Archivo para el julio, 2015

William Kentridge en el Museo Amparo

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Por GASTV | Agosto, 2015

Después de permanecer una temporada en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MuAC) en la ciudad de México, la exhibición William Kentridge: Fortuna se instala en el Museo Amparo, en Puebla.

Bajo la curaduría de Lilian Tone, Fortuna da un panorama hacia el trabajo del artista sudafricano. La muestra reúne piezas realizadas a finales de los años ochenta, hasta otra más actuales, mismas que reflejan las distintas técnicas y disciplinas a través de las cuales Kentridge trasmite los conceptos de transformación y movimiento.

Reconocido por sus filmes animados realizados a base de dibujos en carboncillo, Kentridge también experimentó con otros soportes como el collage, la escultura y el libro. Su práctica —ligada al contexto social e histórico de su país— vincula momentos políticos con un tono poético e irónico, en una búsqueda por la persistencia de la memoria.

Estructurada en cuatro salas y conformada por más de 200 piezas, Fortuna es una alusión hacia futuro, en el que la práctica artística se encuentra en constante construcción. Abierta hasta el 5 de octubre de 2015.

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Foto: Museo Amparo.

Perfil | Amalia Pica

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Por Pamela Ballesteros  | Marzo, 2017 

El significado del lenguaje se determina por el contexto dado, y en el trabajo de Amalia Pica (Argentina, 1978) el sujeto de estudio es la comunicación social emplazada en distintos momentos históricos.

Amalia Pica es una de las artistas argentinas más sobresalientes a nivel internacional. Su producción indaga el concepto de colectividad, entendida como congregación social, en la que convergen interlocutores con intereses comunes en términos cívicos y de ciudadanía. Así, sus escenarios de acción son generalmente puntos abiertos de reunión como plazas y espacios públicos.

De esta perspectiva de colectividad Pica desprende el enunciado “intimidad cultural”, que se refiere a la relación entre personas —y grupos— que comparten un entorno o un pasado. Es decir, se vinculan a través de códigos compartidos.

En su pieza audiovisual A los que saludan (2005) realizada en el puerto de Ámsterdam, la artista repartió pañuelos blancos a los visitantes que recorrían un viejo barco encallado en la costa. Sin dar instrucciones previas, Pica dejó que el impulso —universalmente entendido— de la personas actuara: el gesto de saludar con el pañuelo. Históricamente los pobladores partían de ese puerto hacia América, y con ello la pieza toma entonces dos momentos, uno la catarsis histórica que convierte al acto nostálgico en uno espontáneo; y otro, la exploración de la imagen manipulada a través del uso de elementos que la resignifican.

De igual manera en la que estos episodios adquieren un sentido momentáneo para después desvanecerse, los soportes que Pica utiliza son efímeros, y se activan en función de una temporalidad. A través de instalaciones, acciones e intervenciones ha buscado envolver al espectador. En este sentido, el lenguaje desdenvoca en una comunicación dual que tiene que ver con la parte activa de la artista, que se asume como emisora para trasladar conceptos en acciones; y por otro lado con la recepción e interpretación de la obra desde la posición del espectador.

A partir de esta idea de empatía, durante un año llevó a cabo I am Tower of Hamlets, as I am in Tower of Hamlets, just like a lot of other people are (2011-2012). Ejercicio en el que la obra de arte se convirtió en una escultura nómada, adoptada por una persona diferente de la comunidad Tower Hamlets en Londres. El intercambio de la escultura sucedía semanalmente, para finalmente ser regresada a la galería Chisenhale.

En I am Tower of Hamlets… el objeto —a través de su rotación constante— se iba construyendo como pieza artística, que su vez, funcionaba como contendedor simbólico de la cotidianeidad de cada habitante. El proyecto validó el poder del objeto, que deviene en catalizador de recuerdos y recolector de memorias, que otorga además una noción de pertenencia. De esta manera Pica da continuidad a su interés por detonar la memoria colectiva, insertándose en medios comunitarios. “Creo en el poder de los objetos. Creo en que pueden hacer que las cosas sucedan” escribió la artista.[1]

Otro de los cuestionamientos que Amalia Pica plantea es la posibilidad del arte como medio de comunicación, rol que sugiere la creación de un lenguaje que trascienda la representación simbólica. En esto, Pica pone especial atención en aquellas fisuras en las que la comunicación falla o se altera, intermitencias en las que deja de ser funcional.

Para la Primera Bienal de Performance celebrada recientemente, presentó Asamble (2015). Dinámica que consistió en convocar a una serie de participantes en la Plaza de los Dos Congresos en Argentina, quienes se formaron en línea cada uno cargando sillas distintas. La fila comenzaba a caminar hasta que la persona al frente se detenía para sentarse, sucesivamente los participantes se sentaban entorno intentando formar una circunferencia. Al tiempo que el último terminaba de sentarse, el que encabezaba la fila se levantaba nuevamente para trazar una ruta distinta, la acción repetía un proceso que no terminaba de cerrarse. El performance se valió de la figura del círculo como metáfora para ejemplificar la dificultad de concretar formas de organización.

El quehacer artístico de Amalia Pica tiene la intención de ser entendido desde diferentes niveles, para dejar abierta la interpretación. Algunos de sus trabajos revisitan contextos históricos para traerlos al presente y manifestarlos visualmente, otros, giran en torno a sistemas políticos y sociales que funcionan como ventana para entender el mundo. La Bienal de Venencia, la Tate Gallery de Londres y el Guggenheim de Nueva York son algunos de los espacios en los que la obra de Pica se ha exhibido.

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Foto: Youtube, Future Generation Art Prize 2012.

Opinión | Arte destructivo para un mundo destruido

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Por Emmanuel Boldo / @emanuelboldo | Agosto, 2015

La curiosidad por los eventos catastróficos de décadas pasadas y mi obsesión personal por un futuro fatalista me llevó a visitar la exposición Debemos de convertirnos en idealistas o morir de Gustav Metzger. Bajo la perspectiva curatorial de Daniela Pérez, curadora y directora adjunta de Programación Artística del Museo Tamayo, en el museo Jumex en la ciudad de México.

Debemos de convertirnos en idealistas o morir, es una retrospectiva al trabajo artístico que Gustav Metzger ha realizado desde la década de 1950, hasta la actualidad; fotografías, videos, instalaciones y manifiestos provocadores que exhiben una preocupación constante por la inminente extinción de la humanidad provocada por las propias acciones del hombre. Una negativa a olvidar el pasado que se desborda en apasionadas denuncias con tintes deliberadamente políticos.

La exposición pretende enfrentarnos a las concepciones filosóficas en las que Metzger divide su práctica artística; arte autocreativo y arte autodestructivo. El primero abarca obras que después de ser producidas crecen y se transforman, representado en piezas como Supportive (1965-2013,) que consiste en siete enormes pantallas que proyectan patrones de colores ocasionados por cristales liquidos sensibles al calor, y en Mass Media: Today and Yesterday (1972-2015) en la que confronta al espectador ante una abrumadora pila de periódicos de la que deberá de seleccionar noticias que inviten a la reflexión acerca de temas de relevancia relacionados con amenazas de extinción, gobierno y desigualdad social para después ser colocados en un pizarrón, una evidente metáfora acerca del bombardeo diario de información. Mientras tanto en una manifestación literal de arte autodestructivo, obras concebidas para ser destruidas, apreciamos la instalación Historic Photographs: Kills the cars, Camden Town, London 1996, adaptada a la realidad mexicana a través de la destrucción del popular automóvil vocho, entretanto escuchamos voces de niños alienados que repiten “kills the cars.”

En el Manifiesto Mundo (1962,) Metzger, advierte “La masa de personas aprecia el arte moderno hasta 50 años después de su práctica. Esta forma de arte no estará sujeta al desfase de temporal porque es poco probable que en 50 años haya un mundo en que practicarlo.” La amenaza fue cumplida a más de 50 años de distancia, las preocupaciones sociales y las revolucionarias provocaciones de Metzger, ahora me resultan tibias, sencillas y hasta ingenuas, a pesar de que el mundo aún está al borde de la destrucción.

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Foto: Emmanuel Boldo.

[Breve] de Dick Higgins

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Por GASTV | Julio, 2015

El trabajo de Dick Higgins se ha desenvuelto en disciplinas tan diversas como la poesía experimental, la música, la traducción, la pintura y la edición. El miembro fundador de Fluxus, la red internacional de artistas, compositores y diseñadores que destaca por la mezcla de diferentes medios artísticos y disciplinas en los años sesenta, estableció el término “intermedia” para describir sus actividades artísticas más allá de los medios reconocibles, definiéndolo en un ensayo de 1965 con el mismo nombre, publicado en el primer número del Something Else Newsletter.

Entre sus obras publicadas se encuentran Poems Plain & Fancy, editado por Station Hill Press, y A Book About Love & War & Death de Something Else Press, editorial que fundó en 1963.

Ahora, la editorial mexicana Tumbona, dentro de su colección Anómalos, edita [Breve] autobiografía de la originalidad, libro que explora los campos artísticos inéditos, surgidos de la mezcla entre dos o más disciplinas, como el arte correo o el performance, desde una perspectiva experimental. El artista y escritor Alejandro Espinoza Galindo seleccionó y tradujo los textos que configuran una historia no oficial del arte y formulan teorías que ayudan a comprender el desarrollo de la transdisciplina.

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Foto: Tumbona Ediciones.

Silla Twing: asiento mulifuncional de Nendo

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Por GASTV | Julio, 2015

El diseñador Oki Sato, del estudio japonés Nendo, presentó una silla con diferentes respaldos de madera y apoyabrazos para la marca de muebles italianos hechos de aluminio Alias. La silla Twing tiene cinco tapas intercambiables que encajan en la misma base de metal blanca.

Elementos en forma de T, secciones conectadas, y un respaldo bajo fueron formados con bordes curvados para completar las sillas y proporcionar experiencias con cinco diferentes asientos. Las formas se logran mediante el ajuste de estas unidades en las cuatro patas. Cuando se quitan las adiciones, los asientos se pueden apilar para almacenarse o transportarse.

Nendo es uno de los estudios de diseño más prolíficos en este momento. Ha producido una variedad de diseños de asientos durante el año pasado. Los ejemplos más recientes incluyen una silla con los patrones de grano de madera creados con gamuza artificial, y una silla de oficina minimalista.

Una exposición de más de 100 productos de Nendo diseñados en el pasado año se llevó a cabo durante la semana del diseño de Milán en abril.

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Foto: Alias Design.

ES:CENAS. Cocinamos Arte

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Por GASTV | Julio, 2015

ES:CENAS. Cocinamos Arte es un proyecto generador de experiencias gastronómico-artísticas que busca generar momentos, piezas y platillos innovadores a través de la experimentación e investigación que conjuntamente realizan chefs y artistas. En su primera presentación, los participantes fueron el chef Rigel Sotelo, la cantante Verónica Valerio y la bailarina Casilda Madrazo.

El próximo sábado 15 de agosto se llevará a cabo ES:CENAS 2 en la colonia Escandón, será la segunda edición de este proyecto que cuenta con la participación del chef Jonathan Wilding, la actriz Gabriela Betancourt y la dramaturga Mariana Hartasánchez. Simultáneamente a la cena que se ofrece a los asistentes en el comedor de la casona de principios del siglo XX donde tendrá lugar la presentación, Wilding, Betancourt y Hartasánchez montarán una obra de teatro sobre una cena, donde los protagonistas hacen partícipes de la historia a los comensales.

Conoce más detalles y consigue tus entradas aquí.

Foto: Cortesía ES:CENAS.

Zona Maco presenta una nueva feria de arte y video

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Por GASTV | Julio, 2015

De manera paralela a la feria de arte contemporáneo, Zona Maco presenta dos eventos simultáneos: Zona Maco Salón del Anticuario con los 17 anticuarios nacionales más importantes, quienes presentan artes decorativas, joyería, mobiliario, cerámica, textiles, y otros objetos producidos antes de 1960, así como escultura, pintura y gráfica anteriores a 1950; y Zona Maco Foto, con el propósito de brindar una plataforma al sector de fotografía y video en México.

La primera feria especializada en foto y video tendrá la participación de 26 galerías internacionales como Slowtrack de Madrid, RGR Art de Venezuela, De Soto de Los Ángeles, Art Lexing de Miami y galerías mexicanas como GAM, Gil Zárate, OMR y Proyeto Paralelo. El comité de selección está compuesto por Daniel Garza-Usabiaga, Ana Elena Mallet, y Mauricio Maillé.

Por su parte, el comité de selección para el Salón del Anticuario está a cargo de Daniel Liebsohn y Andrés Siegel, dos importantes anticuarios; mientras que el comité de evaluación encargado de revisar las piezas expuestas en la feria, está encabezado por Juan Manuel Corrales, Leonor Cortina, y Héctor Rivero Borrell.

Ambas ferias se llevarán a cabo del 24 al 27 de septiembre de 2015 en la sala D del Centro Banamex, en la ciudad de México.

Foto: Facebook Zona Maco.

Tumi celebra 40 años con una mochila minimalista

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Por GASTV | Julio, 2015

La marca de accesorios de viaje Tumi, trabajó por segunda vez con el diseñador chino Jamy Yang para desarrollar un nuevo concepto de su mochila icónica para celebrar el 40 aniversario de la marca. La mochila tiene un estilo minimalista que es testigo de toda la estética alrededor de las ciudades asiáticas como Hong Kong, Taiwán, Seúl y Shangai.

Jamy Yang usó un material patentado por Tumi llamad Tegris, que fue utilizado en los coches de carreras de NASCAR, e hizo pleno uso de sus características elásticas. Este material combina una gran funcionalidad con un rendimiento de alta resistencia que puede tomar en cualquier situación de fuerza excesiva. Su estructura cilíndrica protege los objetos en el interior, y se extiende para dar lugar a una variedad de objetos de diferente tamaño. La mochila se puede abrir desde la parte superior y tiene dos pequeños espacios de almacenamiento con cierre.

La nueva mochila Tumi crea un nuevo lenguaje visual de la marca y el uso de accesorios de viaje de última generación.

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Foto: Designboom.

Perfil | Rossella Biscotti

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Por Grecia Pérez | Julio, 2015

La memoria —ya sea individual o colectiva— consiste en la narración de los hechos vividos, es la única manera en que estos pueden ser asimilados por la experiencia humana e integrados a la historia, a la identidad. La artista italiana Rossella Biscotti (Molfetta, 1978) lo sabe muy bien: durante más de una década, su trabajo se ha dedicado a rescatar hechos, lugares y documentos relacionados con eventos históricos, los cuales reconfigura —o narra— a través de diversos medios como el video, la fotografía, instalaciones sonoras y escultura.

De este modo, a través de la recuperación de casos concretos logra actualizar la Historia, ponerla en diálogo activo con el presente a través de los códigos del arte contemporáneo. Dentro de las obras que siguen esta línea se encuentran Il Processo (The Trial, 2010-12), la cual gira en torno al “Juicio del 7 de abril” (1983) en contra de miembros de Autonomia Operaia, un movimiento revolucionario de la izquierda italiana activo durante 1976 -78.

Biscotti realizó esculturas con el concreto de la sala en donde se llevó a cabo el juicio y presentó una instalación que consiste en la edición de un audio de 6 horas con los testimonios que se virtieron durante el juicio, entre los que se encuentran los filósofos Antonio Negri y Paolo Virno, quienes fueron acusados de ser ideológica y moralmente responsables por los actos terroristas que se llevaron a cabo en Italia a finales de la década de los setenta. Durante la presentación de esta obra en distintos países, y dado que el audio original está en italiano, se realizó una traducción simultánea en un acto donde el testimonio histórico se reactiva a través de una voz y un cuerpo en el tiempo presente.

Otro de sus trabajos es The anarchists don’t archive (2010), donde investigó los archivos personales de los líderes anarquistas: Alberto Meschi (1879-1958), Ugo Fedeli (1898-1964) y Hugo Rolland (1895-1977), resguardados por el International Institute of Social History en Amsterdam. De los textos que encontró, trasladó fragmentos a laminas de acero, acción con la cual vuelve a anclar al presente el pensamiento político que dirigió la vida de estos personajes. Esos documentos dormidos por muchos años, vuelven a tener una existencia gracias al rescate de Biscotti.

En A short story about memory, Pentothal and dreams (2009-2010), Biscotti trabaja a partir de los registros sonoros de sesiones psicoanalíticas realizadas por el psiquiatra Jan Bastiaans a sujetos con experiencias traumáticas de la Segunda Guerra Mundial. Los pacientes se encuentran bajo los efectos del Pentothal, una droga conocida como “la droga de la verdad” que, según con la teoría de Bastiaans, facilitaba el trabajo de asociación libre.

En esta obra, la artista explora las marcas individuales, íntimas, que perviven en los sujetos después de vivir un hecho colectivo devastador hasta magnitudes grotescas. A través del psicoanálisis y la influencia de esta droga, la Historia se revela como habitante de individuos específicos y se va desdoblando en medio de una duermevela.

Los efectos que tienen sobre los individuos los sitios de vigilancia y castigo también tienen un papel importante en su obra. Se trata de explorar la tensión que se establece entre adentro-afuera y el rol de la imaginación en prisión. Estas cuestiones están presentes en obras como The Prison of Santo Stefano (2011) y I dreamt that you changed into a cat…gatto…ha ha ha (2013).

En I dreamt (…), la artista organizó un Taller Onírico con las mujeres recluídas en la prisión de la isla de Giudecca, al sur de Venecia donde éstas podían escribir los sueños que tuvieran noche tras noche. El proyecto fue inspirado por la historia de Nicola Valentino, a quien en 1978 le dieron una sentencia de 28 años por su participación en las Brigadas Rojas y como estrategia de supervivencia intercambiaba de contrabando con sus compañeros reclusos, notas donde escribían los sueños que habían tenido la noche anterior.

Graduada de la Accademia di Belle Arti di Napoli, en la última década Rossella Biscotti ha vivido en los Países Bajos y en los sitios donde realiza sus investigaciones. Su trabajo se ha presentado de manera individual en WIELS Contemporary Art Centre, Bruselas (2014), Secession, Viena (2013), CAC Vilnius (2012), Fondazione Galleria Civica di Trento (2010) y Nomas Foundation, Roma (2009). En colectivo se ha presentado en MAXXI, Roma (2010–11), Witte de With, Rotterdam, Museu Serralves, Porto (2010), Manifesta 9 y dOCUMENTA 13, Kassel (2012). En 2013, participó en la 55 Bienal de Venecia.

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Foto: MUSEION/Luis Felipe de Rosario.

Aéroport Mille Plateaux de Elmgreen & Dragset

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Por GASTV | Julio, 2015

PLATEAU, Samsung Museum of Art, en Corea presenta Aéroport Mille Plateaux, una exhibición del duo de artistas Michel Elmgreen (Dinamarca, 1961) e Ingar Dragset (Noruega,1969): Elmgreen & Dragset. En ésta aprovechan la estructura del museo construida con vidrio y acero para instalar un aeropuerto donde utilizan varias de las obras que han realizado desde 1997 durante el desarrollo de su proyecto Powerless Structures, una serie que investiga el papel de prisiones, hospitales, museos, galerías, plazas —y ahora también aeropuertos— como medios para el control social.

El título de la exhibición hace referencia a la influyente obra Mil Mesetas escrita por el filósofo francés Gilles Deleuze y el psicoanalista Félix Guattari. En ésta confluyen las posibilidades de un aeropuerto con la estructura rizomática planteada por Deleuze y Guatarri. Los trabajos presentados incluyen Uncollected, una banda de equipaje que gira infinitamente con una maleta que nadie reclama y Gate 23, una escalera derruida que conduce a la entrada de Aéroport Mille Plateaux donde el espectador encontrará salas de esperas, puntos de check-in, secciones de revisión y seguridad, publicidad y horarios de vuelos que recrean con realismo el ambiente de un aeropuerto para mostrar también lo que de absurdo hay en él.

Con motivo de la exposición se presenta un catálogo donde se profundiza en el sustento teórico de Aéroport Mille Plateaux. Participan tres académicos especialistas en la obra de Deleuze que también ubican la obra dentro del concepto de “no-lugar”, trabajado por Marc Augé. Además, incluye una entrevista del curador Soyeon Ahn con los artistas.

Aéroport Mille Plateaux de Elmgreen & Dragset y curada por Soyeon Ahn, se presenta en PLATEAU, Samsung Museum of Art, Corea del 23 de julio al 18 de octubre 2015.

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Foto: Galeria Perrotin.

Laboratorio Arte Alameda cumple 15 años

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Por GASTV | Julio, 2015

En el mes de noviembre Laboratorio Arte Alameda cumple 15 años, para celebrarlo a partir del 12 de agosto abrirá al público el acervo documental y audiovisual que resguarda el museo en el Centro de Documentación Príamo Lozada (CDPL). Aquí, cualquier persona interesada en temas donde arte, tecnología y ciencia se intersectan y dialogan, encontrará la historia de las exposiciones y actividades llevadas a cabo en LAA, así como bibliografía especializada en artes electrónicas, información relacionada al arte sonoro, un archivo audiovisual con curadurías de cine experimental y videoarte, además de textos teóricos.

El CDPL resguarda además el acervo personal de Príamo Lozada (1962-2007), curador de origen dominicano especializado en nuevos medios que desarrolló su carrera profesional en México y quien fuera fundador del LAA, uno de los espacios de experimentación de la escena contemporánea en México. Este acervo incluye registro de obras y artistas, textos teóricos sobre arte y medios, una selección de textos y autores especializados en artes electrónicas, además de documentos de bienales, exposiciones y ferias de arte contemporáneo.

Como parte de las actividades para promover el Centro de Documentación Príamo Lozada, del 12 al 14 de agosto se llevarán a cabo sesiones de conversatorios y talleres en las instalaciones de LAA, cuya programación se puede consultar aquí.

Foto: Once-tv.

Relatoría | III Conversatorio: La posibilidad de lo político en el arte contemporáneo

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Por Pamela Ballesteros / @apoteosis  | Julio, 2015 

Entre las conclusiones del II Conversatorio: «Procesos narrativos en el arte contemporáneo«, se planteó un tema con amplias posibilidades de discusión: la estetización de la política y la politización de la estética. Que surgió como una pregunta lanzada hacia el final de la discusión por parte de Pillar Villela: “¿Cómo empezamos a hablar de política en lugar de hacer política?”

A partir de este planteamiento, en esta plataforma digital, compartimos una serie de textos que cruzaron, a través de diferentes voces (Aline Hernández, Gustavo Luna, Sandra Sánchez y Gustavo Cruz), la relación entre arte y política, textos que también funcionaron como introducción a la tercera sesión.

“¿Hasta qué punto —en nuestras circunstancias— incluir “lo político” como tema de la obra, es de hecho, una forma de despolitización?”, menciona Pilar Villela en su texto La forma y el contenido.

La serie de revisiones proponen diversas posturas y reflexiones en torno a esta relación, mismas que encontraron lugar  en el Conversatorio III: «La posibilidad de lo político en el arte contemporáneo». Se trató de un encuentro en el que se reunieron Cuauhtémoc Medina, Antonio Vega Macotela, Salvador Gallardo Cabrera y Brenda J. Caro Cocotle, como moderadora. La conversación se llevó a cabo el 30 de junio en el espacio Zona de Desgaste, y corrió en torno a dos ejes que emplazó Brenda.

I

Para qué seguir debatiendo la relación arte y política con los parámetros con los que se discute, donde el tenor de la discusión corresponde a ciertos paradigmas, ya un tanto gastados o superados. Entonces, la pregunta no es por qué sino el para qué. 

Cuauhtémoc Medina tomó la palabra: “Probablemente tu intento de sustituir ¿para qué? o ¿por qué?, sea imposible de efectuar, sin embargo, es sintomático. El por qué es evidente, hay una enorme ansiedad que cruza con una sensación de impotencia política, dado que existe un proceso en el que el campo artístico ha servido como refugio de la radicalidad, precisamente, en crisis de finales del siglo XX; se traspasa de manera legítima, y a veces yo diría, con toda la carga laberíntica del resentimiento a la discusión sobre la legitimidad de la práctica artística en su relación con la política”.

Para Cuauhtémoc, es imposible evadir una temática que continúa viva, porque existe una enorme tensión sobre el problema. Por lo tanto, un resultado de que se traspasaran las preocupaciones políticas del siglo XX al campo artístico, fue que el momento en que las dudas acerca de la posibilidad de una práctica política efectiva de cualquier tipo, arriban al campo real. Esto resuena en el campo artístico con un cierto un grado —incluso— de histeria y es correcto que sea así. «¿Para qué?» es algo que no estemos en capacidad de abordar, porque implica parte del problema que está atravesando el campo. La expectativa de que hay alguna instrumentalidad, alguna forma de definir de qué modo avanzar y cómo aplicar cierto campo en favor de alguna clase de proyecto. Simplemente enunciar el «para qué» vuelve abrir las cicatrices de este problema y probablemente la expectativa no cumplida —y probablemente no cumplible— de definir alguna clase de ruta metodológica segura en lugar de asumir lo que es un hecho dado de que por motivos prácticos  pero también teóricos, no sea posible establecer alguna lógica de progresión clara sino simplemente un abordaje y pociones en el momento presente”.

Por su parte, Antonio Vega Macotela propone otra pregunta: “Creo que tiene que ver con un grado de desesperación en el contexto mexicano e internacional. Percibimos que estamos al borde de algo probablemente malo y radical, lo que deviene en una urgencia, deseo de supervivencia y necesidad vital. En términos de la práctica, surge para mí como un antídoto, ante esta desesperación, viene la pregunta ¿qué hacer?”. A manera de revisión breve de los acontecimientos en México, Antonio mencionó el funcionamiento de las protestas y el impacto en Latinoamérica de la imagen visual. Por ejemplo la piñata de Enrique Peña Nieto quemada en el centro del Zócalo, o las leyenda: “Fue el Estado”. Antonio cerró su participación: «Pienso sobre el poder que aún tienen las imágenes y su capacidad simbólica de hacer las cosas. En términos artísticos cuestionó: ¿qué podemos hacer frente a esas imágenes? ¿qué hacemos con lo que está pasando?”. Por ende, la respuesta viene como otra pregunta. Antonio así, propone una especie de supervivencia y una respuesta esperanza sobre qué hacemos en torno a lo que está pasando.

Para Salvador Gallardo Cabrera la pregunta «para que» y el «cómo» resultan sumamente amplias: “Me parece que actualmente las relaciones entre el arte y la política están empantanadas sobre el estatuto de poder, en la mayoría de los medios artísticos y políticos tratamos de navegar sobre esta relación a partir del concepto de poder inmóvil”. Salvador sugiere pensar esta relación, muy a su juicio, en tres dimensiones inéditas y ricas: 1) La dimensión de los modos de subjetividad; 2) La dimensión del discurso; y 3) La dimensión del conocimiento. Asimismo, como ejemplos contenedores de estas dimensiones, el filósofo mencionó la obra de Francis Alÿs y el planteamiento curatorial de la reciente edición de la Bienal de Venecia. De este modo, para Cabrera el por qué y para qué han quedado en desuso.

“¿Pero cuáles serían entonces las relaciones actuales en el trabajo de poder? Lo que a mí me preocupa son los términos en los cuales pareciera discutirse la relación arte y política, seguimos estancados en un problema de tema, el arte político sigue siendo tema. Me preocupa ver a veces ese juego en ciertos discursos y en ciertas esferas”, intervino Brenda para encausar la conversación.

A lo que Cuauhtémoc respondió: “Resulta muy extraño que digas eso, porque me da la impresión de que las posiciones no atraviesan ningún lugar en el tema. Tengo la sensación de que hay una lectura del poder distinta, creo que hay una desesperación de campo, en el que hay posiciones que critican y condenan la práctica artística que tiene alguna clase de visualidad, argumentación o apuesta subjetiva política porque carece de eficacia. Y en este punto Medina mencionó tres posiciones inmediatas: La posición que espera una especie de articulación práctica o pragmática por la vía de pasar a la acción; una segunda que tiene una acepción moralista de denuncia y de expectativa frente a la sugerencia de interés social, por considerarla falsa o demagógica; y una tercera que sostiene la posibilidad de que exista un campo de especulación útil.

En este momento la relación arte-política se discute como tema, del cual parte Antonio para hablar de dos conceptos: la presentación y la representación. Por ejemplo, la imagen del Che Guevara llevada a los pantalones Levi’s. Al respecto dijo: “¿Qué pasa con la acción y qué pasa con la representación de esa acción? Me surge la inquietud de la popularidad creciente de las bienales políticas y las temáticas políticas en el sistema del arte contemporáneo —incluso en los sistemas del mainstream—y me cuestiono la manera en cómo se les está legitimando en temas de mercado. Lo que me llama la atención es cómo una práctica disidente puede ser legitimada por estos sistemas. Para que esto pueda ser legitimado tiene que ser neutralizado y pasteurizado”. Es decir, despojar cada uno de los elementos que integran a dichas prácticas, desarticularlas para poder explicarlas y entenderlas en su conjunto, una especie de “pureza del sistema”.

Brenda señaló: “Siento que aún se da una cierta instrumentalización de la idea de lo político en el arte. Que de alguna manera no permite ver otras posibles relaciones o posiciones, ni permite ver las partes más sutiles en la relación arte-política, por el contrario, se queda en el término de la representación y no expone la capa de intereses y de discursos que están alrededor”. Instrumentalización entendida como la creciente tendencia de la políticas públicas actuales de convertir al arte en el instrumento que soluciona todo, el arte que repara la comunidad, el arte que repara los índices de violencia…y que muchas veces es revestido como arte apolítico.

Aquí pienso en lo que mencionó Gustavo Luna en uno de los textos introductorios: «El arte político es crítico, no propositivo, así que no debería ofrecer respuestas a nada, sino plantear problemas. En ese sentido, no podría transformar nada, sino que se convierte en ocasión para ejercer la crítica».

La conversación tomó un nuevo hilo conductor, y la relación arte-política ahora se aborda como instrumento. Al respecto Cuauhtémoc comenta: “En este momento hay una particular fiebre de expectativas de desplazar los debates del campo artístico a campos de activismo. En segundo nivel existe la expectativa de encontrar cómo llevar la producción artística al campo de la modificación, de las confrontaciones políticas, del activismo. Finalmente en tercer lugar, hay una creciente insatisfacción y condena moral y política hacia una práctica artística institucional y una práctica artista especulativa». Continuó: «Al mismo tiempo el problema de la instrumentalidad no es un tema que esté tan fácil de desechar porque ocurre en dos registros distintos. De ellos hay uno que tiene una base de interés sobre ¿cómo puedo hacer que las técnicas de confrontación social tengan elementos novedosos y que superen las prácticas de represión? Efectivamente hay una multitud de tareas activistas que han logrado que el campo de confrontación tenga elementos vanguardistas útiles. Y pasa algo que a mí me causa todavía más angustia, hay tácticas artísticas que juegan a la instrumentalidad sin ninguna vergüenza, se venden como instrumentales y están en la lógica de la intervención social benéfica y bien intencionada, como los hospitales de Pedro Reyes”.

Antonio toma la palabra para revisitar su comentario acerca del sistema de pasteurización en las prácticas del sistema artístico. “Estoy pensando en la práctica artística cínica que mencionas [Cuauhtémoc Medina], que entra en el mercado con la idea de «la buena onda» y funciona. Con esto me cuestiono sobre el activismo, lo que creo que nos pasa en el campo como artistas es una noción de heroísmo —un poco infantil e inocente—, el creer que se puede cambiar el mundo y no comprender que el mundo son círculos más pequeños. Cuando creemos que estos pequeños cambios van a convertirse en titánicos, se vuelve una especie de noción temática, una representación, por ejemplo, la pancarta colgada en un museo. Hay que entender que el arte no existe como ente ajeno, existe en el mundo” (1).

El primer eje abordó la relación arte y política desde una noción temática, en sentido de su repetición. Posteriormente esta relación se desplazó como un medio de instrumentalización, que se consolida en modelos de distribución en el mercado, un sistema complicado de disolver pero que al mismo tiempo provee de significado. “El medio también condiciona el mensaje” mencionó Antonio. Se dijo además, que debemos asumir que el campo del arte es muy variado, que se deposita en manos de muchos poderes que representan una producción artística determinada y que nosotros sólo somos una pequeña esquina de ello.

“Tenemos que aprender a ser politeístas, saber que puede haber una multitud de mediaciones. Yo creo que el arte cambia al mundo todos los días, pero lo que nadie sabe es cómo planear ese cambio. Aparentemente el problema no es qué hacer, sino cómo operar de una manera un poquito más democrática”, finalizó Cuauhtémoc.

Desde el público hubo una intervención por parte de Alejandro Gómez Escorcia: “Hablando de las relaciones entre arte y política quiero preguntar sobre las políticas que existen dentro de lo que podemos llamar arte local. ¿De qué manera se determina, modula o decide que cierta práctica se catalogue o etiquete como política? ¿Por qué se hace? ¿Por qué queremos vender ciertos objetos como políticos en un campo como el nuestro?

“Yo no lo hago, entonces no sé cómo se hace” respondió Cuauhtémoc. “Pienso que me encuentro en una etapa cultural en donde el arte contemporáneo está en gran medida politizado, y tratar de establecer una línea de demarcación es un error. Como también es un error querer circunscribir al campo artístico la opinión que yo pueda tener, no puede ser un criterio, aunque admito que me inclino por cierta práctica politizada, no creo que haya alguien que, consecuentemente, esté aplicando sus propios términos”, concluyó Medina.

Antonio: “No sé si logre responde tu pregunta, pero vuelvo con la idea de legitimación y mercado. Para que algo pueda ser vendido tiene que involucrarse con los sistemas del lenguaje de las personas con las que se interactúa. No sé si la mercancías se midan como un objeto o como un valor que se adquiere a través de una serie de condicionamientos, de justificaciones y de significados”.

“Yo diría: porque lo político vende”, dijo Salvador. Y de aquí partió una segunda pregunta desde el público, Gustavo Luna planteó: “Creo que se desvió la discusión en torno a una sola perspectiva, que es la contraposición radical ante una política de Estado —entendiendo Estado como un nivel de legitimación y discursividad— frente a formas pretendidamente revolucionarias hacia ese aparato. Quizá una de las problemáticas entre arte y política está permeada por la instrumentalización, se está cerrando el círculo a las formas de hacer arte frente a ese poder legitimador. ¿Habría alguna otra posibilidad de pensar el arte político que no sea ni contestataria ni legitimadora de ese poder?”

Al respecto Cuauhtémoc lamentó que la discusión se haya inclinado hacia ese lugar, aquel en el que se encontraron relaciones interesantes pero discontinuas. Y puntualizó: “No es fácil localizar la emergencia de subjetividades y diferencias en el campo artístico, hay distintas posiciones que no giran en torno a una clase de centro dominante del tipo Estado. Son dos temas que han resurgido a partir de la desesperación del desarrollo del capitalismo, frente al fracaso del sistema neoliberal”.

“Retorno al tema de con quién interactúa la pieza o la acción de arte, que tiene que ver también con los públicos que la unifican. Ni el arte ni ninguna práctica activista es ajena al poder, ni a este control de poder. Lo que me hace pensar sobre cómo funcionan las relaciones de poder en diferentes niveles y con diferentes personas, considerando las formas y etapas de distribución de la pieza artística, cuyo fin último es la relación con esta institución y con este Estado. El reconocer que existen relaciones para otras cosas creo que puede ser un punto de partida” finalizó de esta manera Vega Macotela la sesión de preguntas para continuar con el segundo eje de la sesión.

II 

Desde su práctica ¿cuáles consideran que son las preguntas o los parámetros que necesitamos comenzar a perfilar para ampliar y cuestionar esta relación entre arte y política?

“Creo que la pregunta inicial sería: ¿cuál política? Parte del problema es que ya no existe una sola política”. Y junto con este argumento Cuauhtémoc retomó el artículo Tres clases de política, de Etienne Balibar, para distinguir las políticas emancipatorias de las políticas de transformación, y del surgimiento de una nueva clase de política. En esta tercera —que resulta la más conflictiva— una política donde existe violencia sin proyecto emancipatorio, una total falta de campo de comunicabilidad y en donde hay problemáticas de identidad. «Yo lo primero que me plantearía sería la necesidad de percibir la posibilidad en algún lugar de que nuestras políticas emancipatorias y los cuestionamientos sobre el desarrollo —que son los cuestionamientos marxistas— no están siendo operativos para esta tercera región, que es la más inmediata y cercana, que es la regresión de racismo, la violencia de exclusión nacionalista, la definición de masculinidad expresiva y el intento de volver a poner en orden las estructuras sociales que el capitalismo desordenó […] Hay una gran cantidad de práctica artística que independientemente de su ubicación en el campo dominante tiene importancia en excavar posibilidades de subjetividad y establecer preguntas que no pueden establecerse desde el campo civil”.

Antonio puso sobre la mesa las funciones de frontera en cuanto a las relaciones que debiera establecer la práctica artística clásica con otras disciplinas. “Hablando de activismo tengo la noción de visibilidad e invisibilidad por ejemplo en México, en donde la persona que protesta es desaparecida. Situación que se contradice con la noción de visibilidad para el artista, la cual funciona como un activo que se puede traducir en un capital o en una plusvalía económica”. El artista finalizó su comentario sobre la noción de activismo que también tiene que ver con fronteras y delimitaciones y en este sentido: «¿qué puede hacer una acción, un símbolo o una metáfora?».

«Entonces, ¿no hay posibilidades de generar nuevas preguntas, no hay más puntos de fuga que plantear?”, añadió Brenda.

«Por supuesto que hay puntos de fuga que se están creando, tanto en el campo ético como en el artístico», afirmó Salvador. “Y aquí el término clave es: ¿cómo dislocar esos poderes establecidos?, ¿y cómo, sin caer en este caos y en estas respuestas sordas, podemos generar un movimiento afirmativo? En el campo del arte, gran parte de la fiebre que está buscando la acción política, está dando su propia respuesta y está generando otras resonancias”.

Para culminar este segundo eje se abrió nuevamente la sesión de preguntas, desde el público se escuchó: “Me gustaría partir sobre la intervención de Cuauhtémoc respecto a que el arte cambia al mundo todos los días, y sobre la acepción de que nadie puede calcular ni medir las condiciones ni alcances para tal cambio. Me parece muy atractiva esa propuesta, sin embargo, noto que hay una pregunta básica que se escapa en este planteamiento y es: ¿qué papel cumple la noción específica del arte en cuanto a ese cambio del mundo dentro de su campo privilegiado? Más aún: ¿qué papel cumple una institución compuesta por galerías, críticos y las academias que se encarga de la manutención de este concepto de arte? Si el arte cambia el mundo todos los días entonces, ¿por qué no comenzar a abandonar aquello que implica esa institución? Y la cual parece justamente querer medir y calcular eso que no se puede medir ni calcular. Creo que estamos ante una paradoja no menor que se tiene que abordar, en ese sentido yo diría que ya estar aquí en este debate es hacer política”.

Cuauhtémoc: “Algunos hemos tratado de explicar qué es arte contemporáneo, y también algunos tenemos alguna noción de que arte no es todo. Un elemento que a mí me orienta es pensar que las definiciones del siglo XVIII y XIX crearon una institucionalidad, no son ideas, son una textura de las prácticas. Por consiguiente, que las otras áreas de práctica estén organizadas en una lógica tan estricta, hace posible que el campo artístico aloje las intenciones, deseos y fines que no están albergados por el sistema social. Lo que se invierte en el campo artístico socialmente es tan poco en relación a los efectos sociales tan grandes que tiene”.

Para cerrar su aportación Cuauhtémoc trajo a colación el altercado que sufrió Francisco Toledo en Oaxaca, hecho que confirma la existencia de cierto poder elitista utilizado para un proyecto político oposicional. “Si no fuera artista seguramente ya lo hubieran desaparecido” afirmó.

“Es una parte que solemos olvidar, existe una acumulación de poder muy significativa que a la derecha le resulta muy inquietante. Hay un cierto grado de desesperación social que produce este grado de poder, y yo honestamente no estoy dispuesto a abandonarlo. Estoy convencido de que necesitamos incrementarlo, ampliar nuestra participación, tener y superar esa expectativa de lo que este campo puede producir. Es decir, contribuir a modificar este sistema de medios dominantes de la sociedad”, concluyó Cuauhtémoc.

“Estoy de acuerdo con esta parte de no abandonar el poder, pero ¿esto es por el simple hecho de ser artista o es por la visibilidad? Es importante también revisar los alcances y posibilidades de esta relación de acuerdo a cada contexto, para entender de dónde vienen las capacidades y los potenciadores de este poder”, complementó Antonio.

Posteriormente se abrió otra pregunta desde el público: «A partir de los comentarios generados a lo largo de este conversatorio, me es inevitable pensar en la práctica de Cráter Invertido, no sé si realmente esté generando acciones políticas, activistas o artísticas, pero su trabajo cruza invariablemente esta discusión. Sólo me gustaría conocer su opinión sobre este proyecto».

«A mí me gusta», responde Salvador. «Me parece que están generando líneas de resistencia visibles y una respuesta reactiva, creo que ahí tiene su valor como movimiento».

«Creo que producir una práctica desde un grupo no es fructífero, sin embargo, hablar desde el gusto personal sería enjuiciar», fue la respuesta de Antonio.

Por su parte, Cuauhtémoc comentó: «Yo creo que hay cosas muy interesantes que han pasado en Cráter Invertido, y sin embargo, ver la gama de contradicciones y fallas de lo que mandaron a Venecia me parece un síntoma de que el año pasado se perdieron más en lo de los 43, y lo digo con mucho dolor pero también como un señalamiento de algo que no entiendo, hicieron un dibujo que básicamente eran los doodles que hacían cuando hablan y lo pusieron ahí. Y honestamente lo más incendiario que había en esa pieza era el extinguidor que colgaban a lado en la Bienal, y hay un cierto nivel en donde yo tiendo a tener un afecto por el artefacto, que me parece que no acompañar del artefacto una producción de subjetividad, es algo que puede llegar a señalar la falla de la producción de subjetividad. Pero como no he estado siguiendo que están haciendo, a lo mejor ya se transformaron en algo que es distinto a lo que pasaba en octubre del año pasado, que parecía que había alguna sustancia, y puede ser que se haga una denuncia del error de esta discusión». Continuó Meidna: «Claramente hay un problema que es parte de la situación en este momento, y es la gama de dificultades que emergen de querer personificar una contrainstitución, pero no hay nada que yo encuentre negativo en que la gente se meta en problemas, históricamente ha sido un modo muy natural de hacer las cosas, bien, mal y peor, entonces está bien que alguien lo intente. Ahora lo que no encuentro satisfactorio es que a diferencia de otras cosas que han hecho en el pasado, individual o colectivamente, pueda haber un síntoma en la debilidad de esta intervención [en Venecia] que fue extremadamente contradictoria. Fue llevada a cabo a través de una invitación oficial y en donde aparecían ahí para extender internacionalmente una serie de chistes parroquiales, puede que haya algo muy profundo ahí pero honestamente yo no lo vi, y me hizo pensar que podía haber el peligro de que pasáramos de un Cráter Invertido a un Cráter extinguido, por el extinguidor que estaba cercano. Espero equivocarme»

Finalmente, Cecilia Barreto cierra la sesión de preguntas: ¿Cómo estamos encontrando lo político en el arte? porque he observado al menos tres vertientes: una en donde en lo político pueden caber todas las desilusiones de la sociedad, otra en donde lo político puede ser una especie de solución o consenso —precisamente estos activismo colaterales— como la práctica de Cráter Invertido, y otra política como una cuestión de disenso que va a la acción.

«Me parece que es la mezcla de las tres nociones que mencionas, desde estas caracterizaciones surgen las líneas para pensar cuáles son las relaciones que tenemos con el arte», respondió Salvador.

«[…]Encuentro problemático que de pronto aparezcan posiciones de izquierda que no se hagan cargo de pensar la lógica de preguntas que los llevaron a la posición en la que están. De modo que cada uno requiere enfrentarse con el momento de la historia reciente, y quien quiera hoy tener un política radical se encargue de revisar la política del siglo XX» fue la respuesta de Cuauhtémoc, en la cual también habló del momento tan conflictivo en el que estamos sumergidos como país, en donde la resistencia ha logrado sobrevivir y ejercerse en contextos y localidades específicas pero sigue sin ser efectiva.

«La erudición o el conocimiento de esta resistencia depende también de los códigos de nuestra realidad, de cómo la comprendemos y nos comunicamos con ella», puntualizó Antonio.

1. En una entrevista previa, Antonio mencionó la posibilidad de prácticas artísticas generadoras de cambios sociales, sin embargo este cambio no se da —ni tiene porque darse— en un sentido literal, «se trata de meterse en el juego simbólico y en el real[…] el arte no es autista, y debe de tener una conexión y una coherencia que correspondan a la posición política o social de la que se está partiendo. Todo lo que hagas en una pieza de arte es significativo» (Leer entrevista completa)

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Fotos: Víctor Reyes.

Entrevista | Dr. Lakra

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Por Andrea García Cuevas / @androclesgc | Julio, 2015

Desde hace más de 20 años Dr. Lakra ha coleccionado diferentes objetos, muñecos, esculturas, figuras variadas, de mercados, ventas de garajes y tianguis de todo el mundo. Los mitos que esconden o que las personas proyectan en ellos es lo que le atrae para explorar la construcción del mito global. En esta entrevista, Dr. Lakra habla de Monomito, su más reciente exposición que se presenta hasta el 5 de septiembre en kurimanzutto.

¿Qué hay detrás del título de la exposición: Monomito? Por un lado, alude a los monolitos (las antiguas esculturas monumentales de piedra) y por otro lado al mito. ¿Qué referencias proyecta?

Es un término acuñado por el mitólogo norteamericano —aproximadamente en los años 40— Joseph Campbell en el libro El héroe de las mil caras, que tiene mucho que ver con la definición de lo que es el mito. Principalmente establece que todos los mistos son muy parecidos en todas las partes del mundo, en cualquier tipo de cultura. Es decir, cuentan con una estructura muy parecida y comparten un montón de lugares en común. Por ejemplo, el diluvio aparece en todas las religiones y culturas. Así, la exposición retoma el nombre de Monomito en alusión a un solo mito global.

Haz trabajado con diferentes soportes,  desde la piel hasta muros arquitectónicos. Si bien también has estado cercano a lo escultórico, ¿qué te interesó de adentrarte mucho más con el lenguaje o materialidad escultórica?

Creo que fue casi una casualidad. Una de mis prácticas más comunes es juntar objetos, muchos de ellos tridimensionales, que a veces no sé ni cómo voy a usar. Un día estaba limpiándolos, mientras escombraba mi casa, y de repente me di cuenta que podían funcionar muy bien juntos. En realidad, no fue algo muy planeado o pensado, sino como un momento donde empecé a combinar. Se trata de una práctica que yo hacía desde antes: encuentras un muñeco que te gusta mucho pero que no tiene cabeza, le pones una de otro o viceversa. Así, dentro de la colección de objetos que tengo desde hace muchísimos años —algunos de las piezas tiene conmigo 20 años o más—, se dan mucho estos intercambios. Quise desarrollar esto con mayor profundidad y empecé a hacer todas estas figuras de bronce y de cera.

¿Concibes una relación de la escultura con los tótems?

Totalmente. Es una alusión bastante directa con el estereotipo de los tótems y cómo éstos pueden jugar con las diferentes combinaciones. Es, en cierta forma, darles una especie de edificación que aluda a algo sagrado, a algún fetiche, o a una cosa a la que la gente le rinde culto.

Asimismo, muchos de los objetos que estoy usando son juguetes que, para mí, no son sólo objetos de plástico con los que los niños juegan, sino que tienen toda una información de mito y de religión; están permeados de cultura. Los juguetes no son simplemente objetos comunes, te remiten a muchísimas cosas, desde una película hasta un mito. Me interesaba jugar con este aspecto de los juguetes.

La esculturas de esta exposición los has encontrado en mercados de pulgas o ventas de garaje, ¿qué es lo que te atraen de estos escenarios y de los objetos que seleccionas?

Hay de todo un poco. También tengo figuras budistas que he juntado en mis viajes, o piezas de cristos que no necesariamente son de estos lugares. Se trata, más bien, de una mezcla, no provienen exclusivamente de chácharas. Por otro lado, todas las cosas tienen una pátina, una vida. Volvemos al caso de los juguetes: alguien les dio vida, un niño ya se estuvo imaginando como un chango en la ciudad. Ése es un aspecto muy importante, cómo le das una personificación a un pedazo de plástico o cómo alguien deposita su fe en un pedazo de metal esculpido de cierta forma. Eso es lo que me llama la atención.

En varias ocasiones has comentado tu interés por la mitología. Y, en este caso, con los objetos recogidos, hay una evidencia de la mitología moderna. ¿Cómo definirías esta mitología?

También es un ensamblaje de todas las mitologías que se juntan hasta crear una nueva. No es que esté aludiendo a algo que ya existe, sino que uso diferentes culturas y las mezclo para hacer una nueva mitología, que tampoco es algo líneal que yo pueda explicar. Por el contrario, es intuitivo. De pronto puede ser muy orgánico y otras veces no es tan deliberado, responden a algo tan simple como que están ordenados por tamaños o por el contraste de cómo funciona una pieza junto a la otra.

¿Al intervenir las esculturas y deformar facciones de músicos y escritores, buscas dar un revés a las esculturas que honran a personajes y que, de esta manera se insertan en el imaginario, en la historia, en la misma mitología?

Todos los bustos son muy clásicos. Lo que quise fue darles un aspecto grotesco virado hace ese punto de humor, de lo feo. En apariencia aluden muchísimo a la cultura griega, con todos esos bustos perfectos, las proporciones, la percepción de algo tan limpio. Y yo quería revertir esa perspectiva, moverlo hacia lo grotesco y lo feo. Hay gente que tiene ese tipo de facciones, deformidades, enfermedades en la piel. Es un comentario sobre cómo funciona algo feo con algo bonito.

A lo largo de tu carrera te has acercado a ciertas metodologías o prácticas de las ciencias sociales, como la antropología, la etnografía. Y en esta ocasión casi a la arqueología, al coleccionismo, ¿cómo concibes tu práctica artística?

No he volteado mucho hacia la arqueología más que por una cuestión visual, entonces no siento que sea tan importante. Es decir, tiene un papel relevante porque estoy usando esto como piezas arqueológicas que se pueden encontrar en museos, pero no me estoy adentrando mucho en cuestiones arqueológicas, sino que es algo mucho más visual.

Me atraen muchísimo todas las culturas y todo lo que hay detrás de cada escultura y cada deidad. Hay una intención de tomar todos estas cosas que son sagradas, que se ven en museos, o que son piezas importantes e icónicas, y ponerles la cabeza de la señora gorda del circo o una máscara japonesa grotesca. Entonces, lo que me interesaba era quitarle lo sagrado a todas estas figuras y, en cambio, a otras que son más banales —como los juguetes— otórgales un poco del aspecto de una deidad. El humor es algo bastante importante en mi obra.

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Foto: kurminazutto.

Opinión | De incongruencias y otras incomodidades: Lorena Wolffer en el MAM

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Por Aline Hernández / @AlineHnndz | Julio, 2015

En días pasados fue publicada una carta donde Tania Puente denunció un acto de acoso sexual ocurrido en las bodegas del Museo de Arte Moderno (MAM), donde actualmente expone la artista Lorena Wolffer. En la carta, no sólo denuncia lo ocurrido, sino también la falta de respuesta por parte de la institución que, argumentando recortes presupuestales, la despidió.

En la carta, Tania Puente explica que intentó buscar a la artista, de quien confiaba —de acuerdo a la naturaleza del trabajo de Wolffer— recibir algún tipo de respuesta, y esperando asimismo, que ella pudiera representar una forma de dar a conocer públicamente lo ocurrido, que había permanecido sin atender dentro del MAM. Wolffer, según explica Puente, no sólo no respondió, sino que se mantuvo, al igual que Octavio Avendaño, curador de la muestra, en eminente silencio. Tras la publicación de la carta, Wolffer argumentó que la persona que sirvió como “intermediaria” le aseguró que Puente había presentado formalmente la denuncia, en medida de lo cual consideró innecesario ponerse en contacto con la joven, ya que valoró que el seguimiento que debía darse al caso le correspondía a las autoridades. Octavio Avendaño  explicó en redes sociales lo mismo que Wolffer, ambos buscan que se haga justicia a la demanda impuesta por Puente.

¿Cómo entender lo ocurrido? A primera vista, uno podría pensar que precisamente, el trabajo de Wolffer ha abierto un espacio de denuncias públicas sobre diferentes abusos contra las mujeres. En numerosos textos, incluso, se ha hecho alusión a la labor activista de la artista en materia de derechos de la mujer. Entonces, ¿por qué Lorena Wolffer no fue capaz ni siquiera de responder personalmente a Puente?

Frente a todo esto no puedo evitar hacerme una pregunta bastante concreta. Si Wolffer efectivamente lleva años trabajando sobre este tema y además supuestamente lleva mucho tiempo involucrándose más allá de la mera investigación teórica, ¿no tendría que saber, a estas alturas de su carrera, que precisamente las denuncias, cuando llegan a realizarse, sirven de poco o nada?

La semana pasada en el periódico La Jornada, se publicó una nota en la que se explicaba la importancia de que finalmente la alerta de género en 11 municipios del Estado de México esté avanzando, esto cuando las autoridades correspondientes llevan años haciendo caso omiso de lo que está ocurriendo. De acuerdo con cifras publicadas en Revista Proceso, entre 2011 y 2012, un total de 258 niñas fueron reportadas como desaparecidas y sólo un 5% de los casos de feminicidio son resueltos con éxito por las autoridades, mientras que el resto permanece impune (consultar aquí). Sin dejar de lado la necesidad de revisitar las cifras de desaparecidas y asesinadas en sitios como Ciudad Juárez, además de aquellos casos de acoso, abuso sexual y/o violencia donde las denuncias raramente son atendidas.

Entonces, ¿cómo puede alguien que tendría que estar al tanto de estos números —que son alarmantes— y al pendiente de mucha más información al respecto, argumentar que dejó de lado la petición de Tania Puente porque confió en que las autoridades correspondientes iban a hacerse cargo? ¿Acaso debemos tomarlo como un acto de ingenuidad por parte de la artista? ¿Cómo es posible que alguien que efectivamente conoce la disfuncionalidad del sistema jurídico mexicano, asuma que lo que le toca es hacerse a un lado y delegar a las autoridades el seguimiento del caso, cuando ni siquiera al interior de la institución fueron capaces de hacerlo? No hablo aquí de la pobre invitación a Puente para sumarse a la muestra ya concebida, sino de que al menos Wolffer —por ética y congruencia— debió tomar una postura más enérgica, hacerla pública e involucrarse en lo que está ocurriendo.

Mi hipótesis inmediata es que el caso de Puente es un caso evidentemente incómodo. El problema aquí es que lo ocurrido tuvo lugar en el seno mismo de la institución (MAM), lo que podría haber provocado “incomodidades”, más no censuras. Entonces, bajo esta lógica me pregunto sobre la vocación y el verdadero potencial crítico de las muestras y si llevar este tipo de proyectos a recintos institucionales, no es más que una forma de cooptar las denuncias y cumplir de paso con cuotas de género impuestas desde arriba. No son ninguna sorpresa los cortes presupuestales al sector cultura durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, tampoco es ninguna sorpresa que una forma de acceder a presupuestos sea mediante dichas cuotas de género, a través de las cuales el gobierno puede después alardear sobre su apoyo a este tipo de “situaciones”. Claro que el hecho de que el acto de acoso haya tenido lugar al interior de la institución cambia radicalmente lo antes mencionado, el juego se vuelva en su contra y silenciar se vuelve primordial.

Lo cierto es que el MAM no sólo no tomó posición pública al respecto, además de mantenerse en silencio, cabe mencionar que al día de hoy el sujeto agresor de Tania Puente sigue laborando para el museo. Por otro lado, están las respuestas que Puente obtuvo, en las que Wolffer particularmente se mostró bastante insensible al contrario de la aparente naturaleza de sus proyectos, ¿o será acaso que esas mujeres de las que habla, a las que invita a “participar en las intervenciones (…) para visibilizar y “reparar” sus experiencias, y así denunciar este dramático fenómeno que nos concierne a todas y todos” son simplemente casos donde las víctimas no fueron atendidas por las autoridades? El discurso de la supuesta solidaridad para las mujeres violentadas por parte de la artista lleva cuestionar la misma lógica discursiva de la exposición, y de la misma manera, la propia curaduría.

Lo que resulta claro es que existe una abismal distancia entre teoría y práctica, donde el objeto en cuanto tal se encuentra fuera de mí, es exterior y la vía para abordarlo es meramente discursiva. También es cierto que esta actitud aparentemente crítica de Wolffer —que recae más en una suerte de asistencialismo y no en el paternalismo estatal que la artista ha asumido— sirve de maravilla al complejo de control que media todo lo que sale y llega al MAM. Si Wolffer, en cierto modo, ha asumido que tiene algo que ofrecer o hacer con estos casos, considero que en parte se debe a que conoce la falta de soluciones que se dan en el marco del sistema jurídico institucional, ahí donde esas grandes bodegas llenas de papel y de ineficiencia prefieren no atender lo que está ocurriendo.

No prentendo aquí abordar la muestra, lo que pretendo es dar cuenta de la profunda contradicción de Wolffer. Atravesamos por un momento crucial, donde no sólo es necesario hacer crítica sobre eventos como este, sino también de los recintos donde decidimos exhibir nuestro trabajo; es decir, ser críticos con respecto a las estructuras de las que participamos, lo que menos necesitamos actualmente son estos matices ingenuos de los que dio cuenta la artista. Ninguna época se ha aprovechado tanto de las prácticas seudo críticas mientras las niega de una forma tan rotunda. Ninguna época se ha aprovechado tanto de esta economía de lo radical y crítico, para satisfacer las necesidades propias del sistema, y lo mismo sucede con respecto a la de los espectadores pasivos y completamente apolitizados que las consumen en mayor medida.

Lamentablemente, este es un caso más donde vemos el abismo que separa la teoría de la práctica. En México, como en muchos otros países, lo que se encuentra en crisis no sólo son los derechos humanos, sino en general, una actividad verdaderamente crítica ejercida en el seno mismo de la práctica, o bien, una actividad “prácticamente crítica”, como afirma Bolivar Echeverría. Para ello, es necesario no sólo revaluar los modos en que logramos implicar la teoría en la práctica, tenemos que revaluar cómo lograr que no exista una teoría completamente escindida de lo que se dice.

Ocurre frecuentemente que, cuando ciertas organizaciones no gubernamentales se acercan a las comunidades para calmar los “ánimos de rebeldía” con discursos aparentemente críticos y de apoyo, lo que sucede es una situación similar. Estas organizaciones suelen posicionarse paralelo a la lucha como grupos de acompañamiento de procesos, o bien como defensa. Este acompañamiento no tiene como objetivo atender y participar activamente en lo que está ocurriendo; se olvidan, por ende, que ellos mismos deben de transformarse para tender juntos esa transformación de la realidad, por el contrario lo que suele pasar es que tienen lugar procesos que ocurren a modo de interpretación, donde nuevamente recae sobre esta dualidad: el objeto de estudio-sujeto que estudia.

Precisamente fue esta actitud asistencialista la que tomó tanto Wolffer como Avendaño, ambos dejaron de lado el aspecto de que tanto el caso como las condiciones bajo las cuales ocurrió son transformables por ellos mismos, como agentes que forman parte de este contexto. En este caso, “la esperanza de una transformación” o de ejercer justicia fue dejada en manos del Estado, la respuesta fue claramente pasiva e indolente, y por tanto, la aquiescencia al orden establecido fue una vez más reproducida. La denuncia publicada por Tania Puente logró respuestas, no a partir de un mutuo acuerdo por denunciar, sino a partir de un silencio ante los hechos, y por ello, una negada visibilidad de lo ocurrido que la llevó a recurrir a otros medios. Ambos entonces respondieron y se posicionaron, pero no debido a una reciprocidad, sino a la evidente exigencia que produjo Puente de obtener algún tipo de respuesta ante el silencio.

Foto: Conaculta.

Entrevista | Eduardo Abaroa

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Por Daniela España / @danniela | Julio, 2015

Fotosíntesis es el proyecto con el que Eduardo Abaroa ganó el programa de residencias y producción artística de Casa del Lago y la Fundación Flora arts + natura en Colombia. Esta exhibición, presentada actualmente en Casa del Lago, plantea una crítica a los discursos científicos y tecnológicos a través de fragmentos narrativos disfuncionales. Platicamos con el artista mexicano a propósito de Fotosíntesis: la catástrofe del oxígeno.

Fotosíntesis reúne video, textos y esculturas que plantean la relación entre los humanos, los vegetales y los animales. ¿Por qué vincular el arte con las ciencias naturales, la ciencia ficción y la tecnología?

El género de ciencia ficción es una expresión cultural muy potente en las sociedades contemporáneas. En sus versiones más masificadas se repiten constantemente muchas construcciones ideológicas colonialistas, sexistas o de alguna manera conservadores. Por otro lado, hay todo un universo menos conocido de autores que son realmente vanguardistas. El tono que adopta mi propuesta le debe mucho a obras clásicas, especialmente a las parodias de Stanislaw Lem. Toda la exposición se basa en fragmentos narrativos disfuncionales y efectos especiales básicos. En el pasado he trabajado con diferentes medios de transmisión: el espacio público, el ámbito museístico, la televisión, etc. En este caso hago una versión mínima de una forma de transmitir ideas científicas que ven millones de personas en todo el mundo. La mayoría de la gente conocemos mucho mejor la ciencia ficción que la ciencia. La películas y los cómics son un modo de congraciarse con esa actividad tan laboriosa, compleja e inaccesible como es la ciencia, pero al mismo tiempo generan toda una gama de mitos y confusiones. Esa especie de estupidez me interesa como fenómeno cultural en una época en la que la ciencia supuestamente objetiva tiene la misión de salvar a la humanidad.

El género fantástico también me da la oportunidad de abarcar muchas cosas diferentes al mismo tiempo. Por ejemplo, a través de él puedo investigar la relaciones específicas entre los procesos biológicos y los tecnológicos, como en el caso de las abejas de oro realizadas con el proceso de cera perdida. Una narrativa extraña era perfecta para incluir la colección de plantas fantásticas históricas hechas de madera, plastilina y obsidiana que me prestó Sofía Táboas. También me interesaba hacer efectos especiales rudimentarios como el video de la bola de hielo que gira a la entrada de la muestra o los experimentos con los materiales básicos de la fotosíntesis: bióxido de carbono (hielo seco), luz y agua. Los resultados de usar tantos medios y materiales distintos fueron inusitados. Creo que funcionaron.

Tu obra siempre es crítica en las estructuras de gobierno, políticas y sociales que nos gobiernan. ¿Hay algún tipo de crítica en la narrativa de esta exposición?

Algunos de mis proyectos son fundamentalmente críticos, pero no todos. Creo que la creatividad de las personas es multiforme y trato de no encasillarme en un ademán, en un tema, o en una estrategia de mercadotecnia. Digamos que me reservo el derecho de hacer alternativamente cuento y ensayo, o como se dice en inglés, fiction y non-fiction. En este caso creo que las ideas que me interesan tienen un sentido ecológico y reflexivo sobre la manera en que entendemos la tecnología, o el tiempo geológico, por ejemplo. Pero quizá estas ideas son difusas y pueden pasar desapercibidas. Busco generar varios niveles de lectura. Me interesan los límites de nuestra imaginación en una época cada vez más  determinada por avances tecnológicos incomprensibles para las grandes mayorías (me incluyo, por supuesto). En la narrativa de Fotosíntesis los humanos se han convertido en su propio monocultivo, no entienden la tecnología que permite su existencia y para ellos no hay manera de representarse un mundo coherente. Presento una exageración de un proceso actual en el que las especies vivas se extinguen de manera alarmante. A mí me gusta mucho el arte que aborda problemas ecológicos a partir de un espíritu funcional —pienso en obras de Superflex o en Gilberto Esparza— o bien crítico como en Minerva Cuevas, pero en este caso traté de hacer algo que fuera más extraño. No es que no me interese la permacultura y estas cosas, todo lo contrario, pero busco algo diferente en este proyecto. Para mis habilidades es más accesible el aspecto imaginario y psicológico de estos discursos científicos y tecnológicos.

Sigo trabajando en otros proyectos en los que trato de visualizar y hasta cierto punto denunciar el régimen criminal en el que vivimos y la destrucción de la riqueza biocultural de México pero por ahora no he encontrado el foro adecuado para ellos, ese es un proceso más complicado. Fotosíntesis es un proyecto muy lúdico que propuse a Flora y Casa del Lago hace un año, fue difícil concentrarse en una catástrofe que sucedió hace 2,400 millones de años  pero quizá nos haga reflexionar sobre los desastres reales que vivimos tan intensamente a nivel local, nacional y global.

Ese Jardín es una texto que escribiste hace años y ahora retomas en esta exposición. ¿Cómo se conjuntan tu trabajo como escritor y como artista?

Lo que escribo y lo que expongo me parece muy discordante, no sé por qué. En mi caso se trata de una especie de personalidad múltiple o una hidra repugnante de la que no puedo escapar. Por eso desde el inicio Fotosíntesis fue un intento de integrar a mi trabajo actual estos aspectos narrativos y grotescos que tenían mis textos de los noventa, por ejemplo los guiones de obras en colaboración con Marco Arce, Daniela Rossell, etc. Ese jardín se publicó originalmente como parte de un ensayo sobre una exposición de Rubén Ortiz. Y luego fue el punto de partida para todo esto, a veces la idea inicial para un proyecto queda sólo como un detalle, otras veces una idea pequeña puede transformarse en algo que te entretendrá por años.

La exposición presenta datos científicos, ¿trabajaste en conjunto con la Facultad de Ciencias de la Universidad? ¿Cómo fue ese proceso?

La interacción con el biólogo Sergio Pérez Landero se llevó a cabo de tres formas diferentes. Una fue la investigación básica sobre el tema, otra el cultivo de las bacterias y finalmente la impartición de un curso. La información sobre el proceso de fotosíntesis fue crucial, ya que a la escala microscópica pasan cosas realmente increíbles, es fenomenal que te lo explique un experto. En un momento dado decidí que nos concentraríamos en el tipo de bacterias en el que empezó este proceso biológico hace 2, 400 millones de años, es decir, las cianofitas. Según algunas teorías geológicas, estas bacterias generaron la atmósfera con oxígeno que hoy respiramos.

Sergio colaboró con otros científicos para hacer los cultivos en Casa del Lago, fue un interlocutor excepcional. También me contó acerca de los dilemas que enfrentan los científicos en las facultades y de ahí salió la fábula Origen de la vida y muerte, que trata de un científico que está a punto de descubrir el secreto del inicio de la vida en la tierra. Por desgracia el personaje no consigue el patrocinio necesario y le da tal acceso de rabia que muere de un infarto. La escultura de unicel en la muestra ilustra esa fábula.

Hablamos un poco del taller que impartirás con el biólogo Sergio Pérez Landero a propósito de Fotosíntesis

Se trata de un curso para adolescentes, principalmente. Trataremos de exponer el tema de una manera emocionante, así que vamos a dar el curso sobre este proceso natural, con material didáctico. Luego voy a impartir otra sección del curso en la que los participantes tendrán oportunidad de leer algunos cuentos clásicos de ciencia ficción y finalmente los animaré a escribir nuestras propias narraciones de este tipo y discutirlas con el grupo. Es una apuesta arriesgada.

Finalmente,  y después de tu residencia en Colombia, ¿cuál es tu opinión de la escena artística latinoamericana actual?

Colombia es un sitio fenomenal. Conocí a una comunidad artística con una energía tremenda. Basta ver cuantos curadores y artistas vienen de Colombia a la ciudad de México y hacen aportaciones cruciales, además de José Roca, María Inés Rodríguez, Catalina Lozano, Juan Gaitán, hay varios artistas excelentes que ya llevan décadas trabajando en proyectos como Helena producciones. Flora en particular me parece un proyecto muy bien armado, con una equipo de personas muy talentosas y motivadas. Latinoamérica es más interesante que Europa o los Estados Unidos.

Fotosíntesis: la catástrofe del oxígeno permanecerá en exhibición hasta el 20 de septiembre en Casa del Lago.

Foto: Cortesía del artista.

Opinión | The Cow of Tomorrow

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Por Fabritzia Peredo | Julio, 2015

En relación a la fuerte tendencia actual sobre el repudio hacia el maltrato animal, sería difícil creer que el diseño pudiera suscitar un argumento que rompa con este esquema, pero nunca hay que subestimar.

The Cow of Tomorrow es un proyecto que imagina el uso extremo de animales en cuanto a su utilidad y domesticación para un fin lógico, en otras palabras, rediseñar animales a conveniencia del ser humano. Paul Gong, recién graduado del London’s Royal College of Art, propone un escenario ficticio en el futuro en donde se instale una pequeña turbina en la arteria de una vaca para que ésta, además de dar leche y productos lácteos, sea proveedora de energía. Gong plantea alterar la fisonomía de la vaca a través de procedimientos biológicos para colocar dos corazones y hacer crecer sus pulmones, esto con el objetivo de almacenar más oxígeno necesario para un sistema circulatorio más extenso.

Aunque la vaca fue el enfoque principal, Gong sugiere que también podría aplicarse a otros animales, como los perros por ejemplo. «Mi proyecto considera animales de utilidad, donde exploramos los animales para el beneficio humano en lugar de algo tan simple como el compañerismo», declara el diseñador.

Yo me pregunto, ¿es esto ético? Mientras escribo, recuerdo la más reciente película de Jurassic Park, en donde se diseñan dinosaurios modificados con el propósito de ofrecer una nueva experiencia de entretenimiento. Después de ver la cinta, estoy segura que a más de uno le pareció fascinante este planteamiento (casi tan fascinante como tener un velociraptor de mascota). Pero más allá de la ficción, ¿quiénes somos nosotros para controlar la naturaleza a nuestro antojo?

Es preocupante, ya que desde hace mucho tiempo se han desafiado las leyes naturales abusando de poderes que el propio hombre se ha conferido. En materia de alteración fisiológica, el caso más cercano que hoy vivimos es el uso de hormonas sintéticas y antibióticos en animales para aumentar su producción. A raíz de esto se han originado problemas como la encefalopatía espongiforme bovina, mejor conocida como “la enfermedad de las vacas locas” que afecta la salud del ganado por el uso de hormonas de crecimiento recombinadas, provocando una producción excesiva de leche que desencadena el deterioro de su organismo y la reducción de su expectativa de vida. Y no es un caso aislado que sólo a los protectores de animales les debe competer, ya que nosotros mismos resultamos afectados por esta situación. Aunque es un tema que gobiernos en todo el mundo ha tratado de ocultar, hay datos científicos que comprueban que enfermedades como el cáncer pueden ser atribuidas al consumo de carne y leche infectada.

Si esto sucede por una dosis hormonal sobre un animal sano, no sabríamos qué esperar de una criatura totalmente diseñada por manos humanas. The Cow of Tomorrow es un claro ejemplo de que la fusión del diseño con la tecnología y la ciencia no siempre da resultados afortunados.

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Foto: dezeen.

Opinión | Libros del Zorro Rojo

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Por Daniela España / @danniela | Junio, 2015

“El libro de papel es como el teatro, te acerca más directamente a sus autores”, dice Sebastián García, uno de los editores de Libros del Zorro Rojo, casa editorial interesada en la producción de obras que se reinventan gracias al trabajo de la ilustración.

Pero hay que ser precisos en un punto: Libros del Zorro Rojo no es una editorial dedicada únicamente a la publicación de libros infantiles, aunque su catálogo cuenta con una serie infantil. Desde 2004 detectó que la producción de libros en masa estaba destruyendo la calidad artesanal que hacía que las obras tuvieran otro tiempo de producción y se consolidó como un sello especializado en la edición de libros ilustrados arriesgados, honestos y de calidad.

Los fundadores Fernando Diego García, el ilustrador Sebastián García Schnetzer y el editor y escritor Samuel Alonso Omeñaca lograron una división clara en su catálogo de adultos e infantil trabajando inicialmente en coediciones con diversas editoriales de Europa y latinoamérica.

El valor que se le da a las ediciones ilustradas se presenta a través de propuestas estéticas en la obra de autores de la literatura como Eduardo Galeano, José Saramago, Federico García Lorca, Mario Levrero y Julio Cortázar. Los clásicos de la literatura universal como Edgar Allan Poe, Franz Kafka, George Orwell, Charles Baudelaire y Bukowski, y la literatura hispanoamericana como Ricardo Piglia, Juan Gelman y Mario Benedetti son interpretados por un equipo de ilustradores conformado por Carlos Alonso, Antonio Seguí, Arnal Ballester, Santiago Caruso e Isidro Ferrer, entre otros, que trabajan con técnicas tan diversas como el dibujo, la acuarela, el grabado y la pintura al óleo.

En el caso del catálogo infantil, se experimentó con libros que originalmente no fueron escritos para niños haciendo un cambio en el formato y sumando la voz de un nuevo intérprete, el de un ilustrador. Así se transforma la obra y se coloca a estos clásicos de la literatura a disposición de nuevos lectores.

La apuesta de esta editorial española —que cumple 10 años de trabajo este 2015— es considerar al lector como espectador y contar historias visuales que te involucran en distintos niveles de lectura. Comprender y trazar estas historias con paisajes es el objetivo de Zorro Rojo, que le da una nueva vida a libros del pasado para ofrecerlo a sus nuevos lectores espectadores.

*Más editoriales: Ediciones Acapulco | Ediciones Transversales | Sexto Piso | Tumbona Ediciones Biblioteca Aeromoto | La Caja de Cerillos | Novela gráfica | Sur+ Ediciones

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Foto: Daniela España.

Doug Aitken en Schirn Kunsthalle Frankfurt

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Por GASTV | Julio, 2015

El trabajo del artista multimedia estadounidense Doug Aitken (Redondo Beach, California 1968), se presenta en la Schirn Kunsthalle Frankfurt. A lo largo de más de 20 años de carrera, el artista ha creado su obra a partir de combinar música, video, arquitectura, performance y escultura. A través de estos medios, reflexiona sobre temas como la civilización humana, la alienación de las masas, la relación del hombre con la naturaleza, la coexistencia de la tecnología con la naturaleza y las relaciones humanas.

Obras como SONG 1 (2012/2015), Black Mirror (2011), migration (empire) (2008) y diamond sea (1997) se presentarán en diálogo con esculturas e instalaciones sonoras específicas en una superficie que suma 1400 m2. Cabe destacar que una de las características fundamentales del trabajo de Aitken, es que no se limita a los espacios y dimensiones habituales de exhibición. En esta ocasión, va más allá de las paredes de Schirn para insertarse en el espacio público: su obra migration (empire) (2008) puede apreciarse en el aeropuerto de Frankfurt, en varios hoteles y a lo largo de la ciudad en anuncios espectaculares.

Schirn Kunsthalle Frankfurt presenta el trabajo de Doug Aitken, bajo la curaduría de Matthias Ulrich, del 9 de julio al 27 de septiembre de 2015. Conoce el trabajo de Aitken aquí.

Foto: Deluxe Battery.