé la arquitectura del edificio de la ONU en Nueva York, bajé sus renders e hice la composición del ángulo que quería. Aquí exploro el paisaje y el contexto del paisaje, no sólo el paisaje natural sino también el político e incluso el ecológico. Es una ficción para entender el presente. No es una elucubración: tal vez pase, tal vez ya esté pasando, pero es una forma de entender las mismas imágenes que ya vemos todo el tiempo. La gente le toma fotos a ese edificio y las comparte en Instagram, luce como la epítome del modernismo. Complementé ese atractivo visual con el aspecto político.

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Foto: Alejandro Gómez Escorcia.

Beatriz Santiago Muñoz en Pérez Art Museum Miami

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Por GASTV | Febrero, 2016

Pérez Art Museum Miami presenta la exposición de Beatriz Santiago Muñoz (Puerto Rico, 1973) A Universe of Fragile Mirrors, bajo la curaduría de María Elena Ortiz.

La muestra es un proyecto que la directora y videoartista puertorriqueña seleccionó, incluyendo su nuevo trabajo Marchè Salomon (2015). Con éste, Santiago Muñoz busca capturar la ironía de las condiciones post colonialistas en el Caribe.

A través de películas y videos, la artista crea una conexión entre el cine experimental, la etnografía y el teatro, aludiendo para ello, historias simbólicas. Para llevar este ejercicio a cabo, la directora se aproxima y documenta a comunidades específicas, tendiendo como actores principales a sus propios habitantes.

La obra de Santiago Muñoz es conocida por la presencia de personas “comunes” que recrean situaciones determinadas, con lo cual la autora crea una tensión entre la realidad y la ficción. Entre sus trabajos se encuentran Post-Military Cinema (2014), Esto es un mensaje explosivo (2010), Película de desastre (2003) y La cueva negra (2012).

La muestra estará en exhibición hasta el próximo 13 de noviembre de 2016.

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Foto: Beatriz Santiago.

Premio Nacional de Ensayo sobre fotografía 2016

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Por GASTV | Febrero, 2016

La Secretaría de Cultura, a través del Centro de la Imagen, presenta una nueva edición del Premio Nacional de Ensayo sobre Fotografía a mitad de año.

El concurso tiene como objetivo hacer un análisis sobre la imagen en México, así como promover su ejecución. Para ello, podrán ser participantes los escritores nacionales y extranjeros residentes en el país.

La idea de este premio surgió en el 2010 tras la realización del primer Encuentro Nacional de Investigación sobre Fotografía, en San Luis Potosí, al finalizar, se convocó a un concurso para seleccionar los mejores trabajos sobre fotografía mexicana. Raquel Navarro y Carlos A. Córdova fueron los primeros en obtener tal distinción por su trabajo sobre fotoperiodismo y el aporte en el tema del pictorialismo, respectivamente.

Otros trabajos que resultaron premiados son El cuerpo, la vida, la fotografía. Un vistazo al Álbum de Ana casas, de Karla A. Hernández Lara y Las mujeres de X’oyep. La historia detrás de la fotografía de Alberto del Castillo, en 2013

La convocatoria se encuentra disponible a través del portal del Centro de la Imagen, disponible aquí. La recepción de proyectos será hasta el próximo 20 de mayo y los resultados del certamen serán anunciados en la página del Centro de la Imagen el 25 de agosto de 2016.

Foto: Centro de la Imagen.

Principio & Fin, de Alejandra López- Zaballa en el CCE en México

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Por GASTV | Febrero, 2016

El Centro Cultural de España en México presentará la exposición fotográfica Principio & Fin de la artista madrileña Alejandra López- Zaballa (1974), el próximo 25 de febrero.

La exhibición se encuentra conformada por dos series que contrastan entre sí, ambas como una investigación de campo, en la que Alejandra se inmiscuye en la vida cotidiana de los niños en un orfanato y por otro lado, en un asilo de ancianos en Oaxaca.

A través de la diferencia temática que cada serie trabaja, López-Zaballa logra entrelazarlas de tal manera que su trabajo provoca la reflexión del espectador. No sólo el contraste es evidente, también lo son sus similitudes, se trata de un trabajo explorador, que penetra en la vida de estos personajes; pero también, es un análisis de las interacciones del ser humano al comienzo y al final de la vida —con o sin familia— y que tiene como tema central la soledad.

