La obra de THE, Thomas Eller, es el impacto de la distorsión dimensional, la captura de la velocidad y el juego del ego. Ingredientes en la receta para crear posmodernidad eficiente y formal. Nació en el 64 y se ha pasado la vida viajando por el mundo, estudiando filosofía, religión y artes, y exponiendo sus obras en América, Asia y Europa.
1. Distorsiones
THE recorta imágenes, tomándolas de su «marco» original para enfrentarlas con otras, creando así un conflicto entre ellas y el propio campo visual de quien las ve. «Cada lugar es una distorsión de la realidad. Tendemos a creer que lo que vemos es la verdad…podría ser la realidad pero ¿es realmente la verdad?»
«Una cosa está clara: realmente no vivimos en un continuo espacio-tiempo consistente y medible, igual para todos, sino que tenemos una perspectiva más o menos diferente de las cosas.» Así, THE desafía al espectador, haciendo que se cuestione de dónde es realmente y que sea consciente de su propia perspectiva de las cosas.
2. Velocidad del Espacio-Tiempo
«En mi mente yo vivo en Nueva York, Berlín, Pekín y México. Puedo ‘viajar’ a cualquiera de estos lugares en una fracción de segundo y hablar con mis amigos que están tan presentes en mi vida como solo un buen amigo lo puede ser… se trata de la multi-localidad de la existencia, que es casi una aproximación a la velocidad absoluta, la velocidad de la luz.»
Pero también la velocidad es relativa y medible, detalle que expresa en sus obras y que constituye un aspecto contradictorio de la realidad. Una vez, THE sufrió un accidente automovilístico. Iba a 210 km/h en una autopista y, en su propia percepción, el tiempo se iba estirando a tal extremo que pudo registrar una infinidad de detalles durante 10 minutos. En realidad, todo el evento duró 0,5 segundos, según le contó luego la policía.
3. Cogito Ergo Sum
Nuestro cuerpo es, como alguna vez escribió Yourcenar, habitáculo de nuestra alma. Para THE, su propio cuerpo es arte, expresión de su alma.
«Pienso en mí mismo como el ‘lugar’ donde se produce el cambio. Si no me tomo las cosas en mis manos, nada volverá a suceder. Puesto que el arte es un campo simbólico, lo que intento transmitir es: SÉ TÚ MISMO…si quieres amar a alguien, tienes que ser capaz de amarte a tí también.»
4. Mundo Matrix
«Hace poco me puse a pensar mucho sobre cómo cambia la revolución digital nuestras vidas, y ésta hace un número de nosotros. En diez años ¿cuál será mi nombre en clave?¿cuán prescindible seré?¿es que acaso no vivimos en la matriz ya?
Al final, THE nos lanza una advertencia ominosa: «Hay un enorme y espantoso cambio por delante de nosotros…debemos de estar preparados» sentencia.
– Renzo Vergara