Archivo para el marzo, 2014

ROBERTO BOLAÑO Y EL PANTEÓN DE SAN FERNANDO

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Por Rodrigo Bonillas 

¿Qué habrá del D. F. en 2666?

¿De dónde esa cifra ominosa, luciferina y posapocalíptica?

En la “Nota” a la primera edición de 2666, la novela póstuma de Roberto Bolaño, Ignacio Echevarría nos revela una alusión a la cifra del título en un pasaje de Amuleto, otra novela de Bolaño, protagonizada por Auxilio Lacouture, la uruguaya conocida por haberse quedado encerrada en un baño de Filosofía y Letras cuando el ejército entró a C. U., en 1968.

En ese pasaje, Auxilio, Arturo Belano y Ernesto San Epifanio vienen de Bucareli, cruzan Paseo de la Reforma, siguen por Rosales y, tras dejar atrás Puente de Alvarado, se internan en la colonia Guerrero por la calle del mismo nombre. Ahí, en ese espacio de ruina, Bolaño pulsa la atmósfera:

La Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio de 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo.

Los tres personajes han atravesado entonces (eran los años setenta) uno de los nudos viales de México D. F. También han pasado por la plaza de San Fernando, en cuyo ombligo se yergue el monumento a Vicente Guerrero, y en cuyo costado norte se ubica el templo novohispano de San Fernando. Hacia el oriente del templo se extiende el antiguo panteón del mismo nombre. En él, las tumbas más recientes son de la segunda mitad del siglo xix, de las cuales la construcción central es el mausoleo que guarda la osamenta de un indígena zapoteco y gran estadista, Benito Juárez, que está enterrado en medio de uno que otro hombre aún recordado por nuestra historia.

Ese mausoleo de aires griegos, con un peristilo de columnas jónicas que unen sus fustes entre sí con herrerías, tiene en el centro a una mujer de mármol blanco, la Patria, que sostiene el cuerpo cadáver de un hombre, también de mármol blanco, ambos puestos sobre una basa de cantera. Esos dos materiales, mármol y cantera, han sido mordidos por el tiempo en las otras tumbas en este panteón, que es una de las pocas posesiones de la Iglesia en este conjunto de San Fernando que se salvaron de ser desamortizadas por el decreto que el mismo Juárez pronunció en vida.

El trayecto nocturno de los tres personajes, que de hacerse hoy pasaría de la dinámica de Bucareli y Reforma, esa “Esquina de la Información” con olores burocráticos, de grisura ochentera, al edificio de la Lotería Nacional, y luego se internaría hacia la selva salvaje de la Guerrero, por pequeñas tiendas y cafés desastrados, es una de las descripciones más leales a la decadencia de esa zona y al viento que azota Reforma por las noches.

Entre los alardes de Reforma y esa región tan poco transparente, tan sucia y áspera, se localiza la sinécdoque de la obra más ambiciosa de Bolaño. Para penetrar a ese cementerio de 2666, el trío de personajes sigue un hilo negro, a oscuras, que nosotros también podemos hoy seguir si caminamos, a eso de las diez o doce de la noche, de Bucareli hacia esa plaza, y sentimos de lejos la desolación de la calle, las hermosas arquitecturas en ruinas y la pudrición del cementerio de San Fernando.

Toda esa parte de la ciudad, que hace casi siglo y medio recibió al hombre más ilustre del México independiente entre sus tierras, y que hoy vive deprimida, fue marcada por la profecía de Bolaño. El panteón funge, a mi ver, como gozne de esas hojas. San Fernando es esplendoroso monumento a la corrupción de los hombres preclaros. Alrededor, la muerte de la colonia Guerrero, que hace siglo y medio fue también esplendorosa, aunque a su manera, es el pozo más adecuado para nuestra condición de escorbuto.

 

Pola Weiss

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Por Rosa Castillo

Pola María Weiss Álvarez nació el 3 de mayo de 1947 en la ciudad de México, estudió la carrera de Comunicación en la UNAM titulándose por primera vez en la historia de la facultad con una pieza de videoarte, rompiendo los esquemas siempre tan cuadrados de la academia. A partir de aquí vemos su determinación, y su gran pasión que la lleva a ser una de las artistas pioneras el videoarte y la videodanza.

A pesar de su reconocimiento internacional, Pola no fue bien recibida en México, sus obras no se entendían, se discriminaban, en fin, no se exponían; aunque su trabajo sí se expuso dentro del Museo Carrillo Gil y el Museo de Arte Moderno, aquí nunca fue realmente valorada mientras que en Europa y Estados Unidos fue llegada a considerarse como la artista de videoarte más importante de América Latina. Así, en 1987 recibió un homenaje en Montbeliard, Francia, por su trayectoria; sus piezas recorrieron países como España, Yugoslavia, Holanda, Francia, Canadá, Polonia, Uruguay, Argentina, Inglaterra, etc.

Uno de los años más importantes para la artista fue 1979, donde realizó alrededor de diez videos que le permiten exponer en el extranjero. Entre los trabajos realizados en este año destaca Videodanza, viva video danza. El primer video que realiza conjuntando sus dos pasiones, el bailar y el grabar.

En esta pieza vemos como la  “cámara danza con ella y nosotros danzamos con la cámara. Juntos creamos una nueva dimensión. Una comunicación directa e indirecta a la vez. La cámara en sus manos no es sólo un ojo implacable que registra aciertos y defectos. Es un simple instrumento de trabajo, un testigo inofensivo, una presencia como las demás: como la de ella como la nuestra»[1]

Pola está experimentando con todo lo que tiene a su alcance, su cuerpo y su cámara son sus herramientas. Es impresionante que no se tenga un estudio o siquiera un conocimiento de sus aportes, de sus exploraciones, por las nuevas generaciones de videoastas.

Combatiendo un poco este desconocimeinto y en un afán de rescatar sus aportes, se hizo un esfuerzo en conjunto entre el Centro de Documentación Arkheia del MUAC y el FONCA para archivar y restaurar un conjunto de 3 mil materiales entre documentos, fotografías, diapositivas y tiras de negativos que los herederos del legado de la artista, Kitzia Weiss, hermana, y Fernando Mangino, expareja, donaron.

Este artículo es más que nada una invitación. En internet no es fácil conseguir ver su obra. Es indudable que fue una gran experimentadora y exploradora y valdría mucho la pena que cuando se estén dando la vuelta por el tan visitado Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, o al teatro o vayan a escuchar música a la maravillosa sala Nezahualcóyotl, se den un pequeño espacio para revisar la obra de Pola Weiss en el Centro de Documentación Arkheia del MUAC, abierta al público del miércoles al domingo en el Centro Cultural Universitario de la UNAM.


[1] Explica Jorge Calvet en el folleto del espectáculo presentado en el Palazzo Grassi de Venecia en agosto de ese año.