López-Zaballa ha trabajado con reconocidos fotógrafos como Mary Ellen Mark, Peter Turnley y Karl Grobl. Es fundadora de Bangkok Soul, Photography Journeys!, empresa de tours fotográficos  en Tailandia. Ha sido galardonada con reconocimientos internacionales como el 3er premio Imagen Unica 2015 Exposure Awards de Lens Culture, entre otros.

La muestra estará disponible hasta el próximo 14 de mayo de 2016.

Foto: Alejandra López-Zaballa.

Primer Festival Internacional de Danza Butoh en América Latina

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Por GASTV | Febrero, 2016

El Laboratorio Escénico Danza Teatro Ritual (LEDTR) en colaboración con el Museo Universitario del Chopo presentarán el primer Festival Internacional de Danza Butoh en América Latina del 31 de marzo al 14 de abril.

Butoh, la danza hacia la oscuridad, es una técnica de baile creada por Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata, tras el ataque de la bomba atómica en Hiroshima y Nagsaki. Se ejecuta con una serie de movimientos lentos y expresivos que evocan temáticas como la existencia humana.

El proyecto surge a partir del impacto que la disciplina está teniendo en nuestro país y América Latina. La actividad busca abrir espacios de diálogo, reflexión, experimentación y producción para la comunidad artística.

Una exposición, cuatro funciones con artistas extranjeros, una con artistas mexicanos, cuatro talleres intensivos internacionales, tres laboratorios de creación coreográfica presentados por artistas latino-japoneses, una conferencia magistral, un homenaje al bailarín y maestro Ko Murobushi y un reconocimiento a los Tamano por su trayectoria artística, integran el programa de esta edición.

Imagen: almomento.mx.

ArcDanz 2016

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Por GASTV | Febrero, 2016

El Taller Internacional de Danza ArcDanz, realizado en la ciudad de Puebla, llega a su quinta edición este año. Las lecciones, que a través del intercambio artístico y cultural buscan generar una plataforma abierta a la creación y la inmersión de la comunidad en el ámbito artístico, se realizarán del 5 al 19 de junio.

ArcDanz surge en 2012 como un programa que busca generar el intercambio cultural entre México y Estados Unidos, con el fin de promover una educación artística avanzada. En éste, participan instituciones educativas como la Universidad Iberoamericana, el Tecnológico de Monterrey, el ArtEZ Institute of the Arts de Holanda y el Temple University.

Para esta edición se contará con la participación de los artistas Andrea Weber (EU), Charlotte Griffin (EU), Karen de la Luna Fors (México), Luisa Trigo (México), Ángel Arámbula (México) y Ray Eliot Schwartz (EU).

Además, como en otras ediciones del proyecto, el cierre de éste se dará con dos presentaciones abiertas, una en las instalaciones de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) y la segunda en el Museo Soumaya, el 17 y 19 de junio, respectivamente.

La convocatoria se encuentra disponible a través de www.arcdanz.org; los interesados deberán ser mayores de 18 años y contar con un nivel intermedio en danza clásica y/o contemporánea.

Foto: ArcDanz.

Entrevista | Mónica Mayer

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Por Melissa Mota | Febrero, 2016

Bajo la curaduría de Karen Cordero, Si tiene dudas… pregunte hace un repaso por la extensa trayectoria de Mónica Mayer (México, 1954), artista, crítica, docente y activista que se ha posicionado como una de las referentes más importantes del arte feminista en México.

La exposición se integra tanto de su trabajo individual, principalmente obras plásticas, como de piezas realizadas con los grupos Polvo de Gallina Negra (con Maris Bustamante) y Pinto mi Raya (con Víctor Lerma), así como documentación de performances públicos y material paralelo a su producción artística, como publicaciones, escritos de la artista y documentos diversos.

Platicamos con Mónica Mayer sobre algunos de los aspectos más importantes que ha abordado a lo largo de su carrera y que pueden verse en esta muestra.

Me gustaría comenzar abordando la naturaleza de esta exposición, ya que no es una retrospectiva convencional, sino una retrocolectiva, en la que se incluyen a los diferentes actores que han contribuido a generar tus obras, lo que invariablemente demanda una curaduría y una museografía singular. ¿Cómo fue el proceso y a qué retos se enfrentaron?

El término “retrocolectiva” lo inventó mi amiga María Laura Rosa, investigadora y crítica argentina. Cuando le dije que iba a hacer una exposición retrospectiva de mi trabajo me dijo: “Pero cómo vas a hacer una exposición retrospectiva tuya si todo tu trabajo es en colaboración colectiva o participativa, es más bien una retrocolectiva” y sí, a diferencia de la retrospectiva, de la idea del trabajo de un artista individual independiente, lo que marca esta exposición es esta característica. Por un lado, hay mucho trabajo como el que hice con Polvo de Gallina Negra con Maris Bustamante, con Pinto mi Raya con Víctor Lerma y trabajos que se han hecho colectivamente como Maternidades secuestradas, pero también están los vasos comunicantes, como la obra de Suzanne Lacy de cuando yo participé con ella en una marcha feminista, en donde hacemos un performance y yo estaba de estudiante aprendiendo con ella; de la misma manera, se ven obras como la de María Rodríguez, que hace una pieza basándose en mi obra Lo normal, reactivándola.

Karen y yo nos conocimos desde hace treinta años, ella entró a uno de los primeros talleres que yo di de arte feminista. Desde entonces, ella ha seguido la batalla desde la teoría y la historia, como yo la he seguido desde el arte, por lo tanto, hay una complicidad, un trabajo y una plataforma de ideas desde hace mucho.

Algo que para mí es muy importante de la exposición es que, por toda la complejidad de lo que se está presentado, va a estar en Internet y en redes sociales, para que pueda generarse un diálogo. Si tiene dudas… pregunte no es nada más un título, es el espíritu de la exposición.

La maternidad y la condición de ser esposa han sido los roles que han condicionado a la identidad (no elegida) de la mujer por siglos. Me parece interesante como a través de tu obra dislocas estos papeles, subvirtiendo sus significados. A partir de tu experiencia de arte y vida, ¿cómo se insertan estos papeles en el feminismo?

Desde el feminismo lo que he visto es un cuestionamiento del rol específicamente de ser mujer, de ser madre y encargarse de todo este trabajo, si bien, en el feminismo en Los Ángeles se negaba la maternidad porque era algo impuesto, siempre sentí que el feminismo latinoamericano no tenía esa problemática. Si queremos tener hijos, los tenemos, si no queremos, no los tenemos, pero hay que problematizar y ver qué está sucediendo con este tema.

Para mí, la maternidad siempre fue una cosa maravillosa, la más difícil, la más compleja, pero también la más gozosa. Jamás diría que por cuestiones políticas la mujer debe dejar de tener hijos si eso es lo que quiere hacer, pero de la misma manera, si no quiere, que tenga todas las posibilidades de no embarazarse y de no ser juzgada por ello. En la pieza de Maternidades secuestradas, algo muy interesante que se ve es que para cada quién este concepto es diferente y puede ir desde que alguien se embarazó a los 13 años porque no tenía educación sexual, alguien que tiene que trabajar 14 horas diarias y entonces no puede estar con sus hijos, hasta la presión de la familia porque la mujer no se ha realizado como madre.

Tengo la teoría de que el día en que la maternidad sea voluntaria y gozosa van a estar resueltos todos los problemas del mundo, porque querrá decir que se tienen las condiciones ideales de salud, trabajo y decisión.

Una cosa muy bonita de esta exposición es ese cartel de la primera manifestación feminista en contra del mito de la madre. Lo interesante es que se empezó a plantear desde el feminismo una manera de entender la política completamente diferente, se estaba cuestionando un mito, una cosa ideológica.

En alguna ocasión mencionaste que mientras estabas en la carrera tus compañeros comentaron que a las mujeres se les acaba la creatividad una vez que se embarazan, sin embargo, comprobaste lo contrario. 

Aquí en las pancartas tenemos dos citas, una de Tracey Emin que dice: “Conozco artistas buenos que tienen hijos, se llaman hombres”, y otra de Marina Abramović: “Si quieres ser buena artista tienes que no ser madre y sacrificar eso” y las mismas mujeres estamos convencidas de esto. Cuando empezaba mi carrera, siempre me cuestionaba el deseo de ser mujer artista sin ser de las “Fridas Kahlos” que sufrieron horrible, como Celia Calderón que se suicidó en el salón de clases, entonces me preguntaba, ¿a quién tomo de modelo?, elegí a Helen Escobedo, funcionaria y artista con una vida amorosa y familiar exitosa; sí se puede.

En tu práctica, ¿cuáles serían los límites entre la antropología, la sociología, el activismo y el arte?

Me considero un ser humano integral, lo que hago en mi vida se refleja en mi trabajo artístico y lo que hago en mi trabajo se refleja en mi vida. He trabajado desde la teoría, la práctica y el activismo, todo se junta, no veo por qué tendría que haber grandes separaciones. No diría que trabajo desde la antropología, lo hago desde la libertad del arte porque soy artista, no soy antropóloga ni socióloga, y cuando hago algo como El tendedero, que evidentemente no es una encuesta que se pueda tomar de manera “seria” ni “científica”, estamos hablando desde lo que se siente, lo que se piensa desde el arte, para decir una verdad aunque no se haya comprobado científicamente.

En 1978 presentaste por primera vez El tendedero, una pieza que se ha repetido en diferentes ocasiones y contextos. Hoy, a más de treinta años, se vuelve a activar, ¿qué ha cambiado en este lapso?

El reto en esta exposición era no solamente repetir la pieza, me preguntaba en qué sería diferente, en qué ha cambiado nuestro contexto y si ha variado el acoso. Hay cosas diferentes, por ejemplo que ya hay aborto libre, pero el acoso en la ciudad permanece, está peor, está naturalizado; mujeres adelantes, hombres atrás, como si fuera natural que los hombres acosaran. También de lo que me di cuenta es que hay muchos grupos trabajando este tema desde al arte, el activismo y el artivismo, incluso dentro de la UNAM. Están por ejemplo, la red No Estás Sola o Las hijas de la violencia, hay grupos de teatro, existen artistas, como Lorena Wolffer, que de manera independiente trabajan en contra del acoso y la violencia a las mujeres, cosa que hace cuarenta años no había, éramos dos o tres las que empezábamos a abordar estos temas.

Uno de los temas que abordas en tu obra es la ausencia de la mujer a lo largo de la historia del arte y la invisibilidad que aún tiene en un sistema falocéntrico. Si se escribiera una nueva historia del arte mexicano con el material que conforma Archiva ¿cómo cambiaría la narrativa oficial?

Se ampliaría, sería mucho más vasta y se podría ver que hay caminos muy diferentes y no nada más una historia del arte contemporáneo, sino muchas contraproduciendo; el arte contemporáneo es una cosa muy variada, no es nada más lo que se presenta en los museos. También se podría ver aquello que no se había entendido como arte. Por ejemplo, tengo una pieza que es un artículo que metí al periódico en el que escribí por veinte años, es brincar a esos otros espacios, o en esta la exposición está el archivo de Pinto mi Raya puesto como obra de arte, es un archivo que se consulta pero aquí lo planteamos como arte conceptual aplicado porque tiene que servir. No estamos trabajando nada más en lo simbólico, estamos trabajando también en lo práctico para cambiar algo en nuestra comunidad artística, para lubricar el sistema artístico y que funcione mejor.

Ahora me interesa muchísimo todo lo del artivismo y todo respecto a prácticas artísticas dentro del activismo. No les interesa estar en el museo en lo más mínimo, su práctica no es en el espacio museístico sino en la calle, pero me interesa que eso se conozca en el museo para ampliar lo que se considera arte y las diferentes narrativas.

Por otro lado, las cifras son espantosas, 20% o 30% de mujeres en colectivas. Hay menos exposiciones individuales de mujeres artistas en galerías y los museos compran menos obra de mujeres, hay un dato de una investigación que hizo Betsabé Romero que me llama la atención: las becas de Jóvenes Creadores del Fonca las dan proporcionalmente a hombres y a mujeres, pero la piden mucho menos mujeres, a pesar de que ahí tienen mayor oportunidad, entonces ¿Qué es lo que está pasando que no tenemos la confianza en nosotras mismas?, ¿que no nos hemos capacitado para aguantar los rechazos que vamos a tener a lo largo de toda la carrera? o artistas que se están perdiendo en la maternidad y no hay una estructura que les permita ir a la escuela con la tranquilidad de que haya guarderías, ¿qué es lo que nos está faltando?.

Otro punto es que, por lo general, aquí en México se piensa que el arte contemporáneo empezó en los noventa, sin embargo, hay piezas de los años 70 que ya estaban haciendo “práctica social” o “arte relacional” cuando aún no existían estos términos. Desde el arte feminista en México y Estados Unidos, hacíamos un trabajo que rompía con lo que se consideraba arte, algunas artistas maestras con las que trabajé en Los Ángeles, como Suzanne Lacy y Leslie Labowitz, habían sido alumnas de Allan Kaprow y de Joseph Beuys respectivamente, además de toda la herencia del feminismo, y aquí ya estábamos haciendo este tipo de trabajos. Los mismos Grupos apenas empiezan a estudiarse y revalorizarse, creo que lo que nos ha faltado es historia y espacio en los museos.

Siempre se habla de que el feminismo sesentero y setentero era blanco y burgués, tú ves las publicaciones que tenemos aquí del movimiento de arte feminista y hay anuncios en español, participantes artistas como Linda Vallejo, o también está la revista Artes Visuales. No era algo que nada más viniera de fuera, se estaba generando aquí pero se ha invisiblizado, un poco para decir “esas malas blancas que no le hacían caso a las de otras procedencias” sin ver lo que sí estábamos haciendo.

Hay procesos de invisibilización y también hay procesos de autoinvisibilización, escribí por veinte años y me pregunto ¿por qué nunca escribí la historia de los grupos de arte feminista que estaban haciendo ese tipo de trabajo?, no se me ocurrió, no lo había visto, ahora me doy cuenta de que una misma se traga las historias, las narrativas; hay que rehacerlas y ampliarlas.

En la exposición es notorio un marcado contraste entre las obras performáticas públicas, que integran múltiples voces, y las obras plásticas con un sentido más introspectivo. ¿Cómo comulgan estas dos facetas de tu quehacer artístico?

Lo que me parece interesante de esta exposición es más bien como se juntan. Huesitos, por ejemplo, es un performance, pero también tengo una gráfica digital del proyecto Aquerotipo que hacíamos con distintos equipos, era una investigación experimental desde la gráfica; entonces hay proyectos en los que se junta todo, en donde mis dibujos no están separados del performance. Lo que ha sido sorprendente es ver su unión, ahora reconstruyendo esta pieza, me pregunto ¿qué fue?, ¿fue la gráfica?, ¿fue la instalación que hubo en Ex Teresa?, ¿fue el performance?, ¿fueron todos los otros dibujos que hice alrededor del tema?, ¿fue el texto? o ¿fue todo? Es pensar, desarrollar un tema desde todas estas posibilidades, todo está mezclado, soy una mezclada.

En la exposición también están todos estos vasos comunicantes del trabajo, los ecos y las mismas contradicciones. Hay una libretita de cuando llegué a Los Ángeles en donde escribí la primera impresión que tuve del Woman’s Building, puse por ejemplo que no había nada en español, ni de otros países y que había muchos libros sobre lesbianismo, lo que me parecía muy bien, pero era otra temática. Evidentemente, a los dos meses de estar ahí ya había cambiado de opinión. Este tipo de contradicciones están presentes, como la última pieza de Sin el FONCA y con el FONCA yo hago siempre lo que quiero y soy miembro del Sistema Nacional de Creadores.

Uno de los grandes debates en el arte es la función política que éste puede tener, puesto que muchas veces sólo visibiliza una problemática abriendo un espacio de reflexión, pero sin incidir directamente en aquello que se quiere cambiar. En tu práctica, ¿consideras que la reflexión que has despertado ha logrado ir más allá del terreno artístico?

No creo que haya una obra ni una trayectoria que cambie, no voy a cambiar una ley, eso es otro tipo de trabajo. Para cambiar la relación de poder entre los sexos, que es el sexismo, o el patriarcado, no es nada más cuestión de cambiar las estructuras, porque es algo que tenemos introyectado, que tenemos desde antes de nacer. Hay un estudio que dice que a las niñas las abrazan menos que a los niños, hay una diferencia en el trato desde bebés y para cambiar ese tipo de cuestiones, para que te caiga el veinte, creo que el arte es muy útil.

Aunque El Tendedero no dice la verdad del acoso en términos sociológicos o estadísticos, cuando lees un papelito que dice “me acosaron desde los siete años, iba en el transporte público”, puedes sentir una conexión, yo misma me acordé que cuando era niña iba en la calle con mi mamá caminando y un tipo me metió la mano, yo iba muy contenta leyendo mi cómic y no dije nada porque me dio miedo, miedo a que le pasara algo a mi mamá, que se hiciera un borlote.

Cuarenta años de feminista y nunca se me había ocurrido que era una experiencia común de muchas mujeres, yo creía que me había pasado a mí nada más, que me había topado con el único viejo asqueroso en la calle que se atreve a tocar a una niña chiquita. Empiezas a ver que es una y otra y otra, no digo que le haya pasado a todos, pero es una experiencia que muchas hemos compartido. Para mí fue un veinte que me cayó y me di cuenta que es algo que realmente está pasando y que es un tema en el que tenemos que seguir insistiendo. El Tendedero no es nada más quejarnos de lo que ha sucedido, sino preguntarnos ¿y qué hacemos al respecto? Es algo que va creando consciencia.

Incluso, dentro del museo, es una batalla presentar una exposición de este tipo, es tratar de ir abriendo lo político en diferentes sentidos. De las estadísticas que sacamos, en el espacio en donde está Lozano-Hemmer nunca ha habido una individual de una mujer, casualmente a las mujeres nos ha tocado estar en las otras salas, a Weiss, a Minter, son cosas que se nos van al inconsciente, eso también es político. Si yo logro, si logramos, que se suba información de mujeres artistas a través del Editatón Wikipedia, que haya una discusión dentro del museo sobre los espacios en donde se presentan las mujeres artistas, si se explora la parte histórica que habla de esta tradición del arte feminista que ha existido, la política se ejercerá dentro del arte.

Para ti, “las ventajas de ser mujer» son:

Personalmente, el hecho de haber podido ser madre ha sido una experiencia maravillosa, por eso nombramos a algunos hombres “madre por un día” porque se perdían de esa experiencia maravillosa, que para mí lo fue porque la quise. De la misma manera, defiendo que quien no quiera tenerla, no la tenga.

¿Y como mujer artista?

Ahí sí siento que son más las desventajas con las que hay que luchar, pero también creo que desde el feminismo y desde la consciencia de ser mujeres, hemos roto muchas ideas de lo que era el arte, por eso la ventaja es el privilegio de poder replantear el arte en función de lo que a mí me interesa como artista y no nada más seguir cánones que alguien más inventó. Esa posibilidad me la ha dado el feminismo y el ser mujer, me siento con la libertad de abrir el campo y cambiar las narrativas.

“Hoy, en este México resquebrajado por la crisis y el escepticismo, ¿qué acción concreta tomarías para llegar a esta utopía?”

Justicia, democracia y seguridad, las palabras que más faltan en la realidad y que más vemos en los medios. Yo seguiría planteando crearnos situaciones amorosas y de solidaridad. En las fotos de esa acción, acabamos Víctor y yo besándonos –llevamos cuarenta años como pareja y trabajando juntos–, entonces es preguntarnos cómo fortalecer esas redes afectivas en nuestras vidas y a partir de esa fuerza, poder luchar y poder hacer otras cosas.

Foto: El Universal. 

Opinión | Usted me dijo que los artistas tienen pacto con el diablo

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Pamela Ballesteros | Febrero, 2016

I

La localidad de Xico, situada en el Municipio de Valle de Chalco en el Estado de México, que tuvo origen como lago y cuya historia se remonta a asentamientos de culturas prehispánicas toltecas, actualmente es considerada una zona marginada. Ahí, se encuentra el Museo Comunitario de Xico que desde 1996 recibe y exhibe piezas arqueológicas halladas y donadas por los habitantes de la región.

Jorge Satorre (México, 1979), desde su quehacer artístico, parte de investigaciones que cruzan interacciones entre personajes y escenarios locales para de ellas proponer lecturas alternas. Con la intención de explorar la historia de Xico y las condiciones actuales del espacio, Satorre se acercó al acervo del museo local.

Bajo este contexto el artista mexicano coincide con Ónesimo Ventura (Estado de México, 1951), poblador de la localidad dedicado al campo y pastoreo y uno de los fundadores del Museo Comunitario de Xico, quien atraído por el trabajo de Diego Rivera, y tras tener un acercamiento en su juventud como trabajador en el Museo Anahuacalli, se ha dedicado a coleccionar gran cantidad de ramas, raíces, piedras y tepalcates arcaicos que encuentra en los terrenos de su andar cotidiano, la mayoría de ellos donados al museo del sitio. «Para mí era algo fantástico ver otro tipo de arte que desconocía totalmente, me resultaba impactante, eran mundos diferentes a los cuales yo pertenecía» [1].

Las ramas que Onésimo ha recolectado se rigen bajo un criterio de selección subjetivo: son elegidas porque en ellas encuentra figuras especiales, cuerpos humanos o animales. ¿Qué hace que objetos de este tipo, aparentemente comúnes, sean sujeto de valoración estética? Al respecto Boris Groys apunta que “Todo puede ser visto desde una perspectiva estética; todo puede servir como fuente de la experiencia estética y convertirse en objeto del juicio estético”, y continúa: “Desde la perspectiva de la estética, el arte no ocupa una posición privilegiada sino que se ubica entre el sujeto de la actitud estética y el mundo. Una persona adulta no necesita de la tutela estética del arte, puede simplemente confiar en su propio gusto y sensibilidad.”[2]

De esta manera el acercamiento de Ónesimo a la experiencia estética sucede de forma espontánea y empírica, guiado por la impresión que le remite cada objeto; y por tanto, la familiarización —también natural— que ha tenido hacia las prácticas museísticas es entendida desde un sentido de memoria y pertenencia. Lo que me conduce a pensar sobre las condiciones que se ponen en juego en ese primer acercamiento con el objeto artístico.

Por otro lado, más que un repositorio de piezas arqueológicas, el Museo Comunitario de Xico se trata de un espacio emplazado por los mismos pobladores, cuya organización escapa de formalismos estructurales y museográficos establecidos por la institución, en este caso el INAH, dedicado a la investigación y conservación del patrimonio histórico nacional. Una práctica particular de coleccionismo —y conocimiento— que evidencia el imaginario comunal en torno a la idea de museo y la manera en que éste debe funcionar al servicio de la comunidad.

II

“Pensar que uno no está para afectar lugares sino para saber leer cómo se ve afectado uno mismo en esos lugares”, me comentó Jorge en una ocasión [3]. En este sentido, ¿cómo aproximarse desde las prácticas artísticas contemporáneas a otras realidades sin alterar sus prácticas locales? ¿Cómo sostener este acercamiento en una colaboración genuina?

A través de conversaciones, entrevistas y visitas al sitio de Xico durante cuatro años, el ejercicio de Satorre —en colaboración con Catalina Lozano, curadora independiente— se ha centrado en conseguir un entendimiento mutuo para mostrar otros pensamientos, las otras maneras de ubicarse y relacionarse con el mundo; al mismo tiempo de abrir en el arte una posibilidad como medio para transmitir versiones contracorrientes de la historia oficial.

La actividad de Don Onésimo, así como la existencia del Museo Comunitario de Xico, suceden también como gestos de resistencia ante el urbanismo creciente que invade aquella periferia. Además de ser un centro comunitario que mantiene pautas propias a pesar de que el INAH documenta y regula su colección [4].

Durante este período, Jorge Satorre observó las variantes que resultan de comparar la versión y clasificación que se rige por términos institucionales «oficiales» de la que se rige por un dominio afectivo. La materialización de este trabajo en conjunto es una publicación impresa que registra conversaciones, fotografías de Xico y réplicas en dibujos que Satorre realizó de algunas de las figurillas en ramas de Onésimo. El tiraje es limitado a 2 mil ejemplares, publicados en 2015 con motivo de Oíd el sueño de una palabra, distribuidos gratuitamente en la reciente edición de la Bienal de las Américas

Aquí ni Satorre, desde su rol de artista, ni el foro de la Bienal valida los objetos de Onésimo Ventura como piezas artísticas, sino que les provee visibilidad para mostrarlos como parte de una práctica que tiene validación por sí misma, y que ha logrado reunir más de 5 mil objetos prehispánicos donados por los vecinos, exhibidos y dispuestos en el Museo Comunitario de Xico. Objetos contemporáneos que regresarán a su dinámica habitual comunitaria.

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Foto: Cortesía del artista.

——

[1] Onésimo Ventura en conversación durante la presentación de la publicación en Aeromoto.

[2] Boris Groys, Volverse público, Caja Negra, p. 13

[3] Entrevista a Joge Satorre, disponible aquí.

[4] Las indicaciones que regulan el Museo Comunitario de Xico son puestas a consenso entre los habitantes fundadores, entre ellos Onésimo Ventura, como la no imposición de una cuota fija de entrada, por ejemplo.

Taller de Ediciones Económicas

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Por GASTV | Febrero, 2016

Taller de Ediciones Económicas es una casa editorial fundada en el 2010, a través de un modelo que busca reducir al máximo los costos de producción.

El proyecto publica trabajos de artistas mexicanos contemporáneos, ejercicios generados en el taller y textos importantes en el ámbito de la imagen y la promoción de la práctica artística actual en el país. Entre sus publicaciones se encuentran Historia Potencial y otros ensayos (2014), Avistamientos (2013), La repercusión de la línea en el espacio (2012), Batalla de ciervos (2013) y José Guadalupe Carrillo García (1929 -2009), entre otros.

La editorial participó a finales de 2015 en la primera emisión de RRRéplica, encuentro de las llamadas imprentas desobedientes, que planteó la posibilidad de interacción con editores y autores a fin de intercambiar conocimientos y propuestas, en conjunto con Casa El Hijo del Ahuizote y Gato Negro Ediciones. Además, este año Taller de Ediciones Económicas estuvo presente en Index Art Book Fair en Museo Jumex.

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Foto: Taller de Ediciones Económicas.

*Otros proyectos editoriales: Gato Negro | Catálogo ContemporáneoEdiciones Acapulco | Ediciones Transversales | Sexto Piso | Tumbona Ediciones Biblioteca Aeromoto | La Caja de Cerillos | Novela gráfica | Sur + Ediciones

Imagen: Coolhuntermx.

Gato Negro Ediciones

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Por GASTV | Febrero, 2016

Gato Negro Ediciones es un proyecto independiente que surgió en 2013. Con publicaciones que abarcan el contexto en que se encuentran, autores que buscan dar una explicación al caos actual en el que vivimos y ediciones pequeñas y sencillas, pero atractivas, la editorial busca posicionar a escritores emergentes.

La mayoría de sus publicaciones son impresas con Risograph, un sistema de impresión que emula la técnica de la serigrafía, utilizando para ello un aparato similar a la fotocopiadora, que hace un buen acabado con un costo de producción bajo. Además, este mecanismo es agradable con el medio ambiente.

Entre sus publicaciones destacadas se encuentran Los otros (2015), Amapolas y bigotes (2013), Piedras (2014), The praise of laziness (2015), La palabra disfrazada de carne (2007), Ornament and Crime (2014), entre otros.

La casa editora es un proyecto del artista mexicano Arturo Hernández Alcázar (México, 1978), cuya obra ha sido exhibida en el Museo de Arte Moderno de México, la Cité des Arts en Paris, entre otros recintos internacionales. Además, ha participado en seminarios impartidos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en 2006 obtuvo el programa Jóvenes Creadores del Fonca.

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Foto: Gato Negro.

*Otros proyectos editoriales: Catálogo ContemporáneoEdiciones Acapulco | Ediciones Transversales | Sexto Piso | Tumbona Ediciones Biblioteca Aeromoto | La Caja de Cerillos | Novela gráfica | Sur + Ediciones