 

La generación de los grupos

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Por GASTV | Marzo, 2014 

La generación de los grupos, en la década de los setentas, representó un nuevo cambio  de paradigma. Sus bases rescataban los objetivos del muralismo pero bajo una nueva perspectiva, no les interesaba educar o convertir al arte en una experiencia pedagógica; su interés se concentró en convertir al arte en una herramienta de comunicación social. La presente investigación comprende el período de La ruptura y la generación de los grupos, en un esfuerzo por comprender los valores estéticos del arte en México durante el siglo XX y cómo estos han incidido en el arte actual.

A pesar de que los grupos mantuvieron características en común que le permite ser identificados como una etapa estética y artística del arte mexicano, cada uno definió su perfil y su quehacer artístico en función de sus particulares intereses. Cada grupo se distinguió por abordar la problemática del arte social y la función del artista desde diversos lenguajes, acciones, tesis y estrategias que permiten analizarlos en su peculiaridad.

Tepito Arte Acá: su principal exponente fue Daniel Manrique, artista nacido en Tepito cuya obra maestra, en sus propias palabras, es el mismo barrio. La importancia de este colectivo radicó en rescatar las tradiciones y comunidades populares como un lenguaje y un público potencial del arte; hoy en día diríamos que la labor de este grupo fue de carácter contextual haciendo del artista una especie de investigador etnógrafo. La tarea de identificación del barrio no fue difícil pues sus artistas eran lugareños nacido en Tepito, conocían su lenguaje, sus costumbres, sus dinámicas culturales y las vivían. De esta manera, se concentraron en apropiarse los distintos lenguajes artísticos, sobre todo una reinterpretación del muralismo, como un ejercicio de identificación social y territorial. “Utilizar el arte como elemento de identificación de un barrio y de lucha para resistir contra la expropiación”.

El colectivo: trabajó primordialmente en la U. Habitacional San Fernando realizando talleres para los diferentes sectores de la propia unidad. Su labor era casi pedagógica, entendían la función social del arte desde una postura pragmática: la transformación de la sociedad a través del arte. Asimismo, desarrollo propuestas artísticas y culturales que se consolidaban en contra de la oferta cultural de galerías y museos que, en su opinión, se dirigía únicamente a sectores minoritarios, es decir, a la élite del arte y la cultura. Es importante recalcar que, la infraestructura de estas unidades dificultaba las relaciones personales gestando un ambiente de comunicación impersonal; de esta manera, El colectivo logró transformar la unidad en un espacio de convivencia cultural.

Suma: aunque su trabajo no tuvo un espacio específico, se reconoce como el grupo con mayor intervención en los espacios públicos de la ciudad de México. No obstante, cuestionaron y criticaron severamente la noción de arte público por alejarse de su esencia primordial: la comunicación con el público. Por ello, adoptaron una metodología que consistía en explorar las calles y estudiar su complejidad en términos espacio visual; su motivación era agregar valores artísticos y lúdicos al espacio que contrarrestara la proliferación de mensajes publicitarios o contaminación visual. Utilizaron diversas técnicas como aerosoles, plantillas, copias fotostáticas, offset, etc., para realizar murales con una perspectiva contemporánea. Sus intervenciones en soportes urbanos representaron los arquetipos sociales menos favorecidos: los teporochos, las marías, los desempleados, tragafuegos, etc. Su verdadera importancia radica en su intención por romper con la idea de que el arte era un cuadro.

Fotógrafos independientes: este grupo más que intervenir los soportes urbanos y reapropiarlos en virtud de los lenguajes artísticos, se concentraron en organizar exposiciones urbanas itinerantes. Para ellos, la calle era el nuevo espacio de exhibición de tal manera que se montaban las fotografías como si se estuviera en una galería, la diferencia radicaba en conseguir público de diferentes estratos socioeconómicos, cosa que una galería jamás sería [ ni será] capaz de conseguir. Evidentemente se manifestaban en contra de las galerías por sus fines y consumos elitistas.

Marco: se caracterizó por encontrar en el lenguaje su estimulo significativo. Sus acciones consistían en performances en donde participa todo el público que se acercará e hiciera uso de las palabras escritas para crear poemas de comunicación. El sentido  radicaba en la retroalimentación y la autogeneración de comunicación.

Proceso Pentágono: su soporte artístico por excelencia fue la intervención y la instalación. Sus obras se caracterizaron por ser altamente políticas que criticaban abiertamente las acciones del gobierno; lograron intervenir espacios, que en aquella época eran inaccesibles, como: Ciudad Universitaria y El Zócalo de la ciudad de México.

No Grupo: fue, quizá, el grupo más irreverente de esta década; realizaron, sobre todo, performances que manifestaban una postura sumamente irónica con respecto a la tradición artística en México. Hacia burla de figuras importantes de la cultura élite y popular como José Luis Cuevas o personajes de la televisión. Sus exponentes más importantes: Melquiades Herrera, quien resignificó la iconografía popular, la apropió para sus acciones artísticas y logró hacer de él mismo una imagen cultural; Maris Bustamante quien, en los años ochenta, conformó junto con la artista Mónica Mayer la generación de arte feminista más importante de México.[1]

El legado de la generación de los grupos para el arte y la estética mexicana es sumamente importante. La década de los setenta constituye un referente imprescindible para analizar, reflexionar y comprender el arte conceptual en México con figuras como Alejandro Jodorowsky, Felipe Ehrenber, Víctor Muñoz, Marcos Kurtycs, entre otros. Asimismo, los grupos plantearon la posibilidad de abrir los horizontes estéticos y conceptuales del quehacer artístico en México consolidando lenguajes como el performance, la intervención en espacios públicos, la instalación. Lo más importante, en mi opinión, es la inclusión del público en los procesos de creación. Sin embargo, el legado de los grupos no pudo, ni ha podido, romper las barreras que representan los espacios de exhibición institucionales y, el cada vez más en boga, el mercado del arte.

 


1. Sánchez, B., Alma, La intervención artística de la Ciudad de México, CONACULTA-INBA-CENART, México, 2003. P. 103

Deadpan Exchange, ciudad de México

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A partir de su primera edición en Copenhage, la serie de muestras itinerantes Deadpan Exchange, iniciativa de los artistas Jonn Herschend y Heidi Hove, ha recorrido diversas ciudades del mundo entre ellas Turquía, Macedonia y Lituania, generando un diálogo creativo y cultural entre los artistas participantes.

En su octava edición, el proyecto Deadpan Exchange se instala por primera vez en la ciudad de México, presentando piezas de siete artistas británicos, cuyas obras son la respuesta —o reacción—, ante la edición que la antecede, en este caso Deadpan Exchange VII realizada en Preston (Inglaterra). Para alojar dicha exhibición, Casa Maauad abrió sus puertas para recibir  la propuesta de los artistas ingleses Charles Quick, David Mackintosh, Lesley Guy, Michael Day, Simon Le Ruiz, Victoria Lucas, Mat Gregory y Karin Bergström.

 

 

 

06 | Arquitectura de un barrio

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Por Pamela Ballesteros / @apoteosis_

 

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En los últimos meses, las colonias San Rafael y Santa María la Ribera han adquirido un segundo aire, un especie de resurgimiento después de pasar por períodos de descuido, y que últimamente están siendo tomadas en cuenta nuevamente convirtiéndose en el punto central para la escena emergente cultural y artística

Ambas colonias,  que continúan resistiéndose al desarrollo urbano de la capital con su aún esencia y encanto de barrio, resguardan construcciones que son testimonio del periodo arquitectónico del eclecticismo, de la segunda mitad del siglo XIX a la tercera década del siglo XX. Lo que le dio una particular fisonomía arquitectónica, que combina mansiones señoriales y residencias con encantadoras privadas de todos tamaños y clásicas vecindades.

Aquí algunos de estos edificios característicos:

 

01- MUSEO UNIVERSITARIO DEL CHOPO

Conocido como el Palacio de Cristal, construcción emblemática del estilo art nouveau proveniente de la ciudad de Düsseldorf, Alemania como parte de las ferias universales que se desarrollaban en el siglo XX. En partes, la estructura fue desmontada y embarcada para trasladarla a la ciudad de México durante el porfiriato. Desde 1913 funcionó como sede del Museo de Historia Natural.

Durante los años sesenta tuvo una época de abandono y malas condiciones. Actualmente, se ha renovado y convertido en un centro promotor del arte contemporáneo, abierto a propuestas emergentes. Sin olvidar que también fue el primer espacio para las culturas subterráneas de los ochenta: artes visuales, escénicas y literarias del rock underground.

 

02- KIOSCO MORISCO

Construcción de estilo morisco corazón de la colonia Santa María la Ribera. Diseñado por el Ing. José Ramón Ibarrola para el Pabellón de México en la Exposición Universal en Estados Unidos de 1884, conformado por varios arcos y columnas mudéjares realizado completamente en hierro.

Posteriormente, fue traído a la ciudad de México e instalado originalmente a un costado de la Alameda Central. Tras haber llegado a su ubicación actual en Santa María la Ribera ha tenido diversas restauraciones importantes las cuales permitieron que la alameda tuviera un mejor aspecto, convirtiéndose en un nuevo punto de referencia para realizar diversas actividades que van desde conciertos de orquestas de cámara, bandas populares hasta exposiciones.

 

03- CINE ÓPERA

Poseedor de una de las más bellas, majestuosas y actualmente, casi únicas, fachadas art decó  de los años cuarenta, testigo del florecimiento de la época de oro del cine mexicano hasta su abandono en los años setenta. Característico por ser un cine de lujo ubicado en el barrio.

Sus instalaciones se encuentran casi en el abandono bajo la custodia del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), en ocasiones su espacio se presta como locación. En el año 2007 se tenía pensado un proyecto para su recuperación el cual sigue sin suceder.

 

04- MUSEO EL ECO

Una de las cosntrucciones más significativas de Mathias Goeritz, colega de Luis Barragán, considerada una obra crucial y una de las piedras angulares en la historia del arte moderno mexicano. Su diseño está basado bajo los principios de la arquitectura emocional, la cual de acuerdo al manifiesto de Goeritz, tiene como objetivo principal, lejos del funcionalismo, fusionar el arte y la arquitectura para generar emociones.

Actualmente es uno de los espacios culturales resguardados por la UNAM, dedicado a preservar y difundir el legado arquitectónico de Goeritz.

 

05- FRONTÓN DE MÉXICO

Conocido como el mayor palacio de pelota vasca de América Latina, es otra muestra de arquitectura art decó inaugurado en 1929 y que funcionó como espacio de reunión para la burguesía de aquel entonces, tomando como pretexto los torneos de jai alai, pelota vasca y campeonatos de box que tuvieron lugar hasta 1996.

El edificio, vecino de la colonia San Rafael, cerró por conflicto de intereses laborales y hasta la fecha continua en el abandono, después de diecisiete años. Sus puertas y ventanales están bloqueados para evitar actos de vandalismo, en el año 2012 se tenía programada su recuperación  y restauración, sin embargo continua sin suceder. Se dice que aún está resguardado por veladores pertenecientes al sindicato de trabajadores.

 

06- BIBLIOTECA VASCONCELOS

A pesar de que este edificio se encuentra en las afueras de la colonia Santa María la Ribera y dejando de lado la controversia que causo su inauguración en el año 2006,  es un referente arquitectónico importante.

Obra del arquitecto mexicano Alberto Kalach es considerada uno de los edificios de bibliotecas más representativos y modernos del mundo. Brinda acceso gratuito a diversas expresiones culturales y artísticas, como exposiciones, conferencias, conciertos, obras de teatro, danza, talleres, cursos, presentaciones de libros y cine. Cabe mencionar también que en el centro de la biblioteca se encuentra flotando entre los estantes, la obra “Mátrix Móvil” del artista plástico mexicano Gabriel Orozco.

 

Ahora la mayoría de los edificios de ambas colonias alojan artistas y gestores culturales que buscan apoyar su desarrollo a través de actividades alternativas. Se han establecido varias cicloestaciones de EcoBici así como también personajes emergentes que se encuentran trabajando en su impulso y rescate arquitectónico-cultural.

 

El futuro de la exhibición (en México)

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Por Fernando Mino Apenas 6% de los municipios del país cuentan con salas de cine. Cierto, ahí vive la mitad de la población, pero más de 40% de los mexicanos no tiene acceso al cine. Un mercado marginado de un negocio de gran potencial, como demuestran los 248 millones de boletos pagados para ver una película en 2013. Uno de los argumentos de Peter Greenaway para fundamentar su mediática y ya clásica idea de la “muerte del cine” es la explosión de ventanas de exhibición; nadie va a pagar por ver en una sala pública algo que puede ver en la comodidad de su sillón favorito. La penetración de internet y la accesibilidad para descargar contenidos (legales e ilegales) favorece el acercamiento casero a una oferta fílmica más variada. Sin embargo, en el caso de México esta novedad está igualmente limitada a un sector creciente pero todavía minoritario de la población. Entonces, ¿dónde está el futuro del cine en México? El Anuario Estadístico del Cine Mexicano 2013, recién publicado por IMCINE, describe un interesante incremento de las salas independientes que ya suman alrededor de 300 alrededor del país —favorecidas por la digitalización de la exhibición—. El nivel de desarrollo de este sector es oscilante: del improvisado cineclub habilitado en una casa de la cultura provinciana o en una escuela pública, a proyectos alternativos con estrategias y mercados bien definidos, como Cine Tonalá o Autocinema Coyote, en el DF; La68, en Mérida, o OaxacaCine, en Oaxaca. Además, también comienzan a ser más visibles los proyectos de cine itinerante, con proyecciones casi siempre gratuitas en lugares públicos de distintas partes del país, también con diferentes grados de desarrollo (Festival Ambulante y Cine Sillita pueden ser ejemplos contrastantes y complementarios). La transición tecnológica también está en proceso de crear una mayor demanda de contenidos para la televisión abierta, en vías de digitalización y multiplicación de su oferta (además de la constante pauperización de la producción de los consorcios televisivos tradicionales, en proceso de desmantelamiento y mudanza a la televisión restringida). El cine mexicano puede ganar esas pantallas caseras y adaptarse a las necesidades de esta plataforma de exhibición. El cine mexicano tiene dos opciones para el futuro: seguir enfrascado en la batalla perdida por las pantallas comerciales o televisivas saturadas por el mainstream, o fortalecer los circuitos alternativos, que satisfacen tanto a un cada vez más amplio mercado harto del rutinario cartabón hollywoodense como a otro sin acceso al cine pero con ganas de contar con nuevos pretextos para socializar en la plaza pública.  

Nymphomaniac. Vol. II

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Por Alejandro Vazquez / @aerodiolesi

 

 

Ésta puede bien ser la película más punk del año. Pese a la decisión de que el filme esté dividido es un poco enigmática pero al parecer responde al deseo de las audiencias de tener un intermedio para digerir la primera sección y dar un respiro al espectador para las siguientes tres embestidas.

La numerología del volumen I es algo que también vale la pena comentar. Joe hace énfasis en el número cinco (el número de capítulos contenidos en el volumen I) al referirse al número de veces que fue penetrada analmente en su primera experiencia sexual. La narración de ese volumen (que es el más rico en referencias culteranas) no creo que sea casual.

El personaje de Selignam (el hombre bueno en hebreo) en el primer volumen se había dibujado como un tipo completamente intelectual. Al comienzo de este volumen se nos revela que tiende a intelectualizar las historias sucias de Joe porque es virgen y queda figurado como un monje escuchando la confesión de una Sherezada contemporánea. Éste es la presentación que resume la entrega anterior.

Dramáticamente la dualidad que componen ambos personajes es magistral por la altura de los diálogos y las diferentes lecturas que el largometraje propone. Es decir, Selignam es la academia, la pureza, el orden; Joe es la realidad, la perversión, el caos y a  lo largo de esta segunda entrega la polaridad de ambos caracteres se resuelve en favor del mal al demostrar que todo hombre tiene una mancha.

La mancha que Joe expone en Selignam funciona como estatuto de que la presunción de incorruptibilidad que la evasión intelectual provee, no es más que la expresión de la hipocresía que padecemos como sociedad.

Lars von Trier propone al sexo como el quid de la debilidad que nos da identidad y el tema de la frustración sexual es el motivo de la miseria humana, y pone en operación un aparato retórico complejo para lanzar una patada al rostro del arte como institución.

Aquí se plantea que la verdad es el mal, y que el motor del mal es el deseo sexual, y el deseo de atención es el camino relegado para este ciclo de la negación que nos oprime como humanidad y perpetua el ciclo de la degradación como única vía para escapar al vacío. Lars von Trier se burla de los mecanismos de verosimilitud y convencimiento que somos capaces de asumir bajo la promesa de una redención que no llegará porque la humanidad no es más que un bosque de árboles deformes.

 

 

06 | Museos en la ciudad de México

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Por Laura Aguilar / @laluflow

 

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La ciudad de México es una de las urbes más grandes y pobladas del mundo, cuenta con una oferta amplia en cuanto a cultura y diversión se refiere, además recorrer sus calles siempre será una experiencia interesante pues la convivencia de diferentes corrientes y estilos arquitectónicos enriquece nuestro andar por esta gran metrópoli.

Sin duda, los museos son parte fundamental de cualquier ciudad, ya que albergan diversos contenidos culturales que reflejan la identidad de una población. El Distrito Federal cuenta con gran cantidad de museos, desde los que alojan piezas que narran la historia del país, hasta los más modernos que exhiben colecciones vanguardistas, incluso insólitas.

Siempre he creído que la forma arquitectónica es parte fundamental para decidir visitar cualquier recinto, en el caso de los museos pienso que es aún más importante,por supuesto que el acervo cultural e histórico influye, pero el diseño del lugar es lo primero que atrapa nuestra atención.

A mi parecer estos son los museos arquitectónicamente más llamativos de la ciudad de México,  algunos llaman mi atención por su estilo modernista, pero otros son importantes por el valor histórico que albergan.

01—Museo de Arte Moderno

Ubicado sobre paseo de La Reforma, este recinto fue inaugurado en 1964, como emblema de modernidad. Fue diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez en colaboración con Rafael Mijares.

02—Museo Diego Rivera Anahuacalli

Se encuentra en Coyoacán, fue diseñado por el arquitecto Juan O’Gorman e inaugurado en 1964, su construcción se finalizó gracias a la generosidad de Dolores Olmedo.

03—Museo Tamayo

El diseño de este recinto estuvo a cargo de Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, abrió sus puertas al público en 1981, se encuentra ubicado en la primer sección del bosque de Chapultepec.

04—Museo Nacional de Arte (MUNAL)

Ubicado en el corazón del centro histórico, este edificio fue construido en 1904, su estilo neoclásico y renacentista logran una excelente pieza arquitectónica. Funciona como museo a partir de 1982.

05—Papalote Museo del Niño

Fue diseñado por el arquitecto Ricardo Legorreta, la construcción se caracteriza por sus formas geométricas, además de estar decoradas con azulejos tradicionales mexicanos. Fue inaugurado en 1993.

06—Museo Experimental del Eco

Fue construido bajo la premisa “Haga lo que se le dé la gana” a solicitud del empresario Daniel Mont y encomendado a Mathias Goeritz , quien hizo gala su talento dejando una magnífica pieza inspirada en la arquitectura emocional, fue construido en la década de los 50. Desde 2005 funciona como museo de la UNAM.

 

Cultura Norteamericana

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Por Blanca Rodríguez / @iliaemblanca

 «Estar en el cine es como estar en la iglesia, es un ejercicio colectivo en el que los que están allí reunidos buscan algo que les toque el alma».

Martin Scorsese

Un director de cine es alguien que está buscando expresarse y  dejar algo en quien ve sus películas, así es como lo define Scorsese quien además de haber dirigido 45 películas  también ha enfocado su trabajo a la investigación sobre la Historia del cine y en especial del cine norteamericano por supuesto.

Quizá se entienda presuntuoso, prejuicioso o lejos de la realidad, pero su vocación por convertirse  en sacerdote sigue en él, y lo muestra en A personal Journey with Martin Scorsese Through American Movies (1995) donde en 225 minutos expone los trabajos de los primeros directores —muchos de ellos completamente desconocidos o con nombres borrados por tiempo— y cómo cada uno tuvo que aprender o incluso inventar e implementar todo lo necesario para este nuevo medio de expresión.  En un acto de «evangelización» comparte, hasta la década de 1960 la nueva doctrina del cine, donde reconoce el poder que el cine dispone y cómo cambió la percepción respecto a realidad. Finalmente el espectador terminará haciendo su propia interpretación de la película y así la creación estará completa.

A Scorsese no le importa si no fue ganador del Oscar, él no fue políticamente correcto durante las décadas de los ochentas y noventas. De cualquier forma ganó un Oscar con la película The Departed (2006) donde Scorsese simplemente hizo lo que sabe hacer.

Él no pudo haber sido premiado por películas donde muestra cómo pasan su vida los norteamericanos. Películas como Taxi Driver, que aparece siempre en las listas de mejores películas norteamericanas, donde también se incluyen Raging Bull, Cape Fear y Goodfellas. Mucho menos pudo haber ganado un Oscar con The Last Temptation of Christ; un viaje personal dentro de su propia fe y en la de muchos. No menos valioso Nikos Kazantzakis, los que saben de cine podrán confirmar que es de las mejores manufacturas de Scorsese, desde la lectura del texto, su reinterpretación en imágenes y el trabajo realizado con sus protagonistas.

El tiempo sigue pasando y  Martin Scorsese continúa haciendo películas pero ahora está más preocupado por el futuro y las nuevas generaciones porque sabe que las cosas  siguen cambiado. Los pequeños ya no se sorprenderán ni se conmoverán como él lo hizo con el cine y sus historias cuando él fue pequeño. Martin Scorsese advierte » El cine es una arma muy poderosa, sólo hay que tener cuidado con él y seguirlo disfrutando».

 

06 | Kate Bush

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Por Pablo Cordero / @sugarskull12

La británica Kate Bush ofrecerá 15 conciertos en el Hammersmith Apollo londinense en agosto y septiembre de este año. Por diversas razones, esto es una de las noticias más importantes en el mundo del pop en lo que va del año; además de tratarse de una de las creadoras más enigmáticas e influyentes del pop británico de las últimas cuatro décadas, Bush no ha realizado una gira desde 1979. Celebrando esta sorprendente noticia, recorramos seis momentos en la carrera de Kate Bush.

 01—WUTHERING HEIGHTS

 

 

Escrita cuando Kate Bush tenía apenas 18 años, su primer sencillo (basado en la novela “Cumbres Borrascosas”, de Emily Brontë) la llevó al número 1 de las listas de popularidad inglesas, y sigue siendo su tema más representativo.

02—WOW (LIVE 1979)

 

 

La primera y única gira de Bush fue una combinación de música con mímica, poesía, proyecciones, y la otra gran pasión de Kate; la danza.

03—ARMY DREAMERS

 

 

Este video exhibe la capacidad de Bush para abordar una temática seria (en este caso, los niños soldados) con una estética relativamente kitsch, alcanzando una fricción interesante entre ambos elementos.

04—RUNNING UP THAT HILL (A DEAL WITH GOD)

 

 

El disco Hounds of Love (1985) es la obra maestra de Bush, y arranca con esta potente y ambigua canción, uno de sus temas más conocidos. El videoclip exhibe una ejemplar economía de recursos.

 05—DEEPER UNDERSTANDING

 

 

En el sorprendente video de este tema (original de 1989, regrabado en 2011), el actor británico Robbie Coltrane se enamora de una voz computarizada y se desentiende del resto de su vida en el proceso.

06—LAKE TAHOE

 

 

Profundo, sutil y reflexivo, 50 Words for Snow (2011), el más reciente disco de Bush, es una obra maestra. Este hermoso video captura la atmósfera evocativa y melancólica del mismo.

 

URGENCIA: SHIGERU BAN, PRITZKER 2014

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Por Rodrigo Bonillas 

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Shigeru Ban (Tokio, 1957) es el tercer japonés en ganar el premio Pritzker de arquitectura a lo largo del último lustro.

En este lustro se inauguró el nuevo centro Pompidou de Metz (2010), en Francia, una de las obras que mejor subliman la estética de Ban.

Pues eso es el Pompidou de Metz: la esencia más destilada de una arquitectura que, por otra parte, no rechaza la llaneza estética cuando es necesario, pero que en este caso conjuga las curvas de las formas elementales (el arquitecto confiesa que se basó en un sombrero chino de bambú), casi orgánicas, exquisitas, con volúmenes rectangulares de cristal y concreto.

Por las noches este edificio hechiza casi tanto como una medusa en suspensión.

Fuera de las luces de ese edificio, Ban han actuado de manera sensata y cordial al ofrecer a los damnificados por desastres en Japón, Turquía o Haití, protección con materiales accesibles, fáciles de armar, funcionales, que arrostran con ingenio la emergencia, en pugna con el enemigo que incita a edificar: la intemperie.

Pero refugiar de la intemperie no es el único propósito de esta urgente arquitectura. Cuando un terremoto destruyó zonas de Kobe, Japón, en 1995, Ban proyectó un domo de papel, edificio que durante su interinato se convirtió en el Templo de Takatori. Esa estructura, sostenida en una planta ovalada de pilares de cartón y rodeada por un cuadrángulo, puede ser ocupada por decenas de personas.

Y cuando otro terremoto, pero en L’Aquila (Abruzos, Italia), hizo escombros la sala de conciertos, Ban volvió a recurrir a los armazones de papel para construir otra sala, el Paper Concert Hall (2011), a fin de satisfacer la necesidad musical de L’Aquila. No se puede decir de esta sala que el ingenio con que se resolvió sea espectacular. Pero sí posee, por otra parte, una sólida decencia, que, para no olvidar la elegancia de los italianos, se coordina con una cortina ovalada, de un rojo Valentino.

El gusto por el papel —material asequible y reciclable— lleva la obra de Ban a una aparente paradoja. Esas formas y esos elementos humildes que han cobijado a gente sin un quinto en la India o en Ruanda aparecen, de pronto, en un pabellón para Louis Vuitton, en los Campos Elíseos, o en otro pabellón para Hermès, o en uno más para Camper, lo cuales son ahijados del dinero, no de la urgencia.

La arquitectura de papel de este creador a veces alcanza lo monumental: la Cardboad Cathedral de Christchurch (2013), en Nueva Zelanda, otro templo interino ante otro terremoto, eleva su perfil de triángulo equilátero, cuyos vértices laterales son, de nuevo, tubos de papel. En un aguzado guiño, el crucifijo que preside el altar es, con una reiteración de sí mismo hasta la ironía, dos tubos de papel, de diferente grosor y longitud, perpendiculares.

He saltado muchas piezas de la arquitectura de Ban: grandes obras, ilustres a su manera, como el Paper Bridge (2007) o el Paper Theater de Amsterdam y Utrecht (2003). Tampoco he hablado del rostro más sofisticado de este autor en lo estético y lo conceptual, como su Curtain Wall House de Tokio (1995) o su radical Naked House (2000), un gran cobertizo traslúcido que alberga en su interior los peculiares cuartos: cajones enormes que se pueden rodar libremente gracias a las ruedas sobre las que descansan.

Acaso su cúspide creativa con la técnica de cartón fue el Pabellón Japonés de la exposición de Hannover del año 2000. Era entonces la edificación de papel más grande del mundo. Efímero arte el que elevó este gran domo traslúcido, arraigado en el alma japonesa, con el que, a partir de inteligencia y tecnología parca (low-tech califica a su propio modo de construir), Shigeru Ban desafió la arquitectura encarnizada y descarnada que domina poderosa nuestro tiempo.

 

What the body does not remember de Wim Vandekeybus

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Por Rosa Castillo

 

 

En 1987, el coreógrafo Wim Vandekeybus llega a la escena de la danza contemporánea belga e internacional con la obra What body does not remember (Lo que el cuerpo no recuerda). La obra impactó tanto a la crítica que la calificó como brutal, irónica y espectacular, y le fue otorgado el Bessie Award —premio anual dado por logros e innovación en danza y otros performances— por su “brutal confrontación entre danza y música”.

Wim además de ser coreógrafo, es cineasta y escritor. Su universo de creación se extiende por diversos medios de expresión, dentro de sus obras la danza se combina con el distintos soportes dando como resultado interesantes piezas de video arte, instalaciones, fotografías, performances, etc.  La innovación es un fantasma que lo persigue: “necesito que la forma sea distinta cada vez”, la opción fácil nunca es la opción, durante su proceso creativo necesita imponerse nuevas reglas, nuevos soportes, nuevos medios, en fin, nuevas investigaciones.

Pocas veces su compañía La Ultima Vez recurre a la repetición de sus producciones, sin embargo, What body… ha sido de tal éxito que aún ahora, después de 27 años de su creación, sigue siendo vigente tanto para el público como para la crítica. Este marzo se vuelve a presentar en escenarios europeos siendo la cuarta vez que la compañía viaja con ella, esta vez contando con la presencia en vivo del Ictus Ensemble.

Esta coreografía explora “la intensidad de momentos cuando no se tiene opción, cuando otras cosas deciden por ti, como enamorarse, o el segundo antes del accidente que tiene que pasar”, nueve bailares se encuentran, chocan, combaten; ladrillos, música, golpes, caídas, todo se sumerge en huracán que Wim deja abierto como “un desafío paradójico” que “quizás al fin y al cabo, el cuerpo tampoco recuerda y todo es una ilusión sutil de falta que ayuda a definir o agotar el juego”.

“The intensity of moments when you don’t have a choice, when other things decide for you, like falling in love, or the second before the accident that has to happen; suddenly they appear, with no introduction, important for me because of their extremeness rather than for the significance to be given to them. The decision to use this as a basic material for a theatrical composition is at least a paradoxical challenge, considering a theatrical event as repeatable and controllable. Perhaps when all is said and done, the body doesn’t remember either and everything is a subtle illusion of lack which helps to define or exhaust the game.”

 Wim Vandekeybus

SCOTT ASHETON: LA MUERTE DE UN STOOGE

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Por Pablo Cordero / @sugarskull12

Muchos de los que pudieron ver sobre el escenario a esa bestia salvaje, alimentada por heroína, alcohol y furia que era el joven Iggy Pop, apostaban a que no sobreviviría la década de los 70. Pero Pop no sólo logró llegar a ser un respetado veterano en la escena del rock mundial; ha sobrevivido ya a los tres integrantes originales de la banda que lo llevó a la fama, The Stooges.

Con la muerte del baterista Scott Asheton, acaecida el 15 de marzo del año en curso, se cierra uno de los capítulos más importantes en la historia del rock. The Stooges, la banda más grande en surgir de Detroit y una de las influencias seminales del punk, dejan tras de sí una discografía que no pierde un ápice de potencia con el paso de los años.

Formados en 1967 por Pop, el bajista Dave Alexander y los hermanos Asheton (Scott en la batería y Ron en la guitarra), la música de The Stooges era un alarido de inconformismo en medio del desolado paisaje postindustrial de un Detroit en crisis. Articulando su discurso a partir de riffs de rock puro y duro enlazados con la complejidad armónica y estructural del jazz libre, The Stooges debutan en 1968 con un disco producido por John Cale (The Velvet Underground), que pese a contener temas clásicos como “I Wanna Be Your Dog” y “No Fun”, no logra capturar la potencia que el grupo alcazaba sobre el escenario.

Su siguiente disco, Fun House (1970), sí alcanza dicho objetivo, y 44 años después de su publicación sigue siendo epatante por su fuerza monolítica. Se trata de un ciclo de canciones expertamente estructuradas (antes de entrar al estudio a grabar el disco, la banda realizó numerosos conciertos tocando las siete piezas que lo integran, en el mismo orden en que aparecen en el disco, a fin de fortalecer la integridad estética del conjunto de canciones), que inician con el amenazante y tenso riff de “Down on the Street” y concluyen con una aterradora explosión de gruñidos primitivos, saxes ardientes y feedback de guitarra (“L.A. Blues”, el génesis mismo del noise rock). Se trata, sin ambajes, de uno de los discos más importantes del rock.

Tras la salida del bajista Dave Alexander (muerto en 1975 a los 27 años de edad, por complicaciones derivadas de su alcoholismo), la banda cambia su nombre por Iggy & The Stooges. El talentoso guitarrista James Williamson entró a la banda, mientras que Ron Asheton pasó de la guitarra líder al bajo, integrando una potentísima sección rítmica junto con su hermano Scott. Esta formación grabaría, bajo la producción de David Bowie, el maravilloso Raw Power (1973), más melódico y accesible que sus trabajos anteriores, pero igual de influyente y relevante.

 

Documental sobre Iggy & The Stooges

 

En el 2003, los hermanos Asheton (con Ron tocando nuevamente la guitarra) reformaron The Stooges con Iggy Pop y el bajista Mike Watt, realizando múltiples giras que incluso les trajeron a México en 2007, así como un disco (The Weirdness, 2007) del que por respeto es mejor no hablar. Un infarto segó la vida de Ron Asheton en 2009, propiciando el regreso del guitarrista James Williamson a la banda.

Por desgracia, la muerte de Scott (debida, como la de su hermano, a un problema cardiaco), pone punto final a una historia que empezó hace muchos años en Detroit. Iggy Pop escribe una despedida a su viejo socio, de quien dice que “golpeaba los tambores con la autoridad de un viejo boxeador”, y concluye diciendo “ya no veo una razón para saltar en un escenario usando pantalones de mezclilla apretados. ¿Sobre qué voy a gritar?”. Aunque James Williamson acaba de anunciar la próxima aparición de un disco de The Stooges, con cantantes invitados y sin Iggy Pop, probablemente será apenas un epílogo en una historia de tintes épicos.

El sonido crudo y lacerante de la batería de Scott Asheton será por siempre uno de los puntos de referencia para la música punk. Descanse en paz.

 

Scott Asheton hablando sobre su tatuaje con la leyenda “Rock Action”

 

Munda: primera munda de Ámbar Past

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Por Alejandro Vazquez / @aerodiolesi

Se llevó a cabo la presentación del libro de  la poeta, ensayista y traductora Ámbar Past, Munda: primera munda, cuya edición estuvo a cargo de Yaxkin Melchy Ramos de 2.0.1.3. Editorial y el apoyo del Centro Cultural la Pirámide.

La presentación comenzó a modo de prólogo con un video que contenía los comentarios de Krystyna Rodowska de Polonia, Yutaka Hosono de Japón, Ghadeer Abu-sneineh de Palestina y Héctor Hernández Montesinos de Chile.

En la presentación Yaxkin Melchy comentó sobre el trabajo de armado del libro en cuanto a diseño y la selección de los textos. David Huerta comentó sobre segunda de forros y la solapa del libro que incluye un texto que él calificó como extraordinario que puede consultarse en el blog (http://tercerojohibrido.blogspot.mx/), después de señalar el mérito de ambos artistas, continuó con una reflexión poética sobre cómo conoció a Ámbar Past y la lluvia horizontal, y resumió su relación con la autora con una alusión a la fábula del ratón de ciudad y el ratón de campo.

Ámbar Past desmintió la nota que fue publicada en el periódico La Jornada donde se menciona que Munda es un texto autobiográfico, al respecto dijo que si bien hay similitudes en sus historias, por ejemplo, nacer, no se trata de una autobiografía.

A mi parecer, en este punto hay parte de la magia del libro, que hace una observación esquizoide de la noción de autor, por una parte están los textos de Ámbar Past sobre Munda (que es una especie de profeta-bruja-migrante-hermitaña) y otra parte son los textos de Munda Tostón sobre Ámbar, (perra y mascota de Munda).

Por un lado se tiene la inversión de Ámbar en este personaje mágico cuyo espectro narrativo va de su genealogía a sus experiencias con el peyote y demás vivencias, luego se presenta el desdoblamiento de Munda en el alter-ego iniciático de Ámbar, en ambas partes se mantiene un resorte poético de una sensibilidad inusitada que con una sola mala decisión podría haber naufragado en el pantano de las libretas de debrayes. Se trata de un libro de  poesía donde un ser humano expone su encuentro con su poder y su animal, que son nociones esotéricas ancestrales.

Por la conjunción de voces e intenciones se puede decir que Munda de Ámbar Past, no es un libro sino un nahual vuelto libro. La autora cerró su intervención con la lectura conmovedora de un diálogo entre Ámbar y Munda que fue personificado a modo de performance por Jocelyn Pantoja, ambas con la misa máscara de cartón de Munda-niña. Creo que ese es el tipo de expresión sui-generis que 2.0.1.3. Editorial, busca divulgar y preservar. La autora prometió que este libro es el primero de una tetralogía sobre este personaje.

 

McLaren Pas de deux. Un deleite visual

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Por Rosa Castillo

 

 

Norman Mclaren es una de las grandes figuras dentro de la animación. Desde 1934, que inicia su carrera cinematográfica, encontró en ella un campo fértil de experimentación. Sus aportaciones se deben a la gran destreza técnica sobre los procesos de la animación y su infatigable búsqueda del movimiento en todo aquello que pudiera ser sujeto a grabarse.

Fue el primero en utilizar la técnica que él mismo nombró Pixilación (pixilation), usando objetos (A chairy tale, 1975), y humanos (Neighbours, 1952), como personajes de sus cortos animados; y el primero en realizar películas raspando y pintando el celuloide (Blinkity Blank, 1955, y Caprice en couleurs, 1949); entre muchos otras experimentaciones con sonido e imagen.

Con un espíritu casi surrealista, sus exploraciones llegaron a la danza. En sus últimos años de trabajo realizó tres cortometrajes: Adagio, Pas de deux y Narciso (su último film, en 1983). Adagio  y Narciso, son estudios del movimiento y de la técnica misma del ballet a partir de slow-motion y efectos visuales; sin embargo, es en el Pas de deux que marcó y demostró una vez más la gran maestría técnica de Mclaren.

En, Pas de deux (1968) McLaren sobre expuso hasta diez veces cuadro por cuadro una coreografía de los bailarines Margaret Mercier y Vincent Warren filmados en blanco y negro y compuestos a partir de la combinación de slow-motion con imágenes multi-dinámicas. La técnica supone la sobre exposición cuadro por cuadro de la misma película para generar el efecto del desdoblamiento de la imagen en el tiempo y el espacio. La coreografía está pensada de principio a fin, cuidando el trazo escénico –la didascalia- y los tiempos.

A la hora de acercarnos a este video tenemos que posicionarnos en el tiempo de su creación; tenemos que pensar en el cambio de paradigma que significaba cada nuevo invento técnico, cada experimentación visual y sonora implicaba romper con esquemas de representación. Ahora con los programas de edición digital es fácil pensar en el desdoblamiento de la imagen; pero no fue sino hasta la década de los sesenta que por primera vez se ve este efecto en el cine (ya conocido en la fotografía finales del s. XIX) inventado por Cristopher Chapman en 1967, con su gran estreno A place to stand  sólo un año antes de que McLaren lo explotara en la animación.

Sin embargo, las exploraciones de ambos directores son francamente distintas. McLaren estaba más bien interesado en el movimiento mismo y sobre esta base, expuso la misma imagen hasta diez veces: cuadro por cuadro fue desenvolviendo las figuras para crear efectos visuales que aún ahora nos sorprenden.

Como última nota, hay que tener paciencia para ver el video.  Ahora estamos acostumbrados a ritmos acelerados en la edición, así que para ver los videos de McLaren tenemos que dejarnos llevar por la música, por los pasos, por el trazo visual, y ver cómo poco a poco el movimiento se va casi casi destruyendo para crear otras formas tridimensionales del mismo.

 

LA SOBREHUMANA PERFECCIÓN DE KRAFTWERK

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Por Pablo Cordero / @sugarskull12

¿Existe otra banda tan seminal, tan influyente sobre el panorama actual de la música pop como Kraftwerk? Es necesario hablar sobre su legado con la misma reverencia con que nos referimos a The Beatles y The Velvet Underground, con una importante diferencia; Kraftwerk son una banda aún en activo, como lo demostraron en el Plaza Condesa de la capital mexicana el 13, 14 y 15 de marzo.

Los germanos pioneros del synth-pop presentaron su espectáculo 3D Concert con el cual hicieron gala de su estética a la vez retro y vanguardista. Sus discos acostumbran ser obras ejemplares por su consistencia, y en vivo Kraftwerk hacen patente el deseo de conservar la unidad temática y estilística de sus obras; no sólo tocaron de cabo a rabo The Man-Machine (1978), acaso la mejor de sus muchas obras maestras, sino que también dedicaron amplios segmentos del concierto a tocar casi completos discos como Computer World (1981) y la que hasta ahora es su última referencia discográfica, Tour De France Soundtracks (2003).

 

 

Además, terminaron su set tocando la primera cara de su LP de 1986 Electric Café (Techno Pop), cifrando el punto climático del concierto en el tema “Musique Non-Stop”. Esto demuestra que para Kraftwerk un disco no es sólo un conjunto de canciones sino una expresión estética completa, lo cual resulta más evidente al saber que inmediatamente después de su visita a México, Kraftwerk daría ocho conciertos en Los Ángeles interpretando completos los ocho discos centrales de su catálogo.

Y si la música de Kraftwerk, tan sencilla y a la vez tan profunda como sólo puede ser la mejor música pop, poseedora de una perfección melódica y rítmica casi sobrehumana, es necesariamente el punto focal de sus conciertos, el elemento visual resultó también ejemplar. Contrastando con la sobriedad y el estatismo de los cuatro músicos, casi inmóviles detrás de sus modernos teclados, vistiendo extraños trajes minimalistas-futuristas, las proyecciones tridimensionales combinaban la alta tecnología con la estética limpia y sencilla que desde hace años caracteriza al grupo, repleta de figuras geométricas simples y colores vívidos. Lo mismo podían bombardear al espectador con una ráfaga de números (“Numbers”) que llevarlo por un viaje espacial que concluye al aterrizar un OVNI en Teotihuacán (“Spacelab”), o bien recorrer una ciudad repleta de rascacielos que provocan la inquietante sensación de caer hacia arriba (“Metropolis”). Acaso el momento más potente tuvo lugar en “Autobahn”, que exhibe a dos automóviles (Volkswagen y Mercedes-Benz, natürlich) recorriendo una autopista a través de un paisaje imposible en el que no existe el polvo, la contaminación, y a juzgar por el vacío que se adivina tras los cristales de los autos, tampoco los humanos.

 

 

Las presentaciones de Kraftwerk en el Plaza Condesa superaron ampliamente el impacto de la anterior visita de los alemanes a México (como teloneros de Radiohead en 2009), y nos recordaron por qué son una de las bandas más importantes en la historia.

 

Puma Urban art México

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Por Emmanuel Boldo / @emanuelboldo

Actualmente las marcas de life and style como Adidas, Puma, Nike entre otras, están ansiosas por conectar con los jóvenes consumidores de la manera que sea.  Durante los últimos años, Nike logró colocar un gran stand publicitario en medio de Zona MACO,  Adidas «celebra la originalidad»  con ayuda de revistas y blogs, además de financiar becas por medio del Centro Cultural Border  para jóvenes promesas del arte. Por su parte Puma trae por primera vez a la ciudad México, su festival Urban art con el que pretende crear  una conexión del espectador con la cultura urbana, la edición de este año se llevó a cabo el 22 de marzo y estuvo encabezada por padre del stencil «Blek le rat»

Basta con colocar en google, «Puma Urban art  México» para encontrar por lo menos veinte micro reseñas de los blogs más famosos de la ciudad, cada una de ellas en escasos párrafos intentan convencernos acerca de la importancia del festival de Puma y además hacer referencia a Blek le rat como modelo inspirador de diferentes «artistas» urbanos como el afamado Banksy. Puma por medio de la plataforma Urban art promueve un mensaje de apoyo a la cultura del grafiti siempre y cuando el «artista» en cuestión use algo de la marca. La consecuencia de elevar al grafiti y otras expresiones visuales que iniciaron como actos de protesta que tomaban las calles por asalto, a un rango artístico derivó en sacrificar el sentido de ilegalidad y anonimato de quien realiza las piezas; hoy el grafitero no sólo quiere poner un mensaje a la vista del transeúnte, también persigue ser reconocido por marcas y revistas especializadas.

La relación de la publicidad con las tendencias de arte urbano está volviendo cada vez más estrecha al grado de adueñarse de cualquier filosofía con la finalidad de colocar un producto en la mente del consumidor. El «artista» urbano tiene el derecho de hacer con su obra lo que prefiera, incluso si esto significa traicionar los principios que inspiraron la creación de la misma. Y como parte de Puma Urban Art podremos apreciar algo del trabajo de esténcil de Blek le rat sobre el camellón de la concurrida Avenida Álvaro Obregón, sí, en la colonia Roma.

 

Exhibición Internacional del Diseño Mexicano

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Por Monserrat Garduño Hernández / @junerainbowns

 

De abril a septiembre del presente año, diversas ciudades europeas exhibirán la producción de cincuenta diseñadores mexicanos como parte del proyecto de Dix 10, promotora con sede en Querétaro, encargada de la organización de la primera Muestra Internacional de Diseño Mexicano (MIDIM).

La intención de la gira será abrir al comercio exterior el trabajo de diseñadores nacionales entre los que destaca Michel Rojkind, Mauricio Valdés, Héctor Esrawe, Dr. Alderete, Ariel Rojo, Cecilia León de la Barra, entre otros más. Así mismo, se planea una serie de conferencias con diseñadores y académicos, para analizar el panorama de la disciplina en México.

Lo interesante del proyecto es la fusión de piezas de diseñadores veteranos y emergentes quienes son reconocidos en el medio y han logrado trazar una perspectiva tanto local como  global sobre sus diseños con elementos innovadores, los cuales se implementaron en diversas piezas como joyas, vestuarios, tapices, mobiliario, etc.

Uno de los filtros para la elección de los objetos llevados a exhibición, fue que estos deberían despertar emociones y transmitir la idiosincrasia nacional, la cual es extrovertida, abierta, y con una gran historia cultural, social y política. Por lo tanto la muestra sustrae los elementos de la vida diaria para sintetizarlos en objetos.

El objetivo de Dix 10 es colocar internacionalmente la imagen del  diseño mexicano como una disciplina artística profesional y no menor frente a otras artes y de esta manera fortalecer la exportación de esta disciplina  a diversas partes del mundo.

Entre las piezas que se exhibirán en la muestra destacan, Bendita tortilla, una máquina para hacer tortillas con el grabado de la Virgen de Guadalupe, creado por el arquitecto Meir Lobatón Corona (Ciudad de México, 1974), la línea mobiliaria Al-ma del diseñador Ariel Rojo (Ciudad de México, 1976) la cual es una propuesta para la reutilización de desechos,  y  los coloridos e innovadores tapetes de Cecilia León de la Barra (Ciudad de México, 1975)

El proyecto de Dix 10 consiste en un esfuerzo más por llevar al exterior los productos creados en nuestro país y potencializar alianzas estratégicas entre el diseño, el arte y el comercio, el cual ofrece una nueva perspectiva sobre el contexto mexicano en este sentido, y contribuye a la generación de ganancias para los productores nacionales con base al ingenio, esfuerzo y dedicaciones con las cuales diseñaron sus piezas